Dibujo M.P.M. (rostro de hombre observando) |
Dos
siglos de Resistencia Obrera
“LAS
BOMBAS QUE NO EXPLOTABAN”
Durante
la guerra civil revolucionaria de 1936 se dieron numerosas nuestras
de solidaridad por parte de los obreros de todo el mundo con la lucha
antifascista; una de las acciones menos conocidas es la protagonizada
por obreros de las fábricas de armamento. Alemanes, italianos,
portugueses y españoles de las zonas ocupadas por los fascistas
saboteaban las bombas para que no estallaran e introducían notas de
ánimo para los
combatientes
antifascistas.
De
algunas de estas notas han quedado constancia, como la encontrada en
Madrid en una bomba que no estalló, en una tira de papel estaba
escrito en alemán:
“Camaradas:
no temáis, los obuses que yo cargo no explotan. Un trabajador
alemán”. En el sector de Pozuelo (Madrid) se hallaron varios
proyectiles sin explotar, tenían un cartón blanco en la espoleta en
el que se podía leer por un lado “Sorpresa” y por el otro
“Compañeros, de los proyectiles que salgan de este cañón, no
temáis que no explotará ninguno. Soy de los vuestros. UHP”
La
preocupación en las filas fascistas creció según iban informando
los agentes infiltrados que en el interior de los proyectiles se
encontraban mensajes como: “Españoles, somos vuestros hermanos
y no queremos haceros ningún daño”, este mismo mensaje se
había encontrado en una espoleta de un obús tras el bombardeo de
Madrid. Otro informe recogía que entre las bombas que no estallaron
en Barcelona hubo una en la se encontró la inscripción “Los
obreros antifascistas de Palma de Mallorca saludan a sus hermanos”.
En bombas arrojadas en Sagunto, Extremadura y Jaén, al ser
examinadas encontraron la misma nota: “La que pase por mi mano
no explotará”.
Hoy
todavía no se conoce el número de obreros de las zonas ocupadas por
los fascistas que fueron descubiertos y pagaron con sus vidas estas
acciones de sabotaje.
-Dibujo:
M.P.M. 2006 “Ojo avizor”.
-Córdoba.
Pancarta: “Amnistía presxs políticxs”.
Solidarixs portando dos pancartas y banderas populares. |
Imágenes
1º Mayo por la Amnistía
-Madrid.
Pancartas: “Ejemplo de honradez y Resistencia. MPM Arenas
¡libertad!” (con su foto) y “Comunistas, antifascistas presos
¡Amnistía!" (con la foto de 16 presxs políticxs).
Solidarixs portando pancarta y banderas populares. |
Solidarixs portando pancarta y banderas populares |
-A
Coruña. Pancarta: “Amnistía”.
Foto. Barricada de fuego en jornada de lucha en Rosario. |
Argentina
El
movimiento obrero, ante la crisis de representatividad
Desde la última recuperación democrática (1983 hasta hoy), la representatividad de las instituciones atravesó diferentes momentos y, de hecho, sanear las mismas instituciones ante una sucesión de sangrientas dictaduras cívico-militares y presiones imperiales, durante casi un siglo, es una tarea que aún no hemos logrado resolver totalmente como sociedad en conjunto.
No
es la idea de este artículo indagar en una "historia del
movimiento obrero argentino", sino señalar, extraer,
reflexionar y rescatar, muy a grandes rasgos, que desde el origen
mismo de la clase trabajadora como tal en Argentina (desde mediados
del siglo XIX hasta los inicios del siglo XX), la importancia de las
mayorías productivas fue desplegando aspiraciones y reivindicaciones
con auges y avances, muy dispares pero muy aleccionadores, al momento
de hacer valer la dignidad, la unidad y la honestidad del pueblo,
principalmente en situaciones de gravísimas crisis.
Recordemos
que gran parte de su configuración estaba dada por el aporte de
trabajadores inmigrantes, principalmente europeos, quienes, siendo
perseguidos y expulsados de sus países, llegaron con arduas
experiencias de lucha popular, con ideologías como el anarquismo y
el socialismo, y las asociaciones de ayuda mutua, cooperativas y de
integración obreras respondían a la necesidad de mantener su
identidad de origen y adaptarse a la cultura de este suelo, así como
también, a la formación continua en el desarrollo político de las
reivindicaciones de clase social, en tanto trabajadores, junto con el
elemento laborioso autóctono criollo o aborigen, el cual se hallaba
en una lamentable situación más atrasada y marginal, excluída y
lumpenizada, debido a siglos de derrota moral, servidumbre y
dominaciones colonialistas e imperiales, semifeudales y oligárquicas.
