Foto. Propaganda del jarabe Bayer de heroína. |
Heroína
y su relación con la guerra sucia social
La
particularidad del uso de las drogas como armas de guerra por parte
de los poderes fácticos; sobre todo los poderes militares,
policiales y de seguridad nacional, “la inteligencia”.
Si
una sustancia pudiera tener -sobre todas las demás- y pudiera
obtener el título de “droga de control de la sociedad con fines
políticos o de guerra sucia”, esa ha podido ser la heroína. Sea
leyenda, escrupulosa verdad u otro de los mitos que sobre las drogas
se dan, queda a la opinión de los lectores.
El
opio como acumulación de capital:
Por
remontarnos a su antecesor y padre químico, ya hay un pasaje
llamativo del libro de Marx y Engels “Sobre el colonialismo” en
torno al opio.
“El
comercio de opio determinó una de las formas de acumulación
originaria de capital del Imperio Británico, ufano de espíritu
cristiano y civilizador, mientras predica el libre comercio de
veneno”. Tras analizarlo, llaman “asesino inglés” “frente
al suicida chino”.
¿Fue
por el enorme beneficio económico?. Sí, también se dio, pues a
principios del siglo XX, por ejemplo en Egipto, varios patronos y
contratistas pagaban con heroína a los peones. El pago en opio es
histórico.
La
heroína de Bayer:
Pero
centrándonos ya en la heroína, es la Bayer quien registra y saca al
mercado la heroína en 1898 y aunque durante su etapa legal, apenas
ocasiona ningún problema asociado, -bien es cierto que con un uso
por vena muy minoritario-, se sabe sin embargo que desde primerísimos
del siglo XX, los servicios secretos de varios países imperialistas
investigan sus posibles usos y efectos, aún a falta de alarma alguna
que la sustancia en sí no ocasionaba. O sea, no había urgencia
social o sanitaria alguna, pero los militares y sus científicos la
investigaban, así que queda la posibilidad que fuera para
desarrollar un uso militar, vamos a llamarle desde ahora de “guerra
sucia social”. Lo han intentado hacer con casi todas las drogas,
así que no nos debería de extrañar que lo hiciesen con los
opiáceos, y más en concreto con la heroína.
Además
del análisis de su uso como sustancia en sí -puesta a prueba sobre
todo por los servicios médicos militares de varias potencias
imperialistas- al mismo tiempo fueron muchos los moralistas
religiosos, sectores ultra conservadores y políticos que presionaron
para que se ilegalizara ya desde un primer momento, cosa que proclamó
la Acta Harrison en 1914 en EE.UU., solo 16 años después de su
comercialización. Así que no es de extrañar que con su nefasta
política fiscalizadora, ya en 1916 habría 650 personas ingresadas
en clínicas con el pronóstico de “por adicción a la heroína”.
Más en pocos meses que en los 16 años anteriores. Y eran médicos
militares quienes también tenían acceso a estas historias clínicas.
Empiezan
las denuncias de su uso político:
Entre
1916 y 1920, sectores muy minoritarios y localistas de izquierdas
-prensa obrera de N.Y. y élites intelectuales progresistas de otros
países, por ejemplo los anarquistas en España y Catalunya- pero muy
activas, apuntan a esa droga como “creada para destruir la clase
obrera”. Muy exagerado, tal vez, así de sopetón, sí, pero ya
desde los años 30 empieza también sin embargo la cruzada
internacional sobre el uso político e ideológico de la heroína,
pero no por parte de la izquierda precisamente, sino de los expertos
de los propios países imperialistas, con la definición militar de
1938 de “droga para minar la moral, estupidizar ante el combate y
posible herramienta ideológica”.
Dibujo. (trajeados con metralletas y maletín) |
A
partir de 1945 y su uso en la guerra fría:
Reflejando
estudios, aún así podemos decir que con la heroína no se dan
consumos mayoritarios ni con graves problemas asociados -salvo en los
barrios obreros y marginales de la ciudad de Nueva York- hasta la
llegada de la 2ª Guerra Mundial. “Años gigantescos de la
investigación médico militar” decía la prensa de entonces.
