Foto de Lev Termen ante el theremin. |
Cultura.
Música.
El theremin
Lev
Termen, un genio en la trastienda
Juan
Manuel Olarieta
El
primer sintetizador electrónico de la historia de la música se
llama “theremin” y debe su nombre a Lev Sergueievich Termen, que
nació en Leningrado (actual Petersburgo), en 1896. El inventor del
instrumento escribió así sobre su vida:
“Comencé
a estudiar electricidad a los siete años y música a los nueve. Amé
la música desde la infancia, porque la sentía como algo vivo y
real. Cuando comencé a tocar el cello, me confundía la
contradicción entre la música y la forma en que la obtenía: a
través del movimiento del arco, a la manera de un serrucho mientras
oprimía las cuerdas con los dedos. Siempre había deseado encontrar
una forma de unir mi pasión por la electricidad con la que sentía
por la música. A los trece años descubrí
las altas frecuencias y los transformadores Tesla. Tomé en una mano
una vara de metal de tamaño medio y obtuve una chispa de alto
voltaje acompañada de un sonido de alta frecuencia, observando que
un cambio en la distancia causaba
una
variación en el tono del sonido”.
El
theremin está basado en el mismo principio. Es un instrumento
musical que no se parece a ningún otro: se toca sin tocarlo. Consta
de dos antenas que crean un campo electromagnético
cada una. El intérprete desempeña el papel de un conductor
eléctrico e interactúa con esos campos sin llegar a ser necesario
el contacto físico con el instrumento. La música se produce cuando
el intérprete mueve las manos en las proximidades
de las antenas. Una de las antenas controla el tono del sonido,
mientras que la otra maneja el volumen.
El
funcionamiento del theremin es muy simple, pero la ejecución musical
requiere un gran esfuerzo de concentración por parte del intérprete:
el cuerpo debe estar perfectamente equilibrado frente al instrumento,
su cabeza completamente inmóvil durante
largos períodos y su control neuromotriz de manos y brazos debe ser
perfecto, ya que una ligerísima vibración o un cambio de posición
involuntario de los miembros superiores alteran radicalmente el
sonido del instrumento. Vistos desde afuera, los movimientos del
thereminista parecen los de un director de orquesta.
Termen
lo describe de la siguiente manera: “Se obtienen fácilmente
sonidos de tono variable utilizando una corriente alterna de
frecuencia también variable. Se coloca una pequeña varilla vertical
a modo de antena, lo que genera ondas electromagnéticas de muy débil
intensidad alrededor de la misma. Estas ondas tienen una longitud y
una frecuencia definidas: la aproximación de una mano, que es un
conductor eléctrico, altera la configuración del campo
electromagnético que rodea a la antena, cambia su capacitancia y,
por lo tanto, afecta la frecuencia de la corriente alterna generada
en el instrumento.
De esta manera, se produce una suerte de ‘toque invisible’ en el
espacio que circunda la antena, y, de la misma manera en que en un
cello la presión de un dedo sobre la cuerda produce un sonido tanto
más agudo cuanto más se acerca el dedo al puente, en el theremin el
tono se incrementa cuanto más se acerca la mano a la antena.
Del
mismo modo, la intensidad del tono cambia al aproximar una mano a la
otra antena, de forma circular, alrededor de la cual se forman ondas
electromagnéticas siguiendo el mismo principio. La aproximación de
una mano produce un cambio en la intensidad de la corriente alterna
que produce el tono. Así, levantando la mano por encima de la antena
horizontal en forma de anillo la nota crece en volumen, mientras que
bajando la mano
por debajo de ella se hace más débil, hasta morir en el medio del
más suave pianísimo”.
En
1919, Termen mostró el instrumento a su mentor, Yoffe, que, de
inmediato, se fascinó con él y convocó a una reunión de los
miembros del laboratorio de física. Tras la demostración, el
inventor recibió una cerrada ovación. El theremin se mostró al público soviético en la Feria Industrial de Moscú de 1920 y, poco más
tarde, el propio Termen dio un concierto en la sede del Sindicato
Electromecánico, el theremin se convirtió en un gran
acontecimiento. El concierto se publicó en los dos diarios soviéticos
más difundidos, Pravda e Izvestia. Termen solicitó la patente de su
invento el 23 de junio de 1921, que le fue concedida tres años más
tarde, fabricándose 600 instrumentos por orden de Lenin, que, para
esa época, ya recibía clases de theremin. La trascendencia del
invento se expandió y su descubridor viajó por la Unión Soviética
dando conciertos.
Foto. Termen componiendo en su sintetizador. |
ENCUENTRO
CON LENIN
Emocionado,
Termen narró el día que conoció a Lenin: “El 22 de mayo tuve
la dicha de conocer personalmente a Vladimir Ilich Lenin, quien me
invitó al Kremlin para que le hiciese una demostración del
instrumento en su oficina. Me felicitó por mis investigaciones
y se puso a tocar él mismo, que de por sí tenía un gran oído
musical”.
Lenin
le dijo a Termen que creía que su trabajo era un avance en el campo
de las nuevas energías, la electricidad entre ellas, y en los
proyectos de investigación que tendrían lugar en el plan de
electrificación de la URSS. “Me dio luego un salvoconducto que
me permitía viajar por toda la nación para dar mis conciertos, y me
dijo que fuera a verlo si lo necesitaba para algo”, recordó
Termen.
