miércoles, 17 de agosto de 2016

Sobre el libro de Angela Davis sobre prisiones, racismo y violencia (1 de 2)

Portada del libro "Democracia de la abolición".
Colaboración. Libros (I de 2)

Comentario al libro de Angela Davis “Democracia de la abolición” (I)

Recientemente se ha publicado en el Estado español el libro de Angela Davis “Democracia de la abolición. Prisiones, racismo y violencia”, un libro muy recomendable porque plantea el tema de las prisiones y el encarcelamiento a partir de su desarrollo histórico, en qué momento nace y cuáles fueron sus objetivos para llegar al momento actual y la denuncia de la situación en las cárceles de EEUU.
Un libro que puede servir para el debate y la discusión sobre las prisiones y sus alternativas.
En primer lugar, hace un repaso histórico de gran interés sobre el nacimiento de las prisiones. Sitúa su origen en las revoluciones burguesas y como tuvo por protagonistas a sectores progresistas y religiosos que plantearon el encarcelamiento como alternativa al castigo corporal y la pena de muerte que venía siendo lo habitual durante la Edad Media. El encarcelamiento en esta primera etapa se considera solo el medio para que los presos reflexionaran y modificaran su conducta, pero de ser un medio fue evolucionando hasta que se ha convertido en el objetivo del castigo. Pero si bien es interesante el planteamiento sobre los orígenes de la institución carcelaria es aun más cuando entra en la denuncia de la situación actual. La cifra actual de personas encarceladas en EEUU es de dos millones doscientas mil personas. La población de EEUU solo representa el 5% del total de la población mundial pero su población presa representa el 20%. Estos porcentajes se vieron incrementados durante la era Reagan. Algunas cifras ilustran estas afirmaciones: en los años 70 el número de presos era de tan solo el 10% del total actual. Solo en el Estado de California durante la década de los años 80 se construyeron más cárceles que durante el siglo anterior.
Angela Davis pone al descubierto la conexión que existe entre la desindustralización de regiones enteras y el desmantelamiento de la sanidad, educación y asistencia social pública con el consiguiente paro y miseria que lleva aparejado, con el aumento del número de presos. El lema de allí donde se cierra una fábrica se construye una cárcel, en los EEUU se ha hecho realidad. Pero lo curioso de la situación es que el aumento del número de presos no está relacionado con el aumento del número de delitos sino con el aumento de las penas por los delitos menores y por un agravamiento de las penas por reincidencia.
 
Prisión en Oklahoma
Las cárceles de esta forma se convierten en una manera de hacer desaparecer a la gente que no tiene trabajo ni recursos con la falsa esperanza de que van a desaparecer los problemas sociales que el sistema capitalista genera, pero también juega otro papel de gran importancia el de control y amedrantamiento de los sectores más desfavorecidos.
El aumento del número de presos ha ido acompañado de un incremento de la represión en su interior. La nueva construcción de cárceles contempla un nuevo sistema denominado de súper-máxima seguridad (supermax), en el que al preso se le mantiene aislado tanto respecto al resto de los presos como con el exterior y todas sus salidas de la celda se realizan esposados de pies y manos.
Otra característica es el aumento de mujeres presas. En la actualidad el número de mujeres presas solo en el Estado de California supera al que había en el conjunto de los Estados Unidos a principio de los años 80. Del capítulo “cómo el género estructura el sistema carcelario”, aunque trata diversos aspectos del encarcelamiento de las mujeres de gran interés recogeremos solo dos: la denuncia de los abusos sexuales por parte de los carceleros como consustancial a la institución penitenciaria y que cuenta con el beneplácito de las autoridades y los cacheos vaginales y rectales a lo que se someten frecuentemente a las mujeres y que Angela Davis plantea que tendrían que ser denunciados como casos de abusos sexuales continuados.

