Carta de Suso Cela Seoane
«Mayo 2012: Hace unos días, después de dos meses sin darme correspondencia, me entregaron tres cartas. El matasellos tenía 40 días. Esto es, que desde que la familia y amigos escribieron, hasta hoy, ha pasado más de un mes.
Podría parecer una excepción. Pero no. Esta es la norma en la correspondencia con los presos políticos del Estado español durante muchos años. Puede parecer algo nimio, pero no lo es: forma parte de una política más amplia destinada a nuestro aislamiento y exterminio. El objetivo es alejarnos de nuestros seres queridos, de nuestros amigos, de nuestros compañeros, de nuestros pueblos… callar-encerrar el latido vital de nuestros corazones.
¿Qué significa la intervención de las comunicaciones? Analicémoslo por lo minucioso. Señalar en primer lugar que el derecho a las comunicaciones no puede ser restringido con carácter intemporal, tal y como reconocen sus leyes. Por eso, ya se encargó el “dios” Tribunal Constitucional de matizar que para los miembros de las “organizaciones terroristas” puede ser indefinido, durante el tiempo que a ellos les apetezca mientras no renieguen de sus organizaciones, de su lucha, de la violencia revolucionaria y sean respetuosos con la legalidad que explota, reprime, tortura, niega nuestros derechos nacionales, desahucia a golpe de porra, condena al paro y recorta derechos y libertades.
Quien esto firma lleva casi 22 años encarcelado y 20 con intervención de las comunicaciones, los últimos 16 años seguidos.
Las comunicaciones vis a vis son intervenidas. Las salas donde te reúnes con tus familiares están preparadas para escuchar todo lo que hablas. Lo mismo acontece con los locutorios y las llamadas telefónicas. Si en alguna de esas comunicaciones los censores interpretan que se dice algo en contra de la “seguridad” del Centro, de las personas del Centro, de las instituciones, del país… o cualquier referencia que consideren subversiva, pueden cortar la comunicación el tiempo que consideren oportuno. Durante cinco años estuve sin comunicaciones vis a vis porque en una comunicación con mi madre decían que hablábamos bien de la Revolución Cubana… Por leer un poema por teléfono, a mi hermano Paco [Paco Cela, preso político del PCE(r)] le suspendieron las comunicaciones durante un mes… Sucede otro tanto si saludas por teléfono a alguien no autorizado aprovechando que está en casa de algún familiar o amigo que si lo está…
La intervención de las comunicaciones escritas supone que sólo puedes enviar dos cartas semanales y, en algunas épocas, dependiendo de la cárcel, de dos folios como máximo. Tampoco se permite poner “preso político” por ningún lado. Si llega a la cárcel alguna carta que ponga “preso político” junto a tu nombre la devuelven a la persona que la envió. Si eres tu mismo quien lo pone en el remite, directamente no la tramitan y no sale. Si haces una bandera de Galiza con estrella roja en el sobre, tampoco será tramitada.
Otra consecuencia que va pareja con la intervención de las comunicaciones escritas, es la retención de la correspondencia. Leen las cartas que mandas (y el mismo proceso para las que recibes), las fotocopias y son mandadas a Madrid, a la DGIP. Si en el plazo de 15 días, Madrid no contesta, ya te la entregan o puede ser echada al correo. Esto siendo ya una pasada, es más importante de lo que puede parecer. A la larga te hace perder el contacto con innumerables personas que mantenías contacto por escrito. Os ilustro: Yo envío una carta a una persona; con mucha suerte, y ya veréis luego porque os lo digo, es echada al correo a las 15 días de ser echada. Le llega a esa persona entre 17-20 días. Cuando esa persona me contesta sucede lo mismo. Una comunicación escrita que tendría que resolver en una semana, se dilata más de 40 días, y ello, con mucha suerte. La retención, por obra y gracia de los censores carcelario, en vez de los 154 días reglamentarios, se puede dilatar 20-25-30 días, dos meses… Si yo me escribo habitualmente con una persona, lo mismo que sólo tengo 2 cartas semanadas y tengo que elegir-seleccionar a quien le contesto y, luego, mi carta le tarda mes y medio en llegar, y otro mes y medio en recibir su contestación (en el mejor de los casos), ya son 3 meses con lo que, por la vía de los hechos, nos reducen la comunicación con esa persona a 4 veces al año y esto en el mejor de los casos; o ya pensabais que todavía podía empeorar. Pues sí, todavía puede empeorar. Por si no lo sabíais las cartas pueden “perderse” en algún despacho o papelera funcionarial. Os vuelvo a ilustrar. Hace cuestión de año y medio contestaba una carta a una persona. Pues bueno, esa cata se “perdió” A los seis meses que había contestado en su carta, pero… Meses después volví a recibir otra postal suya en la que ya me acusaba de informar y degenerado. Evidentemente, mi segunda carta tampoco le había llegado. Le volví a escribir y ¡por fin¡ llegó mi carta a su destino y pude recibir su respuesta. Entre mi carta inicial y su respuesta había pasado casi 18 meses. ¡Os imagináis lo que esto supone¡ Y él esperando mi carta y yo su respuesta. En los hechos, la intervención-retención-putadas viene a suponer la imposibilidad de mantener una mínima relación normalizada con nadie.
