domingo, 29 de junio de 2014

Todo atado y bien atado: Elecciones del 15 de junio del 77.

Cartel oficial elecciones a Cortes 15 junio 1977.
Todo atado y bien atado

15 de junio de 1977: ¿a qué llaman elecciones 'libres'?

Las elecciones de junio de 1977, a las que se califica como las primeras elecciones
"libres" desde 1936, son absolutamente fraudulentas, por múltiples motivos, pero, fundamentalmente, porque la libertad no es consecuencia de un referéndum o de unas elecciones, sino anterior a ellas. Para que unas elecciones sean libres primero tiene que existir libertad. Pero el franquismo procedió al revés: sin dejar de ser lo que era trató de legitimarse convocando primero un referéndum (diciembre de 1976) y luego unas elecciones (junio de 1977).

Necesitaba hacerlo así porque tenía la pretensión de dirigir y, por lo tanto, de condicionar el proceso, influir sobre él para controlarlo y hacerlo previsible, lo cual suponía muchas cosas, como mantener el control de las calles, eliminando las manifestaciones a palo limpio. En 1977 el gobierno prohibió las manifestaciones del Primero de Mayo y
los antidisturbios cargaron contra otras casi 800 manifestaciones, es decir, que disolvieron dos manifestaciones cada día, y eso que se estaban "democratizando".

Para el régimen controlar el proceso de transición también suponía des-hacerlo si no le convenía o se torcía. En fin, el régimen no podía resultar sorprendido por el resultado de unas elecciones. En ese proyecto había dos pilares inamovibles: la monarquía y una legalización restringida de lo que los fascistas llamaban
"asociaciones políticas". Concibieron la transición, pues, como un proceso endogámico bajo el principio de que "yo me lo guiso y yo me lo como".

En febrero de 1977 se legalizó el PSOE, lo que marcó el límite. Las organizaciones de izquierda, casi todas, seguían siendo ilegales. Aquel mismo mes el gobierno aprobó un decreto ley regulando la legalización de las
"asociaciones políticas", que tenía ese nombre porque a los fascistas nunca les gustó lo de "partidos" políticos y hasta en los detalles impusieron su criterio.

Según aquel decreto ley las
"asociaciones políticas" tenían que "pasar por la ventanilla", como se decía entonces, es decir, presentar sus estatutos en el Registro de Asociaciones Políticas del Ministerio de la Gobernación. Eso suponía "pasar por el aro", admitir las condiciones impuestas por el régimen, las principales de las cuales también eran de tipo fascista:

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Las "asociaciones" no podían estar sometidas a una “disciplina internacional”, es decir, a las órdenes de Moscú, a las de Pekín, a las de Tirana o a las de IV Internacional
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Tampoco podían tener como objetivo un sistema “totalitario”, es decir, la dictadura del proletariado.

En esa situación, algunos partidos de izquierda no admitieron esas imposiciones y se mantuvieron en la clandestinidad o en la alegalidad, mientras que otros empezaron a difuminarse progresivamente, dando lugar a lo que se calificó como
"oposición domesticada". Para no quedarse fuera de la legalidad, las organizaciones de la oposición domesticada cambiaron su programa y estatutos de la noche a la mañana. Otros cambiaron hasta sus nombres y símbolos, desapareció el marxismo, el socialismo, la dictadura del proletariado y cualquier atisbo que sonara a comunismo. Si hubiera habido vergüenza, hubiera sido vergonzoso porque quien cambió no fue el régimen sino quienes se aprestaron a entrar por el aro a costa de lo que fuera.

Por ejemplo, el PCE presentó unos estatutos improvisados sobre la marcha, en los que lejos de reproducir los principios tradicionales del marxismo-leninismo, el internacionalismo proletario y el socialismo, presentaba como objetivo el de
"contribuir democráticamente a la determinación de la política española". En el colmo de la desvergüenza política, para que no quedaran dudas, el PCE eligió la fecha del 14 de abril de 1977 para manifestar públicamente su aceptación tanto de la monarquía como de la bandera fascista.

Por eso cuando algunos historiadores de pacotilla dicen que Suárez legalizó al PCE, de lo que había sido el PCE no quedaba nada. Los grupos de izquierda se convirtieron en irreconocibles. Habían perdido sus señas de identidad, pero no sólo por los cambios en sus estatutos, sino que tuvieron que seguir haciendo concesiones, la principal de las cuales era la aceptación de la monarquía y de la bandera fascista y, sobre todo, el control de los obreros y de las masas, en general. Se acabaron las reivindicaciones, sobre todo aquellas que se manifestaban en las calles.

Si el PSOE abandonó al PCE, éste hizo lo propio con todos los demás. Fue muy significativo que algunos participaran en aquellas elecciones con un programa en el que unos de sus puntos reclamaba la legalización de los partidos políticos. No podía haber nada más contradictorio. ¿Cómo participar en algo de lo que otros quedaban fuera?

Más allá del PCE, las demás organizaciones de izquierda siguieron siendo ilegales, incuso aquellas que solicitaron su legalización. El 19 de marzo de 1977 el gobierno había rechazado la legalización de 23 partidos políticos. El 4 de mayo había 45 partidos cuya legalización estaba en trámite, y otros 25 pendientes de la decisión del Tribunal Supremo. Por lo tanto,
una tercera parte de los partidos políticos eran ilegales, una cuestión especialmente seria si se tiene en cuenta que la ilegalidad era muy selectiva, pues afectaba a las organizaciones republicanas y a las de izquierda.

