sábado, 23 de junio de 2012
Israel Clemente desde la cárcel de Algeciras.
Carta de Israel Clemente López
Cárcel de Algeciras 14-4-2012
“… Por aquí seguimos con la rutina habitual. He estado de mudanza y limpieza de chabolo, pues hace unos días a todos los p.p. nos cambiaron de módulo. Cada seis meses, más o menos, nos pegan un cambio para que hagamos un poco de turismo por los diferentes módulos de la cárcel.
Últimamente sigo leyendo bastante historia militar. Hace poco acabé “Brigadas Rojas” de Mario Moretti, que viene bien para hacerse con una panorámica de su movimiento hasta 1981. El autor peca del excesivo pesimismo de quien ha perdido la perspectiva revolucionaria. Hay un pasaje en el que se lamenta de los problemas y limitaciones que les causó carecer de un auténtico partido, lo cual no deja de ser relevante viniendo de alguien que siempre ha defendido el modelo organizativo “combatiente” que subordina lo político a lo puramente militar, con todas las derivas subjetivistas que inevitablemente conlleva.
Ahora mismo estoy liado con “Guerra o Revolución. El PCE en la Guerra Civil”, de Fernando Hernández Sánchez. Es de reciente publicación y está muy bien documentado. Lo combino con ojeadas nocturnas a los “diarios” de Dimitrov en inglés que me hicieron llegar los de Bizkaia. Como lectura “amena”, he conseguido a través de una amiga de Asturias, “Grandes Batallas de la II Guerra Mundial”, del mariscal soviético Georgi Zhukov, con el que pienso transformarme en un ratón de biblioteca por una temporada. Como ves, lecturas absorbentes y algo voluminosas, que tienden a agotar mis neuronas, así que no esperes grandes cosas de esta carta.
Está claro que el mundo se dirige –lo dirigen- a cotas más altas de “paz y amor” a escala universal que van a hacer palidecer a las barbaries imperialistas precedentes. Todo apunta a un ascenso de la guerra imperialista en curso. Tras Libia, le ha tocado el turno a Siria y, cuando ésta caiga, se acercará la hora de Irán. La intervención imperialista en Siria es un auténtico manual de desestabilización, guerra sucia, intoxicación y manipulación informativa. El problema es que Siria no es Libia y viene resistiendo mucho más de lo esperado por los agresores.
En cuanto a la famosa “situación” de nuestro paisito soy muy consciente de las dificultades, bajo un marco legal ultra-represivo, verdaderamente asfixiante, al que se ha llegado a través del largo desarrollo de ese “regreso a los orígenes” del régimen, anunciado ya como disyuntiva del mismo a mediados de los 90. No recuerdo, desde que comenzó mi “joven” militancia a comienzos de aquella década, un marco legal tan represivo como éste. Supone la represión política de toda la resistencia organizada, además de la difusa o de la mera disidencia al “pensamiento único” de los “demócratas postfranquistas”.
La legislatura va a ser calentita, calentita… Los fachosos del PP entraron pisando fuerte, como elefante en una cacharrería, con su inimitable estilo. Cada mes anuncian reformas anti-obreras y antipopulares, endurecen el Código Penal hasta extremos nunca vistos y no cesan de aplicar nuevas medidas destinadas a la “bunkerización” del Estado. A la crisis económica sistemática, durísima, se añade la agravación de la permanente y endémica crisis de Estado.
Es evidente que el régimen se propone ensanchar o ampliar el campo de acción de la represión política a sectores que hasta ahora habían sido menos golpeados por toda la abundante legislación de excepción. Ya no se va a limitar a los cuatro gatos de siempre de la resistencia organizada, sino que se extiende progresivamente a sectores intermedios del movimiento de resistencia antifascista en proceso de politización consciente. El régimen ha optado, nuevamente, por la receta de toda la vida: el terror paralizante. Vienen tiempos aún más duros. La nueva reforma legal para encarcelar masivamente a manifestantes, la salvaje represión contra el movimiento juvenil antifascista en Barcelona y la escalada represiva contra el independentismo gallego desatada en diciembre pasado, muestran claramente por dónde van a ir las cosas. Palo, palo, palo y, de vez en cuando, enseñarán la foto de una lejana zanahoria. Lo del Constitucional avalando la infame doctrina del alargamiento de las penas ha sido la última canallada de una larga serie.
El famoso “proceso” vasco está estancado a causa de la previsible cerrazón del Estado. No tienen ni ninguna prisa a este respecto, pues no se ven presionados de forma real y efectiva. El régimen va a tratar de dilatar los plazos al máximo y forzar una salida a la baja. Vienen imponiendo unas condiciones inaceptables. Quizás hayan acabado siendo víctimas de su propia propaganda, la de la “victoria policial” sobre el “terrorismo”.
En todo caso, esta cerrazón, inflexibilidad o “falta de cintura” por su parte no es síntoma alguno de fortaleza, sino de todo lo contrario: es su propia debilidad política la que les lleva a “bunkerizarse” cada vez más. El fascismo es débil por naturaleza; la propia reducción de su base social es un síntoma de esta debilidad y creciente deslegitimización del régimen. A largo plazo soy optimista. La perspectiva es brillante y el camino zigzagueante, como decían los chinos, ¿no? Vista la evolución de los acontecimientos políticos, cabe preguntarse, de forma retrospectiva, si los diferentes “diálogos” y “negociaciones” con unos y con otros, desde mediados de los 90, no fueron otra cosa que meras maniobras de distracción, tomas de temperatura policial, destinadas a hacer perder la iniciativa político-militar a las distintas organizaciones de la resistencia organizada. Mi opinión personal es que los fascistas nunca han tenido verdaderas intenciones de llegar a ningún tipo de acuerdo o compromiso, ni antes, ni mucho menos ahora. Y el origen de esta cerrilidad suya, lo sitúo precisamente en su falta de fortaleza política. Sin la represión no son nada y, aunque no lo reconozcan, son plenamente conscientes de ello. El famoso “regreso a los orígenes” va a proseguir su curso y, como muy acertadamente he leído por ahí, no se trata de la política de tal o cual partido, sino de una política de Estado. En consecuencia, pienso que no hay que perder de vista el papelón jugado por los socialfascistas, que son precisamente quienes les han abierto el camino a los PPeros. Focalizar únicamente en unos u otros sería un error.
O sea, que como decía aquél, paso corto y vista larga. Sin precipitaciones y, el que tenga prisa, ¡que se joda! Las cosas van a ir a un ritmo necesariamente lento. Como decía mi abuelo: “vísteme despacio, que tengo prisa”.
Un fuerte abrazo cargado de Resistencia.
¡Por el Comunismo!
¡Venceremos!
Israel Clemente
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