Diverso material agitativo denunciando la huelga desmovilizadora convocada por los sindicatos vende-obreros
Movilizar para desmovilizar
Debemos denunciar la huelga general del día 29 de septiembre como una mascarada antiobrera y antipopular.
Las grandes mafias sindicales nos convocan a salir a la calle para "obligar al gobierno a dialogar", es decir, para firmar una vez más lo que les manden. Las restantes -sean de corte nacionalista, sectorial, localista o anarquista- nos llaman a secundarla con un seguidismo que forma parte del mismo engaño: movilizar hoy para desmovilizar mañana, desactivar la revuelta que está por llegar más temprano que tarde.
Los partidos y organizaciones extraparlamentarios que se marcan de radicales y hasta de revolucionarios, pero que se mantienen dentro de lo aceptable en la “Ley de Partidos”, también nos llaman a acudir a la farsa. Nos la venden como paso obligado para avanzar en la lucha obrera, nacional y liberadora. Su consigna favorita es "que los ricos paguen la crisis", como si el capitalismo habría podido cambiar de carácter. Frases nuevas, formulas viejas: radicalismo de postal, reformismo y oportunismo.
Nosotros debemos decir NO, así NO, para eso NO.
Sobran razones para hacer una huelga general -y mil más- hasta derribar este gobierno y el régimen que gestiona: despidos libres y masivos, sangría de impuestos, subida descomedida de precios, jornadas agotadoras y sin medidas de seguridad, subida de la edad de jubilación, recortes en las prestaciones sociales, más de 4 millones de parados, represión y cárcel cuando defendemos nuestro puesto de trabajo ... y esto solo es el principio del embate. Mas no hay ninguna razón para salir de procesión el día 29, hacer unas cuantas rogativas y volver a la capilla institucional con las manos vacías. Eso solo sirve para desmovilizarnos y fundirnos en la impotencia.
Las huelgas generales hay que prepararlas. Una huelga general viene precedida de muchas luchas y paros parciales; tiene fecha de inicio pero no de fin, pues no se acaba hasta que no se consiguen los objetivos marcados. Hasta llegar ahí, la clase obrera tiene que acumular experiencias en métodos de lucha y organización, adquirir confianza en sus fuerzas, aprender a identificar a sus enemigos y buscar y ampliar la solidariedad de otros sectores, de los parados y de toda la población.
Por eso ahora debemos DECIR NO y empezar a prepararnos ya hacia el futuro practicando la desobediencia civil: negarnos a pagar las hipotecas, los alquileres, los recibos de luz, agua, teléfono o gas, los impuestos de la basura... Tenemos que organizar la resistencia -al margen de las mafias y de las instituciones burguesas- en las fábricas y centros de trabajo: crear círculos obreros con los compañeros más conscientes, cerrados a la policía y a los provocadores de todo tipo y que todo esto esté ligado a la organización política de nuestra clase. Tenemos que impulsar las formas de lucha clandestinas y semi-clandestinas para esquivar la represión, las multas y los despidos. En cada lucha parcial, tenemos que convertir los centros de trabajo en una fortaleza: hacer asambleas y elegir delegados revocables que presenten nuestras reivindicaciones a la patronal, denunciar los manejos de las mafias sindicales, formar piquetes de extensión de la lucha, no hacer veladas, no admitir despidos ni discriminaciones de ningún tipo en los salarios ...
No hay otro camino para conseguir nuestras reivindicaciones y hacer valer nuestros derechos.
¡¡NO A LA HUELGA GENERAL DEL DÍA 29!!
Movilizar para desmovilizarDebemos denunciar la huelga general del día 29 de septiembre como una mascarada antiobrera y antipopular.
Las grandes mafias sindicales nos convocan a salir a la calle para "obligar al gobierno a dialogar", es decir, para firmar una vez más lo que les manden. Las restantes -sean de corte nacionalista, sectorial, localista o anarquista- nos llaman a secundarla con un seguidismo que forma parte del mismo engaño: movilizar hoy para desmovilizar mañana, desactivar la revuelta que está por llegar más temprano que tarde.
Los partidos y organizaciones extraparlamentarios que se marcan de radicales y hasta de revolucionarios, pero que se mantienen dentro de lo aceptable en la “Ley de Partidos”, también nos llaman a acudir a la farsa. Nos la venden como paso obligado para avanzar en la lucha obrera, nacional y liberadora. Su consigna favorita es "que los ricos paguen la crisis", como si el capitalismo habría podido cambiar de carácter. Frases nuevas, formulas viejas: radicalismo de postal, reformismo y oportunismo.
Nosotros debemos decir NO, así NO, para eso NO.
Sobran razones para hacer una huelga general -y mil más- hasta derribar este gobierno y el régimen que gestiona: despidos libres y masivos, sangría de impuestos, subida descomedida de precios, jornadas agotadoras y sin medidas de seguridad, subida de la edad de jubilación, recortes en las prestaciones sociales, más de 4 millones de parados, represión y cárcel cuando defendemos nuestro puesto de trabajo ... y esto solo es el principio del embate. Mas no hay ninguna razón para salir de procesión el día 29, hacer unas cuantas rogativas y volver a la capilla institucional con las manos vacías. Eso solo sirve para desmovilizarnos y fundirnos en la impotencia.
Las huelgas generales hay que prepararlas. Una huelga general viene precedida de muchas luchas y paros parciales; tiene fecha de inicio pero no de fin, pues no se acaba hasta que no se consiguen los objetivos marcados. Hasta llegar ahí, la clase obrera tiene que acumular experiencias en métodos de lucha y organización, adquirir confianza en sus fuerzas, aprender a identificar a sus enemigos y buscar y ampliar la solidariedad de otros sectores, de los parados y de toda la población.
Por eso ahora debemos DECIR NO y empezar a prepararnos ya hacia el futuro practicando la desobediencia civil: negarnos a pagar las hipotecas, los alquileres, los recibos de luz, agua, teléfono o gas, los impuestos de la basura... Tenemos que organizar la resistencia -al margen de las mafias y de las instituciones burguesas- en las fábricas y centros de trabajo: crear círculos obreros con los compañeros más conscientes, cerrados a la policía y a los provocadores de todo tipo y que todo esto esté ligado a la organización política de nuestra clase. Tenemos que impulsar las formas de lucha clandestinas y semi-clandestinas para esquivar la represión, las multas y los despidos. En cada lucha parcial, tenemos que convertir los centros de trabajo en una fortaleza: hacer asambleas y elegir delegados revocables que presenten nuestras reivindicaciones a la patronal, denunciar los manejos de las mafias sindicales, formar piquetes de extensión de la lucha, no hacer veladas, no admitir despidos ni discriminaciones de ningún tipo en los salarios ...
No hay otro camino para conseguir nuestras reivindicaciones y hacer valer nuestros derechos.
¡¡DESOBEDIENCIA CIVIL!!
¡¡ADELANTE LA LUCHA OBRERA INDEPENDIENTE!!
¡¡ORGANICEMOS LA RESISTENCIA!!
CÍRCULOS OBREROS
septiembre 2010
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