Foto. Milagros Ortega en manifestación libertad pres@s enferm@s. |
Entrevista
con Milagros Ortega, madrecita coraje
“Mamando
la cárcel desde niña, primero con mi madre y luego con mi hijo
Laureano, que me despertó”.
¿Quién
en el mundo solidario con lxs presxs políticxs no conoce alguna
referencia sobre Milagros Ortega Díaz?.
Teníamos
pendiente una entrevista con ella. Con otra de las madrecitas coraje.
Como
se pudiera decir, sigue siendo una de las mayores gastadoras de
sellos de Correos, pues sigue escribiendo incansablemente a las
cárceles españolas.
O
sea, escribir le gusta, y de hecho nos trae unos apuntes de su vida
que sus hijos nos recuerdan “los ha escrito antes varias veces,
como parece que no le quedaban tan bien, los rompía en cachitos
microscópicos, insalvables”. Sigue leyendo -ya muchos libros
en su vida-, pero había un problema con el teléfono y otros medios,
y solo salvable cara a cara.
Milagros
está ya sorda “como una tapia, hijo. Cobran hasta 3000 euros
por aparatejos de estos y sigo sin oír nada”.
Así
que tras tanto tiempo, ahí la tenemos sentada delante, con sus “para
83” años, en un ambiente
relajado.
En
agosto de 2013 sufrió una operación de cáncer de pecho, pero
le hace hasta chistes. Lee en
los labios bastante bien, pero si hay duda se le escribe la pregunta
en una pizarrita.
Pero
todo lo demás juega a favor del entrevistador.
Su memoria, solo se puede
calificar de prodigiosa. Fechas concretas, dataciones exactas.
Esperemos
sea de vuestro gusto. Se lo dedicamos a todas las madrecitas corajes
de presxs políticxs.
-En
abril de 1931 la Segunda República llega a España, el borbón se
tiene que exiliar y Milagros Ortega Díaz nace el 11 de noviembre de
1931 en Vallecas, Madrid. Cuéntanos esa situación.
-Nací
en Vallecas y en diciembre de ese mismo año, con un mes, nos
trasladamos a la calle Esparteras 12 y 14 de la capital, ya que mi
madre se coloca allí en una portería. Mi madre era de Madrid y mi
abuelo materno trabajaba en las oficinas de Renfe, era de familia
bastante bien, pero se murió mi abuela y él se volvió a casar.
Ella sacó a mi madre del colegio y la puso a servir. Llegó a servir
en casa del médico del rey.
A
los 23 meses nace mi hermano, así que para finales de 1933 una
familia obrera desarrolla su vida en una portería del centro, luego
he leído que en el agitado Madrid del Gobierno CEDA.
Mi
padre era de Campillo, del valle de Mena, un pueblecito
de Burgos. Trabajador del campo y después obrero. Comunista.
En 1934 se puso a vender sartenes por la calle Toledo en
Madrid. Se pasaba mal, luego te enteras que había mucho paro....
(parece venirle su imagen al recuerdo)
Tuvo que trabajar muy duro.
El
18 de julio de 1936 los fascistas dan el golpe de Estado contra el
gobierno legítimo del Frente Popular, y mi padre se presenta
voluntario para combatir en los batallones comunistas. Los fascistas
le hieren de dos balazos.
Mis
recuerdos son muy tristes, bombardeos en Madrid sin cesar, en mi casa
cayeron 3 obuses y 1 bomba. Y mi padre en la guerra. Comíamos
lentejas con arroz, hambre no, pero necesidad sí. Pero sí muchos
evacuados, ver a la gente con colchones ir a dormir al metro.
Las
hemos pasado muy putas (reconoce
tras
sumirse en una reflexión antes de continuar hablando).
