Foto. "Amnistía... por lxs que más lucharon". (una alambrada de espino rota) |
Amnistía
De
93 represaliadxs
políticxs
vascxs.
Expresxs
políticxs y exiliadxs.
-Tenemos
el deber de conseguir la libertad de nuestr@s compañer@s, sin
condiciones y con dignidad, sin arrodillarse ante nadie, y el camino
para conseguirlo es la amnistía-
Quienes
firmamos esta carta somos militantes polític@s que hemos sufrido la
cárcel y/o el exilio. Hemos sufrido la represión por participar en
la lucha por la liberación nacional y social de Euskal Herria. No
somos víctimas sino militantes voluntari@s y conscientes que hemos
luchado por la independencia y el socialismo para nuestro pueblo. Al
igual que otr@s miles de militantes, nosotr@s también sabíamos
cuáles eran los riesgos que acarreaba hacer la revolución. Sabíamos
que podíamos ser detenid@s y torturad@s, que podíamos pasar nuestra
juventud en la cárcel, que tal vez tuviéramos que marchar de casa
dejándolo todo, incluyendo familia y amig@s, y que puede que ni
siquiera volviéramos a pisarla. Sabíamos que nuestros enemigos, los
que nos quieren ver muertos, nos iban a juzgar, que nos jugábamos
ganar o perder todo. Sabíamos que en el camino perderíamos
compañer@s y hemos perdido cientos. Sabíamos todo eso y a pesar de
ello decidimos involucrarnos en la lucha.
Actualmente hay algo respecto a l@s represaliad@s polític@s que nos preocupa especialmente. Han ido pasando los años y en 2015 tenemos más de 400 pres@s, entre ell@s vari@s a los que les quedan más de 30 años de cárcel. Otr@s much@s siguen esquivando la represión en el exilio. Todavía no hemos conseguido nuestros objetivos estratégicos. Nuestro Pueblo aún no ha conseguido superar la opresión nacional y la explotación de clase. Y esa es precisamente la clave: mientras no se supere el conflicto político existirán represaliad@s polític@s y mientras haya represaliados polític@s no se podrá dar por superado el conflicto. Si no entendemos eso nos perderemos en un laberinto sin salida.
Desafortunadamente, las llaves de las cárceles no están en nuestras manos. La fuerza de las armas tampoco. Eso no quiere decir que tengamos que resignarnos. De ninguna manera. Eso quiere decir que para obligar a los estados tenemos que hacer un gran trabajo para vestir ideológicamente al Pueblo, ya que la formación y la ideologización son las armas más eficaces para los luchadores/as revolucionari@s. Hay que apostar por el reconocimiento del status político de l@s represaliad@s y no por lo contrario. Sólo si el Pueblo reconoce que el conflicto no se resuelve sin la libertad de l@s militantes polític@s que han participado en el mismo, sólo entonces podremos encontrar una verdadera salida y esa salida tiene un nombre: amnistía.
Los discursos sobre los derechos humanos pueden ser legítimos siempre y cuando no sirvan para esconder el carácter político de l@s represaliad@s. ¿Por qué se les aplica la dispersión, la cadena perpetua, el FIES, el derecho penal del enemigo que aplican con l@s pres@s enfermos y un largo etcétera? Se les aplica, precisamente, por el carácter político de nuestr@s compañer@s. Además, la despolitización de l@s represaliados polític@s facilita su criminalización, convirtiéndolos a los ojos del Pueblo en delincuentes o criminales, y eso ofrece facilidades a los estados para seguir vulnerando los derechos de l@s represaliad@s.
Como compañer@s, como pueblo y como clase tenemos el deber de conseguir la libertad de nuestr@s compañer@s, sin condiciones y con dignidad, sin arrodillarse ante nadie, y el camino para conseguirlo es la amnistía. La amnistía comprende la resolución del conflicto y por eso sólo la consecución de la amnistía garantizará que no haya más represaliad@s polític@s. En eso tenemos que poner las fuerzas desde hoy, dejando a un lado las lecturas partidistas. No podemos aceptar que las consecuencias de la lucha de l@s represaliad@s recaigan sobre ell@s. La lucha de los represaliad@s ha sido responsabilidad del Pueblo y la libertad de estos también lo será. Quienes firmamos esta carta llamamos al Pueblo a organizarse a favor de la amnistía porque tenemos plena confianza en su fuerza y su capacidad.
Actualmente hay algo respecto a l@s represaliad@s polític@s que nos preocupa especialmente. Han ido pasando los años y en 2015 tenemos más de 400 pres@s, entre ell@s vari@s a los que les quedan más de 30 años de cárcel. Otr@s much@s siguen esquivando la represión en el exilio. Todavía no hemos conseguido nuestros objetivos estratégicos. Nuestro Pueblo aún no ha conseguido superar la opresión nacional y la explotación de clase. Y esa es precisamente la clave: mientras no se supere el conflicto político existirán represaliad@s polític@s y mientras haya represaliados polític@s no se podrá dar por superado el conflicto. Si no entendemos eso nos perderemos en un laberinto sin salida.
Desafortunadamente, las llaves de las cárceles no están en nuestras manos. La fuerza de las armas tampoco. Eso no quiere decir que tengamos que resignarnos. De ninguna manera. Eso quiere decir que para obligar a los estados tenemos que hacer un gran trabajo para vestir ideológicamente al Pueblo, ya que la formación y la ideologización son las armas más eficaces para los luchadores/as revolucionari@s. Hay que apostar por el reconocimiento del status político de l@s represaliad@s y no por lo contrario. Sólo si el Pueblo reconoce que el conflicto no se resuelve sin la libertad de l@s militantes polític@s que han participado en el mismo, sólo entonces podremos encontrar una verdadera salida y esa salida tiene un nombre: amnistía.
