sábado, 8 de marzo de 2014

Documento histórico: Las presas políticas de Yeserías.

Pintada a molde. 4 mujeres con puños en alto.
Movimiento Femenino de Resistencia


Foto. "Sin la liberación de la mujer no hay revolución! Sin revolución no hay liberación de la mujer1" (niña pasa ante dicha pintada)
Documento histórico, Informe presas políticas de Yeserías. Año 1981. (Extracto)
Publicado en la revista Punto y Hora, 
nº 257, 12 al 19 marzo 1982.

«Desde la cárcel también se puede luchar»
La situación de los presos políticos, su forma de pensar, de vivir, de sentir, es un tema siempre candente y la consecución de una amnistía para estos presos, una reivindicación asumida por un gran sector del pueblo.
En setiembre de 1981, dos presas políticas de la cárcel de Yeserías consideraron interesante elaborar un trabajo sobre las presas políticas de dicha prisión, a fin de conocer un poco cómo son dichas mujeres. En dicho trabajo se analizaba el entorno social del que procedían, el por qué y a través de qué canales se introdujeron en la lucha, su evolución ideológica, su postura ante temas que como mujeres les atañe de una manera especial, su opinión ante la lucha armada, y su propia experiencia en la cárcel. El total de presas políticas encarceladas en Yeserías ascendía a 44, de las que 13 estaban acusadas de pertenecer a GRAPO, 6 al PCE(r), 1 al Movimiento de Resistencia; 17 a ETA(m), 4 a ETA (pm), una independentista catalana, una militante del PCE(I), y una independiente.
En 1982 en dicha prisión se encuentran 54 mujeres, 19 de ellas acusadas de pertenecer a ETA(m), diez a ETA(pm), 22 a GRAPO y PCE(r), una independiente, una independentista catalana, y una militante del PCE(I). Desde primeros de febrero, también en Martutene, se encuentran encarceladas las otras 5 presas políticas vascas.
Dibujo. Candado y cadena en celda.
Para realizar este sondeo, se ha partido de un muestreo de 41 presas políticas, recluidas todas ellas en la cárcel de Yeserías. Teniendo en cuenta que el total de presas políticas existentes en el Estado español en setiembre de 1981 ascendía a 49, la muestra supone el 83,57 por ciento del total.
Las preguntas realizadas son abiertas, y podrían dividirse en cinco bloques: ficha personal de la encuestada (edad, lugar de nacimiento, procedencia social, religión, profesión, ideología política, fecha de detención, penada o preventiva, tiempo de condena, etc.), evolución política, feminismo, lucha armada y experiencia en la cárcel.
La mayor parte del análisis se va a realizar en función de dos grupos: por un lado, el grupo de las militantes o simpatizantes de GRAPO-PCE(r), y por el otro el de ETA(m), ETA(pm) e Independentista catalana, nombrándolos respectivamente Grupo I y Grupo II.

