Foto. (Campo FEMA rodeado de alambre, militar y perro) |
Mucho
antes que Guantánamo y Trump, el antiguo presidente de Estados
Unidos Ronald Reagan ya planeó internar a los emigrantes en campos
de concentración en los años ochenta del pasado siglo.
El plan se basaba en la experiencia previa de la Segunda Guerra Mundial, cuando los ciudadanos estadounidenses de origen japonés fueron recluidos en campos de concentración.
En el plan, el gobierno de Reagan elaboró un listado de países de los que Estados Unidos no admitiría ningún refugiado ni inmigrante, especialmente magrebíes. Se trata de Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Siria, Jordania, Líbano e Irán
El plan aparece en un documento secreto de 40 páginas redactado en 1986 que ahora se ha desclasificado. Lo ha publicado la revista “Politico” en su página web (*) y muestra que los emigrantes procedentes de los países de la lista negra debían ser deportados hacia los campos de concentración que se pensaban levantar en el sur de Florida.
Los campos estarían compuestos de tiendas y vallas con alambres de espino y torres de vigilancia. La reclusión de los emigrantes sería provisional, a la espera de su deportación definitiva al país de origen.
El documento tiene un anexo con un censo de 230.000 extranjeros procedentes de los ocho países del listado que debían ser internados en los campos.
En Estados Unidos hay actualmente 800 campos de concentración del FEMA, una oscura agencia de gestión de desastres naturales, preparados para comenzar a funcionar y a la espera de prisioneros. En realidad, es una medida prevista contra motines, levantamientos y sublevaciones en masa de la población.
El plan se basaba en la experiencia previa de la Segunda Guerra Mundial, cuando los ciudadanos estadounidenses de origen japonés fueron recluidos en campos de concentración.
En el plan, el gobierno de Reagan elaboró un listado de países de los que Estados Unidos no admitiría ningún refugiado ni inmigrante, especialmente magrebíes. Se trata de Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Siria, Jordania, Líbano e Irán
El plan aparece en un documento secreto de 40 páginas redactado en 1986 que ahora se ha desclasificado. Lo ha publicado la revista “Politico” en su página web (*) y muestra que los emigrantes procedentes de los países de la lista negra debían ser deportados hacia los campos de concentración que se pensaban levantar en el sur de Florida.
Los campos estarían compuestos de tiendas y vallas con alambres de espino y torres de vigilancia. La reclusión de los emigrantes sería provisional, a la espera de su deportación definitiva al país de origen.
El documento tiene un anexo con un censo de 230.000 extranjeros procedentes de los ocho países del listado que debían ser internados en los campos.
En Estados Unidos hay actualmente 800 campos de concentración del FEMA, una oscura agencia de gestión de desastres naturales, preparados para comenzar a funcionar y a la espera de prisioneros. En realidad, es una medida prevista contra motines, levantamientos y sublevaciones en masa de la población.
De:
Movimiento
Político de Resistencia
Dibujo. (un preso abre los barrotes que le encierran) |
Opinión:
Presos
políticos vascos
CARENCIAS
Las
cárceles, además de espacios de castigo y exterminio, también han
sido siempre espacios de lucha para l@s militantes polític@s que se
encuentran en prisión. Son miles los gestos de dignidad y modelos de
lucha que nos han llegado desde las cárceles y que, históricamente,
han servido para despertar y poner en marcha a las calles,
convirtiéndose en un espejo para nuestra conciencia.
Sin
embargo y como nos han recordado l@s kides pres@s en Huelva, la
verdadera lucha, la que sirve para presionar al enemigo y conseguir
pequeñas o grandes victorias, es la que se debe dar en la calle. Las
reivindicaciones de l@s de dentro no tienen eco si las gargantas de
l@s de fuera no les dan voz.
Ni
qué decir del efecto que tiene en quien está pres@ el saber que la
lucha en la calle sigue. Sin la lucha del pueblo el peso de los años
de cárcel se multiplica. La lucha, por el contrario, aligera la
condena. Una ecuación fácil de entender, aunque a la vista del
resultado de los últimos años, teorizarla sea más fácil que
ponerla en práctica.
