Denuncia. "Timostar, en todas las prisiones españolas. 0,39 + 0,25 + ..." |
Muchos
cientos de miles de euros de los presos para Movistar
“Comentaba
una presa política el gran negocio que las multinacionales de
telefonía tienen en las prisiones. No de las llamadas en sí, sino
de las inmensas ganancias de las “no llamadas”. Para marcar el
teléfono, la tarjeta de movistar exige un mínimo de 40 céntimos, o
sea, si tienes 39 céntimos en la tarjeta no te sirve para nada. En
los cambios de tarjeta en la misma llamada, no se pueden meter estas
tarjetas porque se agotan de inmediato. O sea, la propia represaliada
contaba que ella en tantos años tiene unas 100 tarjetas guardadas
con saldos menores a esa cifra... Imaginaros qué monto pueden tener
tantas decenas de miles de tarjetas de tantas decenas de miles de
presos y presas. Cada día, cada mes, cada año.
Como
respuesta, charlábamos si alguien conoce un método para unificar
los céntimos de tantas y tantas tarjetas y poder utilizar tantísimo
saldo. Pues eso, otro gran negocio del capitalismo que lo pagan lxs
prisionerxs en sus cárceles”.
Dibujo. (Águila fascista come un hueso) |
El
ojo por ojo a Falange
El
17 de mayo de 1952 se cometió un crimen en la localidad riojana de
Villamediana. La víctima fue el alcalde del pueblo, que también era
el jefe de Falange. Seis meses después, el presunto agresor fue
detenido en una villa de Donostia, cuando esperaba escondido para
cruzar la frontera hacia Francia. Se trataba del joven de 20 años
Santiago Díaz. La prensa informó que Santiago mató al alcalde por
una discusión que habían tenido en el campo y que, en un momento de
ira, el joven asestó a su víctima un golpe mortal con una azada.
Sin
embargo, la publicación clandestina Eutsi desmintió poco después
esta afirmación, señalando que el alcalde había sido objeto de una
venganza calculada. El padre de Santiago, precisamente, había sido
ejecutado en 1936 por el propio alcalde, cuando Santiago era aún un
niño de cuatro años. Aquel niño esperó 16 años y se tomó la
justicia por su mano.
Tomado
de: Libro de Iñaki Egaña “Mil noticias insólitas”
Montaje. Sobre tarjeta de Sánchez Casas "Solidaridad", el texto "no se trata de llorar una amnistía...". (dibujo tres obreros distinta etnia) |
Muro
solidario:
-Sobre
una postal de Sánchez Casas, una cita esclarecedora.
Foto. En Orihuela, sobre placa del Estado a Miguel Hernández, pintada "Los mismos que lo asesinaron". |
-Pintada
haciendo justicia popular
Pegatina. "Amnistía presos políticos. PCE(r)". (mozo con pañuelo en boca y el puño levantado. en una farola) |
-Pegatinas
Amnistía presos políticos. Petrer (Alicante)
Foto- montaje. (Carrillo, Mayor Oreja, Villa... Carrillo: "Y con este dedo mandé eliminar a los comunistas que descubrí en en PCE" Martín Villa: "¡Cómo eres, Santiago jejeje!". Se ríen todos) |
Cartas
de lectorxs:
“Lo
acabo de transcribir, me parece muy esencial. JeS”
Manuel
Pérez Martínez escribe sobre Carrillo:
"Una guerra civil es una cosa terrible, y en la muestra hubo represión y crímenes por ambos lados..."
Así se expresa Carrillo en unas declaraciones hechas al semanario "Guadiana". No es una cosa nueva este tipo de declaraciones de Carrillo acerca de "la guerra civil" (o guerra "entre hermanos"). El carácter nacional y revolucionario de nuestra guerra, es algo que siempre ha negado el revisionismo Carrillista para justificar su política de conciliación y su traición a la revolución. Lo nuevo, lo ha despertado nuestro interés, es ese juicio acerca de que "hubo represión y crímenes por ambos lados". Carrillo equipara así la acción defensiva del pueblo, con la sublevación fascista; Pone en el mismo plano al criminal y a la víctima, al que agrede y al que se defiende. En realidad, de esa forma justifica la sublevación y los crímenes fascistas y tacha de "criminal" la justa resistencia del pueblo.