La
guerra acabó el 1 de abril de 1939, y a mi madre la echan de la
portería. Nos tenemos que ir al barrio de Usera y en mayo de ese
mismo 1939 vinieron a por mi madre dos señores que decían que era
para una declaración y que sería para 2 horas. La metieron en la
cárcel. Pudimos ir a verla al cabo de 20 días. Recuerdo con mi
padre ir a llevarle comida. Un día, me viene a la memoria como yendo
a verla un amigo de mi padre le dice -¿Dónde vas? -A llevarle la
comida a Lupe. Y le dice, -Vuélvete, están deteniendo a todos.
No
veas que jaleo recuerdo de Ventas. Allí entrabas a una sala grande,
una verja, un pasillo y otra verja. En una las presas, en la otra las
familias. Horroroso. Y yo tenía 7 años.
La
tuvieron tres años y medio presa, con tres ataques que tuvo, y salió
enferma.
Recuerdo
en 1982 como estando yo en Madrid y Laure en Herrera de la Mancha, en
Ventas, le digo a otra madre de ese barrio -¿oye, aquí no había
una cárcel?. Y me dice -¿pero cómo puedes saber tú que aquí hubo
una cárcel?. -Pues porque estuvo mi madre presa aquí. Y en Claudio
Coello.
Así
he ido yo recordando tantas cosas.
Siempre
recuerdo una frase de mi madre “que no tengáis que pasar lo que
hemos pasado nosotros”.
Foto. Milagros en el recibimiento a Enrique Kuadra, junto a una solidaria. |
-¿De
qué le acusaron?
-De
“Roja peligrosa”, pero no tuvo juicio alguno.
Murió
en 1972, había estado 21 años totalmente dependiente, haciendo sus
necesidades en la cama, tras un paralís en 1951 que la dejó inútil
todo el lado izquierdo, pero se cayó y todo fue a mucho peor.
Mi
padre murió con 62 años, en 1961, de una pulmonía.
A
mí mientras tanto me mandaron a Concejero, Valle de Mena, hasta que
mi madre salió de la cárcel, y no la pude volver a ver hasta que
salió.
La
impresión fue otro susto bestial para una niña de 8 años. Yo iba
de la capital de España de recibir bombazos a donde unos abuelos que
no conocía y en el pueblo no teníamos ni agua, ni luz más que de
dos bombillas, una en la cocina y otra en la cuadra, ni un aseo. Se
me cayó el mundo encima. Pero lo que sí había era una artesa llena
de pan ¡con el hambre que yo tenía! tras el fin de la guerra. Al
mes llegó mi hermano y ya fue distinto, alguien que conocía y él
sí les conocía.
Al
volver a Madrid la situación era terrible. Siempre comiendo gachas.
Boniatos asados y algarrobas quitadas a los caballos. En 1945 cogí
el tifus. Luego leí en un libro que en aquellas épocas, la gente
comía por hambre las gachas envueltas con el serrín de los pinos
que se llevaban los americanos... (se
le cae una lágrima por la mejilla)...
-Muy
duro de recordar. Hacemos un
inciso. Te casaste y
emprendiste, digamos, nueva
vida.
-Me
casé con 22 años. Seguimos viviendo en el Valle de Mena con mis
padres, pues había que atender a mi madre dependiente.
Y
vinieron 7 hijos (en el 55, el 56, en el 58 ya viviendo en Santurtzi,
en el 60, 62, 63 y 1965); 12 nietos y 4 biznietos.
Mi
marido murió en 1979 con 47 años. Me quedé viuda, a esa misma
edad, con 2 hijas y 5 hijos jóvenes y 10.000 pesetas de pensión.
-Y
tu vida cambió de nuevo profundamente en 1980. Tu hijo Laureano
desaparece de casa. Ha ingresado en los GRAPO.
-Sí,
un cambio total, pues en enero de 1981 detienen a Laure. Nos
enteramos de que estaba detenido a los 10 días, que mis hijos que se
acaban de enterar me dicen “mañana nos vamos a Madrid, Laure está
preso en la cárcel de Carabanchel”. Fueron unos días terribles,
allí que se fueron con ropa, una manta y dinero para su hermano. La
segunda semana fueron otros dos hermanos suyos y la tercera semana
fui yo.
