miércoles, 21 de octubre de 2009

CARTA

ORGULLO DE COMUNISTA

Nací en Mora, provincia de Toledo, en 1930. Sólo fui al colegio en 1937 y 1938. Los fascistas ganaron la guerra y ya para los hijos de los pobres se acabó la escuela, especialmente para los niños con padres de izquierdas.
A los veintiún años tuve un accidente y me llevaron a Madrid, estuve ingresado en una pequeña clínica de la compañía Mapfre en la calle de General Sanjurjo. Tan mal nos daban de comer que cuando, a los dos meses, pude levantarme de la cama conseguí convencer a mis compañeros para hacer huelga de hambre. Después, sin contacto con Madrid, organicé en mi pueblo el Partido Comunista. Y desde entonces, en la brecha.
A estas alturas de mi vida creo poder manifestar el orgullo por lo que he luchado. Fui de los que llegamos al Partido pensando en darlo todo, jamás en recibir algo más que la satisfacción del militante.Durante la Dictadura no vi en la lucha más que comunistas. Otros muchos me lo han confirmado; entre otros, el recordado juez Joaquín Navarro. Y esto, amigos, creo que no debería olvidarse en esas páginas, más en estos tiempos en los que tanto se habla de memoria.
Los comunistas hemos sido los más sacrificados y los menos oportunistas. Ciertamente, al comienzo de la Transición, el PCE aceptó la monarquía, pero para mí y muchos otros fue una dolorosa traición, bien que la bandera bicolor nunca la vi donde estuvimos y continuamos estando los comunistas. Allí, la roja siempre y, por supuesto, sin renunciar a la República. Salud.

EUGENIO LOPEZ REDONDO
Parla (Madrid)
Recogido de la web de El Otro País

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