Foto. David Cameron. |
Habla
sólo en presencia de tu abogado
Juan Manuel Olarieta
A pesar del fin del “terrorismo”, el gobierno de David Cameron se dispone a aprobar una nueva ley antiterrorista. Es la cuadratura del círculo; como si se acabara la propiedad privada y, a pesar de ello, los tribunales siguieran condenando por cometer robos.
Cameron adoba su propósito legislativo con un discurso capaz de helar la sangre a quienes aún les queda algo de sangre en las venas. En el futuro -amenaza Cameron- incluso aquellos que respetan la legalidad serźan reprimidos por el Estado si se implican en eso que ahora ha puesto de moda el Tribunal de Estrasburgo para justificar los ataques a la libertad de expresión, “el discurso del odio”, un paquete en el que meten lo que no cabe en las estrechas alforjas de la legalidad europea, envuelta en una sinfonía de vaciedades como “tolerancia”, “respeto” y otras parecidas.
“Durante demasiado tiempo, ha dicho Cameron, nuestra sociedad se ha mostrado tolerante y pasiva, diciendo al ciudadano: 'mientras respete la ley le dejaremos tranquilo'. En ocasiones eso ha supuesto por nuestra parte una actitud neutra entre valores diferentes. Eso ha contribuido a promover una narración llena de extremismo y de odio. Este gobierno pasará la página definitivamente a esa actitud perdedora y abocada al fracaso”, ha amenazado Cameron.
El diario The Independent ha calificado de “espantoso” el propósito de Cameron. Según la BBC la nueva legislación puede crear problemas a quienes expresen opiniones políticamente incorrectas.
La excusa es conocida. Se trata del terrorismo islamista, el yihadismo y demás fantasmas que, como es bien sabido, ellos mismos han creado, especialmente Cameron. Si alguien pregunta por qué lo han creado, aquí tiene la respuesta: han creado el terrorismo para crear terroristas, aprobar leyes antiterroristas y reforzar unos aparatos del Estado que se tambalean. Pero dentro de poco decir eso será un delito de terrorismo, o de enaltecimiento del terrorismo, o de colaboración con el terrorismo, en fin algo propio sólo de fanáticos.
En un discurso pronunciado el año pasado en la ONU Cameron inventó la figura del “extremista no violento”. Se trata de todos aquellos que afirmamos que las versiones oficiales que están Cartas de lectorxs:difundiendo los gobiernos imperialistas sobre determinados acontecimientos recientes, como las masacres del 11 de setiembre de 2001, son falsas de cabo a rabo. Los que afirmamos este tipo de cosas vamos a ser equiparados a los yihadistas del Estado Islámico y tratados como tales. Es lo que en España inventó la Audiencia Nacional: la teoría del entorno (entorno de ETA, entorno de los GRAPO) tan flexible que ahí caben todos.
Detrás de Cameron han desembarcado las amenazas de Scotland Yard: el simple hecho de que alguien tenga el atrevimiento de ver uno de esos vídeos con las decapitaciones del Estado Islámico, es motivo suficiente para ser detenido con la ley antiterrorista en la mano que, por cierto, otorgará a la OFCOM, el instituto que regula las telecomunicaciones en Inglaterra, el poder de actuar contra las cadenas de televisión que retransmitan “contenidos extremistas”.
La censura ya es total: “Estas disposiciones permitirán que la policía solicite a los tribunales la prohibición de emitir determinadas retransmisiones televisivas y obligue a remitir previamente a la policía todos los tuits, los mensajes de Facebook y cualquier otro mensaje difundido por internet para su aprobación”, dice el diario The Independent. “Eso incluye los mensajes de los usuarios advirtiendo a sus amigos y conocidos de que sus comunicaciones están intervenidas, o incluso los mensajes negando las acusaciones de extremismo que les han llevado a verse implicados por este tipo de medidas”.
Es obvio que toda esta palabrería (extremismo, odio) no es más que arbitrariedad. Los gobiernos europeos ya no pueden admitir ni la más leve controversia sobre sus aventuras imperialistas en el exterior y sus crímenes en el interior. En el futuro los europeos sólo podrán hablar en presencia de su abogado.
Juan Manuel Olarieta
A pesar del fin del “terrorismo”, el gobierno de David Cameron se dispone a aprobar una nueva ley antiterrorista. Es la cuadratura del círculo; como si se acabara la propiedad privada y, a pesar de ello, los tribunales siguieran condenando por cometer robos.
