miércoles, 26 de agosto de 2015

Argentina: Torturas sistemáticas en sus cárceles.

Foto. Cárcel en Argentina. (los presos desnudos y arrodillados para que les huela un perro policía)
Torturas sistemáticas en las cárceles de Buenos Aires

En el marco de los controles periódicos a cárceles y unidades penitenciarias de la Provincia de Buenos Aires, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) realizó una inspección en la Unidad 1 de la cárcel de Olmos. Las acciones de monitoreo estuvieron encabezadas por el presidente de la CPM, Adolfo Pérez Esquivel. También estuvieron presentes Elisa Carca y Roberto Cipriano García, vicepresidenta y secretario de la CPM, y la directora general Sandra Raggio. "Todas las cárceles son depósitos humanos, de ahí nadie puede salir rehabilitado, tiene que hacer un gran esfuerzo para superar ese tiempo de encierro; hay gente que permanece aislada durante meses, sin salidas aunque sea al patio a ver el sol o de poder pensar en otras cosas para la vida, menciona Esquivel. Durante el relevamiento, se constataron distintas vulneraciones que marcan un agravamiento de las condiciones de detención y atentan contra la integridad y la dignidad de las cerca de 2.500 personas allí alojadas.

Al llegar a la inspección, el penal se encontraba sin luz y sin agua, ya que la red hídrica funciona con una bomba eléctrica. El equipo de la CPM que recorrió la unidad penitenciaria y se entrevistó con diferentes personas que permanecen allí alojadas manifesta su preocupación por las denuncias recibidas. Además de casos de tortura y malos tratos, se relevaron otras prácticas que también constituyen vulneración de derechos: traslados constantes, hacinamiento y sobrepoblación, padecimiento de hambre, aislamiento por 24 horas en días consecutivos durante meses, golpizas, falta de acceso a la educación y el trabajo, serio déficit en la atención médica y deplorables condiciones edilicias (frecuentes cortes de luz y agua, frío extremo sin calefacción, humedad, olores nauseabundos, basural a cielo abierto, presencia de roedores). A pesar de este panorama, el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) no provee a los detenidos de elementos de limpieza ni higiene y tampoco alimentos.

Adolfo Pérez Esquivel, junto al equipo de inspección, recorrió "leoneras  o lugares de alojamiento transitorio, pabellones de aislamiento o separación de convivencia, de admisión, área de sanidad y depósitos de alimentos. Las "leoneras  no reúnen condiciones elementales de habitabilidad, no tienen sanitarios ni agua.

Para la CPM la extrema gravedad de las condiciones de encierro en Olmos no representa la excepción de la regla sino todo lo contrario. Como ya se afirmó en el Informe Anual 2015, "según lo constatado en el trabajo del Comité contra la Tortura de la CPM en unidades penitenciarias en los años 2013 y 1014, se puede afirmar que en todas las cárceles provinciales las personas detenidas sobreviven en gravosas condiciones de detención. No existe en toda la Provincia una celda que cumpla con los requerimientos básicos de habitabilidad en términos materiales. Como viene denunciando la CPM desde el año 2003, en los lugares de encierro de la provincia de Buenos Aires las prácticas de tortura son sistemáticas.

"En esto tienen mucha responsabilidad los jueces que no hacen un seguimiento de la gente que ellos mandan a las cárceles, y que podrían ayudar en mejorar la situación de encierro. Lo otro que uno ve es cómo todo se va deteriorando. Por ejemplo, Olmos está totalmente colapsada; la superpoblación genera mayores dificultades al encierro que ya sufren; o sea que a sus penas se les agrega el castigo de las condiciones de encierro, considera Esquivel.

A pesar de las reiteradas denuncias y sentencias que ordenaron mejorar las condiciones de detención, persiste una sistemática situación de vulneración de los derechos y garantías expresados en la Constitución Nacional y los tratados, denuncia además la CPM. La superpoblación, el hacinamiento, las magras condiciones edilicias, la falta de acceso a la salud y la educación son condiciones estructurales del sistema carcelario y constituyen una práctica sistemática de tortura. El SPB gobierna los lugares de encierro bajo un régimen basado en la crueldad y el sufrimiento. "Aquí hay un deterioro del sistema carcelario y eso tiene que modificarse estructuralmente con políticas que definitivamente democraticen estos lugares, concluye el presidente de la CPM y premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel.