Situación personal
Las edades oscilan entre los dieciocho y los 49 años, y aunque las más numerosas son las más jóvenes —el 51% están comprendidas entre los 18 y 25 años—, es de destacar que casi la mitad han cumplido ya los 26 años y que el 5% del total de las encuestadas pasan de los 36 años.
Estos datos nos podrían hacer reflexionar en el sentido de que la mujer se integra tarde en la lucha. En cambio, hemos, podido constatar a lo largo de este estudio, que esto no es así, y que la mayoría comenzaron bastante jóvenes.
Podríamos deducir también que el hecho de que las mujeres sean relativamente mayores es debido a la naturaleza de la Organización a la cual pertenecen o simpatizan y al tipo de lucha que ésta desarrolla.
Quizás sí exista algo de eso, pero los dos grupos que analizamos son muy diferentes, y sin embargo, en esta ocasión los resultados son casi idénticos.
En cuanto al estado civil, destaca el hecho de que el 29% del Grupo I ha pasado por el matrimonio tradicional, frente al 12%del Grupo II.
También es en el Grupo I donde encontramos más madres: el 55%, frente al 24% del Grupo II. Normalmente sólo tienen un hijo, máximo dos.
El nivel de estudios es muy similar en los dos grupos: el 39% de las encuestadas han cursado estudios primarios, el 34% secundarios, y el 27% universitarios. No obstante, a la hora de constatar las profesiones ejercidas por las encuestadas antes de su detención, se manifiestan claras diferencias entre los dos grupos: En el Grupo I, el 20% eran obreras y en el II, sólo el 5%. Trabajaban como administrativas, técnicas medias, etc. el 12% del primer grupo frente al 32% del segundo; y profesiones liberales sólo la ejercían el 2'4% del segundo grupo.
Referente a la religión, todas las encuestadas coinciden en autodenominarse ateas o no creyentes.
Las militantes o simpatizantes de los dos grupos provienen de clases sociales muy similares. Aunque el 51% son de extracción social baja, normalmente pertenecen a familias de obreros cualificados, por lo que podría encuadrárselas en la categoría baja-media. El resto, el 49%, son de clase media. A destacar un dato curioso: los padres del 20% de las militantes del GRAPO y/o PCE(r) han ejercido o ejercen la profesión de militares.
Postal. Mujer presa.
Ideología y trayectoria política
I.) Marxismo-leninismo. Las 13 GRAPO, 6 PCE(r) y 1 M.R. se manifiestan de ideología m-l. Las que han pasado por otras organizaciones políticas, éstan han sido la ODEA, OMLE, Maf y las dos de militancia actual. El 40% viene del ambiente estudiantil, el 25% del propio barrio, el 20% en el trabajo y el 15% en el pueblo.
La mayor parte manifiestan que los motivos por los cuales se decidieron a entrar en la lucha política fueron las injusticias y las represiones «que el régimen fascista ejercía sobre el pueblo». Sólo en un caso se nos habla de represión estudiantil, y en otro de represión vivida dentro de la misma familia.
Prácticamente todas dicen que los canales que utilizaron para entrar en la lucha fueron los amigos y compañeros de clase o de trabajo. Sólo tres lo hicieron a través del compañero o marido.

II.) Diversidad ideológica. Este grupo, integrado por 12 militantes de ETA(m) y cinco simpatizantes, 2 militantes de ETA(pm) y una simpatizante; y una Independentista catalana.
Ideológicamente se definen de la siguiente manera: socialistas, 6; libertarias, 5; nacionalistas, 3; marxistas-leninistas, 3; y ninguna ideología, 4.
En conjunto, las integrantes de este grupo han pasado por organizaciones nacionalistas o abertzales. Excepto dos que iniciaron su militancia en EGI y Herri Gaztedi respectivamente «porque era lo único que existía en aquellos momentos», casi todas las restantes empezaron a militar en organismos y partidos aún hoy relativamente nuevos, surgidos a lo largo de los seis últimos años, y las raíces de los cuales hay que buscarlas, de una forma u otra, en ETA: LAIA, LAIA EZ, EGAM, JARRAI, y la misma ETA.
El marco en el cual se integraron en la lucha fue el siguiente: el 33% en los pueblos, el 19'5% en ambientes estudiantiles, el 14% en el trabajo, y el 9%en el barrio; el % restante no contesta.
Afirman, la inmensa mayoría, que los motivos por los cuales se decidieron a entrar en la lucha política son, sobre todo, la represión nacional que vivía su pueblo. Más adelante también se han ido concienciando de la represión social.
La mayoría se introducen a través de los amigos, los compañeros de trabajo o de estudios, e incluso por medio de la misma familia. Sólo dos lo han hecho a través del compañero o marido.
A la vista de estos resultados quiriéramos constatar el hecho de que a pesar de que el nivel de estudios es muy similar en los dos grupos, lo que hace pensar que todas ellas acudieron por igual al instituto, universidad, etc., sólo un 19'2 por ciento del Grupo II se introdujo a través de este ambiente frente al 40 por ciento de las militantes del Grupo I. En cambio este último grupo tiene un 19'2 por ciento de sus militantes procedentes de pueblos, frente al 33'3 por ciento del Grupo I.
Postal X. Garrido. Mujer levantando el puño. (dibujada de un trazo)

