Arantza
Díaz Villar en Zaballa
Desde
finales de marzo, Arantza se encuentra provisionalmente en la cárcel
de Zaballa (Araba). Salió desde la de Estremera (Madrid) el 23 y
tras unos días, el 28 pudo realizar la visita con un familiar
impedido. No sabe aún cuando le regresarán a Estremera, así que os
ponemos su destino provisional.
Arantza
Díaz Villar
C.P.
Zaballa
N-1,
km 340
01230
Iruña Oka
Araba
La
libertad de expresión choca con la monarquía
Durante décadas la falta de noticias críticas sobre la monarquía hizo que la prensa extranjera hablara de un acuerdo firmado en 1976 entre el gobierno y la Federación de la Prensa, que estuvo vigente durante toda la transición. El supuesto pacto de silencio se justificó por el desapego popular a la monárquía durante los primeros años del post-franquismo coronado, que obligaba a protegerlo frente a críticas peligrosas que hubieran sido inevitables con la libertad de prensa.
Durante los primeros años de la transición, la buena mano del
secretario del Rey, el general Fernández Campos, sirvió de
apagafuegos para tratar asuntos delicados y negociar con la prensa las malas noticias sobre la Corona. Su legendaria técnica consistía en ofrecer información a cambio de silencios. “No publiques esto, y te doy información sobre esto otro”. Pero en la trastienda había mucho más. Esto sólo valía para tratar con los ya predispuestos, los “buenos chicos” de la prensa, que aceptaron sin problemas un “pacto entre caballeros” para no atacar la figura del monarca.
Actualmente parece que se ha roto el “pacto de silencio” para no publicar nada dañino a la Corona, o al menos que se ha debilitado; pero el pacto sigue firmemente consolidado entre buena parte de periodistas, escritores y editores, y bajo la atenta mirada de jueces y fiscales que deciden en última instancia qué se puede publicar o decir y qué no. Y la Casa Real sigue interviniendo como antaño, con discreción pero con la contundencia de la fiscalía.
Las cosas cambiaron radicalmente en 2000 con la publicación del libro "Un rey golpe a golpe", firmado con el seudónimo de Patricia Sverlo, que se ha convertido en uno de los mayores éxitos de ventas editoriales, lo cual tiene el mérito añadido de que ha sido duramente perseguido y ha carecido de toda clase de publicidad.
Su presentación fue prohibida en distintos medios y las publicaciones se negaron a publicar siquiera el anuncio -pagado- en sus páginas.
Muchos libreros no querían venderlo. El Corte Inglés se negó en
rotundo. En Madrid, solo algunas librerías pequeñas y alternativas lo distribuyeron.
El 22 de enero de 2001 ABC denunciaba como si fuera un gran escándalo que organismos como la Diputación de Guipúzcoa y el Ayuntamiento de Bilbao dispusieran de ejemplares en sus respectivas bibliotecas. Y aunque se donaron ejemplares a muchas otras, como la Biblioteca de la Universidad de Santiago de Compostela, no llegó a figurar en sus catálogos. El Mundo, por su parte, difundía en grandes titulares (el 3 de marzo de 2002) las críticas del PP a un supuesto apoyo institucional al libro en Baleares, porque se había consentido que la edición catalana fuera presentada en el marco de la XIII edición de la
Setmana del Llibre en Català, organizada por el Gremi de Llibreters, en colaboración con el Govern balear y el Consell de Mallorca; y eso que reconocían en el mismo artículo que "Un rei cop per cop", presentado apenas unos días antes, estaba ya agotado, lo que corroboraba que existía una demanda importante de la obra que justificaba la traducción que se había hecho de ella. En el mes de noviembre se situaba en el lugar número 15 de la lista de los 25 más vendidos en Cataluña.
El libro "Un rey golpe a golpe" lo tuvo que editar Miatzen,
domiciliada en Francia, para evitar la censura. Miatzen también era la editora de la revista "Ardi Beltza", y fue una de las razones -aunque hubo otras- de la ilegalización de la revista, si bien nunca se la mencionó como tal en el sumario judicial ni en las noticias de la prensa.
Pero para los fascistas eso no fue suficiente y el 19 de enero de
2001, Garzón ordenó la enésima detención del periodista Pepe Rei. La sombra de "Un rey golpe a golpe" revoloteaba por ahí. Estuvo encarcelado 145 días en Alcalá-Meco, secuestrado por el Estado, hasta que fue puesto en libertad el 13 de junio de 2001.