El
inventor fue enviado por el gobierno soviético para mostrarlo en los
países capitalistas, trasladándose a Estados Unidos, donde obtuvo
otra patente de su invento en 1928, que vendió a la RCA Victor para
la fabricación en serie del sintetizador. Múltiples personalidades
se interesaron por las posibilidades de la música electrónica, y
también por sus bases físicas. Entre otros, Einstein, el cineasta
Serguei Eisenstein y el ingeniero Robert
Moog quisieron conocer personalmente al físico soviético.
Termen
era uno de esos inventores que ya no existen. Construyó el primer
aparato de televisión, por ejemplo, y en 1932, en el marco de un
concierto de música electrónica con una orquesta de 16
thereministas en el Carnegie Hall, presentó el “terpsitone”, un
instrumento de control espacial con el cual un bailarín podía
controlar el sonido mediante sus movimientos en el escenario. La
propia danza creaba la música. Una plancha metálica aislada debajo
de la plataforma de baile actuaba como antena para el tono,
registrando el movimiento de elevación del cuerpo y el cese del
mismo, como cambios relativos en el tono. El funcionamiento básico
era el mismo que el del theremin, si bien el volumen y el vibrato
eran controlados separadamente por un operador detrás del escenario.
También
inventó otros instrumentos musicales en los que había estado
trabajando diez años. Además del terpsitone, Termen inventó el
theremin de teclado, el rhythmicon, el theremin cello y el Illumovox,
un instrumento óptico que generaba variados efectos lumínicos
dependiendo de los cambios de tono efectuados con un theremin. Pero
pasó a la historia gracias al theremin, que fue perfeccionando con
el tiempo. El volumen, que antes
se controlaba mediante un pedal, obedeció luego a los movimientos de
la mano en las cercanías de la antena izquierda. También construyó
modelos que, en lugar de dirigirse mediante el movimiento de las
manos, leían microrreflejos en la superficie de los ojos y eran
controlados por los movimientos oculares. De este modo, un
cuadrapléjico puede “tocar” un theremin e incluso convertirse en
músico profesional.
En
1938 fue expulsado de Estados Unidos a la Unión Soviética, dejando
tras de sí a su mujer, su estudio, sus amigos y sus negocios. Pero
en poco tiempo el theremin pasó a ser considerado un instrumento
musical de uso familiar en Estados Unidos, y objeto de composición
académica y clásica. A finales de los años veinte, RCA produjo
aproximadamente 500 theremines fabricados por General Electric y
Westinghouse. Se estima
que hoy en día sólo existen la mitad de ellos y los coleccionistas
invierten grandes sumas de dinero en encontrarlos.
Originalmente,
el theremin comenzó utilizándose en la música clásica imitando al
violín, violonchelo, la voz e incluso sustituyendo orquestas
enteras. Pero puede integrarse en cualquier tipo de música a la
perfección. Durante las décadas de los cuarenta y los cincuenta del
pasado siglo sonó en las bandas sonoras de muchas películas de
Hollywood, cuando Samuel J. Hoffman ambientaba, a base de un uso
efectista, películas de ciencia ficción y terror, como “El día
que paralizaron la Tierra”, “Vinieron
del espacio exterior”, “Días sin huella” o la soberbia
“Cuéntame tu vida” de Hitchcock. Recientemente, el theremin
aparece en las bandas sonoras de películas como “El maquinista”,
“Ed Wood” o “Mars Attacks”.
CLARA
ROCKMORE
La
mejor intérprete del sintetizador ha sido la prodigiosa Clara
Rockmore, nacida en la comunidad rusa de Nueva York y fallecida en
1998. A los 5 años de edad Rockmore ya era una consumada violinista,
pero un problema físico en los huesos le forzó a abandonar el
violín para convertirse en la mejor thereminista del mundo. Fue la
primera virtuosa de la música de la era electrónica. En los años
treinta, Rockmore desarrolló una técnica
única de “digitación aérea” que le permitía tocar el theremin
con una precisión asombrosa. Se la puede oír en el album “The art
of the theremin” acompañada al piano por su hermana Nadia
Reisemberg.
Actualmente,
el theremin es un instrumento que sigue fascinando a las nuevas
generaciones de músicos. En forma transistorizada, Big Briar, la
compañía de Robert Moog, lo fabrica y vende en serie. Se calcula
que existen en el mundo unos 12.000 instrumentos, pero los
thereministas fabrican sus propios aparatos para componer música
electrónicamente. Hoy, quizá la mejor intérprete de theremin es
Lydia Kavina, la nieta de Termen, que recientemente actuó en Burgos.
Unos
600 músicos, solistas y bandas de rock usan habitualmente theremines
en sus discos y recitales: Gary Numan, Radiohead, Alice Cooper,
Rolling Stones, Beach Boys, Kitaro, Blur, Marillion, Cyndi Lauper,
Simon y Garfunkel, Elvis Costello, King Crimson, La oreja de Van
Gogh, Talking Heads, Led Zeppelin, Marilyn Manson, Nine Inch Nails,
Pink Floyd, Rita Lee, las Spice Girls, Uriah Heep, Jean-Michel Jarre.
Los nombrados son una pequeña muestra de los conjuntos que usan
theremines en sus discos.
En
1993, Steven M. Martin produjo un documental titulado “Theremin:
Una odisea electrónica”. La película muestra una visión en
profundidad de la historia del instrumento y de su inventor,
incluyendo entrevistas con leyendas de la música como Robert
Moog, Todd Rundgren y Brian Wilson, así como del mismísimo León
Theremin. Termen murió a los 97 años de edad, el mismo año que se
realizó el documental.
Sonido
del theremin, tocado por Termen
Acontecimientos históricos del 30 y 31 de enero. |
Memoria
Histórica Internacionalista
Acontecimientos
del 30 y 31 de enero.
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