jueves, 27 de diciembre de 2007

OPINIÓN: Carta ante el asesinato de tu suegra

CARTA A UNAI GONZÁLEZ, preso político vasco:Por desgracia he observado con mis propios ojos, más de una vez, “un indignante río de lágrimas sin esperanza ni consuelo”. Por desgracia he visto también con mis propios ojos en más de una ocasión a una madre y una novia, tiritando de frío al borde de la carretera frente a la prisión de Puerto 1. Más de dos mil kilómetros entre ida y vuelta desde su ciudad de origen, quedaron literalmente en el borde de la cuneta que linda con esa terrible prisión que sustituyo a “El Saco”.
El frío de esta parte peninsular es tan húmedo que te cala hasta los huesos. Nada tiene que ver con el frío del norte. Ese, si te abrigas bien, se soporta, pero el frío del Sur del Sur no se vence tan fácilmente y te llega a entumecer el cuerpo.
Lo más lamentable, provocador y ofensivo es que muchas veces, demasiadas veces, esos dos mil kilómetros que hicieron esa madre y esa novia se quedan en una fría carretera donde se cruzan los vientos.
“Hoy no podrán ustedes hablar con su familiar. Está incomunicado.”Mi más sincero y sentido pésame al preso político vitoriano Unai González.
Un lector. Puerto de Santa María, Cádiz.

1 comentario:

Trinchera Roja dijo...

Efectivamente. No hay que olvidar a esos y a esas héroes y heroínas que no son sinó los familiares, parientes y amigos/as más allegados de los presos/as políticos. Ellos y ellas constituyen una importantísima parte de nuestro movimiento solidario, que al margen de soportar la carga personal de tener encerrado y aislado a miles de kilómetros a un ser querido, habitualmente son trinchera y primera línea de fuego en nuestro combate por la dignidad y contra el terror fascista. No los olvidamos. Y a ellos y ellas les debemos un permanente homenaje. Frecuente es toparse con una desgraciada notícia como la muerte en accidente de la suegra de Unai,acontecida recientemente precisamente en ese largo recorrido, de un interminable viaje para ver a su ser estimado.
Y de ello, eso lo tengo muy claro, hay un único culpable. Y hay que culpar al Estado, a este Estado podrido y a este gobierno vendeobrero que tantas veces cínicamente ha hablado de diálogo y negociación...pero que sólo entiende de represión y guerra. ¡Pues demósles guerra! ¡No hay tregua!