viernes, 15 de agosto de 2014

Entrevista con Mila Ortega, madrecita coraje de l@s pres@s polític@s.

Foto. Milagros Ortega en manifestación libertad pres@s enferm@s.
Entrevista con Milagros Ortega, madrecita coraje

Mamando la cárcel desde niña, primero con mi madre y luego con mi hijo Laureano, que me despertó”.

¿Quién en el mundo solidario con lxs presxs políticxs no conoce alguna referencia sobre Milagros Ortega Díaz?.
Teníamos pendiente una entrevista con ella. Con otra de las madrecitas coraje.
Como se pudiera decir, sigue siendo una de las mayores gastadoras de sellos de Correos, pues sigue escribiendo incansablemente a las cárceles españolas.
O sea, escribir le gusta, y de hecho nos trae unos apuntes de su vida que sus hijos nos recuerdan “los ha escrito antes varias veces, como parece que no le quedaban tan bien, los rompía en cachitos microscópicos, insalvables”. Sigue leyendo -ya muchos libros en su vida-, pero había un problema con el teléfono y otros medios, y solo salvable cara a cara.
Milagros está ya sorda “como una tapia, hijo. Cobran hasta 3000 euros por aparatejos de estos y sigo sin oír nada”.
Así que tras tanto tiempo, ahí la tenemos sentada delante, con sus “para 83” años, en un ambiente relajado.
En agosto de 2013 sufrió una operación de cáncer de pecho, pero le hace hasta chistes. Lee en los labios bastante bien, pero si hay duda se le escribe la pregunta en una pizarrita.
Pero todo lo demás juega a favor del entrevistador. Su memoria, solo se puede calificar de prodigiosa. Fechas concretas, dataciones exactas.
Esperemos sea de vuestro gusto. Se lo dedicamos a todas las madrecitas corajes de presxs políticxs.


-En abril de 1931 la Segunda República llega a España, el borbón se tiene que exiliar y Milagros Ortega Díaz nace el 11 de noviembre de 1931 en Vallecas, Madrid. Cuéntanos esa situación.

-Nací en Vallecas y en diciembre de ese mismo año, con un mes, nos trasladamos a la calle Esparteras 12 y 14 de la capital, ya que mi madre se coloca allí en una portería. Mi madre era de Madrid y mi abuelo materno trabajaba en las oficinas de Renfe, era de familia bastante bien, pero se murió mi abuela y él se volvió a casar. Ella sacó a mi madre del colegio y la puso a servir. Llegó a servir en casa del médico del rey.
A los 23 meses nace mi hermano, así que para finales de 1933 una familia obrera desarrolla su vida en una portería del centro, luego he leído que en el agitado Madrid del Gobierno CEDA.

Mi padre era de Campillo, del valle de Mena, un pueblecito de Burgos. Trabajador del campo y después obrero. Comunista. En 1934 se puso a vender sartenes por la calle Toledo en Madrid. Se pasaba mal, luego te enteras que había mucho paro.... (parece venirle su imagen al recuerdo) Tuvo que trabajar muy duro.

El 18 de julio de 1936 los fascistas dan el golpe de Estado contra el gobierno legítimo del Frente Popular, y mi padre se presenta voluntario para combatir en los batallones comunistas. Los fascistas le hieren de dos balazos.
Mis recuerdos son muy tristes, bombardeos en Madrid sin cesar, en mi casa cayeron 3 obuses y 1 bomba. Y mi padre en la guerra. Comíamos lentejas con arroz, hambre no, pero necesidad sí. Pero sí muchos evacuados, ver a la gente con colchones ir a dormir al metro.
Las hemos pasado muy putas (reconoce tras sumirse en una reflexión antes de continuar hablando).
La guerra acabó el 1 de abril de 1939, y a mi madre la echan de la portería. Nos tenemos que ir al barrio de Usera y en mayo de ese mismo 1939 vinieron a por mi madre dos señores que decían que era para una declaración y que sería para 2 horas. La metieron en la cárcel. Pudimos ir a verla al cabo de 20 días. Recuerdo con mi padre ir a llevarle comida. Un día, me viene a la memoria como yendo a verla un amigo de mi padre le dice -¿Dónde vas? -A llevarle la comida a Lupe. Y le dice, -Vuélvete, están deteniendo a todos.
No veas que jaleo recuerdo de Ventas. Allí entrabas a una sala grande, una verja, un pasillo y otra verja. En una las presas, en la otra las familias. Horroroso. Y yo tenía 7 años.
La tuvieron tres años y medio presa, con tres ataques que tuvo, y salió enferma.

Recuerdo en 1982 como estando yo en Madrid y Laure en Herrera de la Mancha, en Ventas, le digo a otra madre de ese barrio -¿oye, aquí no había una cárcel?. Y me dice -¿pero cómo puedes saber tú que aquí hubo una cárcel?. -Pues porque estuvo mi madre presa aquí. Y en Claudio Coello.
Así he ido yo recordando tantas cosas.
Siempre recuerdo una frase de mi madre “que no tengáis que pasar lo que hemos pasado nosotros”.

