Foto. (pancarta de Amnistía en la manifestación no oficial del 10 enero Bilbo) |
Opinión:
NO
está todo perdido.
El ineludible sentimiento de la solidaridad hizo que nos congregáramos decenas y decenas de miles de personas el 10 de enero a las 5 y media en el centro de la capital bizkaitarra, Bilbao.
Produce mucha tristeza ver en lo que últimamente convierte el MLNV sus amagos de manifestaciones. Mucha gente, mucho "capital humano", pero contenido revolucionario 0, reivindicativo 0, político 0, mucha devaluación y vaciaje de contenido combativo en favor de un improductivo humanismo, mucho de nada práctico civismo (a la catalana), ya que desde luego no es mediante los aplausos que nos invitaban a dar desde la megafonía como van a abrirse las cárceles ni como va a
"acabarse con la dispersión", al contrario de lo que ellos aseguraban, protestar pero eso sí, en silencio, y un sinfín de cosas que hacen incompatible el hecho de protestar por algo y el de que se vaya a solucionar.
Dicen que los comunistas "siempre están o deben de estar donde se encuentren las masas", y así pasó también en esta ocasión, pues estuvieron presentes a través de los panfletos que solidarios repartían a lo largo de las diferentes columnas que formaban la marcha. "No no, esos pocos no, a mí dame más",
pude oír que le decía una señora de avanzada edad a un joven que le entregaba un panfleto en el que se explicaba la campaña que el SRI está llevando adelante en favor de los presos políticos gravemente enfermos y mayores de 65 años, lo que da cuenta de la mayoritaria buena acogida que tenían dichos panfletos.
Pero si tengo que destacar algo, es que ya se empieza a ver de una manera más perceptible que hasta ahora el que hay un sector creciente que no está de acuerdo con la deriva reformista tomada desde hace tiempo por el MLNV. Y digo esto, porque tanto antes como después (sobre todo después) de la manifestación, eran visibles en diferentes puntos de la ciudad numerosos carteles del organismo "AMNISTIA TA ASKATASUNA", creado al calor del descontento con el mencionado cambio de estrategia y la pérdida de la consigna de la amnistía para los presos políticos en el discurso de la izquierda abertzale.
Una vez acabado el acto oficial, entre algunos jóvenes se empezó a extender el rumor de que a las 8 en el teatro Arriaga iba a haber una manifestación "no oficial". Con curiosidad estuve haciendo tiempo por lo viejo (al igual que muchos jóvenes) hasta que llegase dicha hora.
El sonido de unos petardos hizo de reclamo y a la vez de indicativo de que iba a empezar la marcha. Centenares y centenares de jóvenes y no tan jóvenes nos desplazamos al punto de inicio. Seríamos más de 1000. A los 10 segundos ya se veía que no iba a ser como la que había tenido lugar a la tarde.
El ineludible sentimiento de la solidaridad hizo que nos congregáramos decenas y decenas de miles de personas el 10 de enero a las 5 y media en el centro de la capital bizkaitarra, Bilbao.
Produce mucha tristeza ver en lo que últimamente convierte el MLNV sus amagos de manifestaciones. Mucha gente, mucho "capital humano", pero contenido revolucionario 0, reivindicativo 0, político 0, mucha devaluación y vaciaje de contenido combativo en favor de un improductivo humanismo, mucho de nada práctico civismo (a la catalana), ya que desde luego no es mediante los aplausos que nos invitaban a dar desde la megafonía como van a abrirse las cárceles ni como va a
"acabarse con la dispersión", al contrario de lo que ellos aseguraban, protestar pero eso sí, en silencio, y un sinfín de cosas que hacen incompatible el hecho de protestar por algo y el de que se vaya a solucionar.
