sábado, 6 de marzo de 2010

CHILE: Un terremoto social, CRÓNICA


Crónica de siete días de seísmos
Un terremoto social en Chile
Auskin Madinabeitia
Santiago de Chile - Gasteiz

Viernes 05/03/10
A estas alturas todos nos habremos enterado del terremoto que en la madrugada del sábado 27/02 asoló la amplia zona centro-sur de Chile.
Era para ell@s el último fin de semana de las vacaciones de verano, así que mucha parte de la población se encontraba disfrutando de las pocas horas de costa antes de reanudarse el curso productivo y escolar.
A las tres y media de la madrugada del sábado los chilenos son acunados más que de costumbre. Suelen tener, habitualmente, unos diez terremotos diarios que no perciben.
Éste dura minuto y medio y es percibido con mucha intensidad.
Un baile que han soportado agarrados en algunos marcos mientras oían crujir a la tierra.
Eso ha bastado para dañar a millones de edificios en su estructura.
Se va la luz y no se vuelve a reanudar en las zonas más afectadas.
Toda la corriente eléctrica cae. El agua potable se acaba. La línea telefónica y la línea móvil se inutilizan.
A tientas y horroriza, la gente sale fuera de sus casas y se dan cita en los jardines o zonas despejadas de Santiago cinco millones de personas, con su pijama y algunas mantas. Dispuestos a seguir la velada en la calle, se acostaron en los jardines. Otras dos millones de personas hicieron lo mismo en Concepción y unas cuantas más en Valparaíso.
El tsunami
Aun no se sabe la intensidad ni la expansión que el terremoto ha tenido cuando la siguiente amenaza está por llegar. El tsunami que se produce después.
Un tsunami mal avisado por el gabinete de la presidenta saliente Michelle Bachelet, que culpa a La Armada de “error de cálculo”.
Aún así, y alertados por algunos medios, mejor informados y por lo tanto mucho más alarmistas, miles de personas salvaron sus vidas subiendo a los montes cercanos a sus poblaciones.
El tsunami llegó con dos o tres grandísimas olas, según localidades. El efecto es el de una gran riada, que conocemos aquí, solo que en este caso arrasa con todos los edificios dañados por el terremoto que se encuentra a su paso, y algunos más.
Aun se están evaluando los daños en la capital, en Santiago, cuando ocurre el tsunami en la costa. También será tardío el conocimiento que tiene el gabinete sobre los resultados del tsunami.
El terremoto ha dejado grado 8 (enormes desperfectos) en la capital. Algunos edificios han caído y hay numerosos daños estructurales en muchos otros.
Las carreteras y los puentes que unen Santiago con el sur, se encuentran completamente levantados.
El epicentro se haya allí, en el sur de la zona central del país. Y el tsunami ha afectado de lleno a Concepción, con capital Concepción, en la costa. Unos dos millones de habitantes. La segunda ciudad de Chile. Santiago y Valparaíso (más al norte), reciben menos impacto.
Los habitantes de las regiones más afectadas se componen. Comienzan a contar a sus muertos y los daños, que son inmensos.
Comienzan las réplicas del terremoto, que hasta hoy viernes 5 no han cesado. Late nuestro planeta en Chile.
La gestión
Los ministros afectados salen a la palestra para dar “todo tipo de explicaciones”.
Y declaran que “no habrá cambios en retomar el calendario laboral el lunes 01/03. Aunque se retrasa el curso escolar una semana”.
Para que los trabajadores puedan acudir a sus puestos de trabajo la línea de metro se activará completamente. Y se pide desde el ministerio “que los jefes tengan un poco de manga ancha con sus empleados, debido a la situación”. Palabras textuales.
Una compañera chilena residente en Santiago manifiesta que es un “placer” viajar en metro estos días por la capital, porque muchísima gente aun no se atreve a usarlo. Palabras de una temeraria.
Bueno, no sabemos si todos los operarios llegaron a estar en su puesto de trabajo porque -realmente- los desplazamientos eran penosos o imposibles. La verdad es que se quiso dar una situación de normalidad imposible. Y Santiago más o menos la consiguió.