Mira,
nada más llegar a Carabanchel empecé a recordar cosas, colas de
mucha gente, los guardias al entrar para comunicar... Me puse a
llorar. Mis hijos me cogieron y me pedían tranquilidad y que no
llorase. Me tragué las lágrimas y conseguí ver a Laure.
Ya
no era la misma cárcel que yo conocía, la de Ventas, pero aquello
me hizo recordar mi vida de niña.
Bueno,
eso, que me citan al juzgado, pues Laure tenía 18 años, los 19 los
cumplió en Carabanchel. Le condenaron a 5 años pero le tuvieron 3
años y 10 meses. También en aquel 1981 a mis dos hijos pequeños
los detienen, y los zurran con ganas. Uno de ellos tenía 16 años y
el otro estuvo luego un mes sin salir de casa del terror que le
ocasionaron. Asaltan la casa e iban buscando ¡un helicóptero!.
Luego
sueltan a Laure en octubre del 84 y le vuelven a detener en enero del
85.
Pero
ya en el 84 le detienen en Sestao por un busca y presentación de la
mili por unas horas. Fuimos toda la familia a comisaría y nos
detuvieron a casi todos. En mayo de 1987 le excarcelan y se pasa de
nuevo a la clandestinidad. Le detienen en diciembre de 1992, les
zurraron salvajemente. Desde entonces hasta este diciembre pasado.
Además
siempre hemos estado vigilados como familia. Yo y todos sus hermanos.
-Has
conocido en visitas a muchas y muchos presos políticos...
-(se
queda pensativa, como enumerando las prisiones)
Primero
las cárceles de la época franquista, en mi piel de chiquilla que
acudía a ver a su madre a las cárceles fascistas.
Luego
a visitar a Laure y a otros compañeros a las cárceles de media
España: Carabanchel Hombres, Mujeres y la de Madres, Meco, Oviedo la
cárcel vieja, Soria, Basauri, Logroño, Daroca, Yeserías, Ocaña,
Valdemoro, Brieva y las varias prisiones de Puerto. Y he intentado
escribir a todos los presos políticos unas cuantas cartas.
Foto. Milagros en casa. (acompañada de su hijo Laureano y de Encarnación León Lara, tras salir de las cárceles en 2013.) |
-Desde
un principio hasta ahora mismo, las madres siempre habéis dado un
ejemplo de entereza en la defensa de vuestros hijos presos políticos,
más aun en las condiciones durísimas que les hacen vivir. ¿Cómo
sentiste tú ese “despertar” que soléis decir las madrecitas?...
Pues
yo lo sentí muy profundamente. Fue un choque para mí. Tremendo. Me
cambió la vida. Desperté. Me hizo recordar de golpe y sopetón muy
claramente todos los episodios que había vivido siendo niña, las
bombas, las gigantescas filas a la cola de la entrada de la cárcel
de Ventas para ver a mi madre, las necesidades... ¡Y el hambre; mi
padre nos dejaba el desayuno, la comida y la cena, pero lo comíamos
todo a la mañana y luego a mirar al sol!...
Y
pensé para mí... que no les podía faltar de nada a los presos.
Y
cuando las Comunas les metíamos cajas de rosquillas, empanadas,
carne, pescado por navidad. Escribía mucho. En Soria, como los
viajes podían ser comunes para los familiares, nos reuníamos y
estaban muy bien atendidos. Yo siempre le he inculcado eso a mis
hijos, y todos en mayor o menor posibilidad han estado visitando a
Laure. Y a los nietos, siempre me he preocupado que conocieran y
supieran de Laure. Ninguno se ha quedado sin ir a verle. Incluso los
biznietos. Mi hija Mariangeles y mi nieto Gorka han estado en muchas
muchas visitas. Mejor dicho, en todas. Laure es el padrino de Gorka
además. Y Luis. Y yo, pero es mi deber.
