Poster Manuel Arango Riego. |
Cartas
desde prisión
Manuel
Arango Riego
C.P.
Zuera, 8 abril 2014
Un
crimen de Estado
A
la fecha de hoy, los estudios forenses calificados de preliminares
determinan que el fallecimiento de Isabel Aparicio Sánchez, presa
política del PCE(r), se debió a una “arritmia”, otros médicos,
por el contrario, sostienen que fue infarto de miocardio y alguno
también sostiene que fue trombosis pulmonar o cerebral.
Pues
bien, independientemente de todo ello, lo que está claro es que su
fallecimiento fue el último acto de un proceso de exterminio físico
iniciado tan pronto Isabel fue encarcelada en 2007.
Todo
el mundo sabe que la represión política contra los revolucionarios
encarcelados incide con especial gravedad sobre los enfermos, a los
que se aplica la represión general más el abandono en el terreno
sanitario.
Isabel
vivió los últimos 7 años de su vida enfrentada a la represión
penitenciaria y, a la vez, a una política sanitaria repleta de
inoperancias, imposiciones, burocracias criminales y negligencias.
Isabel
se fue muriendo de forma cruel no sólo porque estaba en la cárcel
(donde toda canallada represiva tiene cabida), sino y muy
especialmente por su condición de presa política. Por tanto, el
fallecimiento de Isabel fue un crimen político de Estado.
Las
enfermedades de Isabel
Algunas
enfermedades ya las arrastraba de la calle, las menos, pero se
agravaron constantemente al no tener los tratamientos adecuados y por
las condiciones de vida carcelaria. Otras enfermedades surgen en la
cárcel y fueron las más dolorosas.
En
una enumeración sumaria se podrían exponer las siguientes
enfermedades y problemas físicos:
-La
extirpan los ovarios y otras partes del aparato reproductor sin
necesidad y sin su permiso en 2008, mediante una intervención
quirúrgica realizada en el hospital general de Ávila, alegando que
“a su edad ya no los necesita”. Esta la trajo aparejada graves
trastornos y desequilibrios fisiológicos.
-La
sinusitis crónica la impedía dormir más de 4 horas nocturnas,
debido a la tos que le provocaba; y esto sucedió todos los días
durante años. En la cárcel de Ávila, no la permitieron ni tan
siquiera un producto tan sencillo como el agua de mar, que se
adquiere en farmacias sin receta médica. Nunca la operaron a pesar
de su insistencia. Sabíamos ya desde la calle que solo se atajaría
este problema con una operación.
-Tenía
dos hernias discales y un estrechamiento en el conducto medular. Tuvo
dolores constantes y a veces muy elevados, aparte de que su movilidad
se reducía más y más como consecuencias de estas dolencias. No la
operaron en 7 años, aunque se diagnosticó al segundo año de su
estancia en prisión que la única solución eran las intervenciones
quirúrgicas. Lo máximo que se la hizo fueron unas 15 sesiones de
fisioterapia , consistente en las clásicas “corrientes” como
toda solución. Algunos médicos la recetaban morfina para sus
dolores.
-Insuficiencia
pulmonar severa y asma. Lo que la provocaba una situación real de
asfixia y una respiración acelerada. Era tratada con oxígeno con
frecuencia. Llegó a vivir en la cárcel de Ávila situaciones de no
poder absorber oxígeno durante más de un minuto, estando sola en la
celda y por la noche.
-Lesiones
en las vértebras cervicales. Ante las cuales solo recibió 7
sesiones de fisioterapia de 10 minutos cada una.
-Flebitis.
Lo que la provocaba con frecuencia grandes dolores e hinchazones de
piernas.
-Artritis
avanzada en las manos y los pies.
-En
otro orden de problemas físicos, los tratamientos con inhaladores la
producían temblores constantes de cabeza y manos. Su capacidad de
moverse se fue reduciendo cada año, andaba muy despacio y apenas
podía cargar pesos por muy pequeños que fuesen.
-Muy
tardía intervención quirúrgica de cataratas, y encima la quedaron
constantes secuelas.
"Y lloró la Republicana". (la bandera Popular de luto) |
Evasivas,
inoperancia y silencios en estamentos oficiales
Por
parte del JVP (Juez Vigilancia Penitenciaria) y por parte de la
dirección de sanidad penitenciaria han sido durante años las
evasivas, el escurrir el bulto y la inoperancia. Mientras que por
parte de los subdirectores médicos de las prisiones donde estuvo
Isabel predominaba la inoperancia, el descaro insultante o los
silencios: no contestaban.
Proceso
de investigación en curso
Se
han abierto diligencias nº 1290/14 en el Juzgado nº 9 de los de la
ciudad de Zaragoza, sobre la base de instar un estudio científico de
“muestras cualificadas” de Isabel, por médicos independientes
del aparato judicial, a la vez que se investigan las circunstancias
que rodearon el fallecimiento.
Recabamiento
de mandato judicial en curso para obtener los dossieres médicos de
Isabel en los siguientes hospitales: Hospital General de Ávila,
Hospital Universitario de Salamanca y el Hospital Miguel Servet de
Zaragoza. Así como recabar por mandato judicial los dossieres
médicos informatizados de los centros penitenciarios de Ávila,
Topas (Salamanca) y Zuera (Zaragoza).
Manuel.
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