Foto. Ibon Iparragirre Burgoa. |
Trasladan a Ibon Iparragirre tras ser agredido dos veces en 24 horas
Ibon
Iparragirre, preso político vasco aquejado de una grave enfermedad,
ha tenido que ser trasladado a otro módulo de la prisión madrileña
de Alcalá Meco, después de que haber sufrido dos agresiones en
apenas 24 horas, una de las cuales le dejó sin conocimiento.
Según
ha explicado a NAIZ la familia de Ibon Iparragirre, el preso
ondarroarra ha podido llamar este lunes a casa para informar de que
el sábado, poco después de la visita en la que contó
a sus allegados la agresión sufrida el viernes,
volvió a ser golpeado.
En
este caso, fue un preso el que le golpeó por la espalda y, a
consecuencia de esta agresión, Iparragirre quedó tendido en el
suelo sin conocimiento.
El
preso ondarroarra no ha podido llamar a casa hasta el lunes, ya que, el
viernes, en la primera agresión, le robaron, entre otras
pertenencias, la tarjeta que utiliza para realizar llamadas
telefónicas.
En
otra llamada, ha informado a la familia para informar de que ha sido
trasladado al módulo once de Alcalá Meco, donde tampoco hay ningún
preso vasco.
A
pesar de su grave estado de salud, Iparragirre, que tiene sida en
estadio C-3, permanece en la citada cárcel madrileña desde que su
detención
en marzo de 2014
por
parte de la Ertzaintza, quedando así revocada la prisión atenuada
que se
le había concedido en octubre de 2011.
De
Gara
Cartel AAM. "Preso Gaixoak Kalera!". |
Manu Azkarate hospitalizado. Ibon Iparragirre atacado dos veces en 20 horas
Foto. Resistencia dominicana contra yanquis. |
CIEN
AÑOS DESPUES DE LA OCUPACIÓN
Por
Lorgia García Peña
Publicado
originalmente por la Editorial NACLA
El
15 de mayo de 2016 hizo 100 años de la 1º ocupación, por los EEUU,
de la República Dominicana. Diferencia de otros eventos históricos
violentos –desde la colonización europea de América, pasando por
el Holocausto nazi, hasta la guerra de Vietnam- la ocupación
estadounidense de la República Dominicana continúa oculta para la
memoria pública y relegada a notas a pie de página de la historia
estadounidense, incluso mientras los dominicanos se convierten en
unos de los grupos étnicos que más crece en los EEUU.
En
contraste con este silencio, el legado de los EEUU ha moldeado el
destino político y económico de la nación caribeña, así como
prácticamente todos los aspectos de la cultura dominicana. Tras la
ocupación, el béisbol, por ejemplo, había remplazado a las peleas
de gallos como pasatiempo nacional. El foxtrot y el jazz se mezclaron
con los ritmos locales, para crear lo que conocemos como Merengue.
Durante la ocupación, en nombre de la “civilización” y la
“libertad”, los misioneros evangélicos de EEUU levantaron
iglesias, en muchas aldeas dominicanas, mientras la Santería, el
Vudú y el Palo (una antigua práctica religiosa áfrico-dominicana
de origen congolés) fueron declaradas ilegales en la isla. Incluso
hoy día, las comunidades religiosas afro-dominicanas están
estigmatizadas y a menudo obligadas a congregarse en secreto.
A
los ocho años de ocupación militar estadounidense, le siguieron dos
décadas de guerra entre las fuerzas desiguales del imperio de EEUU y
la isla dividida de La Española. En 1904, el gobierno de los EEUU
se hizo con las aduanas dominicanas. En 1905, como el economista Rémy
Herra argumenta, la emisión de sanciones y ultimatums por parte de
los EEUU, amenazando tanto a Haití como a la República Dominicana
con la intervención si las “revueltas y bandolerismo no se ponían
bajo control”. Finalmente, e 28 de julio de 1915, los marines de
EEUU aterrizaron en Haití, ocupando la segunda nación más antigua
de América durante 19 años. Unos meses después, en mayo de 1916,
la ocupación se extendió hacia el este, con la excusa de detener el
caudillismo y asegurar una “gobernación limpia” y la
civilización en el Estado dominicano. A pesar de la milicia local y
de la resistencia intelectual, el ejército estadounidense fue capaz
de controlar a la población Española a través de la censura, la
intimidación, el miedo y la fuerza militar, por lo que se abrió una
brecha en la soberanía de ambas naciones.
