Foto. Gernika tras el bombardeo. (desolación total). |
Memoria
Histórica
La
Legión Cóndor bombardeó Gernika con napalm
“La
destrucción de la ciudad se produjo porque desde los primeros
ataques se arrojaron ante todo bombas incendiarias que originaron
muchos incendios y con ello permitieron deshacer el entramado de las
casas. Después los ataques continuaron con bombas de 250 kilos y se
destruyeron las conducciones de agua lo cual impidió las labores de
extinción de fuegos. Cuando las bombas cayeron sobre las casas,
éstas se derrumbaron completamente. El número de blancos no fue tan
elevado como en Eibar o en Durango”. La descripción responde a un
informe inédito hasta el momento, escrito por el responsable de la
masacre de Guernica, Wolfram von Richthofen, teniente coronel de la
Legión Cóndor.
El despacho reconoce a sus superiores, un mes después del bombardeo, el 28 de mayo de 1937, que el ataque se inició con un “lanzamiento de bombas incendiarias seguidas por las explosivas, por lo que el efecto fue el deseado”, explica el historiador Ángel Viñas, que ha destapado el escrito en los archivos alemanes. Este descubrimiento confirma, por un lado, que el diario que dejó escrito von Richthofen es una construcción al margen de los acontecimientos y, por otro, que la intención era atemorizar a la población.
“Mediante ataques prolongados de pequeñas unidades contra ciudades aisladas, la población fue impresionada y atemorizada en profundidad, allí sobre todo donde tenía que darse la impresión de que su propia defensa aérea era totalmente insuficiente y se hallaba mal organizada [...] Sólo arrojando una mezcla de bombas explosivas y bombas incendiarias pudieron lograrse los incendios”, cuenta Von Knauer en el informe visado por Sperrle en junio de 1938.
Las pruebas que Viñas ha levantado permiten argumentar que la historia debe rectificar y olvidarse de los presuntos objetivos que tradicionalmente se han querido fijar a los aviadores alemanes e italianos: bombardear un puente y los cruces de las carreteras a fin de cortar el paso en retirada de las tropas. Para eso no se necesitaban bombas incendiarias, que además contenían un “napalm de medio pelo”.
Es decir, el bombardeo del 26 de abril de 1937 se hizo con propósitos de “destrucción masiva”, sin interrupción durante casi cuatro horas. Es en el nuevo informe de von Richthofen donde se lee que tras comprobar los efectos de los bombardeos anteriores a centros urbanos como el de Durango se aprendió una lección fundamental: la utilización de bombas de 50 kilos, que en este caso fueron arrojadas por los italianos, demostró que, a pesar de lograr un grado de destrucción del 55%, no generaban las montañas de escombros y cascotes deseadas. “Caían sobre tejados y afectaban fundamentalmente al último piso pero no más. De aquí que en Guernica se utilizasen bombas de 250 kilos y 50 kilos, además de las incendiarias”, apunta Viñas.
La estimación de bombas descargadas sobre la villa foral es en torno a las 31 toneladas. Equivalieron a la mitad del total arrojado sobre todo el frente norte el primer día de la ofensiva o casi al consumo de bombas en la tarde del tercer día, que fue de 33 toneladas.
Adolf Galland, ídolo de la Luftwaffe, explicaba en la edición original de sus memorias, que la Cóndor, durante la campaña de Asturias, utilizó una forma primitiva de napalm, una mezcla de explosivos y gasolina. Esta parte sobre los macabros ensayos, ha sido eliminada de la edición de bolsillo publicada por Heyne-Bücher. “Hoy sabemos que dicha mezcla se empleó por primera vez unos meses antes de Guernica. Con fines de destrucción. Para hundir la moral de la resistencia vasca”, añade Viñas.
El testimonio de Harro Harder, uno de los jefes de escuadrilla de la Cóndor, es el único que reproduce el horror de aquel día: “Hoy hemos volado a Guernica, destruida totalmente y no como dicen los periódicos de por aquí por las hordas de incendiarios rojos, sino por bombardeos alemanes e italianos. En la opinión de todos nosotros es una auténtica putada [sic] destruir así una ciudad como Guernica, tan poco importante desde el punto de vista militar. Bajo los escombros sin duda yacen varios miles de muertos, víctimas innecesarias”.
