Portada de un número de El Papus. |
Todo
quedó atado y bien atado
“Libertad
de prensa” en la Transición.
Atentados
fascistas, muertos, juicios-farsa...
La
bomba contra la revista humorística 'El Papus'
El 20 de septiembre de 1977 estalló una bomba en la redacción de la revista humorística "El Papus" que mató a un trabajador, Juan Peñalver. Pero además de la bomba, la revista padeció un asedio legal: cierres, multas y procesos judiciales. Tuvo hasta 80 denuncias, con otros tantos juicios y sus correspondientes apelaciones.
En 1975 fue suspendida por cuatro meses (del 5 de julio al 25 de octubre), sanción que se repitió en 1976 (del 27 de marzo al 24 de julio de 1976).
Desde la publicación el 20 de noviembre de 1976, primer aniversario de la muerte de Franco, de una sátira de la concentración fascista en la plaza de Oriente de Madrid, la redacción empezó a recibir amenazas muy serias. En la puerta de la revista apareció una pintada: "Hijos de puta, os quemaremos" y también padecieron visitas intimidantes de ultraderechistas.
Uno de sus lemas era “Ni Dios, ni amo, ni CNT”, pero después del atentado la revista no volvió a ser la misma. Su agresividad se diluyó progresivamente. A partir de 1986 su periodicidad pasó a ser mensual, la editorial entró en suspensión de pagos y se cerró aquel mismo año.
El primer número de este semanario, autocalificado de "satírico y neurasténico", salió a los kioskos de prensa el 20 de octubre de 1973 con una tirada 115.000 ejemplares, alcanzando el máximo en marzo de 1976 con una tirada de 400.000.
En sus comienzos se ocupaba de temas generales (el consumo, la contaminación, los jóvenes...), pero con el tiempo se fue politizando y abordando asuntos más concretos y directos, llegando a alcanzar fama de radical en su última época. En lo que se diferenció de sus compañeros fue en la furia de sus ataques contra las consideradas lacras de su época: el puritanismo, la represión, la religión, la policía... Nadie fue tan lejos (ni llegaría después) en la crítica a los valores burgueses con un humor tan ácido.
Javier Fernández de Castro estaba en la redacción cuando estalló la bomba y en 2011 su hijo David rodó un documental sobre el atentado.
El crimen quedó impune. Diez días después del mortal atentado la policía detuvo a Isidro Carmona Díez, José Manuel Macías González, José López Rodríguez, J.C. P. I., Francisco Abadal Esponera, Juan Bosch Tapies y Miguel Gómez Benet, conocido por El Padrino, el hombre de la OAS en España que instigó el crimen. Se les descubrió un arsenal de armas y explosivos y que habían participado en un cursillo tácticas terroristas en Castell del Remei (Lleida), pero a los dos meses ya estaban todos en la calle.
Para tapar el asunto, en agosto de 1978 trasladaron la instrucción del sumario de Barcelona a la Audiencia Nacional, donde el juez instructor, Alfredo Vázquez, decidió archivar los cargos de terrorismo y asesinato, acusando sólo del delito de tenencia de armas y explosivos. Los abogados de "El Papus" denunciaron al juez de la Audiencia Nacional por prevaricación, lo que culminó con su procesamiento y la reapertura del sumario.
En 1983 la Audiencia Nacional absolvió del atentado a los acusados por falta de pruebas y los condenó a penas simbólicas por los demás delitos. La sentencia estableció que Juan José Bosch y Blanco, miembros de la Guardia de Franco, habían creado en 1976 en Barcelona el grupo fascista autodenominado Juventud Española en Pie que se reunía en un piso propiedad del conocido nazi Alberto Rayuela; Bosch propuso asesinar al director de "El Papus" o volar el edificio de la redacción y preparó el artefacto explosivo.
Los acusados se habían puesto de acuerdo para colocar la bomba, pero al no haber podido establecer quién fue el que entregó el explosivo, la Audiencia Nacional no condenó a nadie. Se repitió la farsa de los policías asesinos de Ruano Casanova.
