Foto. Xose Luis recibido tras su detención en enero 2008. |
Periódico
El Otro País, entrevista de 2002
Xose
Luis "El Che" Testigo del terrorismo de Estado
Xose
Luis Fernández González, conocido por todos en Vigo como "El Che".
Es un hombre lleno de vitalidad que pese a las durísimas vicisitudes
de una vida dedicada a la lucha revolucionaria, no ha perdido nunca
la confianza en su clase social: los trabajadores. A los 21 años fue
tiroteado por la espalda por la policía española en una calle de
Madrid, en 1980. En tiempos de desencanto estético de muchos que
jamás se opusieron al franquismo ni a su prolongación monárquica
mas que en ensoñaciones de tertulia de café, Xosé desbroza el
camino de la necesaria resistencia. Nunca se ha considerado un
derrotado, es un hombre que lleva la victoria dentro, sabe que la
resistencia en los tiempos oscuros es el primer paso para construir
el futuro.
¿Cómo fue la emboscada que te dejó para siempre en una silla de ruedas?
El 29 de agosto de 1980. Yo era un militante novato del GRAPO y tenía una cita con Abelardo Collazo que era el responsable de la organización.
¿Cómo fue la emboscada que te dejó para siempre en una silla de ruedas?
El 29 de agosto de 1980. Yo era un militante novato del GRAPO y tenía una cita con Abelardo Collazo que era el responsable de la organización.
Ese
día acababa de llegar de Galiza, él siempre preguntaba por su
tierra. Abelardo nunca dejaba de interesarse por todo lo concerniente
a Galiza. Caminábamos por una calle entre General Ricardos y la
calle Coruña a la altura de la Plaza de Castilla.
Los
miembros de la franquista Brigada Social, ya reconvertidos en
policías constitucionales, tenían planeada la emboscada. Vi salir
de un portal a dos hombres que parecía que iban a reñir. Cuando
estaba llamando la atención a Abelardo sobre esta circunstancia, caí
fulminado a tierra casi instantáneamente. Unos 15 policías de
paisano cayeron sobre nosotros. El primer tiro me lo dieron en la
espalda y por sus reacciones pienso que me dieron por muerto. Cuando
ven que muevo el brazo oigo que dicen "este hijo de puta está
vivo". En ese momento empezó a salir mucha gente de un cine
cercano cuyo nombre no recuerdo. Por esa razón no pudieron
liquidarme. Desde el suelo les escuché decir contrariados "la
gente podría irse a su casa".
¿Temiste
que te remataran en el suelo?
Al
comenzar a patearme el brazo que trataba desesperadamente de mover,
pensé que era cuestión de segundos. Pero la gente que se arremolinó
a la salda del cine me salvó la vida. En cambio, a Abelardo lo
acribillaron sin posibilidad de defensa. Oí muchas detonaciones
cuando él ya estaba en el suelo.
Abelardo
sabía que era un objetivo prioritario del Estado. Él, es uno de los
cinco militantes del GRAPO fugado de la cárcel de Zamora, operación
que, en su momento, fue un golpe muy duro contra el gobierno de UCD.
De
los cinco que protagonizan la fuga, tres murieron en celadas
preparadas por la policía: Enrique Cerdán Calixto, Juan Martín
Luna y el mismo Abelardo. Fernando Hierro se salva en Vigo porque al
ser herido de bala en una pierna, una señora mayor se enfrenta con
la policía para que lo atiendan, Brotons salvo la vida gracias a la
cantidad de gente que había en los alrededores en el momento de su
detención.
¿Después
de ser herido tuviste momentos de conciencia?
