Huelga de hambre a tumba abierta de los presos de guerra en Guantánamo. Están siendo alimentados a la fuerza
130 presos de guerra secundan la huelga de hambre.De ellos, a la mitad de los presos que están en huelga de hambre en la base estadounidense de Guantánamo en tierra cubana están siendo alimentados a la fuerza, según Carlos Warner, abogado de varios de los detenidos.
El Pentágono afirma que “de los 166 prisioneros, solo 83 secundan la huelga de hambre y que a 16 se les está alimentado en contra de su voluntad a través de sondas nasogástricas”. Nos suena demasiado parecido a las mentiras que España declaraba internacionalmente en la huelga de hambre de 1989 a 1991 de los presos políticos comunistas y antifascistas. Incluso un día antes de la muerte de José Manuel Sevillano, el ministro había dicho que la huelga de hambre era ficticia.
Carlos Warner, abogado defensor de varios de los presos de Guantánamo, aseguró que, según sus informaciones, más de la mitad de los que están en huelga de hambre están siendo forzados a comer.
Las cifras oficiales dadas por el Pentágono sobre el número de detenidos que están en huelga de hambre ascienden a la mitad de los 166 que se encuentran en este centro de detención, mientras que el abogado aseguró que son 130 los que secundan esta protesta.
Warner denunció que la actitud del Ejército y de Obama respecto a la huelga «solo está aumentando las ganas de morir» de los presos. La huelga comenzó el pasado 6 de febrero después de que guardias confiscaran fotografías y otras pertenencias durante una revisión de las celdas y en protesta por las «duras condiciones disciplinarias» en las que viven en los barracones de este centro de detención, que Obama prometió cerrar durante su primer mandato como presidente. Los prisioneros alegaron que los guardias habían maltratado sus ejemplares del Corán, calificando el hecho de «profanación religiosa». El Ejército declinó decir qué causó el registro a las celdas. Pero, pese a que este allanamiento fue la causa inicial, abogados remarcaron que esta protesta refleja la frustración ante la detención indefinida que padecen.
Uno de esos presos, Abdalmalik Wahab, que lleva 11 años encarcelado, ha cumplido 55 días en huelga de hambre. Al igual que Uthman Uthman, han perdido más de 20 kilos de peso. Ambos están siendo alimentados forzosamente. Al igual que otros 70 presos de los que no se puede acceder a más información
En la conversación de hora y media que mantuvo con su abogado, Wahab advirtió que los presos en huelga «sienten la llegada de la muerte». Según él, únicamente un acuerdo sobre la manipulación del libro sagrado los convencería de volver a alimentarse normalmente. «Quieren reglas claras. Nadie escondería nada en su Corán, aunque lo quisiéramos. No quiero que lo insulten, lo necesito para vivir», agregó.
En opinión de Remes, que defiende a 15 detenidos, entre ellos 13 huelguistas, este movimiento «no tiene precedentes por su amplitud, su duración y su determinación. Es la manifestación última de su desesperación» cuando para ellos se aleja cualquier perspectiva de salir en libertad. Instó al Pentágono a respetar su voluntad y a no alimentarlos a la fuerza.
Uthman le contó cómo fue alimentado a la fuerza, sujetado a una silla de ruedas y cómo vomitó sangre y perdió la conciencia. Subrayó que no confían ni en el nuevo comandante de la prisión ni en el Comité Internacional de la Cruz Roja, que llegó antes de lo previsto a Guantánamo. Es la única organización autorizada a reunirse con los detenidos. «Nadie les habla», reveló a Reuters a través de su abogado, que denunció la falta de agua potable y las temperaturas «extremadamente frías» impuestas en el campo 6 para quebrar la huelga de hambre.