sábado, 4 de abril de 2015

El anarcoterrorismo y la A.N. Opinión de Juanma Olarieta.

Foto. (Policías asaltan una casa)
El anarcoterrorismo es el no va más de la Audiencia Nacional
Juan Manuel Olarieta

Si el aparato represivo del Estado (policías, jueces) es insaciable, el ideológico (prensa) no le va a la zaga. Los montajes de los unos van seguidos de las notas de prensa de los otros, y es asombroso comprobar una y otra vez la enorme capacidad de fabulación que muestran unos y otros.

En época de recortes lo único que no se ha recortado es la represión. A la Ley Mordaza le ha seguido la reforma del Código Penal, con la imposición de la cadena perpetua como chapuza estrella.

El Estado siempre justifica la represión con la excusa de acabar con algo. Por ejemplo, justificó la lucha antiterrorista porque había organizaciones armadas a las que así calificaban. Pero una vez que acabaron con ellas (o eso dicen) no acaban con el gigantesco dispositivo que pusieron en marcha para lograrlo. Todo lo contrario. Lo que hacen es buscar nuevos terroristas, o yihadistas, o anarcoterroristas, o...

El terrorismo no existe. Nunca ha existido. No hay gigantes sino sólo molinos de viento. No hay nada real, excepto los montajes que llevan a cabo para criminalizar y meter de por vida en la cárcel a determinadas personas, ideologías o colectivos.

Desde finales de 2013 la policía ha puesto en marcha tres “operaciones” del tipo Desembarco de Normandía en las que lleva detenidas a unas 50 personas, a las que la agencia Efe ha calificado de “anarcoterroristas” en una nota de prensa repugnante como todas las suyas.

A partir de ahí, todo lo demás es mentira. Han reconvertido a un colectivo editorial, denominado Grupos Anarquistas Coordinados, en una organización armada, a pesar de que en los registros no aparecen armas de ningún tipo. Pero sí aparecen publicaciones que deberían estar especialmente protegidas, no sólo porque son un derecho fundamental de las personas, sino porque son una especie en vías de extinción.

Desde los tiempos de Área Crítica y Egunkaria, ya sabíamos que a la Audiencia Nacional le entusiasma cerrar periódicos y revistas con la excusa de que no son tales sino peligrosas organizaciones terroristas.
Foto. Concentración de solidaridad en Zaragoza. (con 2 pancartas "Terrorista es el Estado" y "Ni culpables ni inocentes, anarquistas simplemente")
La canallesca información de la agencia Efe titula que “Los detenidos se financiaban como ETA en las herriko”, a través de conciertos, charlas y campañas solidarias.

El resto ya lo podemos sospechar: alguien que se financia como ETA, también es ETA, o parecido a ETA, o del entorno de ETA. Por lo tanto, la policía y la Audiencia Nacional no pueden perder de vista los conciertos, las charlas y las campañas solidarias y, naturalmente, tienen que confiscar el dinero, como ya han hecho en varios registros.

En una sociedad capitalista la pasta es importante porque, como dice la agencia Efe, incrementa notablemente “la posibilidad de realizar acciones terroristas de mayor peligrosidad y envergadura”. Más vale prevenir que lamentar, y últimamente la policía se afana con esmero en evitar que la gente peligrosa cometa delitos peligrosos.

Como en las películas de Hollywood, la policía es capaz de leer la voluntad de las personas. Por eso las detienen cuando están elaborando todo de planes criminales, antes de que viajen a Siria o cuando estaban a punto “de desestabilizar la coronación del rey Felipe VI”, como pretendían los anarcoterroristas detenidos, según la agencia Efe.

Ahora reflexionemos un momento sobre este importante crimen. España es una monarquía que no tiene corona porque Alfonso XIII la vendió para meterse el dinero en el bolsillo. ¿Cómo pretendían desestabilizar los detenidos algo que no existe desde hace décadas? No hacía falta desestabilizar nada porque la corona que le han puesto al nuevo monarca en la cabeza es de cartón, lo mismo que este montaje judicial y lo mismo que la asquerosa nota de prensa de la agencia Efe.

Cuando en una farsa no hay más que fantasmadas, lo mejor es llenar el vacío con adjetivos terribles. Por eso el juez Eloy Velasco acusa a los detenidos de “integración en organización terrorista de tipo insurreccionista-anarquista”. Tenemos que sentirnos aliviados porque la policía haya acabado con algo que suena tan espeluznante.

Para demostrar que tan horrendos propósitos son ciertos, en los registros de viviendas y centros okupas la policía ha okupado lo mismo de siempre, eso que llaman “abundante documentación”, o sea, octavillas, folletos y propaganda con todo tipo de llamamientos a la lucha, a la movilización y, en definitiva, al “insurreccionsmo” al que tanto miedo tiene el Gran Inquisidor.

Una vez desmantelada la peligrosa trama anarcoterrorista, la policía debería vigilar de cerca a los comunoterroristas, que tienen los mismos propósitos criminales que los anteriores, o peores.

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