Pierdo
la consciencia al entrar en la ambulancia, después me trasladaron al
hospital de la Paz donde entré en coma y ya no recuerdo nada hasta
que despierto en la UVI. Tengo que decir que allí el trato recibido
del personal sanitario fue excelente. Los médicos llegaron a tirar a
la policía de la UVI., que pretendía estar dentro mientras me
atendían. Recuerdo con especial cariño al doctor Paniagua, quien
supongo que ya estará jubilado. Su actuación impidió que me
interrogasen inmediatamente, logró retrasar el interrogatorio cuatro
o cinco días.
¿Te
interrogaron en el mismo hospital?
Sí,
sí, cuatro o cinco policías, uno de ellos Antonio González
Pacheco, el tristemente celebre Billy el Niño. Uno me dio un golpe
que me provocó un corte en la respiración, perdí el conocimiento.
Al día siguiente amanecí con respiración asistida, tenía el
pulmón encharcado de sangre. Se asustaron y ya no volvieron a
interrogarme.
Foto. Vigo 1972. (decenas de policías corren a por gente) |
¿Cuánto
tiempo estuviste en el Hospital de la Paz?
Estuve
un mes hospitalizado, los médicos hicieron un informe en el que
indicaban que el sitio más adecuado para continuar tratamiento era
el Centro de Parapléjicos de Toledo, de ninguna manera un centro
penitenciario. Pero me aplicaron la Ley Antiterrorista y fui
conducido a Carabanchel al hospital penitenciario en medio de un gran
despliegue policíaco. No he olvidado que el doctor Paniagua les
recriminó esta demostración de fuerza contra una persona sin
movilidad alguna y totalmente indefensa. "yo mismo puedo
llevarlo a la cárcel sin ningún peligro de fuga", recuerdo que
manifestó.
Fue
para mí una despedida muy emocionante. Los médicos y enfermeras
salieron a saludarme, dándome besos y diciéndome cosas del tipo
"cuídate mucho", "no fumes", ante la indignación
de la jauría uniformada que desalojo la planta con malos modos.
¿Qué
impresión guardas del hospital penitenciario de Carabanchel?
Aquello
se le podía llamar de todo menos hospital. Cucarachas por doquier,
sin calefacción, una ventana estaba rota y teníamos que cubrirla
con una manta. No había limpieza de ninguna clase, mis camaradas
junto con unas monjas bastante respetuosas me limpiaban todos los
días, nadie en el hospital lo hacía y ten en cuenta que yo no podía
valerme por mí mismo, ni tenía control de esfínteres.
Tenía
que orinar y defecar a través de una sonda que debían cambiármela
cada semana. Como no lo hacían cogí una infección de caballo,
llegué un día a alcanzar 43 grados de fiebre.
Debido
a la presión de mis compañeros y de otros presos admitieron la
presencia de médicos de fuera del universo penitenciario. Uno de
estos médicos me cambió la sonda y mejoré inmediatamente. No me
acuerdo de su nombre pero me salvó la vida.
¿Estabas
en febrero de 1981 en el Hospital de Carabanchel cuando murió Joseba
Arregui por las torturas infligidas por la Policía?
Arregui
llegó por la noche en ambulancia, lo ingresaron para morir fuera de
las dependencias policiales a una hora completamente inusual, a las
12 de la noche. El ministro de Justicia era Fernández Ordóñez, que
luego fue ministro con el PSOE, y Juan José Rosón era el titular de
Interior, entre ellos surgió un fuerte conflicto, dicen que Ordóñez
espetó "la policía quiere quitarse el muerto y cargármelo a
mí". Fue todo muy irregular, ingresaron a Arregui sin
mandamiento judicial. El Director de la cárcel no debía haber
admitido el ingreso.
Murió
en nuestras manos. Venía todo ennegrecido. El practicante dijo "Yo
aquí no tengo donde pinchar". Las plantas de los pies todas
rojizas con infinidad de cráteres fruto de los cigarros apagados
contra su piel. Venía con el jadeo de la muerte, este camionero de
Zizurkil era muy fuerte físicamente, quería ducharse, pero no le
dejamos, lo metimos en la cama, lo tapamos y llamamos al practicante.
