Poster Victoria Gómez Presa política de los GRAPO. |
Cartas
desde prisión
Victoria
Gómez Méndez
Cáceres
II
25-6-2015
Querida
E:
Esta
vez la contestación a tu carta no lleva tanto retraso como la
anterior... en la que yo andaba un poco liada con “curro
acumulado”. Decirte, primero, que ya cursé mi instancia para
renovar la lista de 10 amigos para el 2º Semestre... y tú vas
incluida en ella. En cuanto tenga la nueva lista autorizada avisaré
a casa para que le den el recado a C.
Por
lo que me comentas en tu carta, también Cáceres se va uniendo a la
tendencia en alza de darle la espalda a las mafias sindicales.
Efectivamente, son los propios colectivos sociales los que tienen
que definir su línea de actuación para que los vende obreros no los
paralicen con su “verborrea analítica” y su reformismo
intrínseco. Y qué duda cabe, que sea o no por vuestra labor en
ellos, lo importante es que sigáis con ese trabajo.
En
cuanto al tema “elecciones” y tus (vuestras) reflexiones al
respecto: aunque puede parecer “simplista” un razonamiento de
peso para no ir a votar lo oí de boca de peperos y galosos... aunque
ellos, evidentemente, lo utilizaban para legitimarse ante aquel
clamor popular que, durante el 15M, gritaba “No nos representan”.
Venía a decir que ellos -y no la gente en la calle- eran los
representantes legítimos ya que habían sido elegidos en las urnas.
Dicho de otra manera, a la nuestra “si votas legitimas al Fascismo”
que rezaba una consigna de pintadas y carteles, llamando al boicot,
en los años iniciales de la “transición”. Una consigna que
también significa hoy en día “si votas legitimas los desahucios,
el paro, los contratos precarios, los recortes, etc, etc”. Pero,
volviendo al argumento inicial, que no es tan simplista como puede
parecer, ya que viene a resumir en pocas líneas un artículo leído
en las pasadas elecciones generales, y que te copio ya que también
aborda algunas de las reflexiones vuestras y que puede servir para
una mayor clarificación:
[…]
“la burguesía no desaprovecha un sólo instante para recordarnos
lo importante que es ejercer el derecho al voto que tiene “toda
persona de bien”. Nuestro voto siempre es importante para ellos,
pero en épocas de grave crisis como la que vivimos se hace
imprescindible.
En
tales circunstancias los regímenes autodeterminados “democráticos”
buscan con las votaciones un respaldo social que no tienen para poder
legitimar su política canalla y antiobrera y a la vez poder acallar
las protestas que pudieran derivarse de dicha política. Gracias a
nuestros votos pretenden hacernos ver que somos los trabajadores los
que les hemos dado autorización para apretarnos más la soga y
nosotros se lo concedemos amablemente.
Todos
y cada uno de los partidos institucionales (y todos los que aspiren a
serlo) coinciden en el llamamiento “que nadie se quede en casa”-nos
dicen- necesitamos vuestro voto para sangraros, nos omiten.
En
nuestro país hay entre 9 y 10 millones de trabajadores que pasiva o
activamente no confían en el régimen, en sus instituciones y
partidos, no les votan y no les legitima. Casi 10 millones de
ciudadanos entre abstenciones, votos nulos y blancos, un 37% del
total del censo electoral que no legitima ni al régimen ni a su
política. Pero nunca sale a relucir este dato, excepto para
lanzarnos alguna que otra amenaza, como esa de “si no votas no
tienes derecho a protestar”. De sobra saben que esa abstención les
deslegitima y lo que temen realmente es que se vuelva activa, cobre
cada día mayor fuerza y se torne en un hecho consciente, como está
sucediendo recientemente.
Muchos
obreros se preguntan ¿qué se consigue no votando? Otros argumentan
que el derecho al voto es un derecho conquistado por la lucha, y que
si algo válido y democrático nos queda es el poder elegir quien nos
debe gobernar y poder “castigar” a quienes no hayan cumplido sus
promesas; o sea, que los obreros y demás capas populares sólo
podemos elegir a quiénes nos enviarán a la ruina.
