lunes, 2 de mayo de 2016

La heroína, arma de guerra sucia social.

Foto. Propaganda del jarabe Bayer de heroína.
Heroína y su relación con la guerra sucia social

La particularidad del uso de las drogas como armas de guerra por parte de los poderes fácticos; sobre todo los poderes militares, policiales y de seguridad nacional, “la inteligencia”.

Si una sustancia pudiera tener -sobre todas las demás- y pudiera obtener el título de “droga de control de la sociedad con fines políticos o de guerra sucia”, esa ha podido ser la heroína. Sea leyenda, escrupulosa verdad u otro de los mitos que sobre las drogas se dan, queda a la opinión de los lectores.

El opio como acumulación de capital:

Por remontarnos a su antecesor y padre químico, ya hay un pasaje llamativo del libro de Marx y Engels “Sobre el colonialismo” en torno al opio.
El comercio de opio determinó una de las formas de acumulación originaria de capital del Imperio Británico, ufano de espíritu cristiano y civilizador, mientras predica el libre comercio de veneno”. Tras analizarlo, llaman “asesino inglés” “frente al suicida chino”.
¿Fue por el enorme beneficio económico?. Sí, también se dio, pues a principios del siglo XX, por ejemplo en Egipto, varios patronos y contratistas pagaban con heroína a los peones. El pago en opio es histórico.

La heroína de Bayer:

Pero centrándonos ya en la heroína, es la Bayer quien registra y saca al mercado la heroína en 1898 y aunque durante su etapa legal, apenas ocasiona ningún problema asociado, -bien es cierto que con un uso por vena muy minoritario-, se sabe sin embargo que desde primerísimos del siglo XX, los servicios secretos de varios países imperialistas investigan sus posibles usos y efectos, aún a falta de alarma alguna que la sustancia en sí no ocasionaba. O sea, no había urgencia social o sanitaria alguna, pero los militares y sus científicos la investigaban, así que queda la posibilidad que fuera para desarrollar un uso militar, vamos a llamarle desde ahora de “guerra sucia social”. Lo han intentado hacer con casi todas las drogas, así que no nos debería de extrañar que lo hiciesen con los opiáceos, y más en concreto con la heroína.

Además del análisis de su uso como sustancia en sí -puesta a prueba sobre todo por los servicios médicos militares de varias potencias imperialistas- al mismo tiempo fueron muchos los moralistas religiosos, sectores ultra conservadores y políticos que presionaron para que se ilegalizara ya desde un primer momento, cosa que proclamó la Acta Harrison en 1914 en EE.UU., solo 16 años después de su comercialización. Así que no es de extrañar que con su nefasta política fiscalizadora, ya en 1916 habría 650 personas ingresadas en clínicas con el pronóstico de “por adicción a la heroína”. Más en pocos meses que en los 16 años anteriores. Y eran médicos militares quienes también tenían acceso a estas historias clínicas.

Empiezan las denuncias de su uso político:

Entre 1916 y 1920, sectores muy minoritarios y localistas de izquierdas -prensa obrera de N.Y. y élites intelectuales progresistas de otros países, por ejemplo los anarquistas en España y Catalunya- pero muy activas, apuntan a esa droga como “creada para destruir la clase obrera”. Muy exagerado, tal vez, así de sopetón, sí, pero ya desde los años 30 empieza también sin embargo la cruzada internacional sobre el uso político e ideológico de la heroína, pero no por parte de la izquierda precisamente, sino de los expertos de los propios países imperialistas, con la definición militar de 1938 de “droga para minar la moral, estupidizar ante el combate y posible herramienta ideológica”.