Mujer y sociedad
I) Sociedad socialista, la panacea
Todas las militantes de GRAPO y PCE(r) (Grupo I) coinciden a la hora de opinar sobre la familia.
Dicen que «en esta sociedad capitalista» no les es válida la familia sobre todo porque se basa en vínculos económicos y porque sirve para perpetuar el sistema, pero no la llegan a cuestionar, ya que piensan que en una sociedad socialista la familia sería una forma idónea de convivencia, «pues se basaría en vínculos sentimentales».
En cuanto al divorcio, todas manifiestan que es necesario que exista una ley que lo regule, aunque consideran que la que se acaba de aprobar es restrictiva para las clases populares. Referente al aborto, todas menos una opinan que en la sociedad actual tendría que ser libre, lo que equivale a gratuito y médicamente controlado. La inmensa mayoría nos menciona la necesidad de la existencia de una campaña previa de educación sexual, planificación familiar, etc.
A la pregunta de si estarían de acuerdo con que en la sociedad actual existiese una ley que regulase el aborto, sólo cinco de ellas contestaron afirmativamente, aunque cuestionándolo mucho. El resto no acepta ninguna ley de «esta sociedad capitalista» puesto que consideran que éstas serían injustas. Todo el conjunto, excepto dos, sí cree, sin embargo, que en una sociedad «diferente», más de acuerdo con sus creencias (la sociedad socialista), serían necesarias leyes que regulasen el aborto, «pues en este caso se tratarían de leyes justas».
Así pues, estarían de acuerdo con el aborto libre en la sociedad actual sólo como mal menor, «de cara a evitar muertes innecesarias... que hoy en día se producen con los abortos clandestinos».

II) La mujer es dueña de su propio cuerpo
En conjunto, todas las mujeres de este segundo grupo (ETA-m, ETA-pm, Independentista catalana) también están en desacuerdo con el concepto actual de la familia, y afirman que ya es en este marco donde se les empieza a discriminar. Creen que el concepto familia en la sociedad capitalista responde a esquemas burgueses y relega a la mujer a esquemas secundarios. De todas formas, sólo seis, cinco de las cuales se consideran libertarias, llegan a cuestionársela a fondo, hasta su desaparición.
Referente a la ley de divorcio, prácticamente todas excepto tres, creen que tal y como están las cosas representa un avance. Afirman, sin embargo, que con esta ley la mujer saldrá perjudicada debido a la educación que ha recibido y que, entre otras cosas, hace que no esté cualificada profesionalmente. Y, además, añaden que las clases populares no tendrán el mismo acceso al divorcio.
Las tres que no estaban de acuerdo con leyes que regulasen el divorcio fundamentan su negativa con el argumento de que nadie se ha de interferir en lo que es un problema a resolver entre los afectados. Y las seis que cuestionaban la existencia de la familia si aceptaban el divorcio sólo era como una medida intermedia mientras haya matrimonios.
Referente al aborto, todas están de acuerdo con que éste sea libre, gratuito y médicamente controlado, sobre todo porque están convencidas de que la mujer ha de ser dueña de su propio cuerpo y que en consecuencia sólo ella ha de decidir el momento y las circunstancias de su maternidad. También en este grupo se habla de que son necesarias las campañas de información sexual para evitar el tener que dar este paso, pues ninguna de ellas pierde de vista que el aborto es una agresión física para la mujer.
Dicen asimismo que en esta sociedad actual no tendría que existir ninguna ley que regulara el aborto, al contrario, lo que urge es la despenalización, ratificándose en que sólo la afectada puede decidir en qué casos sí y en qué casos no puede abortar.
En una sociedad «diferente-, más de acuerdo con su idiosincrasia, creen que continuarían pensando igual al respecto.

Las organizaciones feministas actuales no son válidas
Respecto a los presupuestos generales del feminismo, todas las mujeres de los dos grupos están de acuerdo con ellos, y piensan que la mujer se tendría que organizar para defender sus intereses y derechos, aunque no especifican de qué manera.
No obstante, todas se manifiestan muy críticas con las organizaciones existentes. Así, mientras el Grupo I considera que estas organizaciones «son reaccionarias y desvían a la mujer en su. lucha, provocando su enfrentamiento con el hombre», las encuestadas del Grupo II destacan sobre todo el hecho de que dichas organizaciones «olvidan demasiado a menudo la triple opresión que sufre la mujer en los pueblos oprimidos: como miembro de un pueblo, como miembro de una clase social, y como mujer».

