JON ANZA NO ES UN "CASO"
Jon Odriozola
Periodista
En el sentido policíaco, quiero decir. La aparición del cadáver de Jon Anza después de casi un año en una morgue de Toulouse se presta -digámoslo correctamente para no incomodar a los bienpensantes que obedecen al sistema «criticándolo»- a varias interpretaciones y, en especial, preguntas y pesquisas cuasi detectivescas sobre qué ocurrió. En mi opinión (no busque usted la verdad: simplemente opine, que eso es la democracia, la dispersión y el adiaforismo relativista de quien sabe lo que dice para que el receptor no sepa lo que dice, aunque opine y reproduzca el discurso dominante de quien no cree en nada de lo que dice pero lo mantiene como clase dominante y discursivamente hegemónica), la pregunta es: ¿Por qué, aun suponiendo que fuera cierta la «versión oficial» del Gobierno español -que no la ha dado, puesto que Anza aparece muerto en suelo francés pero sí se ha apresurado a querellarse contra quienes lo acusan de perpetrar un renovado episodio de guerra sucia al igual que, no ya se molesta en investigar las denuncias de torturas por parte de sus funcionarios públicos, sino que se querellan contra quienes las denuncian, o sea, si no quieres taza, taza y media-, la gran mayoría del pueblo vasco no la cree y/o tiene la mosca detrás de la oreja? Es indudable que hay motivos para tal mosqueo, pues no faltan precedentes como, por ejemplo, el también llamado «caso Zabaltza», en el que, desde un principio, el pueblo vasco sospechó lo que pasó.
El ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, que también lo fuera en la época de los GAL con Felipe González, se enoja y muestra airado por las insidias del «mundo batasuno» cuando éste atribuye a las cloacas del Estado español la muerte de Jon Anza. Incluso, aguerrido y personificando las bondades democráticas del Estado de Derecho -ese comodín de los demócratas de pacotilla-, se bate corajudamente el cobre con la izquierda abertzale y hasta gentes del PNV que muestran sus lógicas dudas, pero deseosas de que les den explicaciones «racionales» y pasar la página, amén de puntos oscuros del fatal desenlace del no ciudadano, sino «terrorista» Anza que, aunque fuera militante de ETA, se supone, un Estado de Derecho que se precie jamás se puede poner a la altura de los desmanes del terrorismo. Es casi como decir -digo «casi», no que lo diga-, señores, esta vez nosotros, el Estado de Derecho, no ha tenido nada que ver con la muerte de ese miembro de ETA; otras veces sí, pero esta vez no. Si nunca reconocimos lo del GAL, esto menos.
Mi pregunta sigue ahí: aún suponiendo que el Gobierno español dijera la verdad (que no serviría de precedente), algo insólito, ¿por qué la mayoría del pueblo vasco seguiría mosqueada? Es como decir: de acuerdo, el Gobierno español no ha tenido nada que ver... esta vez. Y si se demuestra que tuvo que ver, nadie se sentiría sorprendido, curtido y experimentado, pero nada escarmentado.
En el sentido policíaco, quiero decir. La aparición del cadáver de Jon Anza después de casi un año en una morgue de Toulouse se presta -digámoslo correctamente para no incomodar a los bienpensantes que obedecen al sistema «criticándolo»- a varias interpretaciones y, en especial, preguntas y pesquisas cuasi detectivescas sobre qué ocurrió. En mi opinión (no busque usted la verdad: simplemente opine, que eso es la democracia, la dispersión y el adiaforismo relativista de quien sabe lo que dice para que el receptor no sepa lo que dice, aunque opine y reproduzca el discurso dominante de quien no cree en nada de lo que dice pero lo mantiene como clase dominante y discursivamente hegemónica), la pregunta es: ¿Por qué, aun suponiendo que fuera cierta la «versión oficial» del Gobierno español -que no la ha dado, puesto que Anza aparece muerto en suelo francés pero sí se ha apresurado a querellarse contra quienes lo acusan de perpetrar un renovado episodio de guerra sucia al igual que, no ya se molesta en investigar las denuncias de torturas por parte de sus funcionarios públicos, sino que se querellan contra quienes las denuncian, o sea, si no quieres taza, taza y media-, la gran mayoría del pueblo vasco no la cree y/o tiene la mosca detrás de la oreja? Es indudable que hay motivos para tal mosqueo, pues no faltan precedentes como, por ejemplo, el también llamado «caso Zabaltza», en el que, desde un principio, el pueblo vasco sospechó lo que pasó.
El ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, que también lo fuera en la época de los GAL con Felipe González, se enoja y muestra airado por las insidias del «mundo batasuno» cuando éste atribuye a las cloacas del Estado español la muerte de Jon Anza. Incluso, aguerrido y personificando las bondades democráticas del Estado de Derecho -ese comodín de los demócratas de pacotilla-, se bate corajudamente el cobre con la izquierda abertzale y hasta gentes del PNV que muestran sus lógicas dudas, pero deseosas de que les den explicaciones «racionales» y pasar la página, amén de puntos oscuros del fatal desenlace del no ciudadano, sino «terrorista» Anza que, aunque fuera militante de ETA, se supone, un Estado de Derecho que se precie jamás se puede poner a la altura de los desmanes del terrorismo. Es casi como decir -digo «casi», no que lo diga-, señores, esta vez nosotros, el Estado de Derecho, no ha tenido nada que ver con la muerte de ese miembro de ETA; otras veces sí, pero esta vez no. Si nunca reconocimos lo del GAL, esto menos.
Mi pregunta sigue ahí: aún suponiendo que el Gobierno español dijera la verdad (que no serviría de precedente), algo insólito, ¿por qué la mayoría del pueblo vasco seguiría mosqueada? Es como decir: de acuerdo, el Gobierno español no ha tenido nada que ver... esta vez. Y si se demuestra que tuvo que ver, nadie se sentiría sorprendido, curtido y experimentado, pero nada escarmentado.
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El acoso policial no consigue silenciar la exigencia de la verdad
La Ertzaintza detuvo anoche a dos personas en Bilbo y Laudio en el marco de la jornada de movilización que se desarrolló ayer, en la que por encima de vetos, amenazas y decenas de identificaciones por parte de todo tipo de cuerpos policiales, miles de ciudadanos vascos exigieron "la verdad" sobre lo ocurrido a Jon Anza.
Pese a que la Ertzaintza y la Policía Foral de Navarra se afanaron en borrar cualquier atisbo de protesta contra la represión y la guerra sucia, la exigencia de la verdad en relación a la desaparición y muerte de Jon Anza reunió a miles de personas en las movilizaciones desarrolladas en el conjunto de Euskal Herria.
Esta mañana se ha sabido que anoche fue detenida una persona acusada de "desórdenes públicos" en el barrio bilbaino de Indautxu, según el Gobierno de Lakua.
El arresto se produjo sobre las 21.45, aunque desde las 20.00 se registraron cruces de contenedores, a los que se prendió fuego.
Otras fuentes han señalado a GARA que el detenido fue conducido a una comisaría después de "sufrir un registro y una paliza durante media hora".
En Laudio fue arrestado otro hombre sobre las 20.30 cuando participaba en una protesta, acusado de "injurias" a la Ertzaintza.
Movilizaciones
En Donostia, incluso media hora antes de la convocatoria matutina, en las inmediaciones del Banco Guipuzcoano se encontraban ya decenas de agentes de la Ertzaintza que hacían gala de abundante material antidisturbios. En el Boulevard se encontraban apostadas más furgonetas policiales. También se podían contabilizar un importante número de periodistas y cámaras de televisión, que llamaban aún más la atención de los transeúntes, que eran muchos en plena mañana y en el centro de la ciudad.
Mientras que los viandantes se preguntaban por la razón del despliegue policial, decenas de ciudadanos iban llegando dispuestos a reclamar que se conozaca la verdad sobre lo ocurrido a su convecino. Una mujer no pudo esconder su malestar ante tanto policía; "¡más claridad y menos represión!", gritaba mientras explicaba a los curiosos los motivos de la protesta.
Resultaba imposible enumerar las personas que secundaron la convocatoria de movilización, ya que se diluía por toda la Avenida para frustración de los agentes, que apuntaban "tenemos que barrer todo".