Graffiti sobre Angela Davis.
Pero el apartado más destacado es el que dedica a lo que denomina complejo industrial-penitenciario que consiste en la mercantilización del castigo y como las prisiones se han convertido en una fuente de beneficios para las multinacionales. Modelo del que en Europa tendríamos que tomar nota porque ya se han dado los primeros pasos en esta dirección.
Angela Davis denuncia en este complejo industrial-penitenciario tres vertientes. En primer lugar, el negocio de las empresas multinacionales que contempla varios aspectos: por una parte, los presos como mano de obra barata. El trabajo carcelario iguala las condiciones de los trabajadores de los países subdesarrollados. No hay huelgas, ni sindicación, ni beneficios sanitarios ni seguros de desempleo. Los presos en EEUU introducen datos para Chevron, hacen reservas telefónicas para TWA, lencería para Victoria Secret, crían cerdos, hacen tarjetas de circuitos, camas de agua y todo por salarios ínfimos en un régimen de esclavitud. Otro gran del negocio es el de presos-consumidores. La mayoría de de los servicios están privatizados entre los que se encuentran la sanidad, la alimentación, el mantenimiento, los abastecimientos, los sistemas de seguridad y control... hasta llegar a la privatización total de las prisiones.
Aquí el Estado entrega al preso a estas empresas que se hacen cargo de su encarcelamiento por una determinada cantidad mensual. Pero hay otro gran negocio en las prisiones aún más sangrante y es como esta gran masa de presos son puestos a disposición de las multinacionales como cobayas humanas para probar sus productos. Aquí compiten empresas farmacéuticas, cosméticas y alimentarias (Jhonson & Jhonson, Ortho Pharmaceutical, Dow Chemical, son solo alguna de una larga lista) que en más de una ocasión han provocado graves enfermedades y hasta la muerte a los presos y, por supuesto, también las empresas de armamento utilizan a los presos para probar sus nuevas armas para el control y represión de la población. Las pistolas Taser, productos paralizantes, descargas eléctricas, adiestramientos de perros, son algunos de los casos que han salido a la luz pública y que vienen siendo denunciados.
Pero para que este complejo industrial-penitenciario funcione necesita que la segunda vertiente que no es otra que la justicia y su aparato legislativo tenga bien abastecidos de presos las cárceles. La tercera vertiente de este entramado la componen los medios de comunicación. Estos cumplen un papel esencial: son los encargados de crear el ambiente y la coartada ideológica para que se acepte este estado represivo sin rechistar y aún justificándolo en aras de la seguridad.
Mientras que el libro se mueve en el terreno de la denuncia no hay ninguna objeción, éstas surgen cuando se adentra en los orígenes del sistema carcelario y sus alternativas...

(Continúa mañana)

Foto. (protestando con carteles de mano)
Cartas de lectorxs:

Ante la concentración-farsa que hubo en Zaragoza el pasado 5 de agosto varios jóvenes repartimos este comunicado días antes y el mismo día en el lugar de la concentración pese al acoso policial: Basta de montajes!:
Cartel de la denuncia del montaje sobre Alepo.
 
Esta concentración es un engaño Pantera Rossa junto a “Zaragoza Acoge” y “Bienvenidos Refugiadxs”, detrás de una mascarada hipócrita de moralina (retórica sobre la "Paz", los "Derechos humanos" y causas como la de “los refugiados” etc.) están promoviendo acciones como esta en favor de los terroristas yihadistas en Siria.
Por primera vez en años el ejército Sirio y organizaciones del propio pueblo consiguen recuperar buena parte de los distritos de una de las ciudades más importantes de la región, Aleppo; donde los terroristas con la complicidad y el apoyo por activa y por pasiva de los gobiernos occidentales y sus aliados –con grandes intereses económicos por desmembrar la zona-, desde hace años aplican las leyes de la Sharia, reprimiendo y ejecutando matanzas sistemáticas contra la población, contra la diferencia religiosa y contra cualquier tipo de disensión. Al Nusra (Al Qaeda en Siria), Estado Islámico y sus aliados se reparten esa zona del país. Famosas son sus imágenes cortando la cabeza de un niño palestino, que apenas hará una semana dieron la vuelta al mundo. Ese tipo de atrocidades llevan repitiéndose desde el 2013. En todo este tiempo, a las organizaciones mentadas les ha parecido poco conveniente organizar un acto de repulsa. Ahora, cuando empiezan a perder terreno, cuando sus “libertadores” salafistas retroceden, exigen un “alto al fuego humanitario” a la comunidad internacional. Esta convocatoria viene a pedir al gobierno sirio elegido democráticamente que frene la defensa de su gente. Sabiendo perfectamente que los terroristas no firmarán tregua alguna. Que la misma servirá para que estos grupos de asesinos se reagrupen. Y que el gobierno de Bashar al Assad está haciendo lo imposible para sacar a los civiles de allí, habilitando hasta 4 corredores humanitarios, prometiendo una amnistía y un juicio justo para los hostigadores que se rindan. Para justificarse emplean toda una serie de argumentos aparentemente "progresistas” y “neutrales”; nos invitan a frenar “la muerte y la destrucción”, a “frenar los bombardeos sobre la población civil”. Ocultan que el 77% de los civiles que aún viven en la ciudad, lo hacen en las zonas controladas por el gobierno. Callan que son estas zonas las que sufren bombardeos masivos por parte de la “oposición”. Apuntan a “Assad” sabiendo que mientras de los “rebeldes sirios” (la mayoría mercenarios provenientes de otros países) hay una ingente cantidad de testimonios de crímenes de guerra, que cualquiera puede rastrear por Internet, incluida la utilización de armas químicas, nada de lo atribuido por la prensa al gobierno ha podido ser probado.
Su interés, el objetivo de esta manifestación, es mantener un clima de confusión en la opinión pública, promover un halo de equidistancia ("Ni con unos ni con otros”) a base de palabras vacías que en la práctica se traduce en un dejar hacer al terror. Que no engañen a nadie. La lucha contra el terrorismo, contra el salafismo, el wahabismo, contra quienes asesinan en el nombre del Islam, la defensa de la soberanía frente a la agresión imperialista, debe continuar.”

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