Dos periodistas, Francisco Caparrós y Gregorio Morán informaron en "Diario 16" que Gómez Benet mantenía relación con miembros de la Guardia Civil. Francisco Fernández Paredes, alias Pachuco, buscado por el atentado, hizo unas declaraciones al semanario "Primera Plana" sobre las actividades de los grupos nazis catalanes, en las que afirmaba que un teniente coronel de la Guardia Civil, Carbonell, no sólo conocía la celebración del cursillo de terrorismo fascista en Castell del Remei, sino que estuvo tomándose unas copas en el Cuartel de la Guardia Civil de Lérida con Miguel Gómez Benet y con Stefano delle Chiaie, un fascista vinculado a los servicios secretos españoles.
El 20 de septiembre de 1977 estalló una bomba en la redacción de la revista humorística "El Papus" que mató a un trabajador, Juan Peñalver. Pero además de la bomba, la revista padeció un asedio legal: cierres, multas y procesos judiciales. Tuvo hasta 80 denuncias, con otros tantos juicios y sus correspondientes apelaciones.
En 1975 fue suspendida por cuatro meses (del 5 de julio al 25 de octubre), sanción que se repitió en 1976 (del 27 de marzo al 24 de julio de 1976).
Desde la publicación el 20 de noviembre de 1976, primer aniversario de la muerte de Franco, de una sátira de la concentración fascista en la plaza de Oriente de Madrid, la redacción empezó a recibir amenazas muy serias. En la puerta de la revista apareció una pintada: "Hijos de puta, os quemaremos" y también padecieron visitas intimidantes de ultraderechistas.
Uno de sus lemas era “Ni Dios, ni amo, ni CNT”, pero después del atentado la revista no volvió a ser la misma. Su agresividad se diluyó progresivamente. A partir de 1986 su periodicidad pasó a ser mensual, la editorial entró en suspensión de pagos y se cerró aquel mismo año.
El primer número de este semanario, autocalificado de "satírico y neurasténico", salió a los kioskos de prensa el 20 de octubre de 1973 con una tirada 115.000 ejemplares, alcanzando el máximo en marzo de 1976 con una tirada de 400.000.
En sus comienzos se ocupaba de temas generales (el consumo, la contaminación, los jóvenes...), pero con el tiempo se fue politizando y abordando asuntos más concretos y directos, llegando a alcanzar fama de radical en su última época. En lo que se diferenció de sus compañeros fue en la furia de sus ataques contra las consideradas lacras de su época: el puritanismo, la represión, la religión, la policía... Nadie fue tan lejos (ni llegaría después) en la crítica a los valores burgueses con un humor tan ácido.
Javier Fernández de Castro estaba en la redacción cuando estalló la bomba y en 2011 su hijo David rodó un documental sobre el atentado.
El crimen quedó impune. Diez días después del mortal atentado la policía detuvo a Isidro Carmona Díez, José Manuel Macías González, José López Rodríguez, J.C. P. I., Francisco Abadal Esponera, Juan Bosch Tapies y Miguel Gómez Benet, conocido por El Padrino, el hombre de la OAS en España que instigó el crimen. Se les descubrió un arsenal de armas y explosivos y que habían participado en un cursillo tácticas terroristas en Castell del Remei (Lleida), pero a los dos meses ya estaban todos en la calle.
Para tapar el asunto, en agosto de 1978 trasladaron la instrucción del sumario de Barcelona a la Audiencia Nacional, donde el juez instructor, Alfredo Vázquez, decidió archivar los cargos de terrorismo y asesinato, acusando sólo del delito de tenencia de armas y explosivos. Los abogados de "El Papus" denunciaron al juez de la Audiencia Nacional por prevaricación, lo que culminó con su procesamiento y la reapertura del sumario.
