lunes, 18 de abril de 2016

Los fracasos imperialistas, por Manuel Arango.

Taco de panfletos exigiendo libertad para Manuel Arango, (con su foto)
Cartas desde prisión
Manuel Arango Riego
Cárcel de Zuera. Noviembre 2015


LOS FRACASOS IMPERIALISTAS.
No obstante, junto a esta panorámica general, existe otra parte destacada de la realidad: la que conforman otros hechos mediante los cuales se viene comprobando que las potencias imperialistas y sus aliados no están, precisamente, consiguiendo éxitos, ya que tanto Rusia como otros pueblos de su entorno están haciendo retroceder en unos terrenos y empantanando en otros los planes de los imperialistas y fascistas. Dentro de esta situación, destacan la restitución por parte de Rusia a su territorio de la geoestratégica península de Crimea que había pertenecido a este país, así como el mantenimiento a toda costa de las repúblicas populares del Donnest y de Lugank mediante la inquebrantable resistencia de ambos pueblos, constituidos en todo un ejemplo de lucha antifascista y antiimperialista para los pueblos del Este de Europa y de otras muchas partes y donde se está fraguando la vuelta al poder soviético.
A la vez, esta defensa en varios frentes por parte de Rusia, está mostrando la vulnerabilidad del imperialismo y especialmente la falsa omnipotencia de EE.UU. (en franco declive en todo el mundo y metido en una carrera continua de fracasos); al mismo tiempo que han aparecido como consecuencia de los fracasos, ciertas divisiones dentro de la coalición imperialista por parte, el “pacto de defensa compartida” en el terreno militar de Rusia con China y con las repúblicas ex-soviéticas de Uzbekistán, Kirguistán y Tayikistán, todo ello entretejido por una red de Alianzas económicas y comerciales, lo cual ha disparado las alarmas en los círculos imperialistas; por otra parte, hay que destacar que el apoyo de diverso tipo de Rusia a sus aliados fortalece sus relaciones, como así está sucediendo, entre otros pueblos a los que está prestando apoyo a los que está prestando apoyo, con las repúblicas populares de Donnbas o con Siria, donde Rusia con su intervención militar viene quebrantando el cerco contra ese país, al mismo tiempo que ha dejado en ridículo sobre todo al imperialismo yanqui, al que ha desenmascarado en su política imperialista yanqui y arrebatado la iniciativa en aquella zona, y sobre todo lo cual el viejo mastín imperialista yanqui Kinssiger manifestaba: “Rusia, con su intervención militar, ha acabado con el poder político en medio oriente liderado por EEUU”.
Como se ve, el pretendido hegemonismo yanqui mundial se está volatilizando, mientras que en los bloques imperialistas se siguen desencadenando entre ellos: contenciosos, rivalidades y juegos de alianzas y contraalianzas que socaban sus acuerdos e incluso pueden quedar convertidos en papel mojado; pero lo que destaca , junto a todo ello, es que va a configurándose un extenso y heterogéneo campo de países, entre los que se encuentra Rusia y situado por todo el mundo, que entrelazado pro diversas alianzas, pactos y asociaciones, viene enfrentándose al imperialismo en diversos terrenos. La cuestión es que el criminal tándem globalización-balcanizaciones, como instrumento del nuevo reparto del mundo puesto en marcha por las potencias imperialistas, no logran que funcione a su conveniencia, se encalla en determinadas partes y cosecha importantes derrotas.
Postal. (preso escribiendo con la pluma del ave que tiene posada en la cabeza)
EL VIENTO ROJO DEL ESTE VUELVE A RESURGIR.
Si el “Rusia ha vuelto” es expresión de la alarma que existe entre los imperialistas, este panorama aún se agrava más cuando hasta los mismos propagandistas reconocen que en Rusia y en otros pueblos de la ExUnión Soviética, mientras que la herencia de la “guerra patria” está haciendo especial acto de presencia en Rusia, en tanto que la solidaridad activa y el internacionalismo proletario con los pueblos en lucha del Donnest y de Lugansk se ha ido acrecentando. A la vez, esta realidad no puede por menos que ir fortaleciendo las posiciones de las organizaciones revolucionarias y comunistas y no solo en la federación rusa.
Al mismo tiempo, esta situación de agresiones y de cerco conduce a la burguesía nacionalista en el poder en Rusia a tener que radicalizar sus posiciones patrióticas de defensa de ese país y de sus intereses en el exterior, a la vez que esa burguesía tiene que estrechar sus relaciones con el pueblo ruso al que necesitan para la defensa de su territorio, lo que lógicamente conlleva el tener que hacer concesiones de diversa índole a los trabajadores y a sus organizaciones dirigentes.
Por otra parte, las consecuencias de las agresiones de diverso tipo del imperialismo (y no solo las de carácter económico y comercial) están debilitando en unos casos y alterando seriamente en otros el actual estado del desarrollo de la economía capitalista en Rusia, ya de por si lastrada o frenada por todo un conjunto de negativas condiciones históricas verdaderamente insalvables. Todo esto obliga a cambiar unos planes tras otros, a continuar relanzando el capitalismo de estado (mediante la concentración en sus manos de los sectores más estratégicos y fundamentales de la economía) y a conformar medidas laborales y sociales cada vez de un mayor carácter popular.
La cuestión de fondo es que bajo este marco de agresiones continuas de diverso tipo y de guerra en avance, la herencia histórica de 70 años de socialismo en Rusia, durante el cual tantas veces y en tantos campos se derrotó al capitalismo y a su perro de presa el imperialismo agresor, va a ir tomando cada vez más carta de naturaleza. De tal manera que cuanto más se prolongue la presencia del capitalismo en Rusia y cuanto más se recrudezca la confrontación en diversos terrenos del imperialismo con ese país, tanto más se impondrá la necesidad imperiosa de la restauración del socialismo en Rusia, con todo lo que ello conlleva de revolución en el terreno político, económico, social, etc.

