domingo, 30 de marzo de 2014

Todo atado y bien atado: Secuestrada la revista Crash y el exilio de Vinader.

Foto. Montón con los 9 números editados por Crash.
Todo atado y bien atado

Libertad de prensa durante la 'modélica transición española'
-Secuestrados los nueve números de la revista 'Crash'
El País, 3 de noviembre de 1979
http://elpais.com/diario/1979/11/03/sociedad/310431608_850215.html

La policía gubernativa secuestró el
1 de noviembre de 1979 los nueve números aparecidos hasta ahora de la revista Crash, según han informado fuentes de la publicación. Los agentes cumplían órdenes del gobernador civil de Madrid, dictadas en función de que el Gobierno Civil considera ilegal la revista.

Crash se venía publicando desde hacía un año, aproximadamente, y seguía una línea de izquierda revolucionaria. En el último número -el noveno-, que actualmente estaba a la venta, se incluían, entre otros, trabajos sobre las torturas y sobre los presos políticos, así como otros temas considerados polémicos.
Crash nº 9, con la hoja dedicada a las torturas y foto de las sufridas por Eva Alonso.
La revista Crash, que llegó a distribuir 50.000 ejemplares, fue una de las muchas cabeceras antifascistas que surgieron durante los primeros años de la transición. Tuvo una efímera vida; sólo aparecieron nueve extraordinarios números mensuales que hoy son piezas de colección.

Estaba dirigida por el periodista Andrés Sánchez Díaz, quien a causa de la persecución policial tuvo que exiliarse en Francia durante un año. Luego fue detenido y torturado salvajemente durante ocho días. Le partieron el esternón. Otros colaboradores de la publicación, como Rafael Gómez Parra, también fueron detenidos y maltratados por Billy el Niño y sus secuaces de la policía política.

Foto. (ante un retrato de un hombre con un pañuelo en los ojos, otro imita dicha foto)
-El primer exiliado de la democracia
Xavier Vinader y la inmodélica transición
Xavier Montanyà, Vilaweb, 18 de diciembre de 2010http://www.vilaweb.cat/mailobert/3824858/xavier-vinader-immodelica-transicio.html traducido del catalán por Lucas Marco

En el Estado español, en el tiempo de la transición, intentaron inventar un país. El resultado, para algunos, modélico, se ha ido poniendo en evidencia con los años.

También se inventó el periodismo de denuncia y de investigación, del cual Xavier Vinader fue puntero , quizá quien más a fondo informó de las fuerzas más siniestras de la dictadura que querían perpetuarse. Para recordar sus trabajos, un periodismo insobornable y valiente, en tiempos peligrosos, es imprescindible el libro Xavier Vinader i Sánchez. Periodisme i compromís a cargo de Jaume Busqué i Barceló, publicado por Editorial Afers y el Centre d'Estudis Històrics Internacionals.

La labor de Vinader, en los años setenta y ochenta, fue fundamental para desenmascarar las actividades de la extrema derecha franquista que, incrustada en las fuerzas de seguridad, colaboraba con grupos civiles violentos como Batallón Vasco Español o Triple A, precedentes del GAL. No olvidemos que la ley de amnistía de 1977, además de poner en libertad a los presos políticos antifranquistas, exoneraba de toda responsabilidad jurídica a policías, militares, jueces y todos los otros funcionarios represores de la dictadura. La amnistía les concedía impunidad, pero una parte de la prensa más comprometida, con Vinader a la cabeza, no. Repasar hoy sus trabajos es explorar los agujeros negros de la transición. Un ejercicio conveniente para repensar un pasado con bastantes resonancias en el presente. Vinader investigó todos los grandes temas: la extrema derecha franquista conectada a la red internacional fascista, ETA, GRAPO, Montejurra, los asesinatos de Vitoria, los de la calle Atocha, el 23-F, etc.

Las revelaciones, con nombres y apellidos, de un ex policía infiltrado en los sectores ultras que actuaban en Euskadi, publicadas por Vinader en Interviu, fueron la traca final para el búnker jurídico-policial. Más tarde ETA mató a dos ultras y Vinader fue procesado como
'inductor intelectual'.

Xavier Vinader no tuvo miedo, trabajaba más allá del riesgo, a pesar de haber sido
objeto de dos atentados, de amenazas de muerte y de muchos procesamientos. La democracia incipiente sí que lo tuvo, el miedo, hasta el punto de condenar y encarcelar a Vinader por haber denunciado el juego de la extrema derecha y el principio de la guerra sucia contra ETA. En vez de actuar contra los fascistas, la justicia actuó contra el periodista. Vinader fue el primer exiliado, y uno de los primeros presos políticos, de la democracia.

El Caso Vinader explotó a principios de los 80. Finalmente fue condenado a siete años de prisión por 'imprudencia temeraria'. Fue un escándalo aquí y en Europa. Hubieron manifestaciones de solidaridad, protestas e infinidad de adhesiones de personalidades pidiendo la libertad de Vinader y la libertad de expresión. Después de un año y medio de exilio, vuelve a España, el año 84, con los socialistas ya en el poder, e inmediatamente es encarcelado por haber denunciado el precedente de los GAL. El ministro del Interior era José Barrionuevo, que fue encarcelado por colaboración con los GAL, quince años más tarde.

Vinader salió en libertad, dos meses y medio después, con un indulto del gobierno. No ha dejado de trabajar en las misma linea, hasta hoy. Las versiones amables, nostálgicas, pactadas y, por tanto, muy parciales, de la 'modélica transición' suelen dejar el Caso Vinader aparte. Hoy es de justicia recordarlo para profundizar en aquellos años turbios. Para aprender, en homenaje a él y a un estilo libre y comprometido de hacer periodismo que, desafortunadamente, ha pasado a la historia.

Actualmente no hay un periodismo
referencial. Es, mayoritariamente, reverencial. Ahora vivimos en un país donde, por ejemplo, no pasa nada cuando Felipe González dice que decidió no hacer volar a la cúpula de ETA, y que aún no está seguro de haber hecho bien. Superada la polémica inicial, nadie investiga, todos miran hacia otro lado. Quizá esperemos que, algún día, nos lo explique Wikileaks.
Dibujo. (poderoso acostado sobre montones de sacos de euros)

El juez que persiguió a Vinader en 1979 fue el de la Audiencia Nacional Ricardo Varón Cobos, porque según dijo textualmente, "el periodismo había llegado demasiado lejos, y había que pararle los pies". Nadie se preocupó de parar los pies al juez Varón Cobos, que poco después se vio involucrado en un asunto turbio con una prostituta de lujo, el caso Bardellino, en el que a cambio de favores sexuales a un magistrado del Tribunal Supremo, Rodríguez Hermida, el juez puso en libertad al mafioso italiano.

Los que hayan seguido las sucesivas condenas dictadas contra el
camarada Arenas ya sabrán de sobra cómo interpreta la Audiencia Nacional el concepto de "inducción", es decir, el dar las órdenes para que otros cometan el delito. Con Vinader ocurrió algo parecido en 1979. La conclusión de la Audiencia Nacional fue acusar a Vinader de ser el "inductor" de ETA.

En estas farsas judiciales la Audiencia Nacional siempre está por medio.

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