Para
nosotros, los comunistas, la abstención electoral no es cuestión de
principios, sino de táctica. Desde el punto de vista táctico
debemos establecer las formas y métodos de lucha adecuados que
ayuden a las masa a elegir, a través de sus experiencias, su
consciencia política.
Engels
calificaba ya e su época el sufragio universal como “instrumento
de dominación de la burguesía”. Aún así, siguió aportando
durante un tiempo buenos resultados a la clase obrera en su lucha por
acumular fuerzas y avanzar hacia la revolución. Sin embargo, el
mismo Engels decía sobre la abstención en España: “también en
España existía este derecho (el del sufragio universal) desde la 1ª
República, pero en España todos los partidos serios de oposición
habían tenido siempre por norma la abstención electoral (…) Los
obreros revolucionarios de los países latinos se habían
acostumbrado a ver en el derecho del sufragio una engañiza, un
instrumento de engaño en manos del Gobierno” Como vemos, el
desengaño viene de lejos, salvo en tiempos de II República con el
triunfo del Frente Popular, los trabajadores en escasas ocasiones han
acudido a las urnas con convicción y esperanza de conseguir alguna
mejora y de avanzar en la conquista de sus derechos y libertades.
Cartas desde prisión. (mano saca carta entre alambradas) |
También
decir que, unos años más tarde, planteó el boicot al parlamentarismo
de la siguiente manera :”¿Por qué nos negamos a participar en las
elecciones? Porque si participásemos en las elecciones
fortaleceríamos sin querer la fe del pueblo en la Duma y
debilitaríamos de esta suerte el rigor de nuestra lucha contra el
veneno de la representación popular. La Duma no es un parlamento,
sino una engañiza de la autocracia. Debemos desbaratar esta añagaza,
rechazando toda participación en las elecciones” (¿Debemos
boicotear la Duma de Estado?)
Así
el descrédito del parlamentarismo como método de lucha ha ido
creciendo hasta hacer de él una verdadera parodia en la que no cree
nadie. Y en un país como España es especialmente reseñable. El
parlamentarismo español es un mero instrumento en manos del
capitalismo monopolista que lo utiliza para dar apariencia
democrática al régimen fascista.
También
el boicot es un derecho. Lo que nosotros, los comunistas y
antifascistas, debemos subrayar, es que un número considerable de
“ciudadanos de bien” no se siente representado por esta casta
política privilegiada y corrupta que no hace otra cosa que
enriquecer a banqueros y empresarios a costa de empobrecer cada vez a
más a los trabajadores. Este es el programa que unos y otros, por
una cuestión de Estado, tendrán que poner en práctica cumpliendo
con las exigencias patronales. Es decir, es la oligarquía financiera
la que ordena y manda a través de su gobierno de turno (que una
buena parte de los trabajadores ha supuestamente elegido) y la que
impone todas y cada una de las medidas antiobreras y antipopulares
que vienen aprobando y otras muchas que quedan por venir.
Come
se comprenderá eso no lo podemos permitir por más tiempo. Además,
la participación deja sentado que al igual que tu elección no ha
conseguido apoyo suficiente (y ahí nos topamos con la dichosa ley
electoral) debes representar a los que sí han conseguido dicho
“apoyo”. De esta manera se neutraliza a los obreros
bienintencionados que se han creído
la farsa
cuando ni tan siquiera está en cuestión la derogación
de dicha Ley Electoral como se viene exigiendo. Cierto que la Ley
Electoral es antidemocrática (¿hay alguna en España que no lo
sea?) Pero aunque se reformara ¿de qué iba a servir? Estamos viendo
como el mercadeo de votos de los minoritarios se convierte muchas
veces en la llave para que los mayoritarios aprueben dichos planes
antiobreros y antipopulares; cuando la verdadera cuestión reside en
si el proletariado puede o no organizarse en las instituciones
burguesas y desde ahí defender sus derechos y luchar por sus
intereses de clase.