La
información constata que ya en 1945, la heroína empieza a aparecer
en casi todas las grandes ciudades de USA. Hay que incidir aquí que
otras sustancias diferentes lo hicieron en otras partes del mundo
también a partir de 1945.
Durante
el desarrollo de la guerra, la investigación y
empleo de las
drogas como arma de guerra se había desarrollado en todos
los países en
guerra, y
su uso para tal fin, está
muy documentada
en los casos de las metaanfetaminas y su brutal uso -totalmente
controlado por
quien la distribuía, los propios Gobiernos-
en Alemania, Inglaterra y Japón ordenado
y consentido por las altas élites militares y políticas de dichos
países en guerra.
Si todo eso lo
hicieron abiertamente en la guerra, ¿no pudieron seguir
experimentando y
haciéndolo más
subrepticiamente en la posterior guerra fría, pero
ya con mucho aprendido sobre el poder de “control social” de cada
droga?.
La
guerra había dejado claro que los excitantes tienen un uso
directamente bélico, para animar y potenciar el combate. Sin
embargo, los estudios y la rica experiencia con la adormidera y sus
derivados -opio, morfina y heroína principalmente- inclinaban la
balanza hacia el uso contrario, “la heroína desmoviliza”,
apuntan las notas de los médicos y científicos militares nazis. Los
mismos que por cierto luego pasaron a nómina de EE.UU. y la CIA. Por
su parte, y como gran laboratorio público de comprobación, los
enormes problemas que durante 3 décadas habían tenido lugar en los
barrios populares de Nueva York anteriormente.
Pero
el gran salto en el consumo mayoritario datado, y la distribución
“casi libre” de heroína, se da precisamente en la propia guerra
de Vietnam y entre los propios combatientes yanquis. Inmediatamente,
aparece en todos los barrios deprimidos de casi todo EE.UU. Y en unas
pocas ciudades europeas y asiáticas.
Crisis
de heroína en U.S.A.:
¿Quién
pudo lograr su enorme expansión en tan pocos meses? ¿Las mafias del
narcotráfico mundial? ¿Sin connivencia policial?. Es a la CIA -ya
en esos tiempos- a la que partes organizadas de la comunidad latina,
negra, irlandesa y proletaria de barrios y sus organizaciones
revolucionarias a quien acusan de estar detrás de su gigantesca
distribución. ¿Teoría conspiranoica?.
Por
contra, en 1966 es el propio Senado de los U.S.A. quien lee un
informe acusando a Cuba del “Contrabando de la heroína procedente
de China”, “Metida en nuestras ciudades y para financiar ciertas
guerrillas en América Latina”. Su antecedente criminalizador había
sido ya el documento “China roja, gran traficante de
estupefacientes”, del Departamento de Estado USA: “China usa opio
como arma de corrupción contra la moral occidental”.
Pero
es muy curioso observar que, como chivos expiatorios, el Senado USA
¡ya en 1966! no emplean a la tan habitual y siempre recurrida en otros casos
“delincuencia organizada, la mafia -muy de extrema derecha en
U.S.A.- o sectores des-socializados” como responsables del tráfico
de dicha sustancia, sino directamente a un país socialista como
Cuba, con la heroína de otro, China. Quien guste de teorías
conspiranoicas, ésta se debería llevar el premio. Dicho por el
propio Senado EE.UU., el mismo que ordena guerras y bombardeos
indiscriminados. Y la CIA, la misma que inundó de LSD los
chiringuitos de decenas de playas U.S.A. en famosos casos de guerra
sucia con drogas. Pero así tal vez negaban la investigación -ya
desde hace 50 años- a poder saber quién dirigía la verdadera
procedencia, distribución e intereses buscados con el consumo de
esta sustancia en concreto.
El
fenómeno que se da en USA se va extendiendo a otros varios países
mundiales, destacando los más poderosos de Europa: Reino Unido,
Alemania, Francia e Italia, estos dos últimos con fuertes luchas
obreras y populares.
