Dibujo. "Tamara puro Sol Rebelde". (mujer con el pelo arcoiris y un candado abierto) |
CHILE
Situación
carcelaria de Tamara Sol
22 de junio de 2014
22 de junio de 2014
A
nuestros amigos y amigas, compañeros y compañeras:
Somos
la familia de Tamara Sol Farías Vergara. Como ustedes ya están
informados, Tamara se encuentra prisionera en la cárcel de San
Miguel desde el 22 de enero de 2014. En la visita del lunes 16 de
junio, que era sólo de la familia, tuvimos serios problemas con
gendarmería, por el trato vejatorio al que fuimos sometidos. A la
abuela de Tamara, Luisa, que tiene 75 años, la carcelera que la
revisó la hizo desnudarse y hacer sentadillas, reprochándole que
usaba mucha ropa. Cabe mencionar que el lugar donde las prisioneras
reciben a sus familias es un gimnasio techado pero abierto en ambos
costados, donde entra el viento y la lluvia, mojando todo el piso y
generando un ambiente gélido y húmedo extremos. Luego, esa misma
funcionaria, gritoneó a la visita de otra interna porque su bebé de
meses estaba cagado al momento de la revisión, gritándole que ¡eso
no podía ser, que tenía que mudarla antes de entrar! Esa madre
llegó llorando al gimnasio destinado a las visitas.
Ana
Luisa, la mamá de Tamara, fue más violentamente tratada porque fue
revisada y desnudada junto a otra persona y, además porque llevaba
puesto un cinturón de lino que la gendarme la obligó a botar o de
lo contrario tenía que retirarse del recinto, alzando la voz y
chispeando los dedos en forma prepotente. Ante tan provocadora
conducta de la carcelera, Ana botó violentamente a la basura el
cinturón y le señaló a la funcionaria que sólo en ese lugar ella
podría abusar de ese poder, pero que en la calle no era nadie. Este
gesto de rabia, producto de la impotencia, fue considerado como una
“grave falta de respeto a la autoridad”, negándole la
posibilidad de entrar a ver a su hija. Los abuelos de Tamara, Luisa y
Manuel, ya habían entrado a ver a Tamara, pero al enterarse ellos de
tal medida, en mutuo acuerdo se retiraron de la visita para increpar
a la mujer-gendarme por su estúpida postura altanera frente a las
visitas de las presas y su enfermiza necesidad de ser reconocida como
“autoridad”, y dejarle en claro que ella ni ningún uniformado es
autoridad de nosotros. Ambos abuelos también fueron amenazados con
las penas del infierno y llevados a lo “altísimo superior” de
los carceleros para que nos aplicara el castigo correspondiente.
Tamara,
luego de enterarse del trato indigno y el abuso de poder por parte de
los gendarmes hacia su familia, realizó un osado acto de dignidad,
propio de su grandeza como ser humana, en el ejercicio de su dignidad
y en defensa de la nuestra. Pidió una entrevista con la comandante
del penal, le expuso su queja por el maltrato hacia su familia,
dejando en claro que su familia no tiene por qué ser basureada y
amenazada constantemente por los funcionarios amparados en el
uniforme y los protocolos de revisión hacia las visitas, sellando su
reclamo con un escupitajo en la cara de la comandante del penal y a
la de su subalterno a cargo y luego se bajó los pantalones y les
mostró el poto (acción conocida como un “cara pálida”) como
muestra de lo humillante que significa para las visitas tener que
desnudarse frente al personal, agacharse y mostrar sus partes íntimas
y así desnudas, hacer sentadillas, a pesar que cuentan con métodos
modernos para detectar metales (arcos en las puertas de acceso,
silla-scáner donde nos debemos sentar y paletas).
Tamara
fue castigada por siete días sin visita. Por su lado, Ana, la madre
de Tamara, fue castigada durante tres meses sin visita, aludiendo los
uniformados que habría “amenazado de muerte a la funcionaria”,
lo que es absolutamente falso. Actualmente estamos gestionando la
denuncia y la apelación a tan abusiva medida, a través del
Instituto Nacional de Derechos Humanos y también ante la propia
institución de gendarmería.
Otro
punto que queremos dejar en claro es que Tamara fue golpeada hace un
mes atrás por dos mujeres internas, ella no pudo defenderse, pero
igualmente fue castigada sin visita por dos semanas. En esa ocasión
solicitamos el traslado de Tamara a otro módulo, sin embargo, las
que resultaron trasladadas a otro penal fueron las agresoras.
Pero
ahora, en esta ocasión no dejaremos pasar esta injusta situación
porque nos parece que ya hemos llegado a un límite peligroso de
pérdida de nuestra dignidad frente a la despótica postura del
personal de gendarmería.
Como
familia Vergara Toledo, denunciamos públicamente el constante
hostigamiento y abuso de poder de parte de los funcionarios de
gendarmería, no tan sólo hacia nuestra familia sino que hacia todas
las visitas de las mujeres que están recluidas en la cárcel de San
Miguel. Entendemos que tanto las prisioneras como sus familiares no
se atrevan a denunciar los abusos de parte de los funcionarios de
gendarmería, porque las consecuencias están a la vista. La
carcelera que provocó toda esta situación está siendo protegida
por su institución, negándonos entregar su identificación, así
como fueron protegidos los responsables de los 81 prisioneros
calcinados vivos en ese mismo centro de exterminio. ¡¡Fueron
asesinadas 81 personas que estaban en manos del estado chileno y de
gendarmería y no hay responsables!! Hacemos un llamado a todos los
familiares de todos los presos y presas, a denunciar cada acto
abusivo de parte de gendarmería.