Al
igual que en otras ocupaciones de los EEUU en los siglos XX y XXI, la
intervención en la República dominicana en 1916 reflejó la visión
sobre sí mismo de los EEUU como una nación indispensable que tenía
como deber “proteger” al mundo. Siguiendo la lógica
expansionista de la Doctrina Monroe aplicada por el presidente
Theodore Roosevelt, el presidente Woodrow Wilson (1913-21) estimuló
al ejército estadounidense para que se convirtiera en una fuerza
directriz, creyendo que los EEUU debían ayudar a otras naciones a
civilizarse. Esta retórica paternalista de la dominación de los
EEUU fue el mecanismo cultural primordial que llevó a los marines a
la R. D. El lenguaje usado por el presidente Woodrow Wilson para
describir la ocupación, retrataba a los Marines como los
“inestimables buques insignia del poderoso gobierno de los EEUU”,
un privilegio que está unido al deber de eliminar a la oposición y
dominar a la población (a veces resistente) local. A este
militarismo se le añadió la lógica racial salida del sur de los
EEUU, los Marines que sirvieron en la República Dominicana durante
la ocupación, frecuentemente expandían la ideología supremacista
blanca en el hemisferio, a través de la política imperial y de la
fuerza.
Una
breve mirada a la ocupación durante el periodo 1916-24 igualmente
revela una gran responsabilidad de los EEUU en la creación de
desigualdades económicas y sistemas que beneficiaban a las
corporaciones ricas, mientras condenaban a la mayoría de la
población de la República Dominicana a la pobreza y al desarraigo.
Durante sus ochos años de ocupación, el gobierno de los EEUU
manejaba las finanzas dominicanas a través del National City Bank of
New York, una institución financiera que acabaría siendo controlada
pro e Grupo Rochefeller. Esta operación facilitaba la propiedad
extranjera corporativa de la tierra dominicana dedicada a la
producción de azúcar. La ocupación, igualmente condujo a la
creación de la Guardia Nacional Dominicana (GND), lo que sirvió
como vehículo para tres décadas de despiadada dictadura de Rafael
Leónidas Trujillo (1930-61). Durante la ocupación, Trujillo jugó
el papel de mano derecha de EEUU, por quién fue nombrado general.
Los oficiales de la GND eran entrenados por los Marines de EEUU y
servían bajo su comandancia. Durante los últimos seis años de
intervención, la GND fue igualmente utilizada para reprimir y
torturar a gente que era percibida como enemigos de la nación. Al
final, cuando finalizó la ocupación, la GND se convirtió en
herramienta de control social para varios dictadores dominicanos del
siglo XX, en particular de Trujillo y de Joaquín Balaguer. En la
actualidad, la GND continúa siendo el principal vehículo para
ejercer la represión y la censura del pueblo dominicano, y es usada
frecuentemente durante manifestaciones pacíficas para intimidar a
los manifestantes.
Foto. Monumento a la Libertad dominicana. |
Los
Marines estadounidenses instruyeron a Trujillo para dirigir a la
Guardia Nacional Dominicana en 1918 y le ascendieron a Comandante en
Jefe del Ejército Nacional en 1927. En 1930, con el apoyo de su
Ejército, Trujillo apoyó el golpe contra el presidente Horacio
Vásquez. Dirigiría la República Dominicana durante los siguientes
31 años. La mayoría de los historiadores del siglo XX coinciden en
que Trujillo fue uno de los dictadores más despiadados de la
historia moderna de Latino América. Su crimen más atroz fue el
genocidio de unos 20.000 nativos haitianos y negros rayanos (mestizos
llegados de países vecinos), en 1937. La ocupación estadounidense
dejó un nefasto legado que ha condenado a los descendientes
Haitianos-dominicanos a la pobreza y a la exclusión.