Tengamos
presente que, con las primeras leyes obreras, promulgadas desde 1904
por dirigentes socialistas como Alfredo Palacios, Juan B Justo,
Alicia Moreáu, etc, la clase obrera comenzó a avanzar con claridad
y profundidad en la escena política del país; posteriormente, con
el radicalismo, primeramente, y con el peronismo luego, los
trabajadores se fueron afianzando pero también dividiendo y
esfumando en diferentes corrientes de pensamiento sin lograr resolver
su unidad de antaño y su necesario recambio generacional, hasta caer
víctimas de diferentes gobiernos dictatoriales desde 1930 en
adelante, pasando a ser, la clase laboriosa, el factor de resistencia
social evidentemente más firme y más combativo en favor de la
democracia y contra todo totalitarismo, hasta nuestros días.
En
este actual período, la crisis de las dirigencias institucionales es
parte del evidente e innegable desgaste de la democracia
representativa, y las crisis de dirigencias gremiales y sindicales se
corresponden con semejante agotamiento de representatividad,
repercutiendo también en el seno mismo del movimiento obrero
argentino.
Esto
significa que, un modelo sindical argentino vigente, tambaleante pero
aún vigente, de carácter corporativo, rígido, fuertemente
burocrático, con dirigentes muchas veces enriquecidos (sin dar
siquiera "explicaciones" del caso), vueltos algunos ya
acaudalados empresarios, otros muy aledaños y muy próximos a la
política tradicional, con muchos de los mismos vicios, tales como la
corrupción, el uso de privilegios, de prebendas, de favoritismos
varios, de violentas patotas, matones y mafias de lo más
variopintas, etc, es claro que ya está dando sus últimos coletazos
de decadencia, el abandono de su función originaria y, en algunos
casos, de franca traición y colaboración con los adversarios del
pueblo trabajador (recordemos las crudísimas "internas"
gremiales y sindicales de los años 60 y 70 y la relación con las
dictaduras de esos años).
La
clase trabajadora siempre busca nuevos espacios, nuevas propuestas,
nuevos rumbos, y también, nuevos liderazgos que sean capaces de
"tomar el asunto en las manos", de empuñar las
reivindicaciones más urgentes y más profundas, reivindicaciones
que, varios de los actuales "gremialistas y sindicalistas"
tradicionales, ya no garantizan defender.
Desde
el estallido popular del año 2001, se sucedieron varias experiencias
muy, muy interesantes y que no todas de ellas pudieron ser ni
coptadas ni corrompidas, ni absorbidas ni vaciadas de contenido, ni
por las cuestionadas burocracias sindicales o gremiales ni tampoco
por los diferentes gobiernos de turno.
Tales
alternativas organizativas como las creaciones de comisiones de
trabajadores autoconvocados (trabajadores por fuera de sindicatos
"vendidos", "transeros", "carneros" y/o
"traidores"), de agrupaciones de trabajadores desempleados
(no olvidemos el origen patagónico del movimiento llamado
"piquetero" que se extendió por doquier), de núcleos de
trabajadores que enfrentan aún hoy a las presiones de las
burocracias enquistadas (al respecto,recordemos el contexto del
asesinato del joven estudiante y militante social Mariano Ferreyra),
de numerosísimas asociaciones de trabajadores, de diversos gremios y
ámbitos (manuales, intelectuales, técnicos, artísticos, etc, que
coexisten y se relacionan entre sí mediante redes y actividades
varias), de trabajadores que ocupan empresas quebradas y desfalcadas,
que las recuperan legalmente y las ponen a producir bajo su propio
control, tal como el primigenio "Movimiento de Empresas
Recuperadas" (como "Zanón", "Brukman",
"Bauen", "Chilavert",etc, empresas muchas veces
fundidas previamente por los dueños y, que luego, al estar en manos
de los propios trabajadores, ¡daban mayores ganancias económicas y
mejorías laborales a sus miembros!), son algunas de las tantas,
tantas experiencias y muestras reales y cabales, creativas y
renovadoras, de la necesidad de nuevos rumbos y de nuevas
direcciones, dentro del movimiento obrero argentino.
Hoy
por hoy, la crisis económica, política, social y ambiental, que
viene desde hace varias décadas atrás, reclama debates y análisis
urgentes al respecto (sin negar los avances logrados por tantas
enseñanzas forjadas en históricas jornadas gremiales y sindicales),
y exige nuevas formas de canalizar el emergente obrero-popular,
nuevas ideas, nuevas prácticas, nuevas estrategias, y nuevas formas
de reagrupamiento, ampliación y participación plural, en favor de
las mayorías trabajadoras y populares, democráticas y productivas,
de nuestro país.
Fernando
Adrián Zapata
Miembro
marxista del Bloque Socialista Revolucionario y Popular (M-L-M)
Argentina,
1ero de mayo de 2016.
Pantallazo. (soldados en combate ante bandera comunista) |
Música
combativa:
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