Foto. Milagros en el recibimiento a Enrique Kuadra, junto a una solidaria.
-¿De qué le acusaron?

-De “Roja peligrosa”, pero no tuvo juicio alguno.
Murió en 1972, había estado 21 años totalmente dependiente, haciendo sus necesidades en la cama, tras un paralís en 1951 que la dejó inútil todo el lado izquierdo, pero se cayó y todo fue a mucho peor.

Mi padre murió con 62 años, en 1961, de una pulmonía.

A mí mientras tanto me mandaron a Concejero, Valle de Mena, hasta que mi madre salió de la cárcel, y no la pude volver a ver hasta que salió.
La impresión fue otro susto bestial para una niña de 8 años. Yo iba de la capital de España de recibir bombazos a donde unos abuelos que no conocía y en el pueblo no teníamos ni agua, ni luz más que de dos bombillas, una en la cocina y otra en la cuadra, ni un aseo. Se me cayó el mundo encima. Pero lo que sí había era una artesa llena de pan ¡con el hambre que yo tenía! tras el fin de la guerra. Al mes llegó mi hermano y ya fue distinto, alguien que conocía y él sí les conocía.
Al volver a Madrid la situación era terrible. Siempre comiendo gachas. Boniatos asados y algarrobas quitadas a los caballos. En 1945 cogí el tifus. Luego leí en un libro que en aquellas épocas, la gente comía por hambre las gachas envueltas con el serrín de los pinos que se llevaban los americanos... (se le cae una lágrima por la mejilla)...

-Muy duro de recordar. Hacemos un inciso. Te casaste y emprendiste, digamos, nueva vida.

-Me casé con 22 años. Seguimos viviendo en el Valle de Mena con mis padres, pues había que atender a mi madre dependiente.
Y vinieron 7 hijos (en el 55, el 56, en el 58 ya viviendo en Santurtzi, en el 60, 62, 63 y 1965); 12 nietos y 4 biznietos.
Mi marido murió en 1979 con 47 años. Me quedé viuda, a esa misma edad, con 2 hijas y 5 hijos jóvenes y 10.000 pesetas de pensión.

-Y tu vida cambió de nuevo profundamente en 1980. Tu hijo Laureano desaparece de casa. Ha ingresado en los GRAPO.

-Sí, un cambio total, pues en enero de 1981 detienen a Laure. Nos enteramos de que estaba detenido a los 10 días, que mis hijos que se acaban de enterar me dicen “mañana nos vamos a Madrid, Laure está preso en la cárcel de Carabanchel”. Fueron unos días terribles, allí que se fueron con ropa, una manta y dinero para su hermano. La segunda semana fueron otros dos hermanos suyos y la tercera semana fui yo.
Mira, nada más llegar a Carabanchel empecé a recordar cosas, colas de mucha gente, los guardias al entrar para comunicar... Me puse a llorar. Mis hijos me cogieron y me pedían tranquilidad y que no llorase. Me tragué las lágrimas y conseguí ver a Laure.
Ya no era la misma cárcel que yo conocía, la de Ventas, pero aquello me hizo recordar mi vida de niña.

Bueno, eso, que me citan al juzgado, pues Laure tenía 18 años, los 19 los cumplió en Carabanchel. Le condenaron a 5 años pero le tuvieron 3 años y 10 meses. También en aquel 1981 a mis dos hijos pequeños los detienen, y los zurran con ganas. Uno de ellos tenía 16 años y el otro estuvo luego un mes sin salir de casa del terror que le ocasionaron. Asaltan la casa e iban buscando ¡un helicóptero!.
Luego sueltan a Laure en octubre del 84 y le vuelven a detener en enero del 85.
Pero ya en el 84 le detienen en Sestao por un busca y presentación de la mili por unas horas. Fuimos toda la familia a comisaría y nos detuvieron a casi todos. En mayo de 1987 le excarcelan y se pasa de nuevo a la clandestinidad. Le detienen en diciembre de 1992, les zurraron salvajemente. Desde entonces hasta este diciembre pasado.
Además siempre hemos estado vigilados como familia. Yo y todos sus hermanos.

-Has conocido en visitas a muchas y muchos presos políticos...

-(se queda pensativa, como enumerando las prisiones)
Primero las cárceles de la época franquista, en mi piel de chiquilla que acudía a ver a su madre a las cárceles fascistas.
Luego a visitar a Laure y a otros compañeros a las cárceles de media España: Carabanchel Hombres, Mujeres y la de Madres, Meco, Oviedo la cárcel vieja, Soria, Basauri, Logroño, Daroca, Yeserías, Ocaña, Valdemoro, Brieva y las varias prisiones de Puerto. Y he intentado escribir a todos los presos políticos unas cuantas cartas.
Foto. Milagros en casa. (acompañada de su hijo Laureano y de Encarnación León Lara, tras salir de las cárceles en 2013.)

-Desde un principio hasta ahora mismo, las madres siempre habéis dado un ejemplo de entereza en la defensa de vuestros hijos presos políticos, más aun en las condiciones durísimas que les hacen vivir. ¿Cómo sentiste tú ese “despertar” que soléis decir las madrecitas?...

