miércoles, 10 de agosto de 2016

Colombia: cuando a los presos les picaban en pedazos y se echaban a los cerdos.

Cárcel en Colombia.
Colombia

Centenares de presos en la cárcel La Modelo fueron picados y tirados al alcantarillado

Dick Emanuelsson, Resumen Latinoamericano, 27 de Julio 2016

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=214999

3 de julio de 2001: Los paramilitares que controlan la mayor cárcel de Colombia, La Modelo, hacen detonar un petardo en la entrada al pabellón donde se encuentran principalmente guerrilleros de las FARC y ELN. Durante 24 horas fueron asesinados aproximadamente 30 guerrilleros. Las autoridades no hicieron nada en una lenta matanza durante los años 1996-2002. Ahora dice la Fiscalía que podría ser hasta 400 presos asesinados, picados y convertidos en comida para cerdos o tirados por el alcantarillado de La Modelo.

Los testimonios de diez paramilitares y ex reclusos en la mayor cárcel de Colombia, La Modelo, han sacudido a la nación
suramericana. Relatan cómo presos y víctimas de los paramilitares en La Modelo fueron picados en pedazos y tirados como alimentación a los cerdos o al alcantarillado. Según la Fiscalía Colombiana podrían ser hasta 400 las personas que fueron asesinadas y desaparecidas durante los años 1999-2002.

ESCUCHA LAS ENTREVISTAS COMPLETAS EN AUDIO:

Entrevista con ULDARICO FLOREZ, presidente de la Brigada Jurídica Eduardo Umaña Mendoza acerca la información de 100-400 presos asesinados y desaparecidos por los paramilitares en la cárcel La Modelo 1999-2001.

https://app.box.com/s/5wmqln8d2z5lj660u5557vi25wjvurul


Entrevista con el ex preso (1996-1999) ROMMEL HANZ PRECIADO RODRÍGUEZ de la cárcel La Modelo en Bogotá y sobre la información de 100-400 presos asesinados y desaparecidos en 1999-2001 por los paramilitares ahí.

https://app.box.com/s/ppsb2sogyxf4bcilhp3ayamhh0dsw9lw
Paramilitares de AUC, en la cárcel, hasta con una parabólica.
Como reportero acreditado en Colombia entre 2000-2005, fui testigo de cómo se expresaba el control paramilitar de La Modelo. El 2-3 de julio de 2001, los paramilitares en esa cárcel atacaron a los dos patios en donde se encontraban en su mayoría guerrilleros de las Farc y ELN así como también otros presos políticos, sindicalistas, líderes campesinos y populares. En la noche entre esas dos fechas fueron asesinados aproximadamente 30 guerrilleros. Los representantes de la prensa fuimos testigos de cómo los paramilitares hicieron detonar sus bombas en los portones de los patios donde se encontraban los guerrilleros, para poder entrar y ejecutar sus matanzas.

Poder mafioso paramilitar
Las fuentes nuestras decían que los paramilitares patrullaban juntos con los guardianes durante las noches en la cárcel de La
Modelo, armados con fusiles AK-47 y granadas de manos. Las autoridades carcelarias o estatales no hicieron nada por evitarlo.

Había también, en esa época, informaciones y denuncias de los presos, familiares y organismos de DDHH sobre desapariciones y
asesinatos. Los jefes paramilitares vivían literalmente como reyes bajo un poder mafioso adentro de la cárcel más grande de
Colombia, mientras la inmensa mayoría de los reclusos soportaban un régimen carcelario infrahumano.

Pero la mentira tiene patas cortas, como dice el dicho y ahora hablan los mismos paramilitares sobre el régimen de horror que los escuadrones de la muerte ejecutaban esos años.

Los paramilitares (AUC) controlaban tres de los cinco patios, patrullando armados en las noches junto con los guardianes del Inpec. Reinaba un Poder Mafioso con acceso de internet y la demás comunicación (fíjese en la parábola de Sky-Chanel).