En 1983 la Audiencia Nacional absolvió del atentado a los acusados por falta de pruebas y los condenó a penas simbólicas por los demás delitos. La sentencia estableció que Juan José Bosch y Blanco, miembros de la Guardia de Franco, habían creado en 1976 en Barcelona el grupo fascista autodenominado Juventud Española en Pie que se reunía en un piso propiedad del conocido nazi Alberto Rayuela; Bosch propuso asesinar al director de "El Papus" o volar el edificio de la redacción y preparó el artefacto explosivo.
Los acusados se habían puesto de acuerdo para colocar la bomba, pero al no haber podido establecer quién fue el que entregó el explosivo, la Audiencia Nacional no condenó a nadie. Se repitió la farsa de los policías asesinos de Ruano Casanova.
Dos periodistas, Francisco Caparrós y Gregorio Morán informaron en "Diario 16" que Gómez Benet mantenía relación con miembros de la Guardia Civil. Francisco Fernández Paredes, alias Pachuco, buscado por el atentado, hizo unas declaraciones al semanario "Primera Plana" sobre las actividades de los grupos nazis catalanes, en las que afirmaba que un teniente coronel de la Guardia Civil, Carbonell, no sólo conocía la celebración del cursillo de terrorismo fascista en Castell del Remei, sino que estuvo tomándose unas copas en el Cuartel de la Guardia Civil de Lérida con Miguel Gómez Benet y con Stefano delle Chiaie, un fascista vinculado a los servicios secretos españoles.
Dibujo. (mujer con un candado en la boca) |
La
bomba contra el diario 'El País'
El 30 de octubre de 1978 un grupo fascista colocó una bomba en la redacción del diario "El País" en el que falleció un trabajador, Andrés Fraguas, y otros dos resultaron heridos.
Uno de los autores del crimen fue el ultraderechista Pedro Bel Fernández, que huyó a Venezuela tras ser acusado tanto de este atentado como de la colocación de 11 bombas más, de otros tres asesinatos y de haber causado heridas a 17 personas.
En Venezuela Bel fue detenido en noviembre de 1984, permaneciendo encarcelado hasta que fue extraditado en 1987. Luego obtuvo la libertad condicional en España y le nombraron funcionario de prisiones en 2005, cargo que ejerce en la actualidad.
El 30 de octubre de 1978 un grupo fascista colocó una bomba en la redacción del diario "El País" en el que falleció un trabajador, Andrés Fraguas, y otros dos resultaron heridos.
Uno de los autores del crimen fue el ultraderechista Pedro Bel Fernández, que huyó a Venezuela tras ser acusado tanto de este atentado como de la colocación de 11 bombas más, de otros tres asesinatos y de haber causado heridas a 17 personas.
En Venezuela Bel fue detenido en noviembre de 1984, permaneciendo encarcelado hasta que fue extraditado en 1987. Luego obtuvo la libertad condicional en España y le nombraron funcionario de prisiones en 2005, cargo que ejerce en la actualidad.
"Amnistía". (en forma de grafiti) |
El
caso de la revista 'Punto y Hora'
El primer número de la revista 'Punto y Hora' apareció en 1976 y el primer número secuestrado por la policía fue el décimo. ¿Motivo? Un editorial sobre la amnistía para los presos políticos.
En septiembre de 1976 la directora, Mirentxu Purroy, sufrió amenazas de muerte.
En diciembre de ese mismo año fue encarcelada y sometida a un consejo de guerra acusada de injurias a la guardia civil por la publicación de la carta de un lector que contaba la fiesta de los gansos en Lekeitio (Vizcaya), cómo la guardia civil había entrado a saco, masacrando a familias enteras, penetrando en los bares y golpeando a una señora embarazada que casi dio a luz en la calle.
El 5 de octubre de 1977 la revista sufrió un atentado con bomba reivindicado por grupos neonazis que destruyó completamente la redacción de Pamplona.
En febrero de 1981, tras denunciar la muerte de Joseba Arregi, torturado por la policía, el semanario volvió a ser secuestrado.
