Pintada. "Llibertat Manuel Arango". (y hoz y martillo, en una persiana) |
Libertad
Manuel Arango, preso político gravemente enfermo
Cartel. "Amnistia, impedim un nou crim d'estat. Arango Llibertat". (texto explicativo y su foto, en una cabina de teléfono) |
-Pintadas
y carteles exigiendo su liberación. Catalunya.
Pintada. "Libertad Manuel Arango". (y hoz y martillo, en una murete) |
Poster. "Paco Cela Seoane, preso político do PCE(r)" |
Poemas
de Francisco Cela Seoane
ABRO
MIS VENTANAS
I
El
amor es
-dicen-
la
magia que palpita
en
el sonido inmaculado de la palabra.
Y
dicen,
que
con sólo nombrarla
aflora
a los labios la sonrisa;
y
se visten los ojos
de
incendios de flores y días claros.
Pero,
que yo sepa,
no
hubo amor
en
el obrero despedido
cuando,
rebasada la barrera de la desesperación,
se
arrojó con sus tres hijos
por
la ventana del balcón.
Tampoco
hubo amor, que se sepa,
en
el niño delincuente
cuando
cayó acribillado
en
las calles de Río, Tokio o Madrid.
Y
cuentan,
que
en muchas parejas enamoradas
el
amor acaba poblándose
de
monótonos silencios y soledades cotidianas.
Dicen,
los subversivos,
que,
en el Tercer Mundo,
al
amor lo desaparecen a diario
los
militares.
Dicen,
los revolucionarios,
que,
en la Europa civilizada,
el
amor se transforma
en
una trágica mueca de espanto,
cuando
en las dependencias policiales
la
tortura se proclama
norma
sagrada
del
moderno Estado democrático.
II
Cantó
Miguel Hernández,
en
aquellos días
en
que los hombres se morían
de
amores coronados:
"Tristes
hombres
si
no mueren de amores.
Tristes,
tristes."
Y
en este mundo nuestro,
demasiados
hombres
se
nos están muriendo tristes,
tristes,
de
desencuentros y desamores.
III
Tristeza,
ciertamente,
rezuma
el amor personal, egoísta,
exclusivo
y excluyente,
ese
amor sordo
a
los gritos
desgarrados
de
los que sufren
del
capitalismo
su
ultraje diario.
Ese
amor ciego e inmutable
ante
los horrores de las guerras
que
le arrojan a su cara
los
incontables cadáveres de sus hermanos.
Carne
de cañón necesaria
para
seguir aumentando
las
ganancias de las Multinacionales.
IV
Nada
de
lo que le sucede al hombre
me
es indiferente;
y
entregando mi boca a la tormenta
y
entregando mis ojos a los relámpagos,
al
hombre voy;
y
del hombre vengo,
y
en el hombre encuentro
del
amor su mar extenso.
V
Abro
mis ventanas
al
hombre de mi tiempo.
Como
ventanas al mundo,
de
par en par abiertas.
Por
ellas penetran vigorosos
los
edificios derruidos
y
los calabozos;
que
es el mundo
un
inmenso manicomio.
Cadenas
y locura,
con
sus sienes
taladradas
de dolor y odio.
¡Ay,
del hombre
que
haga del silencio
refugio
y
del olvido,
futuro!
Foncalent,
23-XI-91
Pantallazo. Foto de Ciniko. |
Música
combativa:
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