El despacho reconoce a sus superiores, un mes después del bombardeo, el 28 de mayo de 1937, que el ataque se inició con un “lanzamiento de bombas incendiarias seguidas por las explosivas, por lo que el efecto fue el deseado”, explica el historiador Ángel Viñas, que ha destapado el escrito en los archivos alemanes. Este descubrimiento confirma, por un lado, que el diario que dejó escrito von Richthofen es una construcción al margen de los acontecimientos y, por otro, que la intención era atemorizar a la población.
“Mediante ataques prolongados de pequeñas unidades contra ciudades aisladas, la población fue impresionada y atemorizada en profundidad, allí sobre todo donde tenía que darse la impresión de que su propia defensa aérea era totalmente insuficiente y se hallaba mal organizada [...] Sólo arrojando una mezcla de bombas explosivas y bombas incendiarias pudieron lograrse los incendios”, cuenta Von Knauer en el informe visado por Sperrle en junio de 1938.
Las pruebas que Viñas ha levantado permiten argumentar que la historia debe rectificar y olvidarse de los presuntos objetivos que tradicionalmente se han querido fijar a los aviadores alemanes e italianos: bombardear un puente y los cruces de las carreteras a fin de cortar el paso en retirada de las tropas. Para eso no se necesitaban bombas incendiarias, que además contenían un “napalm de medio pelo”.
Es decir, el bombardeo del 26 de abril de 1937 se hizo con propósitos de “destrucción masiva”, sin interrupción durante casi cuatro horas. Es en el nuevo informe de von Richthofen donde se lee que tras comprobar los efectos de los bombardeos anteriores a centros urbanos como el de Durango se aprendió una lección fundamental: la utilización de bombas de 50 kilos, que en este caso fueron arrojadas por los italianos, demostró que, a pesar de lograr un grado de destrucción del 55%, no generaban las montañas de escombros y cascotes deseadas. “Caían sobre tejados y afectaban fundamentalmente al último piso pero no más. De aquí que en Guernica se utilizasen bombas de 250 kilos y 50 kilos, además de las incendiarias”, apunta Viñas.
La estimación de bombas descargadas sobre la villa foral es en torno a las 31 toneladas. Equivalieron a la mitad del total arrojado sobre todo el frente norte el primer día de la ofensiva o casi al consumo de bombas en la tarde del tercer día, que fue de 33 toneladas.
Adolf Galland, ídolo de la Luftwaffe, explicaba en la edición original de sus memorias, que la Cóndor, durante la campaña de Asturias, utilizó una forma primitiva de napalm, una mezcla de explosivos y gasolina. Esta parte sobre los macabros ensayos, ha sido eliminada de la edición de bolsillo publicada por Heyne-Bücher. “Hoy sabemos que dicha mezcla se empleó por primera vez unos meses antes de Guernica. Con fines de destrucción. Para hundir la moral de la resistencia vasca”, añade Viñas.
El testimonio de Harro Harder, uno de los jefes de escuadrilla de la Cóndor, es el único que reproduce el horror de aquel día: “Hoy hemos volado a Guernica, destruida totalmente y no como dicen los periódicos de por aquí por las hordas de incendiarios rojos, sino por bombardeos alemanes e italianos. En la opinión de todos nosotros es una auténtica putada [sic] destruir así una ciudad como Guernica, tan poco importante desde el punto de vista militar. Bajo los escombros sin duda yacen varios miles de muertos, víctimas innecesarias”.
De:
Movimiento Político de Resistencia
Foto. Manifestación con pancarta por la libertad de los presos enfermos y la amnistía. |
Muro
Solidario:
-Manifestación
por la Amnistía en Donostia:
Foto. Pintada "Amnistia osoa" en un tren. |
-Pintada
de “Amnistia osoa” en vagones de Euskotren en el País Vasco.
Mapa de TeleSur con la presencia armada del ELN en Colombia. |
Cartas
de lectorxs:
He
visto a faltar algo crítico sobre la situación del Acuerdo en
Colombia. De la web, os envío un artículo reciente con la opinión
del ELN.:
Colombia
De:
Portal Voces de Colombia. ELN.
Editorial
546, Revista Insurrección
12
septiembre 2016
Los
que ganan y los que se cansaron de perder
En
los primeros 6 meses de este año, las entidades financieras ganaron
7,8 billones de pesos, un 34,5 por ciento más que en el primer
semestre de 2015.
