Pintada a molde. 4 mujeres con puños en alto. |
Foto. "Sin la liberación de la mujer no hay revolución! Sin revolución no hay liberación de la mujer1" (niña pasa ante dicha pintada) |
Documento
histórico, Informe presas políticas de Yeserías. Año 1981.
(Extracto)
Publicado
en la revista Punto y Hora,
nº 257, 12 al 19 marzo 1982.
«Desde
la cárcel también se puede luchar»
La
situación de los presos políticos, su forma de pensar, de vivir, de
sentir, es un tema siempre candente y la consecución de una amnistía
para estos presos, una reivindicación asumida por un gran sector del
pueblo.
En
setiembre de 1981, dos presas políticas de la cárcel de Yeserías
consideraron interesante elaborar un trabajo sobre las presas
políticas de dicha prisión, a fin de conocer un poco cómo son
dichas mujeres. En dicho trabajo se analizaba el entorno social del
que procedían, el por qué y a través de qué canales se
introdujeron en la lucha, su evolución ideológica, su postura ante
temas que como mujeres les atañe de una manera especial, su opinión
ante la lucha armada, y su propia experiencia en la cárcel. El total
de presas políticas encarceladas en Yeserías ascendía a 44, de las
que 13 estaban acusadas de pertenecer a GRAPO, 6 al PCE(r), 1 al
Movimiento de Resistencia; 17 a ETA(m), 4 a ETA (pm), una
independentista catalana, una militante del PCE(I), y una
independiente.
En
1982 en dicha prisión se encuentran 54 mujeres, 19 de ellas acusadas
de pertenecer a ETA(m), diez a ETA(pm), 22 a GRAPO y PCE(r), una
independiente, una independentista catalana, y una militante del
PCE(I). Desde primeros de febrero, también en Martutene, se
encuentran encarceladas las otras 5 presas políticas vascas.
Dibujo. Candado y cadena en celda. |
Para
realizar este sondeo, se ha partido de un muestreo de 41 presas
políticas, recluidas todas ellas en la cárcel de Yeserías.
Teniendo en cuenta que el total de presas políticas existentes en el
Estado español en setiembre de 1981 ascendía a 49, la muestra
supone el 83,57 por ciento del total.
Las
preguntas realizadas son abiertas, y podrían dividirse en cinco
bloques: ficha personal de la encuestada (edad, lugar de nacimiento,
procedencia social, religión, profesión, ideología política,
fecha de detención, penada o preventiva, tiempo de condena, etc.),
evolución política, feminismo, lucha armada y experiencia en la
cárcel.
La
mayor parte del análisis se va a realizar en función de dos grupos:
por un lado, el grupo de las militantes o simpatizantes de
GRAPO-PCE(r), y por el otro el de ETA(m), ETA(pm) e Independentista
catalana, nombrándolos respectivamente Grupo I y Grupo II.
Situación
personal
Las
edades oscilan entre los dieciocho y los 49 años, y aunque las más
numerosas son las más jóvenes —el 51% están comprendidas entre
los 18 y 25 años—, es de destacar que casi la mitad han cumplido
ya los 26 años y que el 5% del total de las encuestadas pasan de los
36 años.
Estos
datos nos podrían hacer reflexionar en el sentido de que la mujer se
integra tarde en la lucha. En cambio, hemos, podido constatar a lo
largo de este estudio, que esto no es así, y que la mayoría
comenzaron bastante jóvenes.
Podríamos
deducir también que el hecho de que las mujeres sean relativamente
mayores es debido a la naturaleza de la Organización a la cual
pertenecen o simpatizan y al tipo de lucha que ésta desarrolla.
Quizás
sí exista algo de eso, pero los dos grupos que analizamos son muy
diferentes, y sin embargo, en esta ocasión los resultados son casi
idénticos.
En
cuanto al estado civil, destaca el hecho de que el 29% del Grupo I ha
pasado por el matrimonio tradicional, frente al 12%del Grupo II.
También
es en el Grupo I donde encontramos más madres: el 55%, frente al 24%
del Grupo II. Normalmente sólo tienen un hijo, máximo dos.
