viernes, 22 de mayo de 2015

"La oligarquía te pide que votes, ¡nosotr@s que luches!"...

Cartel. "El Madrid antifascista contra la farsa electoral. La lucha está en la calle y no en el Parlamento. Coordinadora Antifascista de Madrid".
Ante las elecciones del 24 de Mayo

Como un mantra sin fin, vuelven las elecciones. Con éstas van 11 desde que la oligarquía y sus secuaces pactaron la Transición, desde que aparentes oponentes irreconciliables se pusieron de acuerdo en vendernos las elecciones y el municipalismo. Una moda a la que se sumó rápidamente la izquierda traidora que en 1976 ya nos hablaba de las bondades del municipalismo, de “cambiar las cosas desde abajo”,... Y es que dado que habían rechazado abiertamente cualquier ruptura estructural, algo tenían que ofertar.
Nada más lejos de la realidad. Tras 40 años de desarrollo, el municipalismo ha devenido en el pelotazo urbanístico, en la represión caciquil, en la alianza de los intereses locales de las grandes empresas, y de ese famoso mediano empresario local que poco menos que han erigido como el héroe nacional, al haber soportado bajo sus hombros los rigores de la crisis capitalista. Mientras a nosotros y nosotras nos han despedido, nos han quitado los subsidios, han cerrado y privatizado nuestros colegios y hospitales, nos han desahuciado de nuestras viviendas, nos han apaleado por manifestarnos y hemos sido detenidos por organizarnos contra su tiranía.
De la misma forma, los mismos medios de comunicación que criminalizan toda forma de disidencia social, nos venden lo fundamental de la idea del voto porque son conscientes de que éste solo sirve para perpetuar el sistema capitalista imperante. Tampoco nos extraña que la pareja que lidera las encuestas en Madrid sea el tándem neofascista Cifuentes-Aguirre. Con la muerte de Franco "todo quedo atado y bien atado", y se está demostrando diariamente que sus herederos cuentan con el respaldo de la oligarquía.
No olvidamos que al igual que existió una izquierda traidora en 1976, también la hay ahora. Una izquierda que ha abandonado la lucha en la calle y ha apostado por la desmovilización social a cambio de la poltrona capitalista. Por ello nos venden la idea de que el problema no es del capitalismo, sino de quien lo gestiona. La Coordinadora Antifascista de Madrid señala abiertamente que el problema es el capitalismo y no de sus gestores. El cáncer que debemos extirpar a la humanidad es un sistema estructural de explotación económica y social donde no cabe un ápice de democracia para los explotados y las explotadas.
Prueba de la dominación ideológica a la que nos tienen sometidos es que muchos y muchas activistas sociales han abandonado la lucha en la calle en cuanto han visto posibilidad de rascar cualquier puesto de relevancia de cualquier partido o candidatura, tal y como hicieron hace años otros tantos y tantas a cambio de la subvención de turno.
La Coordinadora Antifascista de Madrid afirma que la lucha está en la calle y no en el parlamento. Para nosotras y nosotros no es una consigna vacía sino un principio irrenunciable. Que nuestro futuro depende de nosotros y nosotras mismas, que la sociedad por la que luchamos jamás vendrá a través de ninguna urna electoral. Por todo ello no dudamos en hacer un llamamiento a la abstención activa. La mejor forma de dar la espalda a esta farsa electoral ajena a los intereses de la mayoría.
Madrid, 13 de mayo de 2015
La oligarquía te pide que votes, ¡nosotras y nosotros que luches!
¡La lucha está en la calle y no en el Parlamento!
Coordinadora Antifascista de Madrid

Dibujo. (discapacidades)

Denuncia:

Y por si te quedaba alguna duda
España impide votar, ya no solo a los potenciales cientos de miles de votantes de listas ilegalizadas, ya no solo a las decenas de miles de ciudadanos afectados por procesos y condenas políticas ¡sino también a más de 80.000 discapacitados!

España desobedece a la ONU e impide votar a 80.000 personas con discapacidad:

http://elcomunista.net/2015/05/18/espana-desobedece-a-la-onu-e-impide-votar-a-80-000-personas-con-discapacidad/

Foto. (carteles de RPC de boicot electoral y Amnistía Arenas sobre propaganda electoral)

Muro Solidario:

-Canarias. Fuerte campaña de denuncia contra las elecciones del domingo.