Esta
vez, de nuevo, la llamada a la lucha nos ha llegado desde las
cárceles. Primero fue Aitzol quien comenzó la huelga de hambre con
la que, para reivindicar su derecho a la salud, tuvo que poner en
riesgo esa misma salud. Ibon y Aletxu se encuentran en lucha en la
cárcel de Valence, rechazando las visitas para reivindicar su
derecho a hacer con dignidad esas visitas,
entrando en aislamiento para reclamar que no les separen de sus
compañeros.
En
la cárcel de Huelva mantienen una huelga de hambre rotativa
reclamando la libertad de l@s compañer@s enferm@s mediante una
protesta que l@s pres@s enferm@s no pueden llevar a cabo,
recordándonos por qué un día Euskal Herria fue uno de los mayores
ejemplos de revolución y compromiso. Hay que destacar que quienes
mantienen una huelga de hambre indefinida en Etxarri son ex presos
que ya antes han realizado varias huelgas de hambre. Los años de
cárcel, lejos de doblegar sus valores, los han fortalecido aún más.
Pero
todo esto, es decir, que un preso enfermo tenga que empezar una
huelga de hambre, que en las cárceles tomen los compromisos que
deberíamos tomar fuera y que después de pasar tantos años en
prisión sean unos ex presos los que realicen un gesto de solidaridad
tan duro, es algo que debería darnos para reflexionar y hacer
autocrítica a tod@s. Esta oleada de dignidad que nos llega desde
dentro de la cárcel es el reflejo de las carencias del movimiento
popular y en general de todo un pueblo para poner en marcha dinámicas
efectivas. Los movimientos de la calle han tomado un ritmo demasiado
suave y esto nos lleva a la normalización de la injusticia, dejando
indefenso al eslabón más débil de la cadena. A medida que el
conflicto se ha ido enfriando nos hemos ido acomodando hasta parecer
que no tenemos ni sangre en las venas, y eso nos puede acarrear
graves consecuencias.
El
problema de los pres@s enferm@s debemos convertirlo en el problema de
todo un pueblo y para ello se hace imprescindible que el pueblo entre
en una dinámica de movilización permanente. No es suficiente, por
ejemplo, hacer protestas coyunturales al saber que Ibon Iparragirre
ha sufrido una nueva agresión o que Aitzol se ha puesto en huelga de
hambre, porque el problema de fondo no es el ataque puntual sufrido
por Ibon ni la huelga de hambre de Aitzol, sino nuestra falta de
capacidad para poner patas arriba todo un sistema que empuja hacia el
precipicio en el que se acaba la vida a l@s pres@s enferm@s, y todo
lo demás no es sino consecuencia de esa incapacidad.
Por
lo dicho, por medio de esta carta quiero hacer un llamamiento a dejar
las comodidades y los prejuicios a un lado y a participar en las
manifestaciones que tendrán lugar este sábado 27 de agosto en
Bilbo, el 3 de septiembre en Etxarri y el 11 de septiembre en las
regatas de Donostia, así como en las que se vayan organizando en un
futuro próximo. Si nosotr@s no peleamos por l@s pres@s no lo hará
nadie, sin olvidarnos de refugiad@s y deportados La organización y
la lucha son el único camino.
Sendoa
Jurado Garcia –Militante pro amnistía-
Pantallazo Nyto. (foto ante una fábrica derruida) |
Música
combativa:
Nyto
– Me aplasta
Dibujo. "Solidaridad". (un puño se alza por encima de alambradas) |
Cartas
de lectorxs:
En
verano da bastante asco leer la prensa burguesa. Este año han tenido
la baza olímpica como “serpiente de verano” que le llaman, pero
es patético ver que los diarios escritos burgueses dan para poco
más, algún reportaje sacado de becarios, pasatiempos, las ruedas de
prensa de los políticos pesebreros y poco más.
Así
que ha sido época de lecturas de prensa antagonista en internet.
(...)
Os quisiera dar las gracias solidarias por haber mantenido el tipo
informativo y de denuncia diariamente, y con artículos bien
interesantes. Observo que el tema de los presos políticos enfermos
es la agenda más urgente del movimiento de solidaridad. F.
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