Foto. Cartelón "Liberdade presos políticos enfermos". (y las fotos de Arango, Cela, Baños, Arenas y Arantza y dibujo estrella sale de barrotes) (en un escaparate cerrado) |
Presxs
políticxs enfermxs
Siguen
las denuncias de su situación.
Idem. (en otro escaparate cerrado) |
-A
Coruña. Colocación de numerosos cartelones:
Liberdade
presxs políticxs enfermxs!! Fotos de Arango, Arenas, Paco Cela,
MariJose Baños y Arantza Díaz
Idem. (en una esquina de una calle) |
Idem. (en otro escaparate cerrado) |
Idem. (en un tablón de anuncios) |
Foto del acto de recital. |
-León.
“Ágora de la poesía” 27 de septiembre. Recitando poema de
MariJose Baños
Cartel "18 octubre manifestación. Aquí vivimos, aquí decidimos. No a RePPsol". (tres manos de basta, en tres barras colores bandera canaria) |
Convocatorias:
-No
a RePPsol
Manifestaciones
en todas las Islas Canarias
Sábado
18
Portada de la revista del S.E. sobre el Che. |
Colaboración:
En
el 47 aniversario del asesinato del Che
Abrazar
al Che para querer estrangularlo, junto a Stalin
Decía
Jean Racine que él abrazaba a su enemigo, pero que era para
asfixiarlo. Lo mismo ha hecho el escritor trotskista
Alan Woods, en su trabajo de 20 páginas “El Che, vida de un
revolucionario”, de
2007, editado
en España por el Sindicato de Estudiantes y
que se encuentra aún a la venta.
Tiene
más capítulos -en
20 páginas con fotos-
dedicados (al Che) “contra el estalinismo, “traición
estalinista”... que a contar (aunque fuera someramente) la vida de
dicho revolucionario. Un auténtico atentado, un
batiburrillo intragable
a la memoria del Che, con
el único fin de
vilipendiar la figura y el trabajo de Stalin.
Escrito
de forma enrevesada, como
para traga-sapos,
empieza
por una supuesta defensa de Guevara “frente
a los que desean pintar una imagen completamente falsa del Che, como
si fuera una especie de santo revolucionario,
un pequeñoburgués romántico, un anarquista, un pacifista gandhiano
o alguna otra estupidez por el estilo”.
(Veremos
como el trabajo de Woods es otra estupidez por el estilo)
En
ya apenas unas páginas de datos generales -que
se podían
sacar de internet sin ir más lejos allá
por 2007-,
saca la artillería: Marx llama “Dictadura del proletariado” a
eso mismo, pero para Woods, en este libretillo se convierte en que
“Después
de la experiencia de Stalin, Hitler, Mussolini, Franco y Pinochet, la
palabra dictadura significa campos de concentración, Gestapo y KGB”.
Lo concatena con mentiras tapizadas de capitas
de verdad. Como Woods no puede poner ni una sola cita en la extensa
obra de Guevara que critique a Stalin, sino todo lo contrario, en el
capítulo “El Che contra el estalinismo” solo puede acotar “El
Che con frecuencia expresó opiniones contrarias a las posiciones del
PCUS dirigido por Nikita Jrushchov”
(!!!). (¡¿Jrushchov
estalinista?!)
La
majadería continúa. Cuenta una anécdota de un troskista cubano que
“mantuvo
muchas discusiones con el Che sobre Trotsky y el trotskismo”
(Woods saca entonces la autoconclusión de la simpatía de Ernesto
por dicha ideología) y
lo empalma con situaciones
fuera de contexto.
Así,
tiene que amañar una frase de Guevara sobre su
propuesta de un
plan de formación política que incluya el estudio serio
“De
las obras completas de Marx, Engels, Lenin y Stalin, y de otros
grandes marxistas... (como
Rosa Luxemburgo)
(o
los primeros Kautsky y Hilferding)”,
con “Y
añade en broma: “y debía estar tu amigo Trotsky, que existió y
escribió, según parece””.
“No
dudamos de que si hubiera vivido, habría girado hacia el trotskismo
y, en realidad, ya lo estaba haciendo poco antes de que su vida se
truncase”, añade
Alan Woods.
(muy fuerte ¿no?)
Seguimos.
Las críticas que el Che realiza a la política de coexistencia
pacífica impulsadas tras 1956 por el sector encaramado al PCUS, el
“crear cien Vietnam”, la guerra de guerrillas... para Woods son
otra demostración de antiestalinismo, pues “Estas
palabras horrorizaban a Jrushchov y a la burocracia moscovita”.
(Por
cierto, ¿al trotskismo no? ¿por qué eran enemigos declarados del
mal llamado foquismo entonces?)
A
las traiciones por parte del PCB que el Che sufrió en el desarrollo
de la lucha de guerrillas, Woods le echa las culpas de todo ello a
“los
estalinistas bolivianos”.
La
militancia armada del Che es una de las enseñanzas que se ha
heredado internacionalistamente, pero en una revista en homenaje a
él, se suponía, Woods lo analiza -dando un salto de la guerrilla en
el campo a lo que a
él
le interesa enmierdar- como “Particularmente
negativa fue la idea del denominado “Guerrillerismo urbano”, que
no es más que la vieja idea del terrorismo individual con una nueva
máscara”.
Pudiérase
sacar más jugo a esta aberración de “homenaje” difundido por el
S.E., pero deja demasiado mal sabor de boca para no pensar que se
trata de una broma anticomunista
barata,
bueno no, a dos euros el
“precio
ayuda”.
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