Boca a boca, sin embargo, fue difundiéndose un segundo llamamiento y en cuestión de minutos una manifestación bajo el lema "Errepresioa eta gerra zikina amaitu! egia nahi dugu" (Acabad la represión y la guerra sucia, queremos la verdad) echaba andar en el barrio de Gros. La marcha era seguida por cerca de medio millar de personas que mostraban su enfado y rabia y responsabilizaban de lo sucedido a Anza al ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Consignas como "Herriak ez du barkatuko!", "agur eta ohore, eusko gudaria" o "Jon, gudari, gogoan zaitugu" (El pueblo no perdonará, hasta siempre en el recuerdo, soldado vasco, Jon soldado vasco, te recordamos) se repetían, al tiempo que insistían en achacar la muerte de este donostiarra a las FSE y al PSOE. La marcha se adentró después en la Avenida Navarra, donde cortó el tráfico en ambos sentidos y entonó el "Eusko gudariak" (Himno a los soldados vascos). Un aclamado "Gora Jon!" (Viva Jon) puso el punto final a la protesta.
En Hendaia, sus compañeros
A la misma hora, pero en Hendaia, eran los propios compañeros de trabajo de Jon Anza los que se concentraban ante la empresa Sokoa, como lo vienen haciendo el día 18 de cada mes desde su desaparición. Ayer eran arropados por vecinos de la localidad costera. Xabier Arin, compañero de trabajo y miembro del Colectivo Jon Anza, exigió la verdad sobre lo ocurrido.
En Iruñea decenas de personas que portaban carteles que preguntaban "¿Qué habéis hecho con Jon?" eran dispersados de las inmediaciones de la sede del PSN por la Policía española. La Foral se encargó de identificar a dos de los concentrados.
En el transcurso de esta concentración, el dirigente de LAB Igor Arroyo alertó de que el objeto de la movilización era "poner sobre la mesa la pregunta que recorre nuestro pueblo: qué ha sucedido con Jon Anza". Inisitió en que "la versión oficial transmitida por el Gobierno español no se sostiene", por lo que exigió al Gabinete de Zapatero y al PSOE que aclaren, junto a las autoridades francesas, "qué sucedió con Jon Anza durante los días posteriores a su desaparición".
En Gasteiz, la Ertzaintza impidió que se llevara a cabo el acto convocado a mediodía en la plaza de la Virgen Blanca e identificó a una persona, mientras que el barrio bilbaino de Irala amanecía con cortes de carretera en distintos puntos.
Durante la mañana, los campus universitarios del país también se convirtieron en otro foco importante para la protesta.
En el de Leioa, según hizo saber el colectivo PAT, la entrada principal fue atrancada con cadenas y se vertió aceite en la calzada, mientras que en la entrada posterior una cadena humana impedía el acceso de los autobuses. Al mediodía, la protesta llegó a las facultades de Arangoiti y San Mamés, en Bilbo, donde realizaron sendas concentraciones en denuncia por la muerte de Anza; se reunieron 60 y 20 estudiantes, respectivamente. En la facultad de La Casilla, también en la capital vizcaina, realizaron un sentido acto en honor del también expreso Anza.
Policías en el instituto
En el campus de la UPV-EHU de Gasteiz 150 jóvenes realizaron una asamblea, y en la mayoría de las facultades de Mondragon Unibertsitatea, que contó con paros y protestas, denunciaron una "atosigante" presencia policial. 55 estudiantes recorrieron asimismo el campus iruindarra de la UPNA.
En Azpeitia fueron 130 los estudiantes que se dieron cita en la protesta, mientras que una veintena de trabajadores hacían lo propio en Landeta. En Arrasate trabajadores de dos empresas también realizaron concentraciones.
Fueron muchos los centros educativos en los que se registraron paros. En Urretxu-Zumarraga, por ejemplo, cerca de 50 alumnos celebraron una sentada, y otros tantos se concentraron en Arrigorriaga o Eibar. En Derio 18 alumnos se encartelaron en la Escuela Agraria, y 60 en la plaza. En el instituto Koldo Mitxelena de Gasteiz, sin embargo, la Ertzaintza entró en el centro e identificó, grabó y amenazó a los 50 alumnos que realizaban la concentración.
Los vecinos de Igeldo optaron por denunciar la muerte de Anza con una concentración de una hora de duración, desde las 7.30 hasta las 8.30.