Pero eso estalla en mil pedazos cuando se dan las primeras imágenes en televisión de los reporteros en las zonas más devastadas y la gente se horroriza, aún más.
Las imágenes mostraban saqueos en las cadenas de supermercados Lider, una de las grandes cadenas allá. Acciones improvisadas de grupos grandes de personas. Gente que no se ha podido hacer con la ayuda totalmente insuficiente y saqueaba los supermercados. Obteniendo de ellos productos básicos. Leche, comida, agua, aseo, pañales, etc. Pero todos los medios hacen hincapié en los cuatro o cinco que se llevan sabida tele de plasma. Todas las cadenas de televisión recogen esos actos como “impropios de un chileno”, indignos.
Estado de Sitio
Bachelet sale nuevamente a los medios para recitar el mea culpa. Tal vez nos hayamos confundido en nuestros cálculos... la catástrofe ha sido mayor de lo que esperábamos…tenemos compromisos internacionales… templanza Chile… fuerza Chile...
Y decreta el Estado de Sitio en algunas regiones. Que a ella le gusta llamar Estado de Emergencia. El aparato militar asume todas las competencias en las zonas. Se va a usar para causar represión al pueblo y se van a usar las armas si es preciso, vienen a decir, como si no lo supiéramos. Actúan como un ejército de ocupación. Igual que un Estado de Sitio, no de Emergencia. Todo para salvaguardar la propiedad privada y acabar con los saqueos a tiro limpio si es preciso.
Asombra primeramente la medida, pero no hay críticas reseñables.
Los temas de Estado se están tratando y ejecutando con acuerdo del gobierno que entra el 11 de marzo. Ha ganado las elecciones la derecha-cristiana de Piñera, que hace un llamamiento a la empresa privada para invertir en la reconstrucción del país. Para la nueva casta de empresarios que asume el gobierno chileno, les espera un plato servido de necesidades de todo tipo, especialmente en la rama de la construcción. Negocio claro.
Así que de inmediato ya comienzan a salir columnas de vehículos militares para el sur, para Concepción. En menos de doce horas ya estaban a pleno rendimiento allá. Patrullando las calles con tanques e instaurando el Toque de Queda largo. De seis de la tarde a ¡¡doce del medio día!!
La población contaba para su organización con solo seis horas, ¡y lo mucho que cada uno tenía por hacer! Si el objetivo de la operación militar es ayudar a alguien, creo que no lo han conseguido. “Pucha, para algo que nos manda la capital está roto” dirían ellos. Es lo inmediato que les manda la administración, los milicos.
Reanudaron el aeropuerto de Santiago y el miércoles 3 de marzo el de Concepción comenzaba a recibir las primeras ayudas. Después de cinco días. Agua potable, carpas para albergar a gente, primeros hospitales de campaña y poco más.
Se supo la suspensión del festival de Viña del Mar, ¡que lástima!. Y que Don Juan Carlos de Borbón suspendía su viaje programado a Chile. Justo cuando los demás mandatarios internacionales comenzaban a llegar, para prestar su ayuda.
La iglesia santifica la catástrofe y da ánimos a los feligreses por boca de Cardenal Francisco Javier Errázuriz.
Los jóvenes estudiantes que han visto prolongadas sus vacaciones se afanan en hacer bolsitas individuales de ayuda, ropa y alimentos no perecederos, en los locales de Cáritas o en la Cruz Roja. Aconsejan estos últimos que la población compre productos de primera necesidad, no caducos y los entregue en sus sedes.
Tras muchas réplicas ese miércoles 3 sacude una importante a todo el país. Es como un nuevo terremoto, grado 8, en Santiago, con cortes de suministro. La gente de la costa vuelve a subir a los montes en prevención de un nuevo tsunami. Pero no lo hay. Como os podéis dar cuenta así no hay forma de organizarse.
Le vuelvo a prevenir seriamente a mi compañera que use lo imprescindible el metro, después de que se notificara que las réplicas podían durar todo el mes, y aun y todo también podía activar a los volcanes.