En
esas fechas, finales de los 60 y principios de los 70, ya se cuentan
en decenas de miles los fallecidos derivados por el consumo de
heroína, las enfermedades y la delincuencia asociada. En decenas de
miles los encarcelados, sólo con un rango común: la procedencia
humilde de casi todos ellos, venidos de los barrios obreros y
marginales de muchísimas de las ciudades europeas y norteamericanas.
Dibujo. (de un cementerio, sale un puño agarrando billetes) |
España,
segunda mitad de los 70:
En
el Estado español “todo viene con atraso” en aquellos tiempos, y
habría que situar la enorme difusión de esta sustancia a partir de
1977. Hasta entonces, el consumo había sido muy minoritario y de
ciertas élites, intelectuales o económicas. A partir de ese año y
hasta la etapa de 1982, y hasta 1986, se da una expansión
desproporcionada en número de fallecidos, presos y delitos asociados
al consumo de dicha sustancia -en comparación a todas las demás
juntas-.
Es
vital recordar que coincide con la etapa más desestabilizada y
desestabilizadora de la historia reciente del Estado español. El
paso de una dictadura fascista abierta o una supuesta democracia,
pero guiada por los mismos actores anteriores. Los mismos servicios
secretos, los mismos policías, los mismos falangistas con chaquetas
de “demócratas”, los mismos mafiosos impunes.
La
relación tráfico de heroína – policía, fue en el final de los
años 70 una acusación constante, en España, realizada sobre todo
desde ámbitos de la izquierda extraparlamentaria y revistas y medios
contrainformativos.
Los
80 fueron la etapa de máximo desarrollo de la sustancia y de las
muertes y enfermedades asociadas a su consumo.
La
urgencia de las noticias sobre la sustancia disminuyó paulatinamente
tras la subida al poder del PSOE en el 1982, pero en esos mismos
años, se redactaban documentos realizados por la central de
inteligencia española que decían lo siguiente:
“A
partir de una posición de fuerza, cabe pensar en un pacto con ese
grupo (de destacados miembros de la Mafia detenidos), en el que ellos
se comprometiesen a prestar algún servicio en la lucha
antiterrorista a cambio de algunas concesiones en el trato a los
mafiosos encarcelados”.
(Documento
remitido por el comandante de operaciones del CESID, Perote, al
director del Centro, Manglano. Ficha 61/25-484, 1984)
Son
palabras negras sobre blanco de los máximos dirigentes de la
inteligencia española en la etapa del CESID. ¿Habrá sido sin
embargo diferente en la etapa del Servicio secreto de Carrero Blanco,
del de Suárez o del actual CNI?.
Más
bien parecería calcado a épocas anteriores y posteriores, donde
siempre aparecen ligadas determinadas tramas de narcotráfico con
parada en ámbitos parapoliciales, de extrema derecha fascista y
mafiosa o cuarteles militares.
A
finales de los 70, con las investigaciones de varías revistas de
investigación o de denuncia, se pudiera enfocar la ruta de la
heroína que llegaba a España en varios frentes:
-La
muy minoritaria. Traída en pequeñísimas cantidades por individuos
a título personal (hoy por hoy podéis leer muchas biografías de
los músicos, artistas, intelectuales y pequeños burgueses de
aquella época -años 1976 a 1979-, que lo hacían para consumo
lúdico), o por encargo de otros, pero siempre en no grandes remesas.
Por una parte, el viaje a Londres, París, Amsterdam... regresaba con
escasos gramos para uso entre colegas. Por otra parte, con viajes a
Thailandia y otras zonas y paquetes de 100, 500 o 1000 gramos que
entregaban a “quien nos había entregado el dinero y el contacto
para comprarla, sacándonos una tajada”. Pero en ninguna de las
numerosas entrevistas que hemos consultado sobre esas primeras
“mulas” españolas señalan en ningún caso quién eran esos
prestamistas, ni sus procedencias. Repetimos que el monto de estas
cantidades es secundario.