Castelao. "Para que ergen a puño!...". (dos guardias civiles llevan un joven muerto al que le han cortado las manos con un hacha)
Genocidio fascista español

Auténtico exterminio de jóvenes y menores en La Rioja
12 años, 14, 15, 16... les daba igual

Por numerosos testimonios se sabe que varias mujeres jóvenes –sobre todo Pilar, Dolores y Carmen– fueron conducidas completamente desnudas desde la prisión de San Francisco hasta los aledaños de la catedral, donde según se cree fueron introducidas en un cuarto y violadas por quienes más tarde serían sus asesinos.
Luis Galán, joven de diecinueve años, soltero, trabajador del campo, ayudaba a su padre. A la vez era criado del señor Marcilla... que fue fusilado con el muchacho.
Se ignoran las circunstancias de la muerte de Fortunato Ranedo, joven de dieciocho años, cenetista, jornalero, de quien se cree que fue asesinado en La Pedraja (Burgos). Con Fortunato se cree que también fue asesinado Lucio Leiva, de dieciocho años, jornalero, soltero, acendrado cenetista.
Delfín Martínez Ameyugo, joven de diecinueve años, que trabajaba en la carpintería de su padre, es asesinado el 11 de diciembre de 1936, en «La Barranca».
José Amor Jiménez, apodado «el Caraquillas», era un chiquillo cuando lo fusilaron. Conducido al cementerio para su ejecución, logró huir, escondiéndose en una alcantarilla. Luego huyó al campo y estuvo algún tiempo en una cabaña. Denunciado, tres falangistas de Rincón de Olivedo fueron a por él. Le dijeron que se entregase, que no le pasaría nada. Inocente, el muchacho descendió ingenuamente, siendo acribillado a balazos mientras bajaba.
Castelao. "Asi aprenderán a non ter ideas". (el cacique contempla contento un montón de fusilados, apilados como leña)
José Orobio Vázquez, apodado «Novayas», tenía dieciséis años cuando fue fusilado a 3 km de Cervera, en dirección a Fitero.
Jesús Toledo fue fusilado a los dieciocho años. Trabajaba de barbero y era de Calahorra.
Los familiares de los militantes de izquierda, sufrieron también la vejación de serles cortado el pelo al cero. Raparon a Florencia Salinas Múzquiz, de dieciséis años; a Sofía Calatayud, de diecisiete; a Sabina Oñate, de dieciocho, que estaba embarazada; a Blasa Pérez, de quince, y a Apolonia, de dieciséis.
Al chiquillo Nino Varea Jiménez, de doce años de edad, el falangista local –Pedro Carrilla de Arnedo– le increpó, obligándole a quitarse unas alpargatas coloradas y delante de una imagen de la Virgen de la Nieva, a la que se rendía culto en casa de la familia Varea. Pedro amenazó de muerte al niño, a la vez que lo registraba buscando una navaja, que no encontró, por tenerla Nino escondida debajo de la boina. El niño salvó así la vida.
También asesinaron a José Roldán, de diecinueve años. Sólo sabemos que era soltero y natural de Arnedo.
Del pueblo de Ausejo, asesinaron a: Ángel Ezquerdo Valle, de dieciséis años; Jesús Gil Espinosa, de dieciséis; Santiago Gil Jiménez, de diecinueve; los hermanos Gil Pérez: Alberto, de dieciocho años y Valeriano, de dieciséis; Pedro Ibáñez Rodríguez, de dieciséis; Ángel Martínez Rodríguez, de diecisiete; Mariano Martínez Heras, de dieciséis, y Valeriano Gil Pérez, de diecisiete. Y a Juan Félix Sáenz Magaña, del pueblo de Aguilar del Río Alhama, de diecisiete años de edad.
A José Gutiérrez Pérez, de dieciocho años, del pueblo de Alfaro.
A Aurelio Matute Urtubia, de dieciocho años, de Rincón del Soto.
Del pueblo de Calahorra: a Aníbal Caseda Gurrea, de diecisiete años, y José Fernández Aldea, de dieciséis.
A Lucio Cunchillos Gutiérrez, de dieciocho años, de Aldeanueva de Ebro.
A Antonio Santolaya Lería, de diecisiete años, del pueblo de Enciso.
Del pueblo de Arnedo: Pedro Arpón Arostegui, de catorce años; Teodoro Moreno, de diecisiete; Secundino Puerta, de dieciséis; Paulino Rada Acedo, de diecisiete, y su hermano Roberto, de catorce, y Teófilo Ridruejo, de dieciocho.
Del pueblo de Fuenmayor: A Florentino Azcoitia Barrios, de diecisiete años; Antonio Peso «Polo», de dieciocho; Félix Baños Linaz, de dieciocho, y José Cerezo, de dieciocho...
En Tudela, y durante meses, sin que la autoridad tomase la menor medida para borrarlo, en plena Carrera, campó por sus respetos el siguiente rótulo: «Matar rojos no es un crimen, es un deporte»".
Escultura Mujeres de Negro. Cementerio. La Rioja.
Otra prueba de que la persecución de menores era una norma usual en la zona franquista nos la da el escritor Alberto Vázquez-Figueroa: “Cuando el «Glorioso Alzamiento Nacional» ya es del dominio público la exterminación que los "Cruzados del Siglo XX" emprendieron en las islas Canarias. Algunos republicanos, o acusados de tales, lograron huir y desembarcar en África. Entre ellos su abuelo y un hijo suyo, José Antonio Rial. Al no poder detener al padre encarcelaron al hijo, de dieciséis años de edad, y lo condenaron a muerte. En el último instante le fue conmutada la pena y estuvo en la cárcel hasta los 23 años.”

Del libro “Los niños republicanos en la guerra de España”, de Eduardo Pons Prades

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