Foto. Desfile de tropas del Ejército, G.C., Legión...)
Cartas de lectorxs:
Historia sobre las fuerzas armadas y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y su papel en el contexto de la revolución democrática

Desde la existencia de España como Estado integrante de la comunidad mundial han existido fuerzas militares encargadas de la seguridad e integridad del territorio español, apareciendo según las propias necesidades de nuestro país: sin embargo, no será hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando aparezcan unas Fuerzas Armadas modernas, tras el establecimiento del régimen de la Restauración por el Rey Alfonso XII y, tras la muerte de éste, por su esposa María Cristina, que ejerció como Regente hasta 1902, cuando Alfonso XIII alcanzó la mayoría de edad y tomó posesión del cargo de Rey. En 1906, debido a la Conferencia Internacional de Algeciras, se creó el Protectorado Español de Marruecos, iniciándose un sistema corrupto que giraba en torno a los ascensos y envíos a unidades establecidas en el Norte de Marruecos, alcanzando al cuerpo de oficiales y aumentando la mala imagen que se tenía acerca de los mandos militares, añadida a la práctica de las "quintas", en las que los individuos con grandes ingresos podían eludir el servicio militar. En cuanto a la Policía española se dieron los primeros avances en 1824, cuando Fernando VII promulgó una Real Cédula por la que se establecía una Policía a nivel nacional, mientras que en 1844 se creaba la Guardia Civil bajo el mando del III Duque de Ahumada Francisco Javier Girón y Ezpeleta, encargado de reprimir a los bandoleros que actuaban en las zonas rurales, generalmente en Andalucía, en un marco totalmente favorable a los terratenientes: sin embargo, no será hasta 1886 cuando se modernicen las estructuras policiales, apareciendo la Dirección General de Seguridad, encuadrada en el Ministerio de la Gobernación, como órgano centralizado al cargo de la política de orden público del Gobierno, apareciendo los Cuerpos de Vigilancia y Seguridad.
La situación quedó "estabilizada" durante los años de la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), produciéndose el primer intento de total modernización y cambio tras la proclamación de la Segunda República el 14 de Abril de 1931, cuando el Gobierno de la República, presidido por Manuel Azaña, creó la Guardia de Asalto como primer Cuerpo unificado de Policía en España y llevó a cabo una serie de reformas militares, consistentes en permitir la salida voluntaria del Ejército a oficiales monárquicos (con una paga establecida por el Gobierno), dirigir la función del Ejército a defender los intereses de la República y cerrar la Academia Militar de Zaragoza, mientras que la Guardia Civil quedó como fuerza de orden público en el ámbito rural, dependiendo del Ministerio de la Gobernación y del de la Guerra.
No obstante, en el seno del Ejército se trazaron conspiraciones para derrocar a la República, ejecutadas por oficiales reaccionarios, siendo la del General José Sanjurjo en 1932 y la de los Generales Francisco Franco y Emilio Mola en 1936, que dio origen a la Guerra Civil y al triunfo del franquismo tres años después, en 1939. Durante la Guerra Civil (en las zonas donde triunfó el alzamiento fascista) y la posterior dictadura franquista en todo el país se orientaron las tareas policiales y militares hacia la represión contra el Bando republicano, produciéndose numerosas detenciones por motivos políticos, torturas contra los presos, fusilamientos sumarios y sin juicio y vejaciones contra las mujeres, contándose más de 50.000 ejecuciones entre 1939 y 1945 y 144.000 desaparecidos hasta el 20 de Noviembre de 1975, además de "marcarse" a los individuos que tenían algún pariente en prisión por ideas políticas, ejerciéndose la represión política a través de la Brigada Político-Social, nacida en 1939, y la Guardia Civil, mientras que la Policía Armada quedó a cargo de las infracciones de orden público y tráfico, a la vez que los juicios fueron confiados a "consejos de guerra" hasta 1963 y, desde esa fecha hasta 1977, al Tribunal de Orden Público, siendo frecuentes en los últimos años del franquismo los procesos contra Comisiones Obreras, ETA (organización independentista vasca surgida en 1959 de las juventudes del PNV) y el FRAP, organización del Partido Comunista de España (marxista-leninista), siendo el 27 de Septiembre de 1975 la última ejecución del franquismo contra 3 miembros de ETA y 2 del FRAP.