El
nivel de estudios es muy similar en los dos grupos: el 39% de las
encuestadas han cursado estudios primarios, el 34% secundarios, y el
27% universitarios. No obstante, a la hora de constatar las
profesiones ejercidas por las encuestadas antes de su detención, se
manifiestan claras diferencias entre los dos grupos: En el Grupo I,
el 20% eran obreras y en el II, sólo el 5%. Trabajaban como
administrativas, técnicas medias, etc. el 12% del primer grupo
frente al 32% del segundo; y profesiones liberales sólo la ejercían
el 2'4% del segundo grupo.
Referente
a la religión, todas las encuestadas coinciden en autodenominarse
ateas o no creyentes.
Las
militantes o simpatizantes de los dos grupos provienen de clases
sociales muy similares. Aunque el 51% son de extracción social baja,
normalmente pertenecen a familias de obreros cualificados, por lo que
podría encuadrárselas en la categoría baja-media. El resto, el
49%, son de clase media. A destacar un dato curioso: los padres del
20% de las militantes del GRAPO y/o PCE(r) han ejercido o ejercen la
profesión de militares.
Postal. Mujer presa. |
Ideología
y trayectoria política
I.)
Marxismo-leninismo. Las 13 GRAPO, 6 PCE(r) y 1 M.R. se manifiestan de
ideología m-l. Las que han pasado por otras organizaciones
políticas, éstan han sido la ODEA, OMLE, Maf y las dos de
militancia actual. El 40% viene del ambiente estudiantil, el 25% del
propio barrio, el 20% en el trabajo y el 15% en el pueblo.
La
mayor parte manifiestan que los motivos por los cuales se decidieron
a entrar en la lucha política fueron las injusticias y las
represiones «que el régimen fascista ejercía sobre el pueblo».
Sólo en un caso se nos habla de represión estudiantil, y en otro de
represión vivida dentro de la misma familia.
Prácticamente
todas dicen que los canales que utilizaron para entrar en la lucha
fueron los amigos y compañeros de clase o de trabajo. Sólo tres lo
hicieron a través del compañero o marido.
II.)
Diversidad ideológica. Este grupo, integrado por 12 militantes de
ETA(m) y cinco simpatizantes, 2 militantes de ETA(pm) y una
simpatizante; y una Independentista catalana.
Ideológicamente
se definen de la siguiente manera: socialistas, 6; libertarias, 5;
nacionalistas, 3; marxistas-leninistas, 3; y ninguna ideología, 4.
En
conjunto, las integrantes de este grupo han pasado por organizaciones
nacionalistas o abertzales. Excepto dos que iniciaron su militancia
en EGI y Herri Gaztedi respectivamente «porque era lo único que
existía en aquellos momentos», casi todas las restantes empezaron a
militar en organismos y partidos aún hoy relativamente nuevos,
surgidos a lo largo de los seis últimos años, y las raíces de los
cuales hay que buscarlas, de una forma u otra, en ETA: LAIA, LAIA EZ,
EGAM, JARRAI, y la misma ETA.
El
marco en el cual se integraron en la lucha fue el siguiente: el 33%
en los pueblos, el 19'5% en ambientes estudiantiles, el 14% en el
trabajo, y el 9%en el barrio; el % restante no contesta.
Afirman,
la inmensa mayoría, que los motivos por los cuales se decidieron a
entrar en la lucha política son, sobre todo, la represión nacional
que vivía su pueblo. Más adelante también se han ido concienciando
de la represión social.
La
mayoría se introducen a través de los amigos, los compañeros de
trabajo o de estudios, e incluso por medio de la misma familia. Sólo
dos lo han hecho a través del compañero o marido.
A
la vista de estos resultados quiriéramos constatar el hecho de que a
pesar de que el nivel de estudios es muy similar en los dos grupos,
lo que hace pensar que todas ellas acudieron por igual al instituto,
universidad, etc., sólo un 19'2 por ciento del Grupo II se introdujo
a través de este ambiente frente al 40 por ciento de las militantes
del Grupo I. En cambio este último grupo tiene un 19'2 por ciento de
sus militantes procedentes de pueblos, frente al 33'3 por ciento del
Grupo I.
Postal X. Garrido. Mujer levantando el puño. (dibujada de un trazo) |
Mujer
y sociedad
I)
Sociedad socialista, la panacea
Todas
las militantes de GRAPO y PCE(r) (Grupo I) coinciden a la hora de
opinar sobre la familia.