Dibujo. (trajeados con metralletas y maletín)
A partir de 1945 y su uso en la guerra fría:

Reflejando estudios, aún así podemos decir que con la heroína no se dan consumos mayoritarios ni con graves problemas asociados -salvo en los barrios obreros y marginales de la ciudad de Nueva York- hasta la llegada de la 2ª Guerra Mundial. “Años gigantescos de la investigación médico militar” decía la prensa de entonces.
La información constata que ya en 1945, la heroína empieza a aparecer en casi todas las grandes ciudades de USA. Hay que incidir aquí que otras sustancias diferentes lo hicieron en otras partes del mundo también a partir de 1945.
Durante el desarrollo de la guerra, la investigación y empleo de las drogas como arma de guerra se había desarrollado en todos los países en guerra, y su uso para tal fin, está muy documentada en los casos de las metaanfetaminas y su brutal uso -totalmente controlado por quien la distribuía, los propios Gobiernos- en Alemania, Inglaterra y Japón ordenado y consentido por las altas élites militares y políticas de dichos países en guerra. Si todo eso lo hicieron abiertamente en la guerra, ¿no pudieron seguir experimentando y haciéndolo más subrepticiamente en la posterior guerra fría, pero ya con mucho aprendido sobre el poder de “control social” de cada droga?.

La guerra había dejado claro que los excitantes tienen un uso directamente bélico, para animar y potenciar el combate. Sin embargo, los estudios y la rica experiencia con la adormidera y sus derivados -opio, morfina y heroína principalmente- inclinaban la balanza hacia el uso contrario, “la heroína desmoviliza”, apuntan las notas de los médicos y científicos militares nazis. Los mismos que por cierto luego pasaron a nómina de EE.UU. y la CIA. Por su parte, y como gran laboratorio público de comprobación, los enormes problemas que durante 3 décadas habían tenido lugar en los barrios populares de Nueva York anteriormente.
Pero el gran salto en el consumo mayoritario datado, y la distribución “casi libre” de heroína, se da precisamente en la propia guerra de Vietnam y entre los propios combatientes yanquis. Inmediatamente, aparece en todos los barrios deprimidos de casi todo EE.UU. Y en unas pocas ciudades europeas y asiáticas.

Crisis de heroína en U.S.A.:

¿Quién pudo lograr su enorme expansión en tan pocos meses? ¿Las mafias del narcotráfico mundial? ¿Sin connivencia policial?. Es a la CIA -ya en esos tiempos- a la que partes organizadas de la comunidad latina, negra, irlandesa y proletaria de barrios y sus organizaciones revolucionarias a quien acusan de estar detrás de su gigantesca distribución. ¿Teoría conspiranoica?.
Por contra, en 1966 es el propio Senado de los U.S.A. quien lee un informe acusando a Cuba del “Contrabando de la heroína procedente de China”, “Metida en nuestras ciudades y para financiar ciertas guerrillas en América Latina”. Su antecedente criminalizador había sido ya el documento “China roja, gran traficante de estupefacientes”, del Departamento de Estado USA: “China usa opio como arma de corrupción contra la moral occidental”.
Pero es muy curioso observar que, como chivos expiatorios, el Senado USA ¡ya en 1966! no emplean a la tan habitual y siempre recurrida en otros casos “delincuencia organizada, la mafia -muy de extrema derecha en U.S.A.- o sectores des-socializados” como responsables del tráfico de dicha sustancia, sino directamente a un país socialista como Cuba, con la heroína de otro, China. Quien guste de teorías conspiranoicas, ésta se debería llevar el premio. Dicho por el propio Senado EE.UU., el mismo que ordena guerras y bombardeos indiscriminados. Y la CIA, la misma que inundó de LSD los chiringuitos de decenas de playas U.S.A. en famosos casos de guerra sucia con drogas. Pero así tal vez negaban la investigación -ya desde hace 50 años- a poder saber quién dirigía la verdadera procedencia, distribución e intereses buscados con el consumo de esta sustancia en concreto.
El fenómeno que se da en USA se va extendiendo a otros varios países mundiales, destacando los más poderosos de Europa: Reino Unido, Alemania, Francia e Italia, estos dos últimos con fuertes luchas obreras y populares.
En esas fechas, finales de los 60 y principios de los 70, ya se cuentan en decenas de miles los fallecidos derivados por el consumo de heroína, las enfermedades y la delincuencia asociada. En decenas de miles los encarcelados, sólo con un rango común: la procedencia humilde de casi todos ellos, venidos de los barrios obreros y marginales de muchísimas de las ciudades europeas y norteamericanas.

