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| Foto. Annie Dookhan. |
Entre la policía científica y la magia negra
Juan Manuel Olarieta
Annie Dookhan bien podría ser la protagonista de una de esas apasionantes series televisas CSI en las que la policía sustituye las porras por los tubos de ensayo y los uniformes por las batas blancas.
Hasta 2012 Dookhan trabajó como química en un laboratorio policial en Boston, Massachusetts. Perdió su trabajo porque falsificó todas las pruebas que pasaron por sus manos, aproximadamente unos 34.000 análisis forenses que llevaron a la cárcel a 1.141 acusados. Sin embargo en enero de este año Benjamin Keehn, un abogado del Comité de Asistencia Jurídica Gratuita, dijo que los afectados podrían llegar a los 40.000.
Las víctimas tuvieron que ser puestas en libertad inmediatamente, pero ¿quién les devuelve esa parte de su vida que les arrancaron?, ¿quién lava su nombre?
La perito acabó en la cárcel acusada de 27 delitos de lo más varipintos, entre ellos falsedad, perjurio y obstrucción a la justicia.
Durante 9 años los informes que presentaron los fiscales eran falsos y las declaraciones de Dookhan ante los tribunales como perito también. Los análisis de los alijos de drogas los hacia a ojo de buen cubero.
Dookhan confesó haber tirado droga sin haberla analizado, haber cambiado muestras de un caso a otro para que uno pareciera más suave y el otro más grave y haber firmado por sus compañeros en pruebas que ella misma nunca realizó y cuyo resultado se inventó.
El gobernador del Estado cerró el laboratorio. No era necesario para nada. No había nada que analizar. Es mejor echar un vistazo o fiarse del instinto.
Los trabajadores del laboratorio lo sabían desde el principio, pero si los jefes no hacían nada ¿para qué molestarse? Al fin y al cabo si la policía les detuvo, algo harían...
Era todo tan falso que incluso la propia Dookhan no era lo que parecía. En realidad, no podía analizar nada porque su titulación tampoco era cierta. Pero eso tampoco importó por una razón muy precisa: porque la perito trabajaba para la fiscalía y la policía. Si hubiera falsificado pruebas para los abogados defensores, todo se hubiera descubierto mucho más rápidamente.
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| Pancarta. "Evi Statiri a la calle". (en griego, y una a circulada) |
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| Foto. (Niña con la cara pintada: "Sanidad", y una gráfica que acaba en un euro) |
Impuesto médico de Asignación de aportación reducida.
Es decir, todo enfermo crónico o no, que deba medicarse en farmacia de Hospital, ya sea enfermos de cáncer (quimioterapia), enfermos de hepatitis, VIH, enfermos renales, respiratorios, etc... A partir de ahora pagarán un 10% de estos medicamentos carísimos.
En la comunidad Valenciana se dejará de prestar servicio de Oxigeno a enfermos respiratorios y o crónicos.
No os pongáis enfermos chicos y menos os hagáis mayores.
Recalco que todos estos medicamentos son los más caros que suministra la seguridad social, llegando en algunos casos a superar los 75.000 € anuales.
De los cuales el usuario paga el 10% a partir del 1 de octubre de 2014. Esto se publica en el BOE.
A jodernos toca.
El centro de investigación Príncipe Felipe (Valencia) ha despedido a 108 trabajadores de los 258 empleados con los que contaba, 79 son científicos, los que se quedan tienen una reducción de salario. Se han cerrado 14 líneas de investigación, algunas eran sobre el cáncer, parkinson o alzheimer.
Pero han gastado 3 millones de € organizando un campeonato de golf de un fin de semana en Castellón. 15 millones de € en unas torres de Calatrava que al final no se van a construir.
Han comprado "por un precio simbólico" la empresa Valmor Sports, encargada de la organización de la formula 1, pero se hace cargo de 30 millones de € de deuda.
Ah!!! La única petición es que mantengas esto circulando, aunque solo sea a una persona más. Por la memoria de alguien que conozcas que ha sido por el cáncer o que aún vive con él.
Vicente Lahera
Catedrático de Fisiología Departamento de Fisiología Humana Facultad de Medicina Universidad Complutense de Madrid (UCM)
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