Su última compañía fui yo, un militante del PCE(r) y un militante
de ETA Político Militar. Arregui hablaba en euskera con el compañero
vasco y él nos traducía. Con respecto a mí nunca olvidaré las
últimas palabras que dijo tratando de darnos ánimo "peor te
han dejado a ti en una silla de ruedas". Minutos después lo
llevaron a rayos y allí murió.
¿Cuánto
tiempo estuviste en Carabanchel?
Desde
1980 hasta 1982, coincidiendo con la llegada del PSOE al gobierno.
Pegatina presos políticos de Sardoma, con Xose Luis preso. |
Desde
el observatorio privilegiado del Hospital Penitenciario ¿Se puede
decir que en ese periodo la tortura era sistemática?
Sí,
por supuesto que sí. Vi numerosos militantes de ETA torturados, uno
estuvo varios meses por las palizas propinadas por la Guardia Civil.
Pero no sólo presos políticos también ingresaron numerosos presos
sociales víctimas de torturas. En este período abrieron el infierno
de Herrera de la Mancha, auténtica cárcel de exterminio en la
estepa manchega. Junto con presos políticos llevaron a los
dirigentes de la COPEL. Es la época de las pilas, los activistas de
la COPEL se tragaban lo que fuera con tal de ser hospitalizados y
salir de la prisión de Herrera.
Las
palizas en Herrera de la Mancha eran terribles. Hay una vivencia
personal que me marcó toda la dureza de esa prisión. Estando en
Carabanchel un preso de la COPEL fue operado del estomago, le
extrajeron varias pilas que había ingerido y allí mismo en mi celda
vi como nuevamente se tragó una cuchara de grandes proporciones con
migas de pan. Como quiera que también le extrajeron la cuchara y con
tal de no volver a Herrera, le pidió a un compañero que hacía
halterofilia que le golpeara fuertemente en la mandíbula. Se la
fracturó y estuvo tres meses hospitalizado, bebiendo líquidos.
Al
lector joven de hoy, cuéntale qué era la COPEL.
Coordinadora
de Presos en Lucha, una organización autónoma de los presos
sociales con un nivel de solidaridad muy alto, que buscaba, sobre
todo, la dignidad dentro de la cárcel: limpieza, comida decente,
respeto a la persona.
Lo
herederos de aquella dignidad machacada son algunos de los actuales
presos FIES, sometidos a un régimen de aislamiento durísimo, 23
horas al día en la celda.
Años
después, ¿podemos decir que se alcanzó la consecución de estos
objetivos?
Ni
de lejos, destruyeron cualquier tejido organizativo entre los presos.
Primero fue la represión bestial contra los elementos más
concienciados, después la introducción masiva de la droga, más
tarde la compra de la dignidad con la concesión de libertades
condicionales, terceros grados etc.
La
droga da un tipo de preso descompuesto, embrutecido, sin afán de
superación personal, tienen en fin lo que quiere la institución
penitenciaria; un verdadero guiñapo.
¿Quién
introduce las drogas en la cárcel?
¿Qué
quieres que te diga? Si los responsables de instituciones
penitenciarias no quieren no entra la droga así que si entra es
porque quien puede impedirlo no quiere.
¿Quiénes
eran los responsables de los malos tratos?
Es
difícil individualizar, estaban muy generalizados. En Herrera los
funcionarios acompañados por la Guardia Civil. Los métodos
variados: palizas, aislamiento durísimo, castigos constantes por
faltas leves, prohibición de comunicar en tu lengua. En una ocasión,
ya en libertad, fui a visitar a mi hermano y nos obligaron a hablar
en español. A los 10 minutos suspendieron la visita porque nos fue
imposible dejar de hablar en gallego. Jamás había hablado con mi
hermano en otra lengua que no fuera la nuestra.
