miércoles, 3 de noviembre de 2010

Cartas y opiniones. Sobre la grave situación sanitaria de Isabel Aparicio, presa política del PCE(r) y el intento de aislamiento total


"¿Ha habido alguna vez un instante de justicia para los pobres? Toda esa mierda sobre la democracia y las oportunidades con las que los alimentaban era sólo para evitar que quemaran los palacios. Claro, de vez en cuando había un tipo que salía del vertedero y lo conseguía. Pero por cada uno que lo conseguía había cientos de miles de enterrados en los barrios bajos o en la cárcel o en el manicomio o suicidados o drogados o borrachos. Y muchos más trabajando por un sueldo de miseria, desperdiciando su vida por la mera subsistencia. La esclavitud no ha sido abolida, solamente se ha expandido para incluir a nueve décimas partes de la población"
Charles Bukowski. Escritor
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EJEMPLOS de INTERNACIONALISMO:

*Intentar hacer total el aislamiento de las y los presos políticos

“Recibí la foto de Arantza Díaz, por envíos a tres vías y tras meses... y a ella le mandé una larga carta que, como siempre, dentro de unos meses me devolverán, como las últimas. Fíjate que en octubre de 2010 me devolvieron una carta dirigida a Alfredo (exmilitante del SRI preso político en Italia), sellada por mí el 5 de abril de 2009... ni caminando se podía demorar tanto, jaja. (…) Parece que yo no podré ir a la Conferencia de Solidaridad con los presos políticos en Londres, pues resulto estar en la lista negra de ese Reino...”

Una solidaria. Italia

*Muy preocupante situación sanitaria y médica de Isabel Aparicio Sánchez, presa política del PCE(r)

Le solicito humildemente a todos los miembros de esta lista de distribución de correos internacional que tengo, hagan algo con las influencias y contactos que tienen para interesarse por los prisioneros políticos españoles que están siendo maltratados y torturados en las prisiones españolas.
No olvidemos que los cubanos y cubanas que hemos sido perseguidos y presos políticos, conocemos bien de cerca lo que es el despotismo del estado cuando estamos dentro de las prisiones. Cubanos y españoles somos hermanos, descendemos casi todos del mismo tronco común. Estamos muy emparentados.
No olvidemos a nuestros hermanos protegidos por los Comités por un Socorro Rojo Internacional (SRI) en la península ibérica, que la están pasando muy mal.
Nosotros nos creemos que somos el ombligo del mundo y nada de eso, no lo somos. Debemos solidarizarnos con nuestros hermanos y hermanas confinados bajo muy difíciles condiciones en las prisiones españolas.
No olvidemos que cuando la guerra de independencia nuestra, muchos cubanos blancos y negros cumplieron sentencia allí, en Ceuta y Melilla. Hubo muchos independentistas españoles luchando juntos codo con codo con los cubanos en aquella guerra.
Y no olvidemos tampoco el gran sacrificio que hizo por nosotros, el gran luchador Michelle Angiolillo Lombardi que nos ahorró miles de vidas de cubanos y cubanas que se salvaron por su acto político.
Miremos lo que le ocurre a Isabel Aparicio Sánchez, presa política del Partido Comunista de España (reconstituído).
Cuando estamos dentro de las prisiones ya no importa para el opresor que seamos comunistas o anticomunistas.
Ayudémosla por favor.
Con respetuosos saludos

Julio Soto Angurel
jusoan@hotmail.com
Cliffside Park, New Jersey. 07010. USA
((Militante comunista cubano, en el exilio))


*«Wikileaks in Spain»
Jon Odriozola

Periodista
GARA 2 noviembre 2010

Me mandan una carta por el correo temprano, en esa carta me dicen que cayó preso mi hermano o hermana.
«Cuando entré -otra vez- en prisión en junio de 2007, con 53 años, mis problemas físicos eran artrosis en los pies, sinusitis grave crónica y haber sufrido una flebitis. Mi situación hoy, octubre de 2010, ha cambiado: la artrosis deformativa (pies y manos) avanza, la sinusitis se ha agravado y no me permite descansar ni dormir ni una sola noche con ataques de tos insistentes seguido de asfixia.
Toda la atención que he recibido ha sido suero y dos salidas al otorrino. Me dieron un nebulizador. El otorrino apunta que regrese `en tres meses', algo que supe mucho después, una negligencia más de la que, encima, debí de tener yo la culpa por no avisar de algo que ignoraba y, para colmo, tengo que oír que mis pulmones deben de estar `buenos' después de `tres años y pico así'».
La carta sigue: «como consecuencia de la extirpación de los ovarios en 2008, con 54 años, y la consecuente ausencia de hormonas, ha aparecido la osteoporosis. No me han dado un tratamiento preventivo. También padezco cataratas en un ojo por el que ya casi ni veo y que me tendrían que operar, pero ni se sabe cuándo. Me han dado unas gafas que no se corresponden con mi graduación actual. Lo más grave son las vértebras lumbares. Me dan pastillas de Ibuprofeno e inyecciones que puede que me dañen los riñones -cálculos- y el páncreas. La única solución es la cirugía, pero aquí, en Ávila, no la realizan y hace un año que espero que me la realicen en la Unidad de Neurocirugía de Salamanca, el tiempo de que termine en una silla de ruedas, como me dijo una doctora.
El artículo 36.1 del Reglamento Penitenciario dice que los médicos tienen potestad para pedir una ambulancia para el desplazamiento al hospital dejando claro que a la hora de la conducción primarían los criterios médico-sanitarios a los policiales. Sin embargo, la realidad carcelaria es muy diferente. Ya ves que estoy hecha un cristo (o una magdalena), `gracias' al plan de exterminio contra la disidencia política de un Estado, el español, que se dedica a dar lecciones de `derechos humanos' y otras monsergas.
Un abrazo, Isabel».
Ya hace algunos años escribí en esta misma sección que la etiqueta «derechos humanos», ese lábel, o el «derecho a la vida», es una de las últimas coartadas o alibís de una burguesía y una oligarquía condenadas a desaparecer pero que, claro, no se dejan si no las empujas.
El capitalismo -según Marx y Engels- vino al mundo chorreando sangre. Guillotinando monarcas y, después, vampirizando hemoglobina obrera. Es ahora que, moribundo, sin ideales, caquéxico, enarbola la bandera del «derecho a la vida». Por descontado, a la suya. Un eudemonismo burgués que no tolera que ataquen lo más sagrado para él, por encima de su hipócrita derecho a la vida: el derecho a la propiedad. Todo arranca de aquí. Vale.

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