Los presos guerrilleros de las Farc y ELN fueron presas fáciles para los paramilitares que tenían la tarea de exterminarlos
físicamente con sus fusiles de AK-47, bombas y granadas de mano. Las autoridades colombianas cerraron sus ojos. 15 años después comienzan a reaccionar.

“Un secreto a gritos”
De lo que viví del periodo 1996-1999, y posteriormente lo que sucedió en el periodo 1999-2002, fue un secreto a gritos que sabían los presos, los familiares de los presos, la administración de la cárcel y del INPEC (Instituto Penitenciario y Carcelario). No
hicieron nada para parar eso. El Molino de Sangre y Violencia se vivió gravemente entre los años 1996-2002, dice Rommel Hans
Preciado Rodríguez, preso en La Modelo entre 1996-1999, quien fue víctima de un Falso Positivo Judicial y condenado por la Justicia Sin Rostro. En el fondo, lo decisivo para su encarcelamiento, fue su actividad como dirigente universitario en la Universidad Nacional en Bogotá y dirigente popular en Ciudad Kennedy también en Bogotá.

“Picados y sacados por el alcantarillado”
Cuenta que en el Patio 3, que era el Patio de los Ricos en la cárcel La Modelo, se llevaba a personas de otros patios y en el
Patio 3 se las eliminaba.

Ahora lo que están diciendo los medios en relación a ese fenómeno del 1999-2002, es que las personas eran picadas y sacadas en bolsas de basura o en recipientes con residuos para alimentar cerdos y que otros fueron picados y sacados por el alcantarillado, entonces, difícil será una investigación científica para dar con el paradero de estos restos o de estas personas, cuenta Rommel Hanz.

Caterina Heyck Puyana, directora de Articulación de Fiscalías Nacionales Especializadas, decía a la Revista Semana: “Los horrores de lo que aconteció en esa cárcel deben ser analizados de manera penal por la Fiscalía, pero también necesitan de una reflexión profunda en la sociedad colombiana , afirmó al contar algunos pormenores del que, posiblemente, sea uno de los casos más espeluznantes de la historia reciente”.
Módulo a rebosar de la cárcel de Tramacua.
"Desaparecían en canecas de aguamasa”
Para poder avanzar en la investigación, la fiscalía tiene diez paramilitares que han dado sus testimonios sobre cómo fueron
exterminadas las víctimas de los paramilitares. El testimonio de uno de ellos es literalmente horroroso. Primero le metían corriente a la gente. Al que no moría en los tanques de la corriente lo sacaban y lo desaparecían en canecas de aguamasa (sobras de comida), contó el ex paramilitar a los fiscales. Los picaban, degollaban, ahorcaban, envenenaban o los atacaban a cuchillo. Eso hubo un revuelo a nivel nacional, me acuerdo tanto que eso salió por las noticias. El Inpec tenía un contrato con un señor de Soacha, de unas marraneras. Eso fue muy mencionado para el 2001, cuando encontraron un marrano chilingueando con una mano, este señor llamó a la prensa y eso fue noticia, contó en su aterrador relato en el que afirmó que para esa época se confirmó que los restos humanos provenían de las sobras de comida de La Modelo.

Con el descubrimiento de los cerdos, se cerraba ese canal de descarte de las víctimas en La Modelo. Entró en el escenario un temido sicario paramilitar, contó el desmovilizado e hizo una afirmación impresionante: “Se botó mucha gente por las alcantarillas. Me acuerdo tanto que este señor (descuartizador) cargaba un banco con un trozo de madera. Llevaba una almádana (martillo grande). Este señor cargaba esto. Nosotros le teníamos miedo y recelo, él era uno de los sicarios del patio tres. Cargaba tres o cuatro costales paneleros de cabuya. Se encargaba de picar la gente, llegaba y ponía los huesos encima del banquete, ponía los costales encima y le daba”.