En
cambio, para la inmensa mayoría de los colombianos crece el
desempleo y el costo de la vida; mientras el gobierno de Santos
anuncia un nuevo aumento a los impuestos -el tercero durante su
gobierno-, para cubrir el déficit fiscal que sufren las finanzas
públicas.
Al
gobierno no le alcanzan los dineros, no sólo por la baja recolección
de impuestos, sino ante todo por los excesivos gastos de guerra, el
pago de la deuda externa, la enorme burocracia y por la corrupción
generalizada que corroe la estructura del Estado.
En
junio de este año había 1.661.442 empleados públicos, de los
cuales 480.864 son uniformados, 324.054 son docentes, 311.124 son
burócratas del poder ejecutivo y 56.317 pertenecen a la rama
judicial.
Por
medio de la devaluación masiva del peso frente al dólar y de las
altas tasas de interés, los mega bancos acreedores del gobierno
duplicaron el valor de la deuda, con lo que se apropian de la mayor
tajada de la riqueza, que produce Colombia. Es la ley de hierro del
capitalismo neoliberal: apropiarse de la riqueza, no producirla.
Al
tiempo se les desinfló la locomotora petrolera y minera, que le
generó a los gobiernos de Uribe y Santos, una quinta parte de los
ingresos para el presupuesto nacional; lo que produjo el “hueco
fiscal”, que pretenden tapar con nuevos impuestos.
En
las dos primeras reformas tributarias, Santos favoreció a los
potentados económicos, con generosas rebajas de impuestos y gabelas
tributarias, que generan gran parte de las crecientes utilidades del
sector financiero.
Para
rebajarle impuestos a los más ricos, los gobiernos de Uribe
(2002-2010) y Santos (2010-2018) pidieron nuevos préstamos a los
bancos. Así, la deuda externa del gobierno entre 2012 y 2016, saltó
de representar el 20 al 42 por ciento del Producto Interno Bruto
(PIB); y el endeudamiento total en el mismo periodo, pasó del 43 al
70 del PIB.
Una
vez pase la coyuntura del plebiscito, que refrendará los acuerdos de
La Habana, Santos impondrá su tercera alza de impuestos, con la que
subirá el IVA del 16 al 19 por ciento, impactando la calidad de vida
de la mayoría de los colombianos; a la vez que nivelará por lo bajo
los impuestos a los más ricos, con la excusa de “atraer la
inversión“.
Además
de mayores impuestos, para tapar el “hueco fiscal”, Santos aspira
a cubrirlo con mayores recortes al gasto social y más endeudamiento
público, que deberá pagar tasas de interés más altas que las
normales, porque es la forma como los banqueros se aseguran, ante
economías con perspectivas negativas, como la colombiana.
Esta
reforma tributaria la califican como estructural, porque persigue
aumentar la cantidad de impuestados, cobrando por primera vez
tributos a 2 millones de colombianos, que tienen ingresos superiores
a tres salarios mínimos. De esta forma el régimen despoja riqueza a
contribuyentes de ingresos bajos y medios, para pagar intereses a los
banqueros súper ricos, que le prestan dinero al gobierno.
Está
demostrado que burlando a quienes les rebajan impuestos, los más
ricos no invierten sus ganancias en la economía real y en cambio la
dedican a la especulación financiera legal e ilícita, como la que
mantienen en los denominados Paraísos Fiscales.
La
peor parte la carga la sociedad colombiana, quien sufre por el
aumento de la desigualdad y la concentración de la riqueza; junto al
desborde de los capitales especulativos, que hunden a la industria y
la agricultura.
Hundida
la economía, con bajas tasas de crecimiento, alta inflación y
desempleo, déficit creciente en la balanza comercial y de pagos,
abultado déficit fiscal, aumento de la deuda externa y de las tasas
de interés; situación que llevó a la calificadora de riesgo Fitch,
a rebajar el pronóstico de la economía colombiana, de estable a
negativa.
Este
es el modelo capitalista neoliberal que no brinda alternativas a los
trabajadores ni a la sociedad, por lo que llamamos a desarrollar una
sumatoria de fuerzas desde abajo, para que cambie este modelo fatal,
y coloque la economía al servicio de la gente y en armonía con el
Planeta.
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