viernes, 15 de febrero de 2013

Marian, Carmen BIENVENIDAS // Cartas de lector@s.

HOMENAJE a la DIGNIDAD

Marian Ruiz Villa y Carmen López Anguita. ¡¡Bienvenidas!!
Cena homenaje en Madrid a las militantes revolucionarias recién salidas de prisión tras 10 años y medio de cárcel en el caso de Marian y de 29 años presa en dos etapas en el caso de Carmen.
Amigas y amigos, compañeros de lucha y solidaridad, se reunieron en un entrañable homenaje a estas dos luchadoras. Buen ambiente, camaradería. Se rifaron unos cuadritos que había realizado Concha González Rodríguez en Brieva, y se sacaron 120 € para los peculios de lxs presxs políticxs.



Nota para los colectivos:
El apartado de correos 3205 de Vitoria-Gasteiz, tras 23 años de estar abierto, Correos cierra esa oficina sin avisar, y tenemos que anular dicha dirección postal. Perdón por las molestias y devoluciones que se están dando.


Cartas de lectorxs:

Mis padres son de San Vicente de Alcántara, Cáceres. El padre de mi madre (mi abuelo) luchó contra el golpe de estado que dieron los fascistas, fue preso y “murió de pulmonía” según consta un certificado de la época que le dieron a mi abuela, en la época de ZP, cuando la Memoria Histórica. Empecé a dar palos de ciego, hasta que me remitieron al Centro Documental de la Memoria Histórica en Salamanca, donde me mandan una fotocopia de un listado donde viene mi abuelo y más compañer@s del Socorro Rojo Internacional, la fecha de afiliación (4-4-37), del Comité Local de Villaverde, y el nº de afiliado, el 115. Y también me mandaron una fotocopia del registro del cementerio, donde vienen sus datos, pero estoy convencido que fue asesinado, por que dice que es viudo, cosa que es mentira. O quizás mi abuelo para no meter a mi abuela, a mi madre, y a mi tía dijo que era viudo, y que tenía 37 años, cuando mi madre me ha dicho que tenía 27.
Solo busco algo más de información posible de mi abuelo, me gustaría saber si me podéis decir donde dirigirme, o qué hacer.
Pablo


1 comentario:

  1. Me llena de alegría vuestra liberación camaradas -permitidme que os llame así- y se me saltan las lágrimas por ello. Espero que dentro del tormento al que la burguesía os ha sometido no se haya visto vuestra salud excesivamente deteriorada. Os agradezco con todo mi corazón vuestro sacrificio. Ahora, respirad el aire (aunque polucionado), acostumbraos a ver en las distancias largas y disfrutad de la vida en la compañía de quienes os quieren, que no son pocos. Bienvenidas a la jaula grande, camaradas Carmen y Marian. GueRrilla, Madrid.

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