Identificaciones y dos arrestos
A última hora de la tarde, haciendo frente a amenazas de carga e identificaciones, se desarrollaron la mayoría de las movilizaciones. Muchas de las concentraciones tuvieron que realizarse en grupos menores de 20 personas, y también se recurrió a modificar horarios, recorridos y lemas para poder llevar a cabo las protestas.
Ya por la noche se conoció que la Ertzaintza practicó sendas detenciones en Bilbo y en Laudio. Al primero se le acusó de "desórdenes públicos" y al segundo de "injurias".
En Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa no hubo vetos policiales. En Uztaritze y Baiona se concentraron 70 personas; en Azkaine 40; en Senpere 17; en Hazparne 30; en Donibane Lohitzune 52; en Donibane Garazi 43; y una decena en Basusarri y Bidarte. En Maule también hubo una protesta.
En Gasteiz, cien personas realizaron un corte de carretera en la céntrica calle Francia, y 30 hacían lo propio en Portugalete.
En Lazkao (70) y Ordizia (60) exigieron la verdad portando velas e ikurriñas con crespones. 40 se reunieron en Bermeo; 45 en Burlata, Otxandio, Bakio y Getaria; 23 en Munitibar; en Durango, 300 por la mañana y 200 a la tarde; 25 en Alegi; en Lekeitio 200; en Altsasu 100 (muchos fueron identificados); 43 en Ugao; 20 en Berriz, Alonsotegi y Arantza; 40 en Irun; 300 en Errenteria; 250 en Azpeitia; 150 en Bergara; 143 en Arrasate; 130 en Oiartzun; 30 en Pasaia y Beasain; 18 en Balmaseda; 60 en Villabona, Segura, Sopela, Erromo y en Alde Zaharra de Iruñea (la Policía Local identificó a 2).
30 personas optaron por repartir propaganda en Elizondo, debido a la gran presencia de la Guardia Civil. 25 se concentraron en Irurtzun, Zamudio, Busturia y Ataun; 120 en Laudio y Tolosa; 10 en Idiazabal (todas identificadas); 35 en Lizartza y Arrigorriaga; 80 en Eibar; 17 en Plentzia; 70 en Mutriku y Basauri (6 identificadas); 15 en Zuia; 83 en Larrabetzu; 59 en Leioa; 22 en Bera y Aramaio; 62 en Ea; 54 en Aulesti; 35 en Deba; 68 en zarautz; y 11 Mallabia.
EPPK se suma a la jornada de protesta
Como vienen haciendo el día 18 de cada mes -justamente ayer se cumplían once meses desde que se vio a Jon Anza con vida por última vez-, los presos políticos vascos protagonizaron diversos actos de denuncia en las cárceles españolas y francesas, según informó el movimiento pro-amnistía. Concretamente, en las cárceles de Sevilla II y Valladolid los ciudadanos vascos llevaron a cabo encierros; y en Puerto III un ayuno. En la prisión francesa de Bois d'Arcy, por su parte, realizaron un plante el lunes y emprendieron una huelga de hambre, que ayer aún proseguían.
Esta mañana se ha sabido que anoche fue detenida una persona acusada de "desórdenes públicos" en el barrio bilbaino de Indautxu, según el Gobierno de Lakua.
El arresto se produjo sobre las 21.45, aunque desde las 20.00 se registraron cruces de contenedores, a los que se prendió fuego.
Otras fuentes han señalado a GARA que el detenido fue conducido a una comisaría después de "sufrir un registro y una paliza durante media hora".
En Laudio fue arrestado otro hombre sobre las 20.30 cuando participaba en una protesta, acusado de "injurias" a la Ertzaintza.
Movilizaciones
En Donostia, incluso media hora antes de la convocatoria matutina, en las inmediaciones del Banco Guipuzcoano se encontraban ya decenas de agentes de la Ertzaintza que hacían gala de abundante material antidisturbios. En el Boulevard se encontraban apostadas más furgonetas policiales. También se podían contabilizar un importante número de periodistas y cámaras de televisión, que llamaban aún más la atención de los transeúntes, que eran muchos en plena mañana y en el centro de la ciudad.