Dibujo. (de un cementerio, sale un puño agarrando billetes)
España, segunda mitad de los 70:

En el Estado español “todo viene con atraso” en aquellos tiempos, y habría que situar la enorme difusión de esta sustancia a partir de 1977. Hasta entonces, el consumo había sido muy minoritario y de ciertas élites, intelectuales o económicas. A partir de ese año y hasta la etapa de 1982, y hasta 1986, se da una expansión desproporcionada en número de fallecidos, presos y delitos asociados al consumo de dicha sustancia -en comparación a todas las demás juntas-.
Es vital recordar que coincide con la etapa más desestabilizada y desestabilizadora de la historia reciente del Estado español. El paso de una dictadura fascista abierta o una supuesta democracia, pero guiada por los mismos actores anteriores. Los mismos servicios secretos, los mismos policías, los mismos falangistas con chaquetas de “demócratas”, los mismos mafiosos impunes.

La relación tráfico de heroína – policía, fue en el final de los años 70 una acusación constante, en España, realizada sobre todo desde ámbitos de la izquierda extraparlamentaria y revistas y medios contrainformativos.
Los 80 fueron la etapa de máximo desarrollo de la sustancia y de las muertes y enfermedades asociadas a su consumo.
La urgencia de las noticias sobre la sustancia disminuyó paulatinamente tras la subida al poder del PSOE en el 1982, pero en esos mismos años, se redactaban documentos realizados por la central de inteligencia española que decían lo siguiente:
A partir de una posición de fuerza, cabe pensar en un pacto con ese grupo (de destacados miembros de la Mafia detenidos), en el que ellos se comprometiesen a prestar algún servicio en la lucha antiterrorista a cambio de algunas concesiones en el trato a los mafiosos encarcelados”.
(Documento remitido por el comandante de operaciones del CESID, Perote, al director del Centro, Manglano. Ficha 61/25-484, 1984)
Son palabras negras sobre blanco de los máximos dirigentes de la inteligencia española en la etapa del CESID. ¿Habrá sido sin embargo diferente en la etapa del Servicio secreto de Carrero Blanco, del de Suárez o del actual CNI?.