Pero
la abstención sola no sirve. Ésta nos indica el grado de
disconformidad pero no alumbra el camino a seguir. Cuando se, trata
de poner fin a su Farsa “democrática” y de echarlos a todos de
sus poltronas no basta quedarse en casa viendo la tele o salir de
paseo. De hecho es otro de los objetivos que persiguen, que pasemos
de todo para seguir haciendo lo que ya todos conocemos.
Ya
hemos dicho que para nosotros la táctica del boicot no es una
cuestión de principios, por lo que no es descartable la
participación o el apoyo a determinadas candidaturas en momentos o
fases coyunturales, como ya hicimos en algún momento (en el
referéndum de la OTAN,
en las municipales de Euskal Herria del 98 y europeas del 99). El
Partido ha llamado a votar en los ocasiones en que con ello se
contribuía a aislar al fascismo,
a elevar la conciencia política de las masas y a organizarlas en la
lucha más consecuente. En definitiva, para organizar la rebeldía y
la desobediencia civil. Pero cuando la participación en sus
mascaradas electorales a lo único que conduce es a debilitar el
movimiento de resistencia popular en su conjunto y hacer
dejación de un principio democrático, el derecho de resistencia de
las masas explotadas y de los demás pueblos oprimidos, entonces el
boicot
es la única táctica consecuente.
Por
tanto, hay que boicotear ésta y todas las demás mascaradas
electorales. Hay que hace el vacío más completo en torno al
régimen, sus partidos, su parlamento, sus sindicatos y demás
instituciones oficiales, y hacerlos de forma activa. La indiferencia
política y pasotismo no resuelven los problemas sino que los
agravan.
Para
ello debemos formar Comités pro boicot que fomenten la huelga
general de electores por todo el Estado. Sólo de esta forma
lograremos detenerlos para pasar después a batallas más decisivas.
Este es, sin duda, el mejor camino para hacer activo el boicot a la
próxima farsa
electoral. Mientras que los partidos y sindicatos vende obreros
trabajan para el régimen, conteniendo y desorganizando la lucha de
los trabajadores, que para eso les pagan, los Comités pro-boicot y
otra forma de organización similares, al no estar bajo el control
del Estado, pueden acuñar más libertad y efectividad en las
denuncias y adquirir un contenido más combativo. Hay que
deslegitimar
al régimen hasta aislarlo por completo, dando la espalda a sus
farsas,
y a la vez debemos ofrecer alternativas verdaderamente democráticas
y revolucionarias haciendo por todos los medios que las masas
participen en ellas. Para todo ello deben utilizarse todos los medios
que tengamos al alcance más todos los que se nos ocurran. Desde los
métodos asamblearios,
la propaganda y la agitación mediante la pegada de carteles, tirada
de hojas informativas, pintadas, pegatinas, difusión a través de
periódicos
o radios alternativas y un largo etc.”
Fin
del artículo en el que, como verás y entre otras cosas, no se hace
del boicot una cuestión de principios.
Dibujo. (mano sale entre rejas para tocar la de solidarix) |
De
forma que llevas razón cuando apuntas a la posibilidad de “dar
apoyo” a formaciones políticas que defendiesen reivindicaciones
pendientes para el movimiento de resistencia. Antes mencionabas el
movimiento democrático y popular que saltó a la calle en aquellos
días del 15M para decir que con su voto ¡No! No al paro, no a la
precariedad laboral, no a los desahucios, no a la extorsión
de los impuestos, no a la bajada de salarios y pensiones, No a la
subida de precios, No a los privilegios de la Iglesia, No a los
políticos, No a la monarquía antidemocrática, etc, etc. Sólo que,
finalmente, ese movimiento fue preso del reformismo de los Podemos y
compañía... que evidentemente, y a pesar de la euforia por ver
desbancados de las poltronas municipales y autonómicas a los
impresentables peperos, no va a solucionar -ni quieren ni pueden-
ninguno de los graves problemas que acucian a las masas trabajadoras
de este país. Lo que, en definitiva, apunta a que más pronto que
tarde se produce una radicalización del movimiento y la posibilidad
apuntada más arriba: que surjan formaciones políticas a las que sí
se debería de “dar apoyo”, eso sí, sin dejar, como también
señalas, el trabajo de clarificación, aunando fuerzas, para ir
configurando los puntos de un programa democrático revolucionario:
- Reducción de la jornada laboral. Trabajo para todos. Supresión de todos los contratos precarios. Restitución de las conquistas económicas, sociales y laborales que se han arrebatado a los trabajadores.