Pero si pensabais que se podía quedar ahí, la cosa todavía hay más. Si alguien te escribe y te manda una octavilla de cualquier movilización, manifestación, acto, concierto solidario, en el que haya estado o tenido conocimiento, ya no te dan ni la octavilla ni la carta. Si te mandan un fanzine, una publicación alternativa del barrio, o del pueblo, una colección de poemas, tampoco te la dan. Si te mandan información sacada de internet, tampoco te la dan. Si te mandan alguna foto y es de alguna manifestación , acto reivindicativo, concierto protesta, etc.etc. tampoco te la dan. Poco a poco van reduciendo tu contacto con el exterior y con la información, palpitar del movimiento del que formamos parte.
Pero no queda ahí la cosa, todavía queda más. Si en una carta te da por comentar sobre tal o cual lucha en las cárceles, o que estás en una situación tal o cual, o que un compañero se encuentra en tal o cual situación, y ves conveniente iniciar una lucha o movilización, sencillamente se quedan con la carta y no te la tramitan. En diciembre de 2010, ante una situación concreta en las cárceles, escribí aros compañeros presos y alguna gente de la calle para iniciar una denuncia en las cárceles. Resultado 15 cartas sin tramitar, la correspondencia que podía mandar en 2 meses (2 cartas semanales). Lo mismo sucedió con contras tantas de compañero que por el mismo motivo no me dieron.
Como podéis comprobar, con esta batería de medidas, en la práctica terminan casi incomunicándote. Hace 12-14 años, mantenía comunicación-correspondencia con no menos de 25-30 publicaciones-colectivos del movimiento en la calle; ahora con un par de ellos y en las condiciones que os vengo relatando. Ni la revista del pueblos porque viene en gallego y sin depósito legal.
Otras medidas para tratar de conseguir este objetivo y que se complementan unas con otras, afectan a las personas que fuera quieren comunicar con nosotros. Además de la distancia, la dificultad para venir a cientos-miles de kilómetros, el desembolso económico, el tiempo para venir, se unen medias intimidatorias, controles en la carretera, en los autobuses, en los trenes, identificaciones y cacheos… para, luego cuando ya llegan a las cárceles someterlos a cacheos muy estrictos, previo paso por identificación, huellaje, fotografía. La cárcel, por si sola, ya resulta tétrica e intimidatoria.
Otra medida es la reducción de las comunicaciones a 10 personas. Sólo pueden venir a visitarte 10 personas que, previamente tienen que ser acreditadas mediante envío de todos sus datos a Madrid que decidirá si es aconsejable que comuniques con tal o cual persona. Lo mismo sucede con las llamadas telefónicas. Al final terminan reduciéndote las comunicaciones a la mínima expresión.
Con todo ello, tratan de incomunicarte, aislarte, pero sobre todo, que te sientas sólo, incomunicado. Situación que se ve agravada con los presos políticos que se encuentran en los aislamientos, pues a esta incomunicación, aislamiento se le une el que vives en la propia cárcel; 20-22horas al día en la celda en unos departamentos que parecen verdaderos agujeros inhumanos, saliendo al patio con uno o dos presos, con unas normas y medidas opresivas y represivas al máximo. Los modernos “bunkers” de las nuevas macro-cárceles están diseñados específicamente para hacerte sentir esta incomunicación-aislamiento al extremo y en toda su brutalidad. Además de las brutales medidas de control, están construidos como adosados de la cárcel, como un parte donde desde que entras te hacen patente esa sensación de aislamiento-incomunicación.
Y bueno, hasta aquí lo malo, lo feo. Lo bueno y bonito es que a pesar de todo, no consiguen su objetivo y mucho menos hacernos sentirnos solos, aislados, incomunicados. Y en ello, jugáis un papel de vital importancia vosotros. La lucha que lleváis ahí fuera hace que todos estos planes fracasen, como lo actos realizados en A Coruña últimamente y pro que lo que desde aquí, mandaros mi más grande felicitación por todo ese trabajo que venís realizando y seáis conscientes de su importancia, aunque a veces pueda parecer que no lo es. Por eso, animaos a seguir profundizando y extendiendo ese magnífico trabajo que venís realizando y no olvidéis la importancia que tiene. Tratar de llegar al mayor número de gente se hace más importante cada día, pues como habéis podido comprobar es más probable que el número de presos políticos se vaya incrementando con nuevos “modelos” de presos políticos. Ya no sólo van a meter en la cárcel a miembros de organizaciones “terroristas”; ahora cualquier manifestante puede ser condenado por actos “terroristas”, cualquier indignado que se oponga al verdadero terrorismo que supone un desahucio, puede ser acusado de “atentado a la autoridad” y pasar a engrosar la fila de los presos políticos en las cárceles del Estado.
Que os voy a dejar que creo que ya me he extendido demasiado. Animaros a seguir enviando postales a los presos políticos. Seguramente, algunas de ellas no lleguen a su destino, pero os puedo asegurar que aunque eso sea así, les jode cantidad.
Un fuerte abrazo para todos y no importa donde esté la barricada, lo importante es mantener siempre en alto la bandera de la dignidad y la lucha y los sueños de un mundo mejor.»
Suso Cela Seoane
Preso político de los GRAPO
Prisión de Badajoz
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