Manuel
M.P.M. (brigadista saludando con el puño en la nuca)
Dos siglos de Resistencia Obrera
LA II REPÚBLICA. AUGE DEL MOVIMIENTO OBRERO Y CAMPESINO

El periodo que transcurre desde la proclamación de la II República, el 14 de abril de 1931, hasta el triunfo del Frente Popular, el 16 de febrero de 1936, se caracterizó por el aumento, la intensidad de las luchas de obreros, jornaleros y campesinos pobres y por la represión que las acompañó.

Este incremento de la conflictividad fue fruto tanto de la crisis económica que sufrió el sistema capitalista a nivel mundial en 1929 y que alcanzó a España durante los años 32 y 33, como de las expectativas que la proclamación de la República había creado entre la clase obrera de un mejoramiento de las condiciones de vida y trabajo y que pronto pudieron comprobar como se iban aplazando y no llegaban nunca.

Una de las zonas con enfrentamientos más intensos fue Andalucía. Zonas latifundistas donde el paro era enorme y el hambre una realidad. La Reforma Agraria prometida, se realizaba lentamente, solo afectaba a una mínima parte de las tierras y eran las de peor calidad; tres años más tarde, bajo el gobierno ultrarreaccionario de la CEDA, quedará completamente paralizada.
Pero la conflictividad no era exclusiva de esta zona sino que se extendía por todo el país, tanto en zonas industriales como campesinas. La respuesta de los distintos gobiernos, ya fueran coaliciones de izquierdas o de extrema derecha como el de la CEDA en 1934, siempre fue emplear la represión más brutal, lanzando a la Guardia Civil o a los Guardias de Asalto contra el movimiento obrero. Motivo por el cual, cuando actualmente nos llaman a manifestarnos para celebrar y reivindicar la proclamación de la República burguesa, los trabajadores tendríamos que tener presente y no olvidar que esa República que se reivindica ahogó en sangre y fuego las luchas obreras y campesinas.

-Dibujo de M.P.M. 2013. Sin título.

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