-La
relacionada con las primeras bandas de narcotraficantes (apenas en
mantillas) con fin de lucro económico únicamente. Se trata de
remesas centradas (su distribución) en determinadas zonas -grandes
ciudades únicamente-, para abastecer el consumo ya creciente pero en
pequeña escala de esos años. Artículos los catalogan de “mediana
importancia”.
-La
pista mafioso-parapolicial y de guerra sucia. Debemos recordar que la
heroína tiene una procedencia muy determinada, y los países desde
los que se distribuía nos pueden dar alguna indicación de la
conexión. La extrema derecha terrorista y parapolicial española
desde 1975 al 1980 siempre fue acusada de tener unas excelentes
relaciones con sus hermanos de otros países. Es mentira que los
fascistas y policías de los 70 fueran ajenos al mundo del tráfico
de drogas. En muchos artículos de aquellos tiempos se denunciaban la
continua aparición de elementos de “extrema derecha” como se les
denominaba entonces, y policías, en redes de “delincuencia y
drogas”.
Los
Lobos Grises turcos (relacionados con la mafia afgana, griega e
iraní), la mafia fascista italiana y el hampa francés. La “ruta
turca” de la heroína fue una de las más importante en esa época.
Para todo el planeta, no sólo para España. Y que sus gestores eran
la mafia turca, tan poderosa que tenía a su servicio a batallones
paramilitares, relaciones con el gobierno fascista que regía desde
los 60 en Turquía y relaciones antiguas con los terroristas
fascistas italianos que desarrollaban la guerra sucia y social, y con
el hampa extremaderechoso en Francia.
Por
poner un ejemplo, importantes mercenarios del B.V.E. y otras siglas
terroristas de Estado en España, eran de esa procedencia italiana y
francesa. Las armas que los comandos, los cachorros falangistas o los nazi-macarras
usaron en centenares de actos de guerra sucia indiscriminada, se las
habían facturado miembros de las propias F.O.P españolas o tenían la misma
procedencia anterior. Nos preguntamos: ¿Armas sí, terrorismo totalmente
indiscriminado sí, heroína no?. En el tema del fascismo terrorista
“político”, también tuvo mucha importancia las relaciones con
el fascismo argentino, aunque no en el tema que hoy estamos tratando.
Se deja sólo como apunte.
Foto. (un brazo y preparados para la jeringuilla) |
Pista
parapolicial para la introducción de la heroína en España:
La
pista parapolicial se convierte pues en un trazado muy probable para
la entrada de grandes cantidades de heroína en España. Que desde
Turquía pasara por Italia y/o Francia y llegara a España, en
contacto con todos esos miles de cachorros de asesinos que llegó a
tener el fascismo organizado (legal, semilegal, terrorista o
mafioso). Se dedicaron a matar estudiantes, violar (y asesinar) a
numerosas jóvenes, poner bombas en bares, guarderías infantiles,
librerías, apalizar (incluso hasta la muerte a melenudos, mendigos,
“rojos”, o ironías: “drogatas”), hacer rondas de escarmiento
por los barrios populares, entre cadenas, pistolas y puños
americanos. ¿No pudieron ser ellos -esos asistentes habituales a
esas primeras discotecas y clubs donde se mezclaban policías,
mafiosos y gente de barrio- una parte de los distribuidores?. ¿A
quién?, a esos otros individuos, que habitualmente se les denominaba
chivatos policiales, muchos de ellos delincuentes lumpenizados hijos
de los propios barrios populares; de la primera “Gran distribución
indiscriminada -se detecta heroína en cientos de poblaciones a la
vez- que se está viviendo en los barrios obreros de todo el país”.
(La frase entrecomillada es de un artículo de investigación de
prensa obrera y editado en 1978).
Las
relaciones de estos individuos con policías y militares fue y estuvo
muy presente en aquellos años. Grupos comunes de guerrilleros,
bandas de mafiosos para-policiales, nazi-macarras...