Dicen
que «en esta sociedad capitalista» no les es válida la familia
sobre todo porque se basa en vínculos económicos y porque sirve
para perpetuar el sistema, pero no la llegan a cuestionar, ya que
piensan que en una sociedad socialista la familia sería una forma
idónea de convivencia, «pues se basaría en vínculos
sentimentales».
En
cuanto al divorcio, todas manifiestan que es necesario que exista una
ley que lo regule, aunque consideran que la que se acaba de aprobar
es restrictiva para las clases populares. Referente al aborto, todas
menos una opinan que en la sociedad actual tendría que ser libre, lo
que equivale a gratuito y médicamente controlado. La inmensa mayoría
nos menciona la necesidad de la existencia de una campaña previa de
educación sexual, planificación familiar, etc.
A
la pregunta de si estarían de acuerdo con que en la sociedad actual
existiese una ley que regulase el aborto, sólo cinco de ellas
contestaron afirmativamente, aunque cuestionándolo mucho. El resto
no acepta ninguna ley de «esta sociedad capitalista» puesto que
consideran que éstas serían injustas. Todo el conjunto, excepto
dos, sí cree, sin embargo, que en una sociedad «diferente», más
de acuerdo con sus creencias (la sociedad socialista), serían
necesarias leyes que regulasen el aborto, «pues en este caso se
tratarían de leyes justas».
Así
pues, estarían de acuerdo con el aborto libre en la sociedad actual
sólo como mal menor, «de cara a evitar muertes innecesarias... que
hoy en día se producen con los abortos clandestinos».
II)
La mujer es dueña de su propio cuerpo
En
conjunto, todas las mujeres de este segundo grupo (ETA-m, ETA-pm,
Independentista catalana) también están en desacuerdo con el
concepto actual de la familia, y afirman que ya es en este marco
donde se les empieza a discriminar. Creen que el concepto familia en
la sociedad capitalista responde a esquemas burgueses y relega a la
mujer a esquemas secundarios. De todas formas, sólo seis, cinco de
las cuales se consideran libertarias, llegan a cuestionársela a
fondo, hasta su desaparición.
Referente
a la ley de divorcio, prácticamente todas excepto tres, creen que
tal y como están las cosas representa un avance. Afirman, sin
embargo, que con esta ley la mujer saldrá perjudicada debido a la
educación que ha recibido y que, entre otras cosas, hace que no esté
cualificada profesionalmente. Y, además, añaden que las clases
populares no tendrán el mismo acceso al divorcio.
Las
tres que no estaban de acuerdo con leyes que regulasen el divorcio
fundamentan su negativa con el argumento de que nadie se ha de
interferir en lo que es un problema a resolver entre los afectados. Y
las seis que cuestionaban la existencia de la familia si aceptaban el
divorcio sólo era como una medida intermedia mientras haya
matrimonios.
Referente
al aborto, todas están de acuerdo con que éste sea libre, gratuito
y médicamente controlado, sobre todo porque están convencidas de
que la mujer ha de ser dueña de su propio cuerpo y que en
consecuencia sólo ella ha de decidir el momento y las circunstancias
de su maternidad. También en este grupo se habla de que son
necesarias las campañas de información sexual para evitar el tener
que dar este paso, pues ninguna de ellas pierde de vista que el
aborto es una agresión física para la mujer.
Dicen
asimismo que en esta sociedad actual no tendría que existir ninguna
ley que regulara el aborto, al contrario, lo que urge es la
despenalización, ratificándose en que sólo la afectada puede
decidir en qué casos sí y en qué casos no puede abortar.
En
una sociedad «diferente-, más de acuerdo con su idiosincrasia,
creen que continuarían pensando igual al respecto.
Las
organizaciones feministas actuales no son válidas
Respecto
a los presupuestos generales del feminismo, todas las mujeres de los
dos grupos están de acuerdo con ellos, y piensan que la mujer se
tendría que organizar para defender sus intereses y derechos, aunque
no especifican de qué manera.
No
obstante, todas se manifiestan muy críticas con las organizaciones
existentes. Así, mientras el Grupo I considera que estas
organizaciones «son reaccionarias y desvían a la mujer en su.
lucha, provocando su enfrentamiento con el hombre», las encuestadas
del Grupo II destacan sobre todo el hecho de que dichas
organizaciones «olvidan demasiado a menudo la triple opresión que
sufre la mujer en los pueblos oprimidos: como miembro de un pueblo,
como miembro de una clase social, y como mujer».