El General Jorge Luis Ramírez es director de INPEC y sostiene que no ha tenido conocimiento sobre la barbaridad en La Modelo, pero tampoco sabe nada sobre las matanzas y desapariciones en las cárceles de las ciudades de Barranquilla, Popayán y Bucaramanga.

“Guerra paramilitar para el control de la cárcel”
El abogado Uldarico Florez es presidente de la Brigada Jurídica Eduardo Umaña Mendoza, bautizado en memoria de uno de los más queridos abogados del movimiento popular, asesinado por el paramilitarismo el 18 de abril de 1998. Umaña trabajó arduamente por los presos políticos y los sindicatos clasistas de Colombia.

La lectura que nosotros hacemos de esta situación que ocurrió en la cárcel La Modelo de Bogotá es la siguiente: para esa época
habían varios presos políticos muy importantes en ese establecimiento carcelario y precisamente algunos estudiantes universitarios también habían sido detenidos en un falso positivo. Las FARC habían entregado cerca de 500 prisioneros de guerra que tenían retenidos policías y militares. En el departamento del Caquetá la inteligencia (militar) en aras de dar un golpe, capturó a varios estudiantes universitarios y ahí pues cayeron varios amigos que nosotros íbamos a visitar en esa cárcel.

Dice el abogado que la situación se volvió muy tensa en la cárcel, porque no se daba cumplimiento a lo establecido en la normatividad internacional para que los presos políticos estuvieran separados de los presos paramilitares.

Había prácticamente una guerra de los paramilitares para no perder el control de esa cárcel. Conocimos situaciones muy difíciles pero la verdad es que las autoridades del Inpec nunca investigaron o pusieron atención a muchas quejas que colocaron en esa época, sostiene el abogado Florez.

El “Guantánamo Colombiano” mata presos
Dice que en realidad no mucho ha cambiado en el sector carcelario. Aunque el paramilitarismo llamado AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) ya no existe, pues el paramilitarismo colombiano ha tomado diferentes nombres y siguen su control en varias cárceles colombianas.

La situación de los derechos de los aproximadamente 120.000 reclusos, tampoco ha mejorado, sino todo lo contrario.

El caso de la cárcel Tramacua (en la ciudad de Valledupar en el departamento de Cesar) es dónde está el llamado Guantánamo
Colombiano, y ahí tenemos de manera sistemática y permanente una campaña mundial para cerrar esa cárcel. La Corte Constitucional dio diez días para mejorar la cárcel o cerrarla en el 2014. Pero no pasó nada, relata un indignado Uldarico Florez.

En Tramacua han muerto varios presos políticos y guerrilleros por falta de atención médica. Otros se han suicidado por las
condiciones totalmente infrahumanas. Los presos tienen acceso al agua dos veces por día en una región donde la temperatura media es de 44 grados durante el día y en donde el hacinamiento en esa Cárcel de Máxima Seguridad, copia del modelo estadounidense, es literalmente increíble.

En este momento los presos políticos del Patio 4 en la cárcel de La Picota (en el sur de Bogotá) vienen desarrollando desde el lunes una jornada de desobediencia civil que se ha venido escalando hasta del día de hoy (lunes 25 de julio) precisamente por el tema de salud. ¿Cómo es posible que el Inpec no sea capaz de solucionar los problemas de salud de los prisioneros? Ahí están violando claramente y de manera sistemática los derechos humanos de las personas privadas de la libertad.

Dice el abogado Florez que tanto la Defensoría del Pueblo como la Corte Suprema de Justicia los han llamado la atención, pero los directores de las cárceles colombianas son un reflejo del país que se ha encontrado en un conflicto armado y social durante más de medio siglo.

El régimen carcelario es vengativo y no trabaja para rehabilitar a los presos. Los directores del Inpec andan como si fueran un
cartel militarista.

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