Poster Israel Clemente, preso antifascista de los GRAPO. |
Opinión
desde prisión
ISRAEL
CLEMENTE, Preso político de los GRAPO
Sobre UCRANIA
“(…)
Paso a contestarte a lo de Ucrania que me planteas. En mi opinión el
enfrentamiento allí tiene un carácter de guerra (o preguerra)
imperialista, injusta y de rapiña por ambas partes. Tanto el Estado
ruso y sus aliados oligárquicos ucranianos, como sus antagonistas
igualmente oligárquicos pro occidentales (y hasta neonazis) son
profundamente reaccionarios y anticomunistas. Los comunistas
auténticos son perseguidos de manera implacable tanto por el Estado
de la Federación Rusa como por el de Ucrania, independientemente que
gobierne uno u otro bloque oligárquico. Bajo Yanunovich, tanto como
bajo Timoshenko los comunistas son asesinados, torturados,
encarcelados, sus organizaciones juveniles ilegalizadas y perseguidas
en tanto tales. La continuada presencia de presos políticos allí
así lo atestigua.
Así
que no hay que apoyar ni a Putin ni a los neonazis de Kiev. Putin no
está “atacando a los nazis”, sino presionando a los sectores
oligárquicos ucranianos que se oponen a sus intereses
geoestratégicos y económicos, apoyándose en sus aliados locales
igualmente oligárquicos y anti populares. El golpe de Estado de los
neonazis del Maidan, con apoyo Otanista y los mercenarios encubiertos
movió a Putin a aplicar planes de contingencia que tenían previstos
para un escenario parecido. Siguió la respuesta en Crimea y ahora en
el Este de Ucrania.
Se
trata de un conflicto interimperialista, entre dos bandos que son
igualmente enemigos jurados de la clase obrera y del movimiento
comunista internacional. Por ello, los comunistas debemos de tener
muy claro para mantener una línea política independiente y no hacer
una política seguidista respecto a la burguesía. La única posición
consecuente, verdaderamente internacionalista, es declararse
derrotista, favorecer la derrota de la “propia” burguesía y
transformar la guerra imperialista en guerra civil revolucionaria.
Esta es la táctica leninista cuya justeza ha quedado demostrada en
la historia.
Ahora
bien, pienso que puede haber algunas diferencias en cuanto a la forma
de aplicación de esa táctica por el movimiento comunista en Rusia y
en Ucrania. Para los comunistas rusos está claro que no deben
prestar ningún apoyo a “su” Estado. El Estado ruso es tan
fascista y anticomunista como sus adversarios de Kiev. Su
intervención en Ucrania sería una agresión imperialista, aunque
pretendan enmascararla con la ayuda de los neorevisionistas del PCFR
y similares.
Dibujo. Preso escribiendo en su celda. |
En
cuanto a los comunistas ucranianos la situación allí es algo más
compleja, ya que lo que se da es una preguerra civil entre dos
fracciones de la burguesía monopolista y oligárquica apoyada cada
una por fuertes sostenes exteriores (Rusia por un lado y EEUU y la
OTAN por el otro). El país puede acabar dividido en función de la
lengua y el origen de sus habitantes.
Mientras
que los neonazis de Kiev persiguen rabiosamente a los comunistas sin
importarles cuál es su lengua materna, los oligarcas del Este les
toleran aparentemente, siempre que se
subordinen
a ellos y adopten en la práctica una política seguidista frente a
“su” burguesía cayendo en el chovinismo gran-ruso. Resulta
paradójico ver a cosacos y a nostálgicos junto a comunistas de
distintas tendencias en las barricadas de los llamados “prorrusos”.
Creo
que la línea divisoria entre los verdaderos comunistas ucranianos y
los neobreznianos gran-rusos es con qué fin se alinean y se mueven
en esa compleja situación de caos. No es lo mismo aceptar ayuda
logística y militar rusa para subordinarse a los putinistas que
buscando el propio fortalecimiento, para ganar posiciones de cara a
la evolución posterior siguiendo una línea política y militar
independiente. Si estalla una guerra abierta los “prorrusos”
seguirán tolerando ciertos desarrollos allí porque necesitarán
aliados. Si los diversos grupos oligárquicos llegan, por el
contrario, a un acuerdo estable que garantice la unidad del país, no
tardarán ambos en volverse contra los comunistas auténticos que
amenacen sus intereses de clase. Tampoco hay que olvidar que entre
los llamados “prorrusos” también hay fascistas nostálgicos del
zarismo.
Bueno,
creo que he logrado resumir mi opinión a ese respecto. Puedes
utilizarla para clarificar posiciones si tú lo ves conveniente.
Habría que matizar algo más, pero ya habrá tiempo. En todo caso,
allí se puede abrir una crisis auténticamente revolucionaria, no es
casual que los oligarcas se envuelvan en la bandera de la URSS para
atraerse y manipular a los mineros del Donbass y de la cuenca del
Donetsz. La memoria antifascista está reciente.
Por
el comunismo¡¡¡
Venceremos”
Israel.
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