A
pesar de los castigos y los riesgos que significa enfrentarse al
sistema carcelario, sobre todo cuando se tiene a un ser querido ahí
adentro en calidad de rehén, creemos que es necesario mantenernos
dignos y no dejarnos avasallar por el miedo y la prepotencia de
quienes necesitan sentirse “autoridad”, donde “vigilar y
castigar” es el único sentido de su vida.
Agradecemos
a nuestra amada Tamara Sol por su gran acto de valentía y dignidad
estando ahí adentro. Ella, desde su indómito silencio nos da
lecciones de que las acciones no necesitan de tantas palabras, sino
que la decisión de hacerlas y la claridad que con ellas nos hacemos
más dignos y libres.
¡TAMARA
SOL no estás sola! ¡estamos contigo hasta lograr tu libertad!
Luisa
Toledo Sepúlveda, Manuel Vergara Meza, Ana Luisa Vergara
Toledo, Santiago. J
Foto. Pepita Seoane Vaz. (porta cartel de su hijo preso Suso) |
Cartel. "La sanidad está en venta, y también nuestra salud". |
Cartas
de lectorxs:
¿Qué
es, para qué sirve y a quién sirve la sanidad?
Yo tenía unos 14 años y una preocupación que comenté con algunas amigas de mi edad. Mi padre, enfermo crónico desde una hepatitis en su juventud, estaba en coma ingresado en la uvi con un pronóstico desfavorable, podía morir en las próximas horas. Una de mis amigas me dijo que sabía que en los hospitales había una gente que rezaba por los enfermos y que "funcionaba" de verdad, que tenía que intentarlo, me habló de un familiar suyo que estaba deshauciado y estas personas le habían salvado la vida con sus rezos y la energía que le habían transmitido. Ella lo creía verdaderamente pero a mí me costaba... Insistió tanto que, casi obligada, llamé a un número que ella me proporcionó, no me costaba nada hacerlo y mi padre era católico creyente... Un hombre me preguntó el nombre del paciente, la planta y el número de cama y me prometió que rezarían por él, que elevarían mi petición a dios, que le transmitirían mucha energía que ayudaría en su sanación pero que tenía que tener fe y confiar en cristo, etc. Aguanté un largo sermón ...
Al día siguiente mi padre salió del coma tan fresco como sí nada. Yo me quedé muy sorprendida y durante mucho tiempo con una mosca enorme detrás de la oreja....
Mi padre siguió "enfermo" y murió pocos años después a los 59 años de edad .
Todo esto sucedió en la ciudad de Zamora a finales de los años 70.
Nunca conseguí creer en dioses ni en milagros pero desde ese día empecé a creer muy en serio en los hijosdelagranputa.
Más tarde he comprobado que todo lo que él tomaba por prescripción facultativa era tóxico y actualmente está prohibido y, gracias a este episodio de mi adolescencia, tengo la terrible certeza de que fue asesinado con premeditación y ensañamiento.
Yo tenía unos 14 años y una preocupación que comenté con algunas amigas de mi edad. Mi padre, enfermo crónico desde una hepatitis en su juventud, estaba en coma ingresado en la uvi con un pronóstico desfavorable, podía morir en las próximas horas. Una de mis amigas me dijo que sabía que en los hospitales había una gente que rezaba por los enfermos y que "funcionaba" de verdad, que tenía que intentarlo, me habló de un familiar suyo que estaba deshauciado y estas personas le habían salvado la vida con sus rezos y la energía que le habían transmitido. Ella lo creía verdaderamente pero a mí me costaba... Insistió tanto que, casi obligada, llamé a un número que ella me proporcionó, no me costaba nada hacerlo y mi padre era católico creyente... Un hombre me preguntó el nombre del paciente, la planta y el número de cama y me prometió que rezarían por él, que elevarían mi petición a dios, que le transmitirían mucha energía que ayudaría en su sanación pero que tenía que tener fe y confiar en cristo, etc. Aguanté un largo sermón ...
Al día siguiente mi padre salió del coma tan fresco como sí nada. Yo me quedé muy sorprendida y durante mucho tiempo con una mosca enorme detrás de la oreja....
Mi padre siguió "enfermo" y murió pocos años después a los 59 años de edad .
Todo esto sucedió en la ciudad de Zamora a finales de los años 70.
Nunca conseguí creer en dioses ni en milagros pero desde ese día empecé a creer muy en serio en los hijosdelagranputa.
Más tarde he comprobado que todo lo que él tomaba por prescripción facultativa era tóxico y actualmente está prohibido y, gracias a este episodio de mi adolescencia, tengo la terrible certeza de que fue asesinado con premeditación y ensañamiento.
María
R. V.
Zamora
(España)
1 comentario:
A la familia de Tamara Sol les diría que no se esfuercen en denunciar esos abusos a la policía, a los jueces, al Estado, porque no les servirá de nada; los verdugos que os han condenado son los mismos que permiten esa prepotencia de las carceleras y las incitan a abusar de las presas y sus familiares.
Denunciad esto a los familiares de otros presos o la gente en la calle, jamás a los propios carceleros porque lo harán con más saña. Que esto os sirva para enfrentaros al Estado y no para ir a llorarle falsos derechos.
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