O
“La mafia policial de puertos y fronteras”, que era un tema
recurrente de denuncia en aquellas numerosas revistas, cuadernos...
de izquierdas de finales de los 70, que por cierto, a día de hoy no
existe ninguna de ellas salvo la hoy antagónica y patética
Interviú. Siempre hablaban de tabaco, divisas o mercancías, pero ya
por aquel entonces hubo policías y redes señalados como traficantes
de droga (recordemos que en aquel entonces los consumos mayoritarios
en la calle eran de hachís y de heroína, siendo la cocaína, LSD y
otras sustancias muy minoritarias).
Aún
en 1982, una revista citaba nominalmente a 99 organizaciones
fascistas (muchas de ellas “pantalla”) y daba el nombre de más
de 400 militantes fascistas impunes relacionados con múltiples y
aberrantes delitos a finales de los 70.
¿Ninguno
de ellos tuvo relación -directa o indirecta- en el tráfico de
droga? Por poner un solo ejemplo, citamos el cuadro de relaciones
internacionales de Fuerza Nueva: Al menos 48 organizaciones fascistas
en al menos 30 países. Varias de ellas, acusadas en sus propias
naciones de tráfico de drogas ilegales, entre ellas la heroína.
Años
80: Varias rutas, corrupción y narcopolicías:
La
segunda oleada de consumidores de heroína ya dispone de más rutas y
contactos que con las pistas citadas anteriormente (las mafias
“económicas” se han asentado con muchísima más fortaleza), y
es cuando a los lectores les sonará p.e. el enganche de numerosos
grupos musicales, la aparición en los ambientes alternativos de la
heroína, micro-camellos, etc. Pero ya eso fue en los primeros 80.
Pero
la pista de la guerra sucia social seguía coleando, y con datos de
los 80 y 90, revistas de investigación hoy clausuradas por la
policía aún señalaban en el 2000 numerosas informaciones sobre la
inter-relación narcos-policía-guerra sucia.
Solamente
en los 5 primeros números de la revista Kale Gorria -2001-, aparecen
los siguientes artículos de investigación, ya muchos referidos a la
nueva sustancia en boga, la cocaína, tras los inmensos problemas
asociados que cosechó el consumo de heroína en los 80:
-“Guardias
civiles antidroga implicados en caso de inducción al delito”
-“DynCorp,
fumigadora en Colombia, trafica con heroína y anfetas. Es la empresa
del Irán-Contra”
-“Vioque
estaba tras alijos en puertos”
-“3
contrabandistas se reunían con Rajoy en Pontevedra”
-“Narcos
y tabaqueros recaudan millones para el PP”
-“Los
silenciadores de Intxaurrondo” (conexión drogas)
-“Narcos
y proxenetas, en un centro social del PNV”
-“Santamaría
abonó a Intxaurrondo más de 3000 millones”
Dejamos
ahí el calendario, pues nuestro interés principal era remitirnos
sobre todo al periodo comprendido entre los años 1977 a 1979 y la
implicación de las tramas parapoliciales y mafiosas fascistas en el
tráfico de la heroína en las calles de demasiadas poblaciones
españolas.
¿Y
a día de hoy?:
Volvemos
al planeta en general. Los datos de la relación reciente “heroína
– guerra sucia” siguen apareciendo. Según propios funcionarios
yanquis “El opio y la heroína traficados desde Afganistán se ha
incrementado con una producción de por 16 veces tras su liberación”.
Constatando que “los grandes beneficiados primarios de ese
espectacular aumento de la producción son los propios talibanes y
otros grupos en el Caucaso y Asia Central”. Y hablamos de muchos
cientos de toneladas de heroína y de miles de toneladas de opio.
¿Continúa
a día de hoy la utilización de ciertas drogas como arma de guerra
consentida?:
(De
prensa alternativa norteamericana en 2010 que decía:) “Los
satélites del Pentágono pueden localizar una cueva remota en
cualquier montaña del mundo, pero sospechosamente no detectan los
más de 1000 túneles empleados para el gran narcotráfico entre
México y EE.UU., tan sofisticados algunos que incluyen ventilación,
drenaje e iluminación”.
(de
un aporte al estudio sobre el tema)
-Artículo
relacionado
Investigación.
Emplear las drogas como arma de guerra.
-Un
repaso rápido a estas acusaciones heroína – policía:
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