Dicen que los comunistas "siempre están o deben de estar donde se encuentren las masas", y así pasó también en esta ocasión, pues estuvieron presentes a través de los panfletos que solidarios repartían a lo largo de las diferentes columnas que formaban la marcha. "No no, esos pocos no, a mí dame más",
pude oír que le decía una señora de avanzada edad a un joven que le entregaba un panfleto en el que se explicaba la campaña que el SRI está llevando adelante en favor de los presos políticos gravemente enfermos y mayores de 65 años, lo que da cuenta de la mayoritaria buena acogida que tenían dichos panfletos.
Pero si tengo que destacar algo, es que ya se empieza a ver de una manera más perceptible que hasta ahora el que hay un sector creciente que no está de acuerdo con la deriva reformista tomada desde hace tiempo por el MLNV. Y digo esto, porque tanto antes como después (sobre todo después) de la manifestación, eran visibles en diferentes puntos de la ciudad numerosos carteles del organismo "AMNISTIA TA ASKATASUNA", creado al calor del descontento con el mencionado cambio de estrategia y la pérdida de la consigna de la amnistía para los presos políticos en el discurso de la izquierda abertzale.
Una vez acabado el acto oficial, entre algunos jóvenes se empezó a extender el rumor de que a las 8 en el teatro Arriaga iba a haber una manifestación "no oficial". Con curiosidad estuve haciendo tiempo por lo viejo (al igual que muchos jóvenes) hasta que llegase dicha hora.
El sonido de unos petardos hizo de reclamo y a la vez de indicativo de que iba a empezar la marcha. Centenares y centenares de jóvenes y no tan jóvenes nos desplazamos al punto de inicio. Seríamos más de 1000. A los 10 segundos ya se veía que no iba a ser como la que había tenido lugar a la tarde.
Foto. Pancarta. "Cuando la Guardia Civil entra por la puerta la democracia sale por la ventana. Abokatuak libre". (colocada en una vaya de cierre de jardín) |
Mientras
que en la primera la característica principal era la lentitud, el
silencio, el ambiente festivo, en la segunda lo que predominaba con
arrolladora fuerza eran el paso ligero, las consignas combativas,
como la incesante "presoak kalera, amnistia osoa", "presos
a la calle, amnistía total", o la de "amnistiarik gabe
bakerik ez", "sin amnistía no hay paz", "borroka
da bide bakarra", "la lucha es el único camino",
“independentzia eta sozialismoa", independencia y
socialismo", "ez dira terroristak gudariak dira!", "no son terroristas ¡son luchadores!", o una que no se oía desde hace muchos años, "kale borroka herri borroka da!", la lucha callejera, es lucha popular", alusiva al carácter político que tiene dicha lucha, en contraposición al criminalizado y desvirtuador término (kale borroka) que desde los medios se hace del mismo, relacionándolo únicamente con los ataques a entidades bancarias o estatales.
Fue más de media hora en la que se recorrió toda la parte vieja bilbaína, finalizando en frente de una boca de metro, en una plaza que sirvió de improvisado escenario.
Allí se dio lectura a un comunicado, en el que se denunciaba que "mientras se nos habla de nuevos tiempos", de "cambio en las situaciones, la única que cambia, y a peor, es la de los presos políticos vascos". Se siguió explicando la devaluación de todas y cada una de las luchas que había llevado a delante el MLNV hasta vaciarlas de todo contenido reivindicativo: Antes amnistía para los presos políticos, ahora derechos humanos. Antes independencia, ahora derecho a decidir. Antes socialismo, y ahora... confusión y reformismo.
Por otra parte, y como consecuencia de toda esta situación, se llamó a reforzar la lucha por la Amnistía, y a no permitir la desaparición de esta consigna, auto organizándose pueblo a pueblo y barrio a barrio.
Finalmente, y con centenares de puños alzados, se cantó al unísono un emocionante y emotivo eusko gudariak.
