Unos 30 seguidores del fascista Frente Atlético acudieron al primer entrenamiento de Quique Sánchez Flores, una sesión a puerta cerrada en el Vicente Calderón, donde representantes de este grupo nazi se reunieron con algunos jugadores de la plantilla del Atlético de Madrid, entre ellos el capitán Antonio López, para hablar sobre la situación del equipo.
A pesar de que la sesión era sin público ni medios de comunicación, el club permitió, colaborando por “omisión” con posturas fascistas y violentas que este grupo ejerce a diario, el acceso al estadio de los seguidores fascistas del Atlético, que "pidieron" hablar con representantes de la plantilla.
En la reunión, el fascista Frente Atlético transmitió que estará con el equipo y le apoyarán para salir de esta situación, mientras que la plantilla, a través de su capitán, reiteró su compromiso de dar el máximo en cada partido.
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