La censura se ha suavizado pero no descansa. En abril de 2011 la TV3 catalana (siendo su directora general Mònica Terribas), encargó a los cineastas Montse Armengou y Ricard Belis un documental que tuviera como eje la valoración política de la institución monárquica española.
El título del trabajo, ya realizado, ya finalizado, a punto de emitirse, era “Monarquía o República”. Pero luego la TV3 suspendió su emisión indefinidamente.
El 18 de junio de 2010, día de la lengua castellana, el Instituto
Cervantes organizó una votación para que la gente eligiera su palabra preferida. En la página web de la institución el proceso se podía seguir al minuto, hasta que la palabra “República” se situó en el primer lugar. A partir de ese momento se suspendió la selección por "fallos del sistema" que iban a ser solucionadas rápidamente. Pero los fallos no se solucionaron durante tres días, al cabo de los cuales se limitaron a dar un mensaje de las 10 primeras palabras en "orden alfabético", entre las que “República” pasaba mucho más desapercibida.
La directora del Instituto, Carmen Caffarel, acompañó el cambio con un discurso en el que informaba que ella había elegido para este día la palabra “Respeto”.
Un año más tarde, en 2011, para no cogerse los dedos, el Instituto Cervantes sustituyó la votación popular por la de un elegido grupo de “personalidades” del ámbito cultural latinoamericano, proponiendo cada una de ellas su palabra preferida. Entre las personas seleccionadas: Shakira, Raphael, Alejandro Sanz o Emilio Botín.
En agosto de 2012 el gobierno mantuvo que enarbolar la bandera republicana incita a la violencia, cuando en una respuesta parlamentaria justificó la multa a un aficionado al balonmano porque había ondeado la enseña tricolor "con gran vehemencia". Alegó para ello el gobierno que la actitud del "alborotador" podía interpretarse como una "provocación" a los aficionados españoles. El suceso había tenido lugar en el mes de abril en un partido de las selecciones de España y Argelia celebrado en Alicante, y la policía acabó expulsando al portador de la bandera y abriéndole expediente de sanción en virtud de la Ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte. En otro partido posterior, al mismo portador de la tricolor se le vetó la entrada, se le trasladó a un espacio vacío del Polideportivo y se le conminó a identificarse de forma intimidatoria.
Durante décadas la falta de noticias críticas sobre la monarquía hizo que la prensa extranjera hablara de un acuerdo firmado en 1976 entre el gobierno y la Federación de la Prensa, que estuvo vigente durante toda la transición. El supuesto pacto de silencio se justificó por el desapego popular a la monárquía durante los primeros años del post-franquismo coronado, que obligaba a protegerlo frente a críticas peligrosas que hubieran sido inevitables con la libertad de prensa.
Durante los primeros años de la transición, la buena mano del
secretario del Rey, el general Fernández Campos, sirvió de
apagafuegos para tratar asuntos delicados y negociar con la prensa las malas noticias sobre la Corona. Su legendaria técnica consistía en ofrecer información a cambio de silencios. “No publiques esto, y te doy información sobre esto otro”. Pero en la trastienda había mucho más. Esto sólo valía para tratar con los ya predispuestos, los “buenos chicos” de la prensa, que aceptaron sin problemas un “pacto entre caballeros” para no atacar la figura del monarca.
Actualmente parece que se ha roto el “pacto de silencio” para no publicar nada dañino a la Corona, o al menos que se ha debilitado; pero el pacto sigue firmemente consolidado entre buena parte de periodistas, escritores y editores, y bajo la atenta mirada de jueces y fiscales que deciden en última instancia qué se puede publicar o decir y qué no. Y la Casa Real sigue interviniendo como antaño, con discreción pero con la contundencia de la fiscalía.
Las cosas cambiaron radicalmente en 2000 con la publicación del libro "Un rey golpe a golpe", firmado con el seudónimo de Patricia Sverlo, que se ha convertido en uno de los mayores éxitos de ventas editoriales, lo cual tiene el mérito añadido de que ha sido duramente perseguido y ha carecido de toda clase de publicidad.
Su presentación fue prohibida en distintos medios y las publicaciones se negaron a publicar siquiera el anuncio -pagado- en sus páginas.