Cameron adoba su propósito legislativo con un discurso capaz de helar la sangre a quienes aún les queda algo de sangre en las venas. En el futuro -amenaza Cameron- incluso aquellos que respetan la legalidad serźan reprimidos por el Estado si se implican en eso que ahora ha puesto de moda el Tribunal de Estrasburgo para justificar los ataques a la libertad de expresión, “el discurso del odio”, un paquete en el que meten lo que no cabe en las estrechas alforjas de la legalidad europea, envuelta en una sinfonía de vaciedades como “tolerancia”, “respeto” y otras parecidas.
“Durante demasiado tiempo, ha dicho Cameron, nuestra sociedad se ha mostrado tolerante y pasiva, diciendo al ciudadano: 'mientras respete la ley le dejaremos tranquilo'. En ocasiones eso ha supuesto por nuestra parte una actitud neutra entre valores diferentes. Eso ha contribuido a promover una narración llena de extremismo y de odio. Este gobierno pasará la página definitivamente a esa actitud perdedora y abocada al fracaso”, ha amenazado Cameron.
El diario The Independent ha calificado de “espantoso” el propósito de Cameron. Según la BBC la nueva legislación puede crear problemas a quienes expresen opiniones políticamente incorrectas.
La excusa es conocida. Se trata del terrorismo islamista, el yihadismo y demás fantasmas que, como es bien sabido, ellos mismos han creado, especialmente Cameron. Si alguien pregunta por qué lo han creado, aquí tiene la respuesta: han creado el terrorismo para crear terroristas, aprobar leyes antiterroristas y reforzar unos aparatos del Estado que se tambalean. Pero dentro de poco decir eso será un delito de terrorismo, o de enaltecimiento del terrorismo, o de colaboración con el terrorismo, en fin algo propio sólo de fanáticos.
En un discurso pronunciado el año pasado en la ONU Cameron inventó la figura del “extremista no violento”. Se trata de todos aquellos que afirmamos que las versiones oficiales que están Cartas de lectorxs:difundiendo los gobiernos imperialistas sobre determinados acontecimientos recientes, como las masacres del 11 de setiembre de 2001, son falsas de cabo a rabo. Los que afirmamos este tipo de cosas vamos a ser equiparados a los yihadistas del Estado Islámico y tratados como tales. Es lo que en España inventó la Audiencia Nacional: la teoría del entorno (entorno de ETA, entorno de los GRAPO) tan flexible que ahí caben todos.
Detrás de Cameron han desembarcado las amenazas de Scotland Yard: el simple hecho de que alguien tenga el atrevimiento de ver uno de esos vídeos con las decapitaciones del Estado Islámico, es motivo suficiente para ser detenido con la ley antiterrorista en la mano que, por cierto, otorgará a la OFCOM, el instituto que regula las telecomunicaciones en Inglaterra, el poder de actuar contra las cadenas de televisión que retransmitan “contenidos extremistas”.
La censura ya es total: “Estas disposiciones permitirán que la policía solicite a los tribunales la prohibición de emitir determinadas retransmisiones televisivas y obligue a remitir previamente a la policía todos los tuits, los mensajes de Facebook y cualquier otro mensaje difundido por internet para su aprobación”, dice el diario The Independent. “Eso incluye los mensajes de los usuarios advirtiendo a sus amigos y conocidos de que sus comunicaciones están intervenidas, o incluso los mensajes negando las acusaciones de extremismo que les han llevado a verse implicados por este tipo de medidas”.
Es obvio que toda esta palabrería (extremismo, odio) no es más que arbitrariedad. Los gobiernos europeos ya no pueden admitir ni la más leve controversia sobre sus aventuras imperialistas en el exterior y sus crímenes en el interior. En el futuro los europeos sólo podrán hablar en presencia de su abogado.
Dibujo. (Mani obrera con pancartas que son puños gigantes) |
Poesía:
"Nuestra
cruel historia"
Al
pulso de una historia sanguinaria,
y herido aún por lacras de una casta,
masacres y hambre, guerras y traiciones
aún corroen al sufrido orbe.
El orbe que nosotros oprimimos
con fuego y odio, peste y destrucción,
¡nos clama a todos ser sus dignos hijos,
su justo porvenir, su siembra en flor...!
Aún podemos liberar al mundo
de muerte, polución y sufrimiento:
¡tumbando al poderío del injusto,
y alzando un cambio digno y más fraterno!!!
y herido aún por lacras de una casta,
masacres y hambre, guerras y traiciones
aún corroen al sufrido orbe.
El orbe que nosotros oprimimos
con fuego y odio, peste y destrucción,
¡nos clama a todos ser sus dignos hijos,
su justo porvenir, su siembra en flor...!
Aún podemos liberar al mundo
de muerte, polución y sufrimiento:
¡tumbando al poderío del injusto,
y alzando un cambio digno y más fraterno!!!
Fernando
Adrián Zapata
Grupo
Cultural "Letras al porvenir", ARGENTINA
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