-Y
tus famosos en las cárceles calcetines de lana de invierno jiji...
He
intentado que a ningún preso político le faltarían sus calcetines
de lana hechos por mí para el invierno.
-Y
estuvisteis muy activas, con encierros, protestas, etc. Tú has
participado en muchas...
Pues
yo he sido de la AFAPP, y realizamos pues las visitas, listas para
las Comunas en alimentos, ropa... Cuando la huelga de hambre de 1989
a 1991 nos encerramos en la Cruz Roja de Bilbao. En 1989 unos días y
en 1990 nos encerramos 3 meses. Y aquí a charlas, encarteladas... Y
en Madrid acudía a las protestas de las madres de allá. He conocido
a muchísima gente. Y la labor de visitar a los presos y presas.
Pero
tuve que dejar muchas cosas, pues a uno de mis nietos le pilló un
coche...
-Porque
empezó la dispersión por todo el Estado español además...
Cuando
llevaron a Laure a Puerto de Santa María -a
2.200 kilómetros de viaje de su casa de Portugalete ida
y vuelta- me vino el cantar de
“Mejor quisiera estar muerto, que preso toda la vida, en este penal
de Puerto, Puerto de Santa María.”
Con
esto se rompió la posibilidad de viajes en común como antes, y los
gastos millonarios de bajar a la visita al otro punto de España.
-Y
encima a Laure en septiembre de 2010 le da un infarto. Tan lejos...
Pues
otra vez a seguir yendo todo lo que se podía, sin apenas noticias.
Muy duro la verdad. Y yo con estas piernas que ya no responden
demasiado.
-Y
su salida en diciembre de 2013. Nos decías meses antes que no te
querías morir sin ver a Laure en la calle jiji...
Por
fin, tras tantos años de cárcel. Ha sido todo muy bonito desde que
está en la calle. Y Laure es un hijo muy familiar. ¡Me da un beso
todas las veces que se levanta, se acuesta, o llega de la calle!.
-Mila,
¿Cuál ha sido el momento más duro de tu vida?
Dos.
En 1988, cuando declararon a Laure “enemigo número 1” y decían
que “estaba gravemente herido” en la clandestinidad.
Y
en 1992 cuando estando de visita en la cárcel de Oviedo me lo contó
la presa que había ido a visitar “que han detenido a Laure, tras
un tiroteo en Santander con heridos”. Si no me siento me caigo, se
me volvió a caer el mundo encima. Tras salir de la visita, con mi
nieto de 8 años y sin saber ni donde había una parada de autobús,
y sin dinero. Había metido 5000 pesetas a la presa, y me dice
“pídelas de nuevo, esto es más urgente”. No, aunque tenga que
ir andando, le contesté. Pero al salir allí estaban, qué alegría,
mis hijos con un coche esperándonos. Otra vez vuelta a empezar. A
Meco, Puerto I, III...
-¿Qué
cambios ha habido entre las cárceles de 1939 y las del 2014?
Si
te digo la verdad, lo único que ha cambiado ha sido por fuera, los
locutorios... más modernas las instalaciones. Y claro, los
carceleros ahora son “de otra manera”. Antes había muchísimos
que no sabían mucho de leer y escribir. Ahora con los de fuera se ve
que tienen otra educación... claro que con los que yo trataba en los
años 1939, que trataban a todos como si fuésemos bichos... y desde
entonces ha llovido.
-Has
estado muy recientemente en el pequeño recibimiento a Enrique Kuadra
en Portugalete, o en una mani por los presos políticos enfermos...
Sí,
aunque con estas piernas... Enrique ya no es un chaval, y operado de
cáncer, pero si te digo la verdad, yo le he visto muy bien, muy
majo.
-Un
saludo para lxs lectorxs.
Cuidaros
mucho, cuidar a los presos y recibid un abrazo mío y de la familia.
Agur.
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