Muchos libreros no querían venderlo. El Corte Inglés se negó en
rotundo. En Madrid, solo algunas librerías pequeñas y alternativas lo distribuyeron.
El 22 de enero de 2001 ABC denunciaba como si fuera un gran escándalo que organismos como la Diputación de Guipúzcoa y el Ayuntamiento de Bilbao dispusieran de ejemplares en sus respectivas bibliotecas. Y aunque se donaron ejemplares a muchas otras, como la Biblioteca de la Universidad de Santiago de Compostela, no llegó a figurar en sus catálogos. El Mundo, por su parte, difundía en grandes titulares (el 3 de marzo de 2002) las críticas del PP a un supuesto apoyo institucional al libro en Baleares, porque se había consentido que la edición catalana fuera presentada en el marco de la XIII edición de la
Setmana del Llibre en Català, organizada por el Gremi de Llibreters, en colaboración con el Govern balear y el Consell de Mallorca; y eso que reconocían en el mismo artículo que "Un rei cop per cop", presentado apenas unos días antes, estaba ya agotado, lo que corroboraba que existía una demanda importante de la obra que justificaba la traducción que se había hecho de ella. En el mes de noviembre se situaba en el lugar número 15 de la lista de los 25 más vendidos en Cataluña.
El libro "Un rey golpe a golpe" lo tuvo que editar Miatzen,
domiciliada en Francia, para evitar la censura. Miatzen también era la editora de la revista "Ardi Beltza", y fue una de las razones -aunque hubo otras- de la ilegalización de la revista, si bien nunca se la mencionó como tal en el sumario judicial ni en las noticias de la prensa.
Pero para los fascistas eso no fue suficiente y el 19 de enero de
2001, Garzón ordenó la enésima detención del periodista Pepe Rei. La sombra de "Un rey golpe a golpe" revoloteaba por ahí. Estuvo encarcelado 145 días en Alcalá-Meco, secuestrado por el Estado, hasta que fue puesto en libertad el 13 de junio de 2001.
La censura se ha suavizado pero no descansa. En abril de 2011 la TV3 catalana (siendo su directora general Mònica Terribas), encargó a los cineastas Montse Armengou y Ricard Belis un documental que tuviera como eje la valoración política de la institución monárquica española.
El título del trabajo, ya realizado, ya finalizado, a punto de emitirse, era “Monarquía o República”. Pero luego la TV3 suspendió su emisión indefinidamente.
El 18 de junio de 2010, día de la lengua castellana, el Instituto
Cervantes organizó una votación para que la gente eligiera su palabra preferida. En la página web de la institución el proceso se podía seguir al minuto, hasta que la palabra “República” se situó en el primer lugar. A partir de ese momento se suspendió la selección por "fallos del sistema" que iban a ser solucionadas rápidamente. Pero los fallos no se solucionaron durante tres días, al cabo de los cuales se limitaron a dar un mensaje de las 10 primeras palabras en "orden alfabético", entre las que “República” pasaba mucho más desapercibida.
La directora del Instituto, Carmen Caffarel, acompañó el cambio con un discurso en el que informaba que ella había elegido para este día la palabra “Respeto”.
Un año más tarde, en 2011, para no cogerse los dedos, el Instituto Cervantes sustituyó la votación popular por la de un elegido grupo de “personalidades” del ámbito cultural latinoamericano, proponiendo cada una de ellas su palabra preferida. Entre las personas seleccionadas: Shakira, Raphael, Alejandro Sanz o Emilio Botín.
En agosto de 2012 el gobierno mantuvo que enarbolar la bandera republicana incita a la violencia, cuando en una respuesta parlamentaria justificó la multa a un aficionado al balonmano porque había ondeado la enseña tricolor "con gran vehemencia". Alegó para ello el gobierno que la actitud del "alborotador" podía interpretarse como una "provocación" a los aficionados españoles. El suceso había tenido lugar en el mes de abril en un partido de las selecciones de España y Argelia celebrado en Alicante, y la policía acabó expulsando al portador de la bandera y abriéndole expediente de sanción en virtud de la Ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte. En otro partido posterior, al mismo portador de la tricolor se le vetó la entrada, se le trasladó a un espacio vacío del Polideportivo y se le conminó a identificarse de forma intimidatoria.
J.Olarieta
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