lunes, 10 de septiembre de 2012
Carta de Isabel Aparicio desde la prisión de Zuera.
Carta de Isabel Aparicio Sánchez
Cárcel de Zuera, 12 agosto 2012
“Como va esa vida al calor de este veranito asfixiante? Aquí hoy han bajado las temperaturas de golpe; mejor, porque dos grados no serían suficientes. ¡Qué manera de sudar por estas tierras! Una que estaba acostumbrada a las tierras altas de Ávila donde el verano se duerme hasta con manta…
(…) De aquella hacía poco que me habían operado del ojo izquierdo, todo muy bien, y no me trajeron aquí hasta que no pasé todas las revisiones del postoperatorio y el médico me dio el alta. De no haber sido por esto, tu carta me la hubieran tenido que mandar aquí porque mi traslado a esta cárcel estaba previsto más o menos para cuando el de Manolo (a él lo sacaron de Aranjuez a primero de mayo); en este momento, ni a él ni a mí nos habían clasificado (es el trámite por el que pasa todo preso una vez que hay sentencia firme), pero II.PP. ya se estaba viendo obligada a mandarnos a una misma cárcel para cumplir el auto del Juez de Vigilancia Penitenciaria, dictado a favor de la queja que había presentado Manolo y por el cual nos tenían que dar las comunicaciones vis a vis.
Un año nos ha costado que cumplieran sus propias leyes, un año de batallas que ya iba a entrar en la fase de volver a hacer intervenir a los tribunales ante lo que se estaba presentando como un claro delito de prevaricación.
Sé que Manolo ya escribió contando sus condiciones en esta cárcel; yo también lo he hecho, pero resumiendo, os podría decir que estoy en una cárcel en la que sólo hay un módulo de mujeres (¡para toda la Comunidad de Aragón!)
La realidad es que en la mayor parte de las cárceles como ésta solo existe un módulo de mujeres y, como ha entrado en II.PP. la fiebre de la modalidad del “respeto”, pues este módulo no iba a ser menos. Eso significa que tienes que firmar una especie de contrato por el que te comprometes a cumplir todas las normas que al Ministerio del Interior (II.PP. depende del Ministerio de la represión) decida para que puedas tener los famosos “beneficios” penitenciarios. El caso es que si en otras cárceles como ésta esa firma es voluntaria, por lo tanto en el mismo módulo coexisten las que firman y las que no, en esta esa firma es obligatoria, lo que no significa que todo el mundo cumpla las “normas”; ¿lógico, no?
¿Cómo se puede pretender obligar a nadie a tener respeto? Eso sin entrar en lo que significa el respeto para un régimen represivo como éste. Bien, pues resumiendo, que a mí me presentaron el famoso papel al día siguiente y dejé claro que yo no iba a firmar nada; con todo y con eso volvieron a la “carga” dos semanas después por si me había pensado mejor el tema ante la disyuntiva clara o amenaza encubierta de que, si no firmaba, me largaban de aquí.
Y otra vez tuve que decir que no, que no me interesaban sus “beneficios”, que no tenía ningún interés en empezar a caminar por la senda del arrepentimiento; que si hubiera querido hacerlo había tenido la oportunidad en Brieva a lo largo de tres años. Así que ya estoy avisada de que, cuando me vuelvan a clasificar (eso se produce cada 6 meses), igual me mandan para otra cárcel, depende de “Madrid”. Pues claro, como si dependiera de nosotros, nuestro destino carcelario; es más, es que nosotros nunca solicitamos la cárcel de cumplimiento, nos da lo mismo, nuestra reivindicación es que no junten a todos en una o dos cárceles.
Lo dicho, cabe la posibilidad de que me manden a otra cárcel de aquí a unos meses, es difícil que sea a Topas ya que ahí ya está Lucio, y lo que no van a hacer es tener a dos del Colectivo (hombres) en la misma prisión; y es que, donde me manden a mi tienen que llevar también a Manolo –y viceversa-, porque está de por medio ese auto judicial que tienen que cumplir quieran o no quieran.
Cuando me llevaron de Topas a Soto para el juicio y pensando que, como tenía pendiente allí las pruebas médicas, me regresarían a esa cárcel, te puse en la lista de comunicaciones como amigo, y te tenía autorizado, pero visto lo visto, te he tenido a sacar. De todas formas, ya tenéis ahí a Lucio que, por cierto, no sé si ya le habrán solucionado el problema de las gafas, un problema no pequeño ese de no ver, le entiendo perfectamente porque, a lo tonto, yo lo he tenido padeciendo durante dos años y no se lo deseo a nadie, mucho menos a un camarada.
Como Manolo sólo coincido en las comunicaciones, donde le tienen a él las actividades fuera de módulo son muy restringidas. De todas formas, ya es un avance, después de 5 años sin vernos, o sin estar juntos, el poder tener el mes dos comunicaciones por locutorios y dos vis a vis, que te aseguro que aprovechamos a tope.
Como veis, esta carta va de carcelario. En cuanto a lo de mi biografía, te voy a contar algo. Resulta que ya la hice en su día, pero se perdió por lo que fuera. Que la tengo que volver a hacer… vale, con tranquilidad, que por eso el Partido no va a dejar de existir, y eso es lo importante.
Cuidaros mucho, y SALUD Y RESISTENCIA.
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