- Cese inmediato de los desahucios. Vivienda digna y económica para las clases populares. Seguridad social, sanidad y enseñanza a cargo del Estado.
- Plena igualdad de la mujer con el hombre en la vida económica, política y social.
- Derecho de la juventud a recibir una formación íntegra, gratuita, un trabajo sano y bien retribuido, a contar con locales y otros medios para el libre desarrollo sus actividades.
- Reconocimiento de todos los derechos laborales, políticos y sociales de los obreros inmigrantes. Derecho de asilo para los refugiados.
- Supresión de todos los privilegios económicos y políticos de la Iglesia.
- Derogación de las leyes y tribunales especiales de represión. Amnistía general para los presos políticos. Amplio indulto para los presos sociales.
- Libertades políticas y sindicales plenas.
- Derecho de autodeterminación de las naciones oprimidas por el Estado Español.
- Salida inmediata de la OTAN y demás organizaciones militares imperialistas.
Es
más que evidente que aunque Podemos triunfara como la Coca-Cola en
las próximas generales, ninguna de estas reivindicaciones sería
atendida.
En
serio ahora, lo que es evidente es que la oligarquía financiera, que
es quién “manda” en este país no se va a dejar arrebatar sus
privilegios pacíficamente por muy democráticamente que se lo
explicase la mayoría de la población, que para algo tienen al
Ejército, a las Fuerzas Represivas, sus leyes , tribunales y
cárceles. Esa es una realidad objetiva que tienen que ir asumiendo
el movimiento de masas, a la vez que asume dicho Programa mediante la
propaganda oral, escrita, la discusión...
En
fin, espero que esta larga charla te haya aportado más argumentos
para el futuro electoral. Un último apunte, relativo a “todo lo
atado y bien atado que dejó Franco...” o más bien quien mandase y
sigue mandando en este país: la oligarquía financiera. La
“democracia” española tiene “trampa”, incluso antes de que
se proclamase como tal. Para abrir un “tránsito a la democracia”
lo primerísimo hubiera sido convocar una Asamblea Constituyente en
la que estuviesen representadas todas las fuerzas políticas que
lucharon contra el fascismo durante 40 años. Todas y sin condiciones
impuestas de antemano. Pues bien, a los partidos políticos se les
impusieron dos condiciones para su legalización. La primera, que no
había discusión posible sobre la forma del Estado: sería una
monarquía. La segunda, que tampoco se podía poner en tela de juicio
la unidad de España. O la aceptaban o no había legalización. A esa
imposición le llamarían luego “consenso”... y el PCE de
Carrillo no pensaría en enarbolar la bandera tricolor en sus
mítines.
Esta
carta ya se ha alargado demasiado así que, en la próxima hablaremos
del “patriarcado”. Término que, a mi modo de ver, utiliza el
feminismo burgués para confundir y desviar la atención de verdadero
origen de la doble explotación que sufre la mujer: el capitalismo. Y
es que, en el fondo, subyace la idea de que la sociedad está
dividida en sexos, que no en clases, que es la rueda del molino con
la que pretende hacernos topar el feminismo burgués.
Finalizo
con una pregunta ¿qué son las “Escuelas Libres” que mencionas
en tu carta? Nunca había oído hablar de ellas y el tema me
interesa.
Gracias,
que decimos los que leyeron, por el pin... que no es uno, sino dos:
el de “Cáceres Antifascista” y el de “Libertad Presos y Presas
en lucha”
Un
Enorme Beso
Victoria.
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