Mientras que los viandantes se preguntaban por la razón del despliegue policial, decenas de ciudadanos iban llegando dispuestos a reclamar que se conozaca la verdad sobre lo ocurrido a su convecino. Una mujer no pudo esconder su malestar ante tanto policía; "¡más claridad y menos represión!", gritaba mientras explicaba a los curiosos los motivos de la protesta.
Resultaba imposible enumerar las personas que secundaron la convocatoria de movilización, ya que se diluía por toda la Avenida para frustración de los agentes, que apuntaban "tenemos que barrer todo".
Boca a boca, sin embargo, fue difundiéndose un segundo llamamiento y en cuestión de minutos una manifestación bajo el lema "Errepresioa eta gerra zikina amaitu! egia nahi dugu" (Acabad la represión y la guerra sucia, queremos la verdad) echaba andar en el barrio de Gros. La marcha era seguida por cerca de medio millar de personas que mostraban su enfado y rabia y responsabilizaban de lo sucedido a Anza al ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Consignas como "Herriak ez du barkatuko!", "agur eta ohore, eusko gudaria" o "Jon, gudari, gogoan zaitugu" (El pueblo no perdonará, hasta siempre en el recuerdo, soldado vasco, Jon soldado vasco, te recordamos) se repetían, al tiempo que insistían en achacar la muerte de este donostiarra a las FSE y al PSOE. La marcha se adentró después en la Avenida Navarra, donde cortó el tráfico en ambos sentidos y entonó el "Eusko gudariak" (Himno a los soldados vascos). Un aclamado "Gora Jon!" (Viva Jon) puso el punto final a la protesta.
En Hendaia, sus compañeros
A la misma hora, pero en Hendaia, eran los propios compañeros de trabajo de Jon Anza los que se concentraban ante la empresa Sokoa, como lo vienen haciendo el día 18 de cada mes desde su desaparición. Ayer eran arropados por vecinos de la localidad costera. Xabier Arin, compañero de trabajo y miembro del Colectivo Jon Anza, exigió la verdad sobre lo ocurrido.
En Iruñea decenas de personas que portaban carteles que preguntaban "¿Qué habéis hecho con Jon?" eran dispersados de las inmediaciones de la sede del PSN por la Policía española. La Foral se encargó de identificar a dos de los concentrados.
En el transcurso de esta concentración, el dirigente de LAB Igor Arroyo alertó de que el objeto de la movilización era "poner sobre la mesa la pregunta que recorre nuestro pueblo: qué ha sucedido con Jon Anza". Inisitió en que "la versión oficial transmitida por el Gobierno español no se sostiene", por lo que exigió al Gabinete de Zapatero y al PSOE que aclaren, junto a las autoridades francesas, "qué sucedió con Jon Anza durante los días posteriores a su desaparición".
En Gasteiz, la Ertzaintza impidió que se llevara a cabo el acto convocado a mediodía en la plaza de la Virgen Blanca e identificó a una persona, mientras que el barrio bilbaino de Irala amanecía con cortes de carretera en distintos puntos.
Durante la mañana, los campus universitarios del país también se convirtieron en otro foco importante para la protesta.
En el de Leioa, según hizo saber el colectivo PAT, la entrada principal fue atrancada con cadenas y se vertió aceite en la calzada, mientras que en la entrada posterior una cadena humana impedía el acceso de los autobuses. Al mediodía, la protesta llegó a las facultades de Arangoiti y San Mamés, en Bilbo, donde realizaron sendas concentraciones en denuncia por la muerte de Anza; se reunieron 60 y 20 estudiantes, respectivamente. En la facultad de La Casilla, también en la capital vizcaina, realizaron un sentido acto en honor del también expreso Anza.
Policías en el instituto
En el campus de la UPV-EHU de Gasteiz 150 jóvenes realizaron una asamblea, y en la mayoría de las facultades de Mondragon Unibertsitatea, que contó con paros y protestas, denunciaron una "atosigante" presencia policial. 55 estudiantes recorrieron asimismo el campus iruindarra de la UPNA.
En Azpeitia fueron 130 los estudiantes que se dieron cita en la protesta, mientras que una veintena de trabajadores hacían lo propio en Landeta. En Arrasate trabajadores de dos empresas también realizaron concentraciones.