Estas
dantescas condiciones de vida llevaron a los presos del PCE(r) y del
GRAPO a iniciar una durísima huelga de hambre.
En
esta batalla murió Crespo Galende en 1981, pero la lucha no fue
infructuosa, se lograron los objetivos y echaron abajo el modelo
Herrera de la Mancha. Es cuando los presos del PCE(r) y de los GRAPO
son trasladados a Soria y viven en la comuna Carlos Marx.
Por
cierto, que yo soy el depositario de la biblioteca de la Comuna tras
la dispersión forzosa. Guardo alrededor de 8000 volúmenes que
contienen de todo; política, historia, literatura en diversos
idiomas, etc.
En
tu opinión, ¿continúa practicándose la tortura?
Cambiaron
los métodos de la tortura, en la llamada democracia cuidan no
provocar signos externos. Yo fui detenido con anterioridad en 1978
por propaganda ilegal, me aplicaron la barra: te cuelgan de una
barra, te golpean durante media hora en las plantas de los pies te
dejan, vuelven, y así en tandas interminables Luego no te tocan
durante los últimos tres días y cuando llegas al juez no puedes
demostrar nada. Han aprendido a no dejar huella (bolsa, bañera).
¿Cómo
se saldó tu primera detención?
Quedé
en libertad sin cargos; ni siquiera fui juzgado.
Volvamos
a 1982, ¿cómo abandonaste Carabanchel?
1982
fue un año judicialmente muy duro, las condenas eran elevadísimas e
indiscriminadas, los informes policiales eran ley. En este contexto,
mi abogado, Fernando Salas me aconsejó que boicotease mi presencia
en juicio. Debido a mis condiciones y a los consejos de un médico
vasco aprendí a liarla y me daba un ataque cada vez que tenían que
presentarme en la Audiencia Nacional. Después de varias suspensiones
me trasladaron en una UVI móvil con un gran despliegue policial.
Fungairiño que era el fiscal se opuso a mi libertad, pero quedé en
libertad por enfermedad irreversible e incurable. Viviré en libertad
mientras esté atado a la silla de ruedas.
En
mi puesta en libertad fue muy importante la solidaridad que se
levantó en Vigo. Convergieron varios factores; mi situación física,
las circunstancias de mi detención, el recuerdo imborrable del
camarada Abelardo Collazo, muy querido en Vigo. No hay que olvidar
que a su entierro acudieron más de 4000 personas.
Dibujo. La solidaridad rompe las rejas. |
¿Cómo
adquiriste la conciencia política?
Los
antecedentes más lejanos los sitúo en la huelga de 1972 en Vigo y
Ferrol, cuando la policía entra en los astilleros y mata a dos
obreros. El mazazo definitivo fue con 15 años vivir los
fusilamientos del 27 de septiembre de 1975. Uno de los fusilados era
Humberto Baena Alonso, vecino de mi barrio. Su madre, que ya
falleció, era muy amiga de la mía, se conocían mucho. Recuerdo al
padre de Baena siempre de luto. Yo trabajaba en el bar familiar que
regentaban mis padres y oía las conversaciones a media voz de los
obreros diciendo que la canalla fascista iba a matar a un hombre
bueno. ¡El ambiente de Vigo en 1975 era impresionante!
A
partir de ahí conozco un chico que estudiaba en el instituto y me
pasó el Politzer, el primer libro sobre filosofía marxista que
arribó a mis manos. Un grupo de profesores comunistas, uno de ellos
Méndez Ferrín, otro que le decían Leonidas, hicieron una labor muy
grande de formación política entre los estudiantes.
Yo
dejé los estudios muy pronto, fui albañil, entré de aprendiz y
tuve que soportar bromas muy pesadas, como por ejemplo meterte en un
barreño de agua fría en pleno invierno. Era un sector políticamente
muy atrasado aunque había dado un gran salto en 1972 con el trabajo
de Abelardo y Anxo Collazo, los hermanos Castro les llamaban.
