jueves, 6 de diciembre de 2012

No hay bozal // Alfonso LIBERTAD! // Creadores de la Memoria // A la "Lechuguina".

TODO ATADO y BIEN ATADO

Pablo Hasél. No hay Bozal

http://www.nikonecons.net/2012/11/18/pablo-hasel-no-hay-bozal-videoclip/  
ALFONSO LIBERTAD!!

En la Huelga del 14 de noviembre, fueron detenidas solo en Vallecas (Madrid) 14 personas de las más de 30 que pasaron por los juzgados de Plaza Castilla, y una de ellas permanece en prisión preventiva, Alfonso.
Alfonso y Daira fueron retenidos en la mañana del 14, cuando se dirigían a participar como piquetes, y se les requirió la documentación a escasos cien metros de su casa, y a partir de ahí dio comienzo la pesadilla.
Acusados de tener en su poder material para cometer actos vandálicos se les traslada a la Comisaría de Moratalaz, donde se les separa y somete a intermitentes interrogatorios sin la presencia de su abogado.
Pasadas 30 horas de veladas amenazas y presión psicológica para inducirles a declarar, lo hacen cuando se permite la presencia de su abogado. Durante ese tiempo se cursan sendas órdenes de registro: para la sede de Bukaneros y para los domicilios dónde viven los jóvenes con sus familias.
Registrado el local de la peña de fútbol del Rayo Vallecano, junto con los archivos de fichas de socios y pancartas, hay sprays y bengalas, material que incauta la policía. Y de sus viviendas se llevan ambos móviles tras proceder a un registro domiciliario.
Tras 72h. retenidas , 13 de las personas detenidas quedan en libertad con cargos y Alfonso, por expresa petición del Ministerio Fiscal y según el auto de la jueza de guardia, ingresa en prisión esa misma tarde por Alarma Social (figura que desde 2007 desaparece del código penal para preventiva), siendo ingresado en la prisión de Soto del Real.
Alfonso ha sido clasificado como preso FIES 5 con todo lo que esto supone de represión.

*FIES Ficheros de internos de Especial Seguimiento y Control:
Grabación de todas las llamadas telefónicas que el Interno realice al exterior. Fotocopia de toda la correspondencia entrante y saliente del Interno. Grabación de las Comunicaciones. Observación y anotación diaria por parte de los carceleros del módulo de todas las actividades que realiza el Interno (compañeros, paseos, lecturas, destino, etc.) Control de la comunicación del Interno con su abogado. Restricción de las personas que comunican con el Interno, ya sean comunicaciones directas o telefónicas. Lista cerrada de 10 personas cada seis meses. No pueden convivir dos Internos F.I.E.S. en la misma celda. Cambio continuo de celda. Cambio constante de Centro Penitenciario, sin tener en cuenta la vinculación familiar del Preso a una ciudad determinada. Dificultad para acceder a cosas comunes, cursos... Al Interno se le aplicará la Libertad Condicional a las 3/4 partes de la condena, no a los 2/3. De facto, esto tampoco se cumple. Cacheos continuos de su celda.

Info de Solidaridad Obrera

CREADORES de la MEMORIA: Roma no paga a traidores
 
A Encarnación Moreno, la «Lechuguina»

(A la memoria de todas las viudas víctimas del genocidio franquista que comenzó en 1936)

Encarna Moreno, de Dicastillo, ha muerto con 101 años de edad en la clínica de San Juan de Dios. El apodo de Lechugina lo heredó de su padre, pastor e hijo de pastor, de Arellano, que le enseñó el oficio desde los 7 años. Poco fue a la escuela. «Los pastores se hacen esclavos para ser libres». Con sus cabras era la reina de Montejurra. Encarna ha sido una mujer guapa de intensos ojos azules y firmeza en la mirada.

La noche que cumplió los 100 años le hizo un quite al miedo y rasgó la mordaza de silencio que marcó toda una vida nada fácil. Empezó a contar, como si fueran fogonazos de memoria viva, el asesinato de su marido Fortunato Alvarez Macua en 1936. «Que se presente» dijeron los fascistas. Ella fue a avisarle, estaba segando en el campo. «Me van a matar padre». Los campos quedaron sin segar, las espigas tumbadas y no había brazos, estaban en la cárcel. Los sacaron a barrer las calles, a burlarse de ellos antes de matarlos. Después se los llevaron en un coche y de noche, con las manos amarradas, un tiro de gracia en el portillo de Enériz y abandonados en una fosa común. Encarna no pudo empezar a respirar hasta que salió del pueblo, dejando allí a su hija de un año al cuidado de su suegra. Sufrimiento hondo y pena negra.

Navarra quedó sembrada de fosas comunes, no vale contar porque no son números las más de 3.500 personas asesinadas con nombre y apellidos, que dejaron viudas, viudos e hijos, madres y padres, hermanos y hermanas. Casados o solteros, de tal pueblo, fecha de nacimiento, oficio, ideas republicanas, de izquierdas, nacionalistas, que lucharon por recuperar el comunal, la jornada de 8 horas, el estatuto vasco... por que se cumpliera la legalidad republicana.

Reparar su memoria y la de sus familias y denunciar aquella matanza es obligación de cualquiera que tenga responsabilidad de gobierno municipal. Es mezquino seguir callando crímenes de lesa humanidad porque las fuerzas políticas pactaran aquel consenso y la consecuente imposibilidad de hacer justicia. El genocidio no prescribe.

Encarna Moreno dijo a su nieta hace poco tiempo: «Cuando me muera decid que fui roja». Encarna fue roja y republicana y conservaba la lucidez de aquella generación que no fue educada en el franquismo, a la que masacraron y represaliaron para que nos dejaran como herencia el miedo y el silencio. Solo se permitió la memoria de los vencedores.

Pero esta mujer de 101 años, que sintió mucho no poder ir al homenaje a las víctimas del Franquismo en Dicastillo, cuando recibió en la clínica la bandera republicana, se echó a llorar y se secó las lágrimas con ella, bandera que significó la libertad desde los tiempos de Galán y García Hernández, Libertad con mayúsculas, hecha con los brazos que la mantenían, con la vida de todos aquellos jornaleros mártires, navarros dignos, gentes de bien. Y Encarna levantó el puño ante la bandera, como entonces.

Urales San Pedro, a quien le dejaron sin padre cuando no había cumplido el año, me mandó este escrito en agradecimiento por el homenaje: «Se les va a juntar a nuestros nietos la Memoria Histórica de nuestros abuelos con nuestra propia Memoria Histórica. Nos están matando sin mancharse las manos de sangre y nosotros nos estamos enterrando sin cavar nuestras propias fosas comunes».

¡Qué solos se han sentido los familiares! Encarna se ha ido satisfecha porque ha denunciado («el pueblo tiene que hablar, no yo»), y porque se ha hecho algo de justicia: la reparación pública tocaba hacerla al pueblo. Y la hemos hecho. Hasta siempre Encarna, descansa en paz. Nos dejas una valiosa herencia.

Mari Jose Sagasti alcaldesa de Dicastillo (Nafarroa). En GARA

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