La mujer y la organización
Todas las encuestadas coinciden en afirmar que sus respectivas Organizaciones tienen en cuenta las reivindicaciones de la mujer. Las diferencias surgen cuando nos hablan de su experiencia personal en la organización en la que militan o simpatizan.

I) Muchas mujeres en la Organización
El grupo GRAPO y PCE(r) afirma que nunca ninguna de ellas se ha sentido discriminada dentro de la Organización por el hecho de ser mujeres. Al contrario, afirman que ha sido la propia Organización quien les ha ayudado a abrir los 'ojos a este problema.
En este grupo sólo dos aceptan haberse sentido discriminadas en alguna ocasión por parte de sus compañeros masculinos, y las dos lo atribuyen a problemas educacionales.
Respondiendo a si creen que son pocas o muchas las mujeres que militan en su Organización, todas afirman que son muchas y todas, excepto tres, razonan este hecho afirmando que la Organización a la que pertenecen fomenta la integración de la mujer en la lucha política. Las otras tres creen que se debe a la propia dinámica y evolución de la mujer.
Por otro lado, existe el convencimiento de que su partido realiza un continuo trabajo en fábricas y centros de trabajo donde la mayoría son mujeres.

II) Pocas mujeres en la Organización
Dentro del Grupo II, seis mujeres opinan que sí se han encontrado discriminadas dentro de la Organización, al menos en el sentido de que han tenido que trabajar y demostrar más que un hombre para que se las valorase. También consideran que la Organización, en la práctica, no tiene suficientemente presente el problema de la mujer. Quizás sería necesario señalar que estas mujeres que se han mostrado más criticas con la Organización y con sus compañeros han admitido que en muchas ocasiones se trata de un problema derivado de la educación machista sufrida tanto por los hombres como por las mujeres. También, estas mujeres que se han mostrado más críticas respecto a estos temas son las que tenían mayor responsabilidad dentro de sus organizaciones.
Respecto a si son pocas o muchas las mujeres que forman parte de la Organización, todas creen que son pocas, y opinan que esto es debido, sobre todo, a las limitaciones de la propia mujer, «pues ella misma se subestima». También apuntan la posibilidad de que sea debido a la comodidad... En definitiva, «porque vivimos en una sociedad en la que domina la ideología machista».
Reconocen que la causa de todo esto no es la Organización, y que ésta no hace distinciones de sexo.

Estancia en la prisión
I) Formación ideológica, política y cultural
A la pregunta de si la estancia en la prisión era un tiempo perdido, las componentes del Grupo I han contestado que no, y han valorado esta experiencia como muy positiva pues les permite ampliar su formación ideológica, cultural, y reafirmarse en sus planteamientos y en su lucha.
Los trabajos manuales que realizan y que son posteriormente vendidos en la calle, creen que contribuyen a la doble finalidad de ayudarse económicamente y de desarrollar la solidaridad con los presos políticos en la calle.
Sólo tres mencionan la experiencia que les ha supuesto a nivel personal el vivir en comunidad.
En conjuntó, todas manifiestan que desde la prisión también se puede luchar.

II) El encuentro con una misma
Respecto al segundo grupo, seis consideran que el tiempo pasado en la cárcel sí es un tiempo perdido. Aunque no especifican claramente por qué, alguna de ellas señala que es debido al rompimiento de relaciones que supone.
El resto de las componentes del segundo grupo, sorprendentemente, coinciden en afirmar que la estancia en prisión les ha supuesto un encuentro consigo mismas, y les ha llevado a autoanalizarse. Creen que han aprendido mucho de la vida en comunidad, y están convencidas de que esto les servirá para desarrollar y enriquecer su personalidad.
Todas intentan, sobre todo, que no se les degrade, y para lograrlo consideran que es fundamental el mantenimiento de las relaciones con el exterior, el estudio, la lectura, y la realización de trabajos manuales.
Comentan, no obstante, que la experiencia, aunque positiva, no deja de ser dura por el rompimiento que supone con el entorno personal y afectivo de cada una.

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