No
obstante, mi primera militancia fue dentro de la órbita del
nacionalismo, alrededor de la UPG. Rompí cuando se legalizó el
Sindicato Obrero Galego y observé el desarrollo de tendencias
oportunistas que hoy han cuajado en el BNG y en la CIGA y paso a las
células clandestinas. Hoy el nacionalismo institucionalizado está
bajo la férula de la burguesía gallega, una burguesía débil pero
que existe como bloque con intereses propios.
De
esta burguesía nada pueden esperar los trabajadores gallegos.
Castrillo, el alcalde del Bloc de Vigo, declaró en una procesión de
la Virgen de Vigo que "la Guardia Civil es imprescindible para
la sociedad". Procesiones, guardias civiles, curas, alcaldes
bajo palio, todo igual que con Franco. Los mismo valores, los mismos
poderes fácticos y una burguesía que busca su porción de poder
entre las clases dominantes.
¿Vigo
aún mantiene la llama de la Revolución?
Desde
luego ha bajado en intensidad, pero tampoco se ha extinguido. En la
huelga de 1972, 30.000 obreros practicaron tácticas de guerrillas y
hostigamiento a la policía. Esa conciencia no ha podido ser borrada
por los años de transición. Los trabajadores de Vigo siguen siendo
solidarios con los presos políticos.
Los
obreros de 55-60 años, que es la edad que ahora tendría Abelardo
Collazo, están marchando prejubilados a su casa, esto influye
negativamente, pero han sabido transmitir a una nueva generación de
trabajadores el respeto por una trayectoria de lucha.
Por
ejemplo, se mantiene viva la tradición de recoger dinero en las
fábricas destinado a los presos políticos en navidad y en verano.
También en las fiestas de San Roque se alza una caseta festiva que
recoge fondos para los presos. En Vigo no han podido matar la
solidaridad de clase y antirrepresiva.
¿Te
llaman "El Che" por el Che Guevara?
No,
no, ¡qué va! En el bar de mis padres apareció un emigrante
retornado de Argentina, utilizaba mucho la expresión argentina che y
así empezó a llamarme. Al ingresar en el PCE(r) de la mano de mi
hermano, me siguieron llamando Che, sólo después me enteré de la
vida y de la praxis del gran revolucionario latinoamericano. Si lo
hubiese sabido antes jamás habría adoptado ese nombre de guerra.
Che sólo hubo uno el Che Guevara. Con aprender un poco de él me
conformo.
¿Algo
más?
Tengo
que decir que no habrían sido posibles estos últimos años sin mi
compañera Montse. Este revolucionario se podría haber desfondado.
Es una mujer extraordinaria no sólo desde el punto de vista humano
sino como compañera revolucionaria y de lucha. La conocí en un
baile con banda de música en Porriño. Nos enamoramos, pero no le
dije nada de mi militancia política, ella se entera cuando ya estoy
en la cárcel de la Coruña y viene a verme. Es un ciclón de
carácter y fuerza, la llamamos Velo Dos (revólver que usaban los
antiguos contrabandistas) por su permanente agitación.
Cuando
me pegaron el tiro también decidió seguir junto a mí, nunca podré
reconocérselo bastante, pero por favor no sigas que estas cosas me
da mucha vergüenza decirlas.
Estamos
seguros que si Ernesto Che Guevara hubiese conocido a su homónimo el
Che de Vigo, no le habría importado nada la usurpación del nombre,
como él es uno de los hombres que han pagado un alto precio por
señalarnos el camino hasta la victoria siempre.
*Detenido
en enero de 2008 junto a otros 4 militantes del SRI que ingresaron en
prisión, puesto en libertad condicional con fianza por su estado
físico. La librería de 8000 libros desparramada y muchos de ellos
apresados. Fue recibido por centenares de solidarixs y vecinxs.
Sobreseída la causa contra los 5 en 2012.
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