jueves, 15 de marzo de 2012

Carta de Juan García Martín desde Puerto III. ¿Qué pasó en 1936?

 
Cartas desde prisión:


Juan García Martín, militante del PCE(r)

Puerto III, módulo 8, 1-III-12


Queridos amigos: ¿Cómo van esos cuerpos serranos? Por aquí no hay novedades dignas de mención; sigo en el módulo con dos vascos (uno de ellos con la “Parot” encima desde hace 6 o 7 años), con lo cual, ya está casi todo dicho: tampoco para ellos hay “novedad” por más concesiones que en la calle se están haciendo.

¿Conocéis la fábula del escorpión?. Pues había una inundación y quedaron aislados una tortuga y un escorpión. Éste le propuso a la tortuga que le subiese al lomo para que pudiera salvarse. Naturalmente, la tortuga le dijo que no, que le podía picar. El escorpión juró y perjuró que no, que cómo iba a hacer eso, que se ahogaría también, etc, etc. Tal insistencia prestó que la tortuga aceptó y dejó que el escorpión se subiera a su lomo. Cuando iban en medio de la riada, el escorpión picó a la tortuga. La tortuga, mientras moría, le dijo: ¿Cómo has podido hacer esto, si moriremos los dos?. Y el escorpión le respondió: Lo siento, es mi condición y no puedo escapar de ella.

Hay algunos que nunca han querido reconocer que el escorpión tiene su “condición”; que no puede escapar a su esencia agresora, depredadora, asesina. La famosa frase “No nos importa el Régimen que tienen los españoles”, que se viene repitiendo desde 1936, sintetiza su ignorancia -buscada en muchos casos- de la naturaleza de ese escorpión que a todos nos “pica”. ¿Acaso vale una “estrategia de seducción” para hacer variar su condición?

Acabada mi vena de maestrillo de escuela, aprovecho para daros cuenta que he recibido de vosotros “El Karma”, “Gallopinto”, “Diagonal” y varios sobres de recortes de prensa e información.

Carmiña os manda abrazos. De Laureano “Gorka” (Ortega) no sé nada directamente y tiene que ser su madre desde Euskal Herria a través de carta la que nos cuenta cosas de él.

La que está bastante mal es mi madre; sus noventa y pico de años se han hecho presentes y está en el hospital. Por lo menos, pudimos vernos en diciembre en un vis. En fin, cosas previsibles.

Un abrazo. Cuidaros.


Juan”

 
Memoria Histórica:



Era el verano del año 2004 y mi padre tenía 76 años. Hicimos una excursión, de esas de hermanos, sobrinos, tol día fuera, comer en el campo... a su pueblo natal. Decía que estábamos recorriendo los mismos callejones en que él se cagaba de miedo de niño, sin ninguna luz, con el monte a escasos cien metros, con montañas escarpadas, una tras otra y siendo zagal de pastor...

Se paró en un recoveco, y recuerdo la anécdota a fuego porque nunca más se la volvimos a oír.

(Julio de 1936) “Por aquí -indicando con el dedo un largo trayecto entre callejuelas- dos falangistas arrastraban con un gancho de su tienda cogido de la boca al carnicero del barrio, que luego decían en casa que era del Partido Comunista, y como nos quedamos mirando el reguero de sangre por toda la cuesta abajo, nos dijeron “¡chavales, iros de aquí u os hacemos lo mismo que a este!”. Salimos corriendo a cien por hora”.

Absortos, mirábamos al suelo como intentando encontrar, aun, alguna motita de sangre seca de aquel brutal asesinato, tanto a ojos de unos niños de 8 años como de cualquier persona psíquica y emocionalmente humana. Luego seguimos descubriendo enormes bellezas que por ese día nos hicieron olvidar ese encuentro de cinco minutos con la infancia robada a unos chavales que con esa edad jamás pudieron olvidar aquellos momentos en el resto de sus vidas, otra cosa es que no los contasen.

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