lunes, 7 de diciembre de 2015

Artículo de Arenas en Kale Gorria en 2001 rescatado: "La Posthistoria".

Cartel de Libertad Arenas y Amnistía con un retrato de Arenas.
La Posthistoria
Manuel Pérez Martínez

Artículo de opinión, publicado en la revista Kale Gorria nº 5, de noviembre de 2001.

M.P.M. "Arenas"*

El 11 de septiembre aparece en los editoriales, artículos y
comentarios de los rotativos de grandes tiradas, como la fecha que marca el comienzo de una "nueva era". "Nada volverá a ser como antes", aseguran los profetas autorizados, aunque ninguno de ellos se aventura a predecir lo que nos depara este nuevo tiempo que ahora comienza.

Nos habíamos acostumbrado a ser testigos mudos del "final de la historia" y del nacimiento del "Nuevo Orden Internacional" tras la caída del Muro, con sus nunca vistas mundializaciones: la guerrita del Golfo Pérsico; la economía digitalizada; la cultura del parasitismo de unos pocos erigida sobre las espaldas de centenares de millones de esclavos; la agresión otanista contra la Federación de Yugoslavia, su desmembramiento y reparto... La "aldea global" desideologizada vía satélite ("el mejor de los mundos posibles") al fin estaba tomando forma y delimitaba sus contornos planetarios. Nada parecía escapar a la voracidad de los monopolios ni al control de sus gabinetes de planificación. Pero de pronto, cuando nos encontrábamos en lo mejor de la fiesta, nos vimos todos trasladados, de un sólo golpe, a la posthistoria: a una sociedad para la que no existen leyes ni referencias que nos permitan explicar lo que está sucediendo, de dónde hemos partido y, sobre todo, hacia dónde nos dirigimos. No es posible saberlo en medio del estruendo de los bombardeos sobre las ciudades indefensas (¡por tercera vez consecutiva en muy corto espacio de tiempo!) y la humareda levantada por los medios cómplices.

Antes de que "finalizara" la historia que conocemos, y que perduró hasta las postrimerías del siglo XX, existían unas clases irreconciliables, que luchaban entre sí por el fruto de la producción social, y un sistema de Estados basado en unas economías y con unas superestructuras jurídicas e ideológicas más o menos acordes con determinados intereses. Pues bien, hoy, en la "posthistoria", ya no queda ni rastro de aquellas clases y sus luchas ni del sistema de Estados, ni países imperialistas, ni pueblos saqueados y esquilmados hasta la médula, oprimidos y humillados hasta la desesperación "infinita".

No parece sino que, junto con las famosas torres gemelas de Manhattan, se hubiera derrumbado también la idílica "aldea global", que los poderosos habían edificado tan trabajosamente en la última década, y marcháramos ahora a la deriva en una nave pilotada por un lunático cegado por el odio. En realidad, todo esto no es más que el resultado de las relaciones capitalistas, de la "lógica" del capital, que se impone como una fuerza "misteriosa" e incontrolable sobre la voluntad y hasta el más elemental sentido común de los hombres.
Hoy, más que nunca antes,..esa fuerza ciega y destructiva es personalizada por los que se hayan en los puestos de mando de la mayor potencia económica, política y militar que jamás haya existido; lo que nos puede dar idea de los enormes riesgos que corre actualmente la humanidad. Es ahí donde se encuentra la fuente de todos los males que padece la sociedad que ellos, los imperialistas, atribuyen a sus víctimas en un intento desesperado de controlarlos y dominarlos pero que, en realidad, inevitablemente, se vuelven contra ellos, arrastrándolos también hacia el abismo.
Dibujo. (Puño agarra lápiz)
Esta es la causa de la incertidumbre que nos atenaza a todos. La vida de los terrícolas depende ahora mismo de las decisiones de unos cuantos fanáticos propietarios financieros y militaristas que se están comportando como unos auténticos bandidos y terroristas y que amenazan al mundo y se muestran dispuestos a todo, con tal de imponer su dominio sobre el planeta en este siglo y en los venideros.

No debe resultar extraño, pues, que el enemigo de esa sociedad "posthistórica", sea presentado por la propaganda imperialista como un "misterio" o como una fuerza "difusa", nacida no se sabe cómo ni dónde, pero que, sin embargo, se encuentra en todas partes y a la que han puesto de nombre "el terrorismo"... Que esté tranquilo el ciudadano de a pie, cargado de deudas por los bancos y con la soga del despido al cuello, que el asunto no va con él; que no tema ni se alarme más de lo que está programado a fin de que se pueda poner en marcha, con su consentimiento y su apoyo entusiasta y patriótico, la máquina de guerra... "¡Aniquilaremos a todos esos miserables que envidian nuestras riquezas y nuestro poderío tecnológico! ¡Los demás, o se sitúan detrás de nosotros, o nos tendrán enfrente de ellos! ¡Los que no se nos sometan también serán aplastados!", tal es el contenido de la "nueva era" que nos anuncian.

El guión que acabo de esbozar muy a grandes trazos y en el estilo de las superproducciones de Hollywood, creo que no está alejado de la primera parte de la tragedia que estos días están representando los grandes actores del momento. Este es tan sólo el comienzo. Otras escenas de más "hondo calado" se
preparan tras las bambalinas, y en las que entrarán en danza
otros actores.
Se trata de asegurar la implicación del público antes de que éste pueda darse cuenta de la estafa que le están vendiendo; dado que el libreto ha sido confeccionado en base a una historia muy conocida: la historia repetida de la guerra imperialista de rapiña.

*Secretario General del PCE(r), preso en Francia.

Foto. Camiseta "Resistir es vencer". (un joven lo pinta con esprai)
Camisetas solidarias desde Extremadura

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Foto. Pegatina "Amnistía presxs políticxs" (y firma y dibujo de un puño rompe su cadena)
Muro solidario:

Pegatina proAmnistía del Colectivo Antirrepresivo 27 de Septiembre, de Burgos.

Foto. Pegata de "La lucha está en la calle" (en señal de tráfico autopista)
Música combativa:

Leszno - La lucha está en la calle, no en el parlamento

 

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