Más bien parecería calcado a épocas anteriores y posteriores, donde siempre aparecen ligadas determinadas tramas de narcotráfico con parada en ámbitos parapoliciales, de extrema derecha fascista y mafiosa o cuarteles militares.
A finales de los 70, con las investigaciones de varías revistas de investigación o de denuncia, se pudiera enfocar la ruta de la heroína que llegaba a España en varios frentes:
-La muy minoritaria. Traída en pequeñísimas cantidades por individuos a título personal (hoy por hoy podéis leer muchas biografías de los músicos, artistas, intelectuales y pequeños burgueses de aquella época -años 1976 a 1979-, que lo hacían para consumo lúdico), o por encargo de otros, pero siempre en no grandes remesas. Por una parte, el viaje a Londres, París, Amsterdam... regresaba con escasos gramos para uso entre colegas. Por otra parte, con viajes a Thailandia y otras zonas y paquetes de 100, 500 o 1000 gramos que entregaban a “quien nos había entregado el dinero y el contacto para comprarla, sacándonos una tajada”. Pero en ninguna de las numerosas entrevistas que hemos consultado sobre esas primeras “mulas” españolas señalan en ningún caso quién eran esos prestamistas, ni sus procedencias. Repetimos que el monto de estas cantidades es secundario.
-La relacionada con las primeras bandas de narcotraficantes (apenas en mantillas) con fin de lucro económico únicamente. Se trata de remesas centradas (su distribución) en determinadas zonas -grandes ciudades únicamente-, para abastecer el consumo ya creciente pero en pequeña escala de esos años. Artículos los catalogan de “mediana importancia”.
-La pista mafioso-parapolicial y de guerra sucia. Debemos recordar que la heroína tiene una procedencia muy determinada, y los países desde los que se distribuía nos pueden dar alguna indicación de la conexión. La extrema derecha terrorista y parapolicial española desde 1975 al 1980 siempre fue acusada de tener unas excelentes relaciones con sus hermanos de otros países. Es mentira que los fascistas y policías de los 70 fueran ajenos al mundo del tráfico de drogas. En muchos artículos de aquellos tiempos se denunciaban la continua aparición de elementos de “extrema derecha” como se les denominaba entonces, y policías, en redes de “delincuencia y drogas”.
Los Lobos Grises turcos (relacionados con la mafia afgana, griega e iraní), la mafia fascista italiana y el hampa francés. La “ruta turca” de la heroína fue una de las más importante en esa época. Para todo el planeta, no sólo para España. Y que sus gestores eran la mafia turca, tan poderosa que tenía a su servicio a batallones paramilitares, relaciones con el gobierno fascista que regía desde los 60 en Turquía y relaciones antiguas con los terroristas fascistas italianos que desarrollaban la guerra sucia y social, y con el hampa extremaderechoso en Francia.
Por poner un ejemplo, importantes mercenarios del B.V.E. y otras siglas terroristas de Estado en España, eran de esa procedencia italiana y francesa. Las armas que los comandos, los cachorros falangistas o los nazi-macarras usaron en centenares de actos de guerra sucia indiscriminada, se las habían facturado miembros de las propias F.O.P españolas o tenían la misma procedencia anterior. Nos preguntamos: ¿Armas sí, terrorismo totalmente indiscriminado sí, heroína no?. En el tema del fascismo terrorista “político”, también tuvo mucha importancia las relaciones con el fascismo argentino, aunque no en el tema que hoy estamos tratando. Se deja sólo como apunte.

Foto. (un brazo y preparados para la jeringuilla)
Pista parapolicial para la introducción de la heroína en España:

La pista parapolicial se convierte pues en un trazado muy probable para la entrada de grandes cantidades de heroína en España. Que desde Turquía pasara por Italia y/o Francia y llegara a España, en contacto con todos esos miles de cachorros de asesinos que llegó a tener el fascismo organizado (legal, semilegal, terrorista o mafioso). Se dedicaron a matar estudiantes, violar (y asesinar) a numerosas jóvenes, poner bombas en bares, guarderías infantiles, librerías, apalizar (incluso hasta la muerte a melenudos, mendigos, “rojos”, o ironías: “drogatas”), hacer rondas de escarmiento por los barrios populares, entre cadenas, pistolas y puños americanos. ¿No pudieron ser ellos -esos asistentes habituales a esas primeras discotecas y clubs donde se mezclaban policías, mafiosos y gente de barrio- una parte de los distribuidores?. ¿A quién?, a esos otros individuos, que habitualmente se les denominaba chivatos policiales, muchos de ellos delincuentes lumpenizados hijos de los propios barrios populares; de la primera “Gran distribución indiscriminada -se detecta heroína en cientos de poblaciones a la vez- que se está viviendo en los barrios obreros de todo el país”. (La frase entrecomillada es de un artículo de investigación de prensa obrera y editado en 1978).
Las relaciones de estos individuos con policías y militares fue y estuvo muy presente en aquellos años. Grupos comunes de guerrilleros, bandas de mafiosos para-policiales, nazi-macarras...
O “La mafia policial de puertos y fronteras”, que era un tema recurrente de denuncia en aquellas numerosas revistas, cuadernos... de izquierdas de finales de los 70, que por cierto, a día de hoy no existe ninguna de ellas salvo la hoy antagónica y patética Interviú. Siempre hablaban de tabaco, divisas o mercancías, pero ya por aquel entonces hubo policías y redes señalados como traficantes de droga (recordemos que en aquel entonces los consumos mayoritarios en la calle eran de hachís y de heroína, siendo la cocaína, LSD y otras sustancias muy minoritarias).
Aún en 1982, una revista citaba nominalmente a 99 organizaciones fascistas (muchas de ellas “pantalla”) y daba el nombre de más de 400 militantes fascistas impunes relacionados con múltiples y aberrantes delitos a finales de los 70.
¿Ninguno de ellos tuvo relación -directa o indirecta- en el tráfico de droga? Por poner un solo ejemplo, citamos el cuadro de relaciones internacionales de Fuerza Nueva: Al menos 48 organizaciones fascistas en al menos 30 países. Varias de ellas, acusadas en sus propias naciones de tráfico de drogas ilegales, entre ellas la heroína.

