Carl Geiser en 2008UNA DELEGACIÓN IRLANDESA ASISTIRÁ EL DOMINGO 28 AL HOMENAJE A LAS BRIGADAS INTERNACIONALES ORGANIZADO POR AHAZTUAK 1936-1977 en VITORIA-GASTEIZ
Por segundo año consecutivo, Ahaztuak 1936-1977 organiza un homenaje para reivindicar la memoria antifascista de los irlandeses que lucharon contra Franco. En esta edición será presentado el video “Bob Doyle: Suak pizturik dirau!” que repasa la trayectoria del último de los supervivientes de aquella generación. También se recordará especialmente a Charlie Donnelly, voluntario de la XVª Brigada Internacional, con la presencia e intervención de una delegación procedente de Dungannon (condado de Tyrone, Norte de Irlanda), localidad natal de este poeta revolucionario que dio su vida en la batalla del Jarama el 27 de febrero de 1937. El acto concluirá con la actuación musical de Azido Folkloriko y tendrá lugar en "Shorts Taberna", (c/ Santa Lucia 8. Vitoria-Gasteiz).
MEMORIA HISTÓRICA:
CARL GEISER Y LOS INTERNACIONALISTAS PRESOS
A Carl Geiser le temblaba la mano tanto que tuvo que sorber su vino con una paja. Sin embargo, aquejado por Parkinson y una reciente apoplejía, el nonagenario ex combatiente de la Guerra Civil española emprendió el penoso viaje de Norteamérica a Madrid para no faltar al aniversario de la fundación de las Brigadas Internacionales. Carl Geiser era uno de los 700 voluntarios que pasaron años presos en los campos de concentración o exterminio de Franco. Murió en 2009. Unos pocos ex presos internacionalistas supervivientes más asistieron a ese memorable último encuentro: dos yugoslavos, dos cubanos, un irlandés, todos cerca de los 90 años de edad, todos testigos de largos años de vida en los campos de concentración franquistas.
Durante los primeros meses de la contienda no era corriente para el Ejército fascista hacer prisioneros, sino matar a todo el que se pusiese por delante. En su parte de guerra del 9 de marzo de 1937, Franco mandó “fusilar a todo extranjero que se encontrase con el arma en la mano”. Esta orden no fue nunca revocada, ni cesaron los fusilamientos masivos y arbitrarios en zona nacional, contando entre las víctimas, en primer lugar por ser sus preferidos, oficiales y comisarios políticos internacionalistas. Si caían en manos de moros o de los fanáticos falangistas o requetés, morían incluso simples soldados extranjeros -a sus ojos- (además de gran parte de los pueblos tras ser arrasados), mientras que los italianos fascistas al servicio de Franco se contentaban con fusilar a los comisarios políticos y a algún soldado -hispano o internacional- y escoltar a los restantes hacia los mandos españoles.
Incluso en las luchas antagónicas, jamás seremos como el enemigo
Sin embargo, un decreto de fecha 11 de abril 1937, firmado por Manuel Azaña y Francisco Largo Caballero, ordenaba “entregar a las competentes autoridades a todo combatiente fascista apresado”. O sea, soldados fascistas españoles o fascistas moros, alemanes e italianos, etc.
Son muchos los testimonios sobre los internacionalistas capturados por las tropas fascistas de Franco durante la Guerra Civil y sobre los azares que éstos sufrían. Algunos de ellos están recogidos en archivos, otros en publicaciones y también en novelas y en las memorias de los supervivientes. Se puede seguir la pista de muchos de ellos en la documentación del Centro de Documentación de la Resistencia Austríaca (CDRA), instituto habitualmente bien informado cuyos trabajos suelen ser cuidadosamente investigados.
El libro de Carl Geiser Prisoners of the Good Fight es una de las mejores fuentes de información sobre ese brutal capítulo de la guerra. Geiser estuvo 15 meses prisionero en San Pedro de Cárdena (Burgos) y fue portavoz del grupo angloparlante en ese campo. A través de este libro y otros relatos de antiguos presos se pueden seguir las peripecias de los prisioneros de guerra internacionales caídos en manos fascistas.
Según Geiser, el primer internacional apresado por el enemigo del que hay constancia es un joven puertorriqueño de nombre Carmelo Delgado Delgado, luchador por la independencia de su patria, capturado en el frente de Ciudad Universitaria en diciembre de 1936 y fusilado en Valladolid el 29 de abril de 1937 tras un juiciofarsa sumarísimo. En 1964 sus padres fueron a buscar su tumba, pero sólo consiguieron localizar a un compañero de prisión de su hijo, quien les contó que Carmelo murió ordenando él mismo al pelotón disparar y gritando: «¡Viva Puerto Rico Libre!».
Carmelo fue el primero de los 176 ciudadanos americanos que murieron después de ser apresados de un total de 290 hombres capturados (el total de voluntarios americanos en el Ejército de la República era de más de 3.000).
Es imposible concretar el total de los internacionales caídos en manos de los nacionales e internados en los campos de la España fascista. Entre los primeros de los que existe evidencia destaca un grupo de siete hombres de la XI Brigada y 27 voluntarios ingleses de la XV que cayeron en manos de los italianos de las Flechas Negras de Benito Mussolini durante la Batalla de Guadalajara en marzo de 1937.
Los datos están en manos del Ejército actual, sucesor del franquista. Verdadera memoria histórica es la de aclarar hasta el último de los asesinatos de los brigadistas internacionales asesinados. Ese sería un buen inicio para seguir con los cientos de miles de asesinatos de españoles republicanos.
Y por eso de la noticia. ¿Acaso se han interesado alguna vez por sus propios conciudadanos asesinados en la España fascista los respectivos gobiernos británicos, austriacos, americanos...?.
Por eso, si de rescatar memoria se trata, esperemos sea reeditado por esas empresas ligadas a los monopolios gobernantes aunque solo sea el libro de Carl Geiser que habla sobre la gran España. Ironía no nos falta
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