Ese mismo mes el director, Xabier Sánchez Erauskin, fue acusado de injurias al rey por un artículo sobre la visita del rey a Gernika. Fue condenado a un año de prisión, donde ingresó el 15 de abril de 1983, abandonando la dirección de la revista.
En 1983 volvió a ser secuestrada por la Audiencia Nacional por injurias al entonces presidente del Gobierno, Felipe González, y al ministro del Interior, José Barrionuevo. La policía recorrió numerosos puestos de venta arrancando de cada ejemplar las páginas correspondientes a un par de artículos censurados en los que calificaban al gobierno del PSOE de "traidores a la clase obrera", "títeres de los yanquis" y de dar "apoyo, aliento y cobertura a los torturadores".
El primer número de la revista 'Punto y Hora' apareció en 1976 y el primer número secuestrado por la policía fue el décimo. ¿Motivo? Un editorial sobre la amnistía para los presos políticos.
En septiembre de 1976 la directora, Mirentxu Purroy, sufrió amenazas de muerte.
En diciembre de ese mismo año fue encarcelada y sometida a un consejo de guerra acusada de injurias a la guardia civil por la publicación de la carta de un lector que contaba la fiesta de los gansos en Lekeitio (Vizcaya), cómo la guardia civil había entrado a saco, masacrando a familias enteras, penetrando en los bares y golpeando a una señora embarazada que casi dio a luz en la calle.
El 5 de octubre de 1977 la revista sufrió un atentado con bomba reivindicado por grupos neonazis que destruyó completamente la redacción de Pamplona.
En febrero de 1981, tras denunciar la muerte de Joseba Arregi, torturado por la policía, el semanario volvió a ser secuestrado.
Ese mismo mes el director, Xabier Sánchez Erauskin, fue acusado de injurias al rey por un artículo sobre la visita del rey a Gernika. Fue condenado a un año de prisión, donde ingresó el 15 de abril de 1983, abandonando la dirección de la revista.
En 1983 volvió a ser secuestrada por la Audiencia Nacional por injurias al entonces presidente del Gobierno, Felipe González, y al ministro del Interior, José Barrionuevo. La policía recorrió numerosos puestos de venta arrancando de cada ejemplar las páginas correspondientes a un par de artículos censurados en los que calificaban al gobierno del PSOE de "traidores a la clase obrera", "títeres de los yanquis" y de dar "apoyo, aliento y cobertura a los torturadores".
En
1979 se prohibió la película 'El crimen de Cuenca'
La película de Pilar Miró 'El crimen de Cuenca' recrea un suceso real acaecido a principios del siglo XX, en el que dos inocentes fueron arrestados, torturados y condenados por un asesinato que nunca sucedió. La minuciosa descripción de las torturas que varios agentes de la Guardia Civil ejercen a los dos acusados es realmente brutal.
A pesar de la aprobación de la Constitución y su retahíla de "derechos", el gobierno ordenó el secuestro de la película, que fue puesta a disposición de las autoridades militares. También se ordenó iniciar un consejo de guerra contra la directora de la película, Pilar Miró, por injurias a la Guardia Civil.
La película de Pilar Miró 'El crimen de Cuenca' recrea un suceso real acaecido a principios del siglo XX, en el que dos inocentes fueron arrestados, torturados y condenados por un asesinato que nunca sucedió. La minuciosa descripción de las torturas que varios agentes de la Guardia Civil ejercen a los dos acusados es realmente brutal.
A pesar de la aprobación de la Constitución y su retahíla de "derechos", el gobierno ordenó el secuestro de la película, que fue puesta a disposición de las autoridades militares. También se ordenó iniciar un consejo de guerra contra la directora de la película, Pilar Miró, por injurias a la Guardia Civil.
….
Etc, etc ….
Memoria Histórica del 23, 24 y 25 marzo. |
Memoria
Histórica Internacionalista
Acontecimientos
del 23, 24 y 25 de marzo.
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