Tras la muerte de Franco el 22 de Noviembre de 1975 y su relevo de Juan Carlos I como Rey de España (designado por Franco como su sucesor desde 1969) se inició la Transición Española, proceso que duró hasta la victoria electoral del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Felipe González el 28 de Octubre de 1982 y por el cuál se reformaron las estructuras del Estado para construir un régimen democrático occidental. El primer paso fue la disolución del Tribunal de Orden Público en 1977 y su sustitución por la Audiencia Nacional, quedando ésta a cargo de los delitos contra la seguridad del Estado, el orden socio-económico nacional y demás materias similares. El segundo paso fue la primera reestructuración de la Policía en 1978 tras la aprobación de la Constitución, quedando organizada en el Cuerpo de Policía Nacional, que sustituyó a la Policía Armada, y el Cuerpo Superior de Policía (sustituyendo al antiguo Cuerpo General de Policía, encargado de la represión política e investigaciones sobre delitos comunes) y, el tercer paso, la segunda reestructuración de la Policía en 1986 mediante la Ley Orgánica de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, que fusionó el Cuerpo de Policía Nacional y el Cuerpo Superior de Policía en el actual Cuerpo Nacional de Policía aunque, por otro lado, hay que reseñar que altos mandos policiales y de los Gobiernos de Adolfo Suarez y Felipe González estuvieron implicados en operaciones de "guerra sucia" contra ETA entre 1978 y 1987, primero tolerando la acción de grupos tardofranquistas entre 1978 y 1980 y, posteriormente, a través de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), una organización compuesta por mercenarios y altos funcionarios del Estado español que decían luchar contra objetivos de ETA, aunque gran parte de las víctimas fueron individuos ajenos a la misma. Por último, las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil se mantuvieron en todo momento reacias a los cambios políticos debido a que buena parte de sus oficiales se habían forjado en la dictadura franquista, protagonizando intentos de levantamiento como la "Operación Galaxia" y el intento de golpe de Estado del 23 de Febrero de 1981, aunque hubo dos planes que tuvieron poca o nula repercusión, como fueron los intentos golpistas para el 27 de Octubre de 1982 y el plan para volar la Tribuna Real en La Coruña en 1985, durante el Desfile de las Fuerzas Armadas, que no fructificó debido a que los conspiradores se echaron atrás, manteniéndose estable la situación entre 1987 y 2011, año en que el Gobierno de Mariano Rajoy gana las elecciones, pretendiendo éste volver a otorgar a la Policía un papel de represión a los disidentes políticos, encarcelando a activistas por sus opiniones contrarias a la política fascista y neoliberal del Gobierno
En cuanto a la Revolución democrática que preconizamos los/as comunistas, el papel de la Policía debería de asegurar el cumplimiento de los derechos populares que les corresponden a los ciudadanos, así como defenderlos frente a cualquier agresión, no siendo un instrumento de opresión por parte de la oligarquía dominante aunque, también es lícito resaltar que los agentes policiales son trabajadores, estando obligados al cumplimiento de las normas capitalistas, lo mismo que la Guardia Civil: en cuanto a las fuerzas militares, su deber en el marco revolucionario es asegurar el sostenimiento de la Revolución, así como la integridad e independencia de la Nación socialista, asegurando la defensa del territorio frente a agresiones de tipo imperialista. Como conclusión hay que argumentar que, como establecía Marx, cinco son los estratos de la sociedad que deben implicarse en la Revolución: la juventud, los militares, los obreros, los campesinos y los intelectuales, estando los funcionarios policiales en el estrato de los obreros, pero no debemos olvidar que la Revolución socialista debe de realizarse en el marco del Estado español que, compuesta por diversas nacionalidades con sus propias tradiciones y cultura (Cataluña, Euskadi, Galicia, Andalucía, etc), también tiene las suyas como Estado.
¡RESISTENCIA O MUERTE!
14/5/2015. Ismael S.

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