Me fui para casa con una sensación, al recordar el masivo reparto de panfletos del SRI que había visto en la mani "oficial" y sus combativas palabras y sensaciones que transmitían las mismas, a la vez que me venía a la cabeza la mencionada "manifestación no oficial": ¡NO está todo perdido!. J
socialismo", "ez dira terroristak gudariak dira!", "no son terroristas ¡son luchadores!", o una que no se oía desde hace muchos años, "kale borroka herri borroka da!", la lucha callejera, es lucha popular", alusiva al carácter político que tiene dicha lucha, en contraposición al criminalizado y desvirtuador término (kale borroka) que desde los medios se hace del mismo, relacionándolo únicamente con los ataques a entidades bancarias o estatales.
Fue más de media hora en la que se recorrió toda la parte vieja bilbaína, finalizando en frente de una boca de metro, en una plaza que sirvió de improvisado escenario.
Allí se dio lectura a un comunicado, en el que se denunciaba que "mientras se nos habla de nuevos tiempos", de "cambio en las situaciones, la única que cambia, y a peor, es la de los presos políticos vascos". Se siguió explicando la devaluación de todas y cada una de las luchas que había llevado a delante el MLNV hasta vaciarlas de todo contenido reivindicativo: Antes amnistía para los presos políticos, ahora derechos humanos. Antes independencia, ahora derecho a decidir. Antes socialismo, y ahora... confusión y reformismo.
Por otra parte, y como consecuencia de toda esta situación, se llamó a reforzar la lucha por la Amnistía, y a no permitir la desaparición de esta consigna, auto organizándose pueblo a pueblo y barrio a barrio.
Finalmente, y con centenares de puños alzados, se cantó al unísono un emocionante y emotivo eusko gudariak.
Me fui para casa con una sensación, al recordar el masivo reparto de panfletos del SRI que había visto en la mani "oficial" y sus combativas palabras y sensaciones que transmitían las mismas, a la vez que me venía a la cabeza la mencionada "manifestación no oficial": ¡NO está todo perdido!. J
Cartel. "Je suis hypocrite". (mani de París con Netanjahu, Sarkozy, Poschenko....) |
Denuncia:
Reunión
de hipócritas asesinos
“Todos
somos Charlie”,
proclama Libération.
Yo
no.
No
hice campaña a favor del Tratado de Maastricht. No soy Charlie.
Nunca
he comparado al Partido Comunista con el Frente Nacional. No soy
Charlie.
Nunca
he apoyado los bombardeos de la OTAN en Yugoslavia. No soy Charlie.
Nunca
hice campaña por el SÍ en el referéndum de la Constitución
Europea en 2005. No soy Charlie.
Nunca
he querido hundir a Denis Robert ni he defendido el caso Clearstream.
No soy Charlie.
Nunca
he pensado que Cuba es una dictadura. No soy Charlie.
Nunca
consideré que Chávez era un dictador. No soy Charlie.
Nunca
aprobé el bombardeo de Libia. No soy Charlie.
Nunca
me alegré del asesinato de Gadafi. No soy Charlie.
No
tomo partido sistemáticamente por Israel contra los palestinos. No
soy Charlie.
No
cierro los ojos al nazismo en Ucrania. No soy Charlie.
Opino
que Femen es un movimiento procedente de la extrema derecha
ucraniana. No soy Charlie.
No
creo que Rusia sea un país peligroso para la paz mundial. No soy
Charlie.
No
creo que Rusia sea responsable de la situación en Ucrania al
contrario que la UE y la OTAN. No soy Charlie.
No
llamé a la intervención en Siria. No soy Charlie.
Nunca
he considerado héroes a los opositores sirios, siempre he pensado
que son fanáticos islamistas más o menos manipulados. No soy
Charlie.
Los
periodistas de Charlie, como los policías y el encargado de
mantenimiento muertos, obviamente son inocentes y sus asesinatos
injustificables, pero no inventemos héroes…
Rendir
homenaje a las víctimas, por supuesto, pero no es alrededor de
Charlie y sus «valores» donde querría ver reunirse al pueblo
francés… y rechacemos esta unión nacional que enmascara la
intención real de los terroristas y las responsabilidades
aplastantes de los dirigentes franceses en el odio suscitado por
nuestro país…
Loch
Lomond, militante del PCF
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