Foto. (18 niños presos posando para foto) |
Turquía
represión
Los CHICOS de la PRISIÓN de Pozanti
La
historia que vas a leer no tiene un final feliz.
Los
hechos tuvieron lugar en una prisión de menores, con mayoría de
niños kurdos. Esta historia fue documentada hace ya cinco años por
la Asociación de Derechos Humanos (IHD), ofreciendo descripciones
detalladas de los abusos, torturas y vejaciones a las que fueron
sometidos los niños de la prisión. Siete de aquellos niños
relataron a través de sus testimonios escritos, las violaciones, el
acoso sexual y las torturas practicadas por los funcionarios y
personal de la prisión. Algunos de estos niños fueron ingresados en
la prisión bajo la aplicación de la ley antiterrorista, que da el
mismo tratamiento a los menores que a los adultos.
Después
del informe anterior, Human Rights Foundation, elaboró otro informe
basado en los testimonios de 8 niños con las mismas acusaciones
contra los administradores de la prisión. En dicho informe, los
niños testificaron que habían sido violados por los detenidos
adultos, soldados y guardias. Algunos de aquellos niños no fueron
capaces de describir qué pasó con ellos. Uno de los niños declaró:
“pensé en quitarme la vida, pero pensé en mi madre y no pude”.
Entre
las torturas practicadas además de los abusos sexuales, se
encontraban palizas periódicas por parte de los guardias,
humillación basada en su origen étnico, trabajos forzados, uso de
la “falaka” (método de tortura que consiste en azotar la planta
de los pies), y la falta de atención médica.
El
silencio sobre la prisión de Pozanti se hizo insoportable. Los
medios de comunicación oficiales no atendieron las demandas de
información ya que sabían que era una “cuestión kurda” y el
gobierno no quería ni oír sobre la misma. Así que los usuarios de
Twiter iniciaron una campaña para convertirse en la voz de los niños
de la prisión. Bajo dicha presión, los medios de comunicación
tuvieron que dejar a un lado el miedo al gobierno y comenzaron a
publicar noticias sobre Pozanti. Aún así, no fue sino hasta un año
después de denunciar las torturas que el Ministro de Justicia
hiciera una declaración sobre los abusos y torturas.
De
repente, se les ocurrió una solución “brillante”, trasladando a
los niños a otra prisión más lustrosa y ejemplar. El ministerio
montó un espectáculo para los medios acerca de la nueva prisión en
Sincan (Ankara). Las paredes fueron pintadas de verde. De las
paredes colgaban fotografías “kitsch” con delfines y flores para
animar a los niños torturados. Esta vez deberían permanecer en
celdas separadas, supervisadas con cámaras, en régimen de
aislamiento. Este sería el delicado tratamiento que el Ministerio de
Justicia ideó para los niños violados y torturados. A esto hay que
añadir, que los 218 niños de Pozanti, trasladados a Sincan se
encontraban a ocho horas en coche de Adana, donde vivían sus
familias.
Foto. (11 niños en Pozanti posando para foto) |
Todo
esto hubiera acabado aquí, a no ser porque el administrador de la
prisión de Pozanti fue designado a la cárcel de Sincan por el
Ministerio de Justicia, siendo que él se encontraba allí, esperando
a los niños. El segundo administrador de Pozanti, fue designado a
otra ciudad kurda, Van, para continuar con su trabajo.
Poco
después, la agencia de noticias Dicle, fue objetivo de una masiva
operación policial y los tres corresponsales que habían escrito
sobre los niños de Pozanti fueron detenidos acusados de ser miembros
del KCK, la rama urbana del movimiento kurdo PKK. Todos los que
alzaron la voz contra Pozanti, fueron neutralizados siendo enviados a
la cárcel.
Parecía
ir todo bien en Sincan, hasta la publicación de una carta de Çağdaş
Ersöz en una página web de noticias de izquierdas (sendika.org).
Çağdaş fue procesado y condenado a varios meses de prisión por
protestar contra la implantación de una central de energía
eléctrica hidraulica y esplica los dos meses de estancia en Sincan,
denunciando abusos y torturas similares. También denunció la
existencia de “la sala suave”. Todos en la prisión, incluidos
los médicos, conocían de la existencia de esta habitación. En ella
los funcionarios llevaban a los menores de 18 años y usaban varios
métodos de castigo, como la falaka, humillaciones obligándoles a
desnudarse, exposición de los niños durante horas a bajas
temperaturas entre otras. Así que ahora sabemos que el color verde
de las paredes, las flores y los cisnes eran para soñar después de
haber pasado por una sesión de la “sala suave”.
Si
hubiera sido una película en las que aparece al final de la misma un
rótulo con el mensaje: “Las personas responsables del horror de
Pozanti, fueron declarados culpables y condenadas a equis años de
prisión”, “Los niños fueron liberados y recibieron tratamiento
psicológico adecuado”. En este punto, cualquiera de nosotros
podría respirar en paz y pensar que el bien siempre vence al mal.
Pero en Turquía, los guiones no acaban igual que en las películas.
A pesar de que Turquía ha firmado los convenios internacionales, los
niños continúan sufriendo abusos. Exigen a Turquía que tomen
medidas inmediatas para garantizar el derecho de los niños, derechos
consagrados en los acuerdos internacionales.
Cogido
de Odio de Clase
MPM. (minero encapuchado porta un lanzacohetes) |
Dos
siglos de Resistencia Obrera
Agenda
LAS
LUCHAS MINERAS EN ASTURIAS. 1962-1963
En
abril de 1962 saltó en Asturias el chispazo de un gran movimiento
huelguístico que sacudió al fascismo.
El
despido arbitrario de siete picadores de la mina Nicolasa, de Mieres,
provocó las primeras llamaradas de un incendio que se propagó a 25
provincias del Estado español y que puso en pie de lucha a medio
millón de obreros.
Apenas
terminada la dura y prolongada lucha de la primavera de 1962, en el
mes de agosto del mismo año, más de 20.000 mineros asturianos
volvieron a declararse en huelga para reclamar el cumplimiento de lo
prometido y exigir la libertad de los compañeros encarcelados por la
huelga. El Gobierno respondió confinando a más de 300 mineros a
otras provincias, a veces a zonas inhóspitas donde les era casi
imposible ganarse la vida.
Esta medida se volvió inmediatamente contra el régimen.
El
4 de julio de 1963, en la mina Llamas de Nueva Montaña, varios
mineros fueron sancionados de forma arbitraria y decidieron no
tolerar este atentado a su dignidad de trabajadores y, en señal de
protesta, al día siguiente se declaran todos en huelga. La noticia
cundió por Mieres, se extendió por las cuencas del Caudal y del
Aller. El sentimiento de solidaridad hondamente arraigado en los
mineros y su decisión de defender sus derechos, les impulsaron a
incorporarse al movimiento.
Una
tras otra, fueron sumándose las minas.
-Dibujo:
MPM. 2012 El futuro va a ser de lucha, lucha, lucha...
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