Pues yo lo sentí muy profundamente. Fue un choque para mí. Tremendo. Me cambió la vida. Desperté. Me hizo recordar de golpe y sopetón muy claramente todos los episodios que había vivido siendo niña, las bombas, las gigantescas filas a la cola de la entrada de la cárcel de Ventas para ver a mi madre, las necesidades... ¡Y el hambre; mi padre nos dejaba el desayuno, la comida y la cena, pero lo comíamos todo a la mañana y luego a mirar al sol!...
Y pensé para mí... que no les podía faltar de nada a los presos.
Y cuando las Comunas les metíamos cajas de rosquillas, empanadas, carne, pescado por navidad. Escribía mucho. En Soria, como los viajes podían ser comunes para los familiares, nos reuníamos y estaban muy bien atendidos. Yo siempre le he inculcado eso a mis hijos, y todos en mayor o menor posibilidad han estado visitando a Laure. Y a los nietos, siempre me he preocupado que conocieran y supieran de Laure. Ninguno se ha quedado sin ir a verle. Incluso los biznietos. Mi hija Mariangeles y mi nieto Gorka han estado en muchas muchas visitas. Mejor dicho, en todas. Laure es el padrino de Gorka además. Y Luis. Y yo, pero es mi deber.

-Y tus famosos en las cárceles calcetines de lana de invierno jiji...

He intentado que a ningún preso político le faltarían sus calcetines de lana hechos por mí para el invierno.

-Y estuvisteis muy activas, con encierros, protestas, etc. Tú has participado en muchas...
Pues yo he sido de la AFAPP, y realizamos pues las visitas, listas para las Comunas en alimentos, ropa... Cuando la huelga de hambre de 1989 a 1991 nos encerramos en la Cruz Roja de Bilbao. En 1989 unos días y en 1990 nos encerramos 3 meses. Y aquí a charlas, encarteladas... Y en Madrid acudía a las protestas de las madres de allá. He conocido a muchísima gente. Y la labor de visitar a los presos y presas.
Pero tuve que dejar muchas cosas, pues a uno de mis nietos le pilló un coche...

-Porque empezó la dispersión por todo el Estado español además...

Cuando llevaron a Laure a Puerto de Santa María -a 2.200 kilómetros de viaje de su casa de Portugalete ida y vuelta- me vino el cantar de “Mejor quisiera estar muerto, que preso toda la vida, en este penal de Puerto, Puerto de Santa María.”
Con esto se rompió la posibilidad de viajes en común como antes, y los gastos millonarios de bajar a la visita al otro punto de España.

-Y encima a Laure en septiembre de 2010 le da un infarto. Tan lejos...

Pues otra vez a seguir yendo todo lo que se podía, sin apenas noticias. Muy duro la verdad. Y yo con estas piernas que ya no responden demasiado.

-Y su salida en diciembre de 2013. Nos decías meses antes que no te querías morir sin ver a Laure en la calle jiji...

Por fin, tras tantos años de cárcel. Ha sido todo muy bonito desde que está en la calle. Y Laure es un hijo muy familiar. ¡Me da un beso todas las veces que se levanta, se acuesta, o llega de la calle!.

-Mila, ¿Cuál ha sido el momento más duro de tu vida?

Dos. En 1988, cuando declararon a Laure “enemigo número 1” y decían que “estaba gravemente herido” en la clandestinidad.
Y en 1992 cuando estando de visita en la cárcel de Oviedo me lo contó la presa que había ido a visitar “que han detenido a Laure, tras un tiroteo en Santander con heridos”. Si no me siento me caigo, se me volvió a caer el mundo encima. Tras salir de la visita, con mi nieto de 8 años y sin saber ni donde había una parada de autobús, y sin dinero. Había metido 5000 pesetas a la presa, y me dice “pídelas de nuevo, esto es más urgente”. No, aunque tenga que ir andando, le contesté. Pero al salir allí estaban, qué alegría, mis hijos con un coche esperándonos. Otra vez vuelta a empezar. A Meco, Puerto I, III...

-¿Qué cambios ha habido entre las cárceles de 1939 y las del 2014?

Si te digo la verdad, lo único que ha cambiado ha sido por fuera, los locutorios... más modernas las instalaciones. Y claro, los carceleros ahora son “de otra manera”. Antes había muchísimos que no sabían mucho de leer y escribir. Ahora con los de fuera se ve que tienen otra educación... claro que con los que yo trataba en los años 1939, que trataban a todos como si fuésemos bichos... y desde entonces ha llovido.

-Has estado muy recientemente en el pequeño recibimiento a Enrique Kuadra en Portugalete, o en una mani por los presos políticos enfermos...

Sí, aunque con estas piernas... Enrique ya no es un chaval, y operado de cáncer, pero si te digo la verdad, yo le he visto muy bien, muy majo.

-Un saludo para lxs lectorxs.

Cuidaros mucho, cuidar a los presos y recibid un abrazo mío y de la familia. Agur.

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