Años 80: Varias rutas, corrupción y narcopolicías:

La segunda oleada de consumidores de heroína ya dispone de más rutas y contactos que con las pistas citadas anteriormente (las mafias “económicas” se han asentado con muchísima más fortaleza), y es cuando a los lectores les sonará p.e. el enganche de numerosos grupos musicales, la aparición en los ambientes alternativos de la heroína, micro-camellos, etc. Pero ya eso fue en los primeros 80.
Pero la pista de la guerra sucia social seguía coleando, y con datos de los 80 y 90, revistas de investigación hoy clausuradas por la policía aún señalaban en el 2000 numerosas informaciones sobre la inter-relación narcos-policía-guerra sucia.
Solamente en los 5 primeros números de la revista Kale Gorria -2001-, aparecen los siguientes artículos de investigación, ya muchos referidos a la nueva sustancia en boga, la cocaína, tras los inmensos problemas asociados que cosechó el consumo de heroína en los 80:
-“Guardias civiles antidroga implicados en caso de inducción al delito”
-“DynCorp, fumigadora en Colombia, trafica con heroína y anfetas. Es la empresa del Irán-Contra”
-“Vioque estaba tras alijos en puertos”
-“3 contrabandistas se reunían con Rajoy en Pontevedra”
-“Narcos y tabaqueros recaudan millones para el PP”
-“Los silenciadores de Intxaurrondo” (conexión drogas)
-“Narcos y proxenetas, en un centro social del PNV”
-“Santamaría abonó a Intxaurrondo más de 3000 millones”
Dejamos ahí el calendario, pues nuestro interés principal era remitirnos sobre todo al periodo comprendido entre los años 1977 a 1979 y la implicación de las tramas parapoliciales y mafiosas fascistas en el tráfico de la heroína en las calles de demasiadas poblaciones españolas.

¿Y a día de hoy?:

Volvemos al planeta en general. Los datos de la relación reciente “heroína – guerra sucia” siguen apareciendo. Según propios funcionarios yanquis “El opio y la heroína traficados desde Afganistán se ha incrementado con una producción de por 16 veces tras su liberación”. Constatando que “los grandes beneficiados primarios de ese espectacular aumento de la producción son los propios talibanes y otros grupos en el Caucaso y Asia Central”. Y hablamos de muchos cientos de toneladas de heroína y de miles de toneladas de opio.

¿Continúa a día de hoy la utilización de ciertas drogas como arma de guerra consentida?:
(De prensa alternativa norteamericana en 2010 que decía:) “Los satélites del Pentágono pueden localizar una cueva remota en cualquier montaña del mundo, pero sospechosamente no detectan los más de 1000 túneles empleados para el gran narcotráfico entre México y EE.UU., tan sofisticados algunos que incluyen ventilación, drenaje e iluminación”.

(de un aporte al estudio sobre el tema)


-Artículo relacionado

Investigación. Emplear las drogas como arma de guerra.


-Un repaso rápido a estas acusaciones heroína – policía:
 

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