La
mujer y la organización
Todas
las encuestadas coinciden en afirmar que sus respectivas
Organizaciones tienen en cuenta las reivindicaciones de la mujer. Las
diferencias surgen cuando nos hablan de su experiencia personal en la
organización en la que militan o simpatizan.
I)
Muchas mujeres en la Organización
El
grupo GRAPO y PCE(r) afirma que nunca ninguna de ellas se ha sentido
discriminada dentro de la Organización por el hecho de ser mujeres.
Al contrario, afirman que ha sido la propia Organización quien les
ha ayudado a abrir los 'ojos a este problema.
En
este grupo sólo dos aceptan haberse sentido discriminadas en alguna
ocasión por parte de sus compañeros masculinos, y las dos lo
atribuyen a problemas educacionales.
Respondiendo
a si creen que son pocas o muchas las mujeres que militan en su
Organización, todas afirman que son muchas y todas, excepto tres,
razonan este hecho afirmando que la Organización a la que pertenecen
fomenta la integración de la mujer en la lucha política. Las otras
tres creen que se debe a la propia dinámica y evolución de la
mujer.
Por
otro lado, existe el convencimiento de que su partido realiza un
continuo trabajo en fábricas y centros de trabajo donde la mayoría
son mujeres.
II)
Pocas mujeres en la Organización
Dentro
del Grupo II, seis mujeres opinan que sí se han encontrado
discriminadas dentro de la Organización, al menos en el sentido de
que han tenido que trabajar y demostrar más que un hombre para que
se las valorase. También consideran que la Organización, en la
práctica, no tiene suficientemente presente el problema de la mujer.
Quizás sería necesario señalar que estas mujeres que se han
mostrado más criticas con la Organización y con sus compañeros han
admitido que en muchas ocasiones se trata de un problema derivado de
la educación machista sufrida tanto por los hombres como por las
mujeres. También, estas mujeres que se han mostrado más críticas
respecto a estos temas son las que tenían mayor responsabilidad
dentro de sus organizaciones.
Respecto
a si son pocas o muchas las mujeres que forman parte de la
Organización, todas creen que son pocas, y opinan que esto es
debido, sobre todo, a las limitaciones de la propia mujer, «pues
ella misma se subestima». También apuntan la posibilidad de que sea
debido a la comodidad... En definitiva, «porque vivimos en una
sociedad en la que domina la ideología machista».
Reconocen
que la causa de todo esto no es la Organización, y que ésta no hace
distinciones de sexo.
Estancia
en la prisión
I)
Formación ideológica, política y cultural
A
la pregunta de si la estancia en la prisión era un tiempo perdido,
las componentes del Grupo I han contestado que no, y han valorado
esta experiencia como muy positiva pues les permite ampliar su
formación ideológica, cultural, y reafirmarse en sus planteamientos
y en su lucha.
Los
trabajos manuales que realizan y que son posteriormente vendidos en
la calle, creen que contribuyen a la doble finalidad de ayudarse
económicamente y de desarrollar la solidaridad con los presos
políticos en la calle.
Sólo
tres mencionan la experiencia que les ha supuesto a nivel personal el
vivir en comunidad.
En
conjuntó, todas manifiestan que desde la prisión también se puede
luchar.
II)
El encuentro con una misma
Respecto
al segundo grupo, seis consideran que el tiempo pasado en la cárcel
sí es un tiempo perdido. Aunque no especifican claramente por qué,
alguna de ellas señala que es debido al rompimiento de relaciones
que supone.
El
resto de las componentes del segundo grupo, sorprendentemente,
coinciden en afirmar que la estancia en prisión les ha supuesto un
encuentro consigo mismas, y les ha llevado a autoanalizarse. Creen
que han aprendido mucho de la vida en comunidad, y están convencidas
de que esto les servirá para desarrollar y enriquecer su
personalidad.
Todas
intentan, sobre todo, que no se les degrade, y para lograrlo
consideran que es fundamental el mantenimiento de las relaciones con
el exterior, el estudio, la lectura, y la realización de trabajos
manuales.
Comentan,
no obstante, que la experiencia, aunque positiva, no deja de ser dura
por el rompimiento que supone con el entorno personal y afectivo de
cada una.
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