Es cierto que dentro del campo republicano hubo quienes cometieron crímenes, no contra los fascistas, si no contra el propio pueblo y sus organizaciones democráticas. El mismo Carrillo así lo confiesa en sus declaraciones a Guadiana. Tratando de salvar su responsabilidad por el ajusticiamiento de un grupo de fascistas en Paracuellos del Jarama, Carrillo dice con el mayor descaro: "Si me considero responsable de algo que pasó en Madrid en ese periodo, es de la desaparición de todos los grupos policiacos paralelos, es decir, de los grupos que tenían diversos partidos". Aunque Carrillo quisiera identificar esta actividad suya con la actividad del Partido para atribuirle, si llega el caso, la responsabilidad de sus propios crímenes, no cabe duda de que esta "eliminación" concuerda perfectamente con el sabotaje y la represión que llevaron a cabo los caballeristas contra las masas populares y con la que más tarde llevaría a cabo con el propio padre de Carrillo, confabulado con los fascistas y la Junta de Casado, contra los comunistas. De esta represión no dice nada Carrillo, si no que, en todo momento, por el contrario, pone mucho interés en resaltar su admiración por Largo Caballero y por su querido padre, verdaderos maestros suyos en el arte de engañar a los obreros, asesinar por la espalda a los comunistas y aparecer como inocentes y hasta como revolucionarios.
"La revolución no es el hecho de la toma violenta del poder: La revolución es un proceso muy largo y muy complejo en el que lo esencial es la transformación social"
"Una guerra civil es una cosa terrible, y en la muestra hubo represión y crímenes por ambos lados..."
Así se expresa Carrillo en unas declaraciones hechas al semanario "Guadiana". No es una cosa nueva este tipo de declaraciones de Carrillo acerca de "la guerra civil" (o guerra "entre hermanos"). El carácter nacional y revolucionario de nuestra guerra, es algo que siempre ha negado el revisionismo Carrillista para justificar su política de conciliación y su traición a la revolución. Lo nuevo, lo ha despertado nuestro interés, es ese juicio acerca de que "hubo represión y crímenes por ambos lados". Carrillo equipara así la acción defensiva del pueblo, con la sublevación fascista; Pone en el mismo plano al criminal y a la víctima, al que agrede y al que se defiende. En realidad, de esa forma justifica la sublevación y los crímenes fascistas y tacha de "criminal" la justa resistencia del pueblo.
Es cierto que dentro del campo republicano hubo quienes cometieron crímenes, no contra los fascistas, si no contra el propio pueblo y sus organizaciones democráticas. El mismo Carrillo así lo confiesa en sus declaraciones a Guadiana. Tratando de salvar su responsabilidad por el ajusticiamiento de un grupo de fascistas en Paracuellos del Jarama, Carrillo dice con el mayor descaro: "Si me considero responsable de algo que pasó en Madrid en ese periodo, es de la desaparición de todos los grupos policiacos paralelos, es decir, de los grupos que tenían diversos partidos". Aunque Carrillo quisiera identificar esta actividad suya con la actividad del Partido para atribuirle, si llega el caso, la responsabilidad de sus propios crímenes, no cabe duda de que esta "eliminación" concuerda perfectamente con el sabotaje y la represión que llevaron a cabo los caballeristas contra las masas populares y con la que más tarde llevaría a cabo con el propio padre de Carrillo, confabulado con los fascistas y la Junta de Casado, contra los comunistas. De esta represión no dice nada Carrillo, si no que, en todo momento, por el contrario, pone mucho interés en resaltar su admiración por Largo Caballero y por su querido padre, verdaderos maestros suyos en el arte de engañar a los obreros, asesinar por la espalda a los comunistas y aparecer como inocentes y hasta como revolucionarios.
"La revolución no es el hecho de la toma violenta del poder: La revolución es un proceso muy largo y muy complejo en el que lo esencial es la transformación social"
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