Los científicos ya tenían hecho el cálculo. El terremoto del pasado día 27 había oscilado 8 centímetros y pico el eje de la tierra y en consecuencia acortaba el día y las horas de luz.
No estamos a una semana del terremoto y han pasado muchas cosas. La población afectada o no, está triste y cansada. Muy cansada.
El show televisivo y la apariencia de normalidad en la capital no para.
Ya se han restablecido los culebrones en algunas cadenas y el show Teletón tv (Chile ayuda a Chile) se ha puesto en marcha para hacer un día de colecta que con suerte llenará 150 camiones de ayuda. No es mucho (nada) pero tiene muchos beneficios económicos la operación televisiva. “Salvemos Chile” dicen algunas voces políticas.
Patricio Acosta, Vicepresidente de Cruz Roja aseguró que para el jueves 4 de marzo se mandarían 4 camiones para Concepción. Supongo que lo considerará todo un hito.
El seísmo social
Nuestra atención ha de estar en muchísima gente que ha sufrido. Que se encuentra con lo puesto. Sin vivienda o sin posibilidad de habitar en ella. Que lo ha perdido todo, absolutamente todo.
Y no se trata de un país, se trata de una clase social, la operaria.
Van a levantar Chile todos ellos pagando una pobreza mayor, más IVA.
A parte de las incompetencias, de las críticas, de todo este despropósito hemos de tener claro que hay que ayudar a estos compañeros, mundialmente. Amortiguar el golpe para que la pobreza no caiga en ellos como una losa.
“Pobre Chile”, piensan algunos, las rapaces ansias de ganancia de los empresarios se verán saciadas por préstamos internacionales, fondos de emergencia y similares, que engordaran más los bolsillos de los que ya dominan económica y políticamente Chile. Creando mayores desigualdades sociales. El Chile del terremoto, ha mostrado las diferencias sociales inmensas reinantes allá, y ocultadas al mundo, que hoy, más que salir, revientan a la luz.
Hay quien pide la descentralización urgentemente, las ciudades y pueblos deben tener más autonomía. La sociedad debe hacer otro contrato social que contemple la regularidad en que se manifiestan las tragedias naturales y políticas del país.
La opulencia y la precariedad será siempre una condición para una consecuente réplica, y que se manifestará en el momento menos pensado.
Resaltaba René Dintrans en el Clarín, “…no me parece propio que la fuerza pública esté vigilando las grandes tiendas y megamercados cuando lo urgente es ir en ayuda de los afectados por la tragedia. Yo habría esperado de las sociedades que controlan el comercio de los alimentos que los hubiesen donado a la población, así se habrían evitado estas chocantes imágenes, y también que se descompusieran los alimentos perecederos. No ha ocurrido lo mismo con decenas de modestos comerciantes afectados tal como sus vecinos que en cambio repartieron lo que tenían. Esa solidaridad no ha salido por la TV…”.
Organizaciones de clase
Las organizaciones obreras y sindicales, estudiantiles, de mujeres, pobladores y de la izquierda denuncian abiertamente al gobierno y a la derecha y exigen el retiro inmediato de la ocupación por parte de las Fuerzas Armadas. Además, desde la CUT, la FECH y demás organizaciones sociales se esfuerzan por expandir la organización y la más amplia solidaridad con las familias damnificadas, garantizando la distribución de abastecimiento y alimentación a la población. Aseguran que “es necesario empezar a organizar además la más amplia unidad de acción para coordinar estas acciones e impulsar la movilización social ante la grave crisis social que se está produciendo. Preparar una gran acción unitaria de los trabajadores y del pueblo pobre, junto a las mujeres trabajadoras este lunes 8 de marzo puede ser una verdadera demostración de que la clase obrera, encabezada por la CUT junto al movimiento de mujeres, estudiantil y poblador, puede tomar en sus manos la solución a esta catástrofe”.
Viernes, última hora de la noche. La cifra oficial asciende a alrededor de 800 muertos.

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