Los discursos sobre los derechos humanos pueden ser legítimos siempre y cuando no sirvan para esconder el carácter político de l@s represaliad@s. ¿Por qué se les aplica la dispersión, la cadena perpetua, el FIES, el derecho penal del enemigo que aplican con l@s pres@s enfermos y un largo etcétera? Se les aplica, precisamente, por el carácter político de nuestr@s compañer@s. Además, la despolitización de l@s represaliados polític@s facilita su criminalización, convirtiéndolos a los ojos del Pueblo en delincuentes o criminales, y eso ofrece facilidades a los estados para seguir vulnerando los derechos de l@s represaliad@s.
Como compañer@s, como pueblo y como clase tenemos el deber de conseguir la libertad de nuestr@s compañer@s, sin condiciones y con dignidad, sin arrodillarse ante nadie, y el camino para conseguirlo es la amnistía. La amnistía comprende la resolución del conflicto y por eso sólo la consecución de la amnistía garantizará que no haya más represaliad@s polític@s. En eso tenemos que poner las fuerzas desde hoy, dejando a un lado las lecturas partidistas. No podemos aceptar que las consecuencias de la lucha de l@s represaliad@s recaigan sobre ell@s. La lucha de los represaliad@s ha sido responsabilidad del Pueblo y la libertad de estos también lo será. Quienes firmamos esta carta llamamos al Pueblo a organizarse a favor de la amnistía porque tenemos plena confianza en su fuerza y su capacidad.
PRESO
ETA IHESLARIAK ETXERA! Presos
y exiliados a casa!
AMNISTIA
OSOA! Amnistía
total!
Pintada. "Amnistia osoa". |
Firmas:
Filipe Bidart, Mila Etxebarria Balbas, Jon Iurrebaso Atutxa, Jesús
María Mendinueta Flores, Josu Ormaetxea Antepara, Koldo Alaña
Arrinda, Josu Alberdi Agirregomezkorta, Jon Aldana Zelaia, Jon Iñaki
Alkorta Gandiaga, Oscar Amezaga Maeso, Rosa Mari Arana Txakartegi,
Juan Mari Arregi Azpeitia, Iker Arzeluz Angiozar, Gorka Azpitarte
Rejado, Bonifacio Badillo Rubio, Teodoro Badillo Rubio, Bautista
Barandalla Iriarte, Jon Imanol Beaskoa Rodriguez, Jaione Beaskoetxea,
Iñaki Bengoa San Miguel, José Tomás Bustamante Mencia, Igor
Cachorro del Pozo, Pablo Caloca Pila, José Luis Cuadrado Torre
“Akelarre”, Iñaki Egiluz Sagastizabal, Maria Soledad Elustondo
García, Oscar Estebariz Arteta, Angel Erdozia Larraza, Iñaki Erro
Zazu, Juan José Etxeandia Salcedo, Agurtzane Ezkerra Pérez de
Nanclares, Bego Ezkerra Pérez de Nanclares, Carlos Ezkurra Leonet,
Lander Fernández Arrinda, Elías Fernández Castañares, Igor
Fernández Fernández, Ziortza Fernández Larrazabal, Aitor Fernández
Terceño, Maria Pilar Ferreiro Bravo, Unai Frías de la Red, José
Luis Gallastegi Lagal, Alberto Garmendia Lakuntza, Francisco Javier
Gil Rosado, Miguel Ángel Goienetxea “Txo”, Kristina Goirizelaia
González, Aner Gómez Agirre, Asier Gómez de Salazar Rodriguez,
Felipe González Baños, Roberto González Lizarraga, Koldo Gracia
López, Jordi Grau Añó, Iñaki Herrán Bilbao, José Antonio
Hurtado Gañán, Idoia Iragorri Petuya, Peio Iriondo, Maria Angela
Irure Arregi, Jon Mikel Iturriaga Omán, Mikel Jauregi Agirrezabala,
Andeka Jurado García, Sendoa Jurado García, Jon Kerejeta Bera, Mari
Ángeles Larrea, Zigor Larredonda Muñoz, Asier Larrinaga Rodriguez,
Gotzon Kepa Larrondo Irazabal, Aitor Llano Estévez, Lorena López
Díez, Jon Maidagan Hernández, Ixabel Martínez de Antoñana, Maite
Martínez San Millán, Iker Mendizabal Cubas, Kepa Morales San
Sebastián, Juan Antonio Olagorta Arana, Iñaki Orbeta Berriatua,
Alberto Paúl Larrea, Ibon Pérez Ziluaga, Eduardo Pérez de Anuzita
Urkijo, Iñigo Ripoll Estarata, Klemente Ruíz Cantalapiedra, Jose
Maria Sagardui Moja “Gatza”, Fermin Sanchez Agurruza, Joel
Sitiague, Amaia Urizar de Paz, Roberto Vecino Santamaría, Peio de
Vega Martín, Andrés Velado Fernández, Fermin Ventura Pérez,
Izaskun Villanueva Ortega, Jon Villanueva Patin, Luis Armando Zabalo
Bilbao, Zorion Zamakola Ibaibarriaga, Jon Zapirain Romano y Angel
Zelaieta Gisasola.
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