Fueron muchos los centros educativos en los que se registraron paros. En Urretxu-Zumarraga, por ejemplo, cerca de 50 alumnos celebraron una sentada, y otros tantos se concentraron en Arrigorriaga o Eibar. En Derio 18 alumnos se encartelaron en la Escuela Agraria, y 60 en la plaza. En el instituto Koldo Mitxelena de Gasteiz, sin embargo, la Ertzaintza entró en el centro e identificó, grabó y amenazó a los 50 alumnos que realizaban la concentración.
Los vecinos de Igeldo optaron por denunciar la muerte de Anza con una concentración de una hora de duración, desde las 7.30 hasta las 8.30.
Identificaciones y dos arrestos
A última hora de la tarde, haciendo frente a amenazas de carga e identificaciones, se desarrollaron la mayoría de las movilizaciones. Muchas de las concentraciones tuvieron que realizarse en grupos menores de 20 personas, y también se recurrió a modificar horarios, recorridos y lemas para poder llevar a cabo las protestas.
Ya por la noche se conoció que la Ertzaintza practicó sendas detenciones en Bilbo y en Laudio. Al primero se le acusó de "desórdenes públicos" y al segundo de "injurias".
En Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa no hubo vetos policiales. En Uztaritze y Baiona se concentraron 70 personas; en Azkaine 40; en Senpere 17; en Hazparne 30; en Donibane Lohitzune 52; en Donibane Garazi 43; y una decena en Basusarri y Bidarte. En Maule también hubo una protesta.
En Gasteiz, cien personas realizaron un corte de carretera en la céntrica calle Francia, y 30 hacían lo propio en Portugalete.
En Lazkao (70) y Ordizia (60) exigieron la verdad portando velas e ikurriñas con crespones. 40 se reunieron en Bermeo; 45 en Burlata, Otxandio, Bakio y Getaria; 23 en Munitibar; en Durango, 300 por la mañana y 200 a la tarde; 25 en Alegi; en Lekeitio 200; en Altsasu 100 (muchos fueron identificados); 43 en Ugao; 20 en Berriz, Alonsotegi y Arantza; 40 en Irun; 300 en Errenteria; 250 en Azpeitia; 150 en Bergara; 143 en Arrasate; 130 en Oiartzun; 30 en Pasaia y Beasain; 18 en Balmaseda; 60 en Villabona, Segura, Sopela, Erromo y en Alde Zaharra de Iruñea (la Policía Local identificó a 2).
30 personas optaron por repartir propaganda en Elizondo, debido a la gran presencia de la Guardia Civil. 25 se concentraron en Irurtzun, Zamudio, Busturia y Ataun; 120 en Laudio y Tolosa; 10 en Idiazabal (todas identificadas); 35 en Lizartza y Arrigorriaga; 80 en Eibar; 17 en Plentzia; 70 en Mutriku y Basauri (6 identificadas); 15 en Zuia; 83 en Larrabetzu; 59 en Leioa; 22 en Bera y Aramaio; 62 en Ea; 54 en Aulesti; 35 en Deba; 68 en zarautz; y 11 Mallabia.
EPPK se suma a la jornada de protesta
Como vienen haciendo el día 18 de cada mes -justamente ayer se cumplían once meses desde que se vio a Jon Anza con vida por última vez-, los presos políticos vascos protagonizaron diversos actos de denuncia en las cárceles españolas y francesas, según informó el movimiento pro-amnistía. Concretamente, en las cárceles de Sevilla II y Valladolid los ciudadanos vascos llevaron a cabo encierros; y en Puerto III un ayuno. En la prisión francesa de Bois d'Arcy, por su parte, realizaron un plante el lunes y emprendieron una huelga de hambre, que ayer aún proseguían.
Barricadas y cortes de carreteras
Concidiendo con la jornada de movilización, se registraron varios incidentes en las calles vascas. Fue el caso del barrio bilbaino de Santutxu, donde colocaron dos barricadas de fuego en sendas calles, o el de Indautxu, donde la Ertzaintza realizó varias cargas durante la tarde. En el barrio donostiarra de Gros, por la tarde llevaron a cabo un corte de carretera colocando una pancarta con cadenas y dos bengalas. Por su parte, un comunicante anónimo reivindicó el «destrozo con una maza» del cajero automático de una sucursal del Banco Santander en el Casco Viejo bilbaino, que tuvo lugar la noche del miércoles.
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