Igualmente,
las políticas estadounidenses condujeron a los haitianos a emigrar a
la R. D. En 1918, el Secretario de Estado de los EEUU, William
Jennings Bryan fue la punta de lanza de un plan para redactar una
Constitución para Haití. Esta nueva Constitución eliminaba una ley
de 1805 que prohibía a los extranjeros poseer tierra haitiana. El
Secretario Asistente de la Armada en aquel tiempo, un joven llamado
Franklin D. Roosevelt, se encargó de redactar la Constitución
haitiana, que concedía preferencia a las corporaciones
estadounidenses para comprar y poseer la tierra haitiana. La pérdida
de las tierras comunales contribuyó al fortalecimiento de un nuevo
sistema de plantación profundizando la pobreza entre el campesinado
haitiano. Al final, los campesinos desarraigados terminarían
emigrando a la República Dominicana para terminar trabajando para la
gran industria azucarera americana. (Muchos haitianos también
llegaron a la República Dominicana a través de programas de trabajo
temporal establecidos por los EEUU en la Española, lo que condujo a
los haitianos a cortar la caña y a los trabajadores especializados
del Oeste a puestos de dirección y a las oficinas de
administración). Esta estructura se convirtió en la base de un
sistema de explotación de mano de obra que descansaba en los
trabajadores indocumentados de Haití que, a día de hoy, continua
fomentando la desigualdad económica basada en el racismo, en la
etnia haitiana en la República Dominicana, como lo evidenció la
desnacionalización de más de 20 millones de la etnia haitiana en
2013.
Hoy
existen cerca de un millón de emigrantes haitianos en la República
Dominicana. Muchos trabajan en la industria nacional del azúcar, a
menudo en condiciones esclavizantes, como se muestra en películas
recientes como “El precio del azúcar” (2007) y los “los Bebés
del Azúcar”. No obstante, a menudo se sigue pasando por alto la
relación entre la inmigración haitiana hacia la R. D. y las
intervenciones de los EEUU en las políticas económicas y culturales
tanto de Haití como de la R. D..
No
es de extrañar que el aniversario de los 100 años de ocupación
haya pasado ampliamente desapercibido, incluso cuando el mundo es
consciente del papel que los EEUU juega en las desigualdades
económicas y sociales basadas en las diferencias sociales, tanto en
su casa como en el extranjero. Irónicamente, el aniversario se hizo
coincidir con la víspera de una de las elecciones nacionales más
controvertidas en la historia moderna de la R. D., en las que
candidatos independientes no tradicionales como Domingo Moreno
(Alianza País), y Minou Tavarez (Alianza por la Democracia,
desafiaban al poder establecido (establishment) y a la larga historia
de servilismo de la nación hacia los EEUU y a sus intereses
corporativos. En medio de la resistencia política ampliamente
apoyada, el Presidente Danilo Medina, del Partido de la Liberación
Dominicana, cambió la Constitución repentinamente para poder
presentarse a un segundo mandato. Medina hizo esto a pesar de las
protestas públicas por un escándalo de corrupción que le ligaba a
un caso de lavado de dinero y a pesar del papel que desempeño en una
masiva crisis diplomática a raíz de haber aprobado una ley de
desnacionalización en 2013.
Sin
embargo, en medio del clima creado por Donald Trump (donde las
figuras políticas parece que pueden salirse con la suya
promocionando el odio, el odio y la retórica anti- inmigración) la
campaña presidencial de Medina representaba un recordatorio
preocupante de la continuidad, tras 100 años del matrimonio entre
los políticos dominicanos con los EEUU, que respalda la explotación
corporativa de los dominicanos pobres. Mientras que el Establishment
dominicano siga con este “juego”, el matrimonio continuará, a
pesar de la oposición de la mayoría de su pueblo.
Fuente:
NorthStar Compass. Otoño, 2016
Traducción:
del inglés M.M. Ponce. Diciembre, 2016
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