Después de las elecciones, en julio de 197
7, la Sala Cuarta del Supremo se declaró incompetente para resolver sobre la legalización de 49 partidos que no lo habían sido con anterioridad. La lectura del listado pone de manifiesto lo que el franquismo quería salvar: la monarquía y el capitalismo.
Además del PCE y el PSUC, aquellos partidos eran: Organización Revolucionaria de Trabajadores, Partido Carlista, Movimiento Comunista, Partido del Trabajo de España, Liga Comunista Revolucionaria, Asociación Democrática de la Mujer de Madrid, Unión de Juventudes Maoistas, Unión de Juventudes Comunistas de España, Círculo Joven Revolucionario, Joven Guardia Roja, Liga Comunista, Liga de la Juventud Comunista, Partido Comunista de Unificación, Acción Republicana Democrática Española, Partido Obrero Revolucionario de España, Movimiento de Jóvenes Revolucionarios de la Región Centro, Unificación Comunista de España, Organización de Izquierda Comunista, Juventudes de la Izquierda Comunista, Juventudes Comunistas de Unificación, Organización Comunista de España, Mocedade Galega Revolucionaria, Esquerra Nacional, Esquerra Republicana de Catalunya, Movimiento Comunista de Galicia, Asamblea Nacional Popular Galega, Front Nacional de Catalunya, Partido de Unificación Comunista, Partit Socialista d'Alliberament Nacional de la Paisos Catalans, Unión do Pobo Galego, Movimiento Comunista el País Valenciano, Mocedades Revolucionaries D'Asturies, Liga Obrera Comunista, Partido Comunista de los Trabajadores de Asturias, Partido Cantonal, Estat Cátala, Partido Comunista de los Trabajadores, Movimiento Galego Democrático, Asamblea Democrática de Atonsa, Langile Abertzale Iraultzeen Alderdia, Euskal Izaultzako Alderdia, Euskal Herriko Alderdi Sozialista, Juventud Socialista D'Alliberament Nacional dels Paisos Catalans, Euskadiko Sozialistak Indarra, Esquerra Renovada de Catalunya, Partido Obrero de Unificación Marxista y Partido Nacional Canario.

La lista es importante tenerla en cuenta porque los libros de historia son tan objetivos y ecuánimes que sólo hablan de las
"asociaciones" que se legalizaron, no de las que no legalizaron.

Dibujo. El Cubri. (policía sobre cuadro Guernica, el brazo roto de la justicia a sus pies)

Curiosamente, algunos de esos partidos fueron legalizados después, y no antes, de las elecciones. Por ejemplo, el PTE se legalizó un mes después de las elecciones.

Para no legalizar a la ORT, el gobierno argumentó que
"al guiarse la ORT por el marxismo-leninismo, y consiguientemente propugnar la dictadura del proletariado, ello conlleva su ilicitud penal". A lo largo de la primavera de 1977 la izquierda organizó numerosas actividades conjuntas en defensa de la legalización de todos ellos. Por ejemplo, la ORT convocó varias huelgas generales por la legalización de los partidos de izquierda. En abril de 1977 su periódico "En Lucha" era significativo de la situación del momento porque se centraba precisamente sobre la exigencia de legalización de los partidos políticos.

Como consecuencia de esas y otras actividades -carteles, pintadas y propaganda republicana- fueron detenidos e incluso asesinados numerosos militantes de diferentes organizaciones. En Alicante el intento de organizar un acto conjunto fue prohibido por el Gobierno Civil.

Uno de los partidos que no fue legalizado, Esquerra Republicana de Cataluña, envió una carta a Adolfo Suárez y a Gutiérrez Mellado afirmando que las elecciones del 15 de junio
"no serán democráticas en Cataluña" sin la participación de ERC. Entonces ese tipo de afirmaciones eran bastante comunes. En una rueda de prensa en Alicante, la ORT afirmó que las elecciones eran consecuencia de un "cambio de fachada" realizado, "bajo la presión popular" por la oligarquía financiera y terrateniente para continuar en el poder, pues no había habido ni amnistía, ni legalización de todos los partidos.

Algunos de los que no fueron legalizados se presentaron a las elecciones bajo seudónimos, para los cuales se agruparon con otras organizaciones. Entre ellos cabe destacar que la ORT se presentó como
"Agrupación Electoral de los Trabajadores", el PTE como "Frente Democrático de la Izquierda" y el MCE como "Candidatura de Unidad Popular".

Pero la prohibición no fue lo único. En la mañana del 15 de junio los grupos de izquierda que se presentaron a las elecciones se encontraron con que en los colegios electorales los electores no tenían papeletas para votarles. Las reclamaciones que formularon quedaron para siempre en papel mojado.

Además, tuvieron serios problemas durante la campaña electoral para expresarse a causa de las amenazas recibidas de los falangistas y otras organizaciones fascistas. Dos días antes de las elecciones, varios miembros del Partido Socialista Popular de Sevilla y del Partido Socialista de Andalucía fueron intimidados con porras, cadenas y otros objetos contundentes por diez fascistas que se identificaron como militantes de Fuerza Nueva y Alianza Popular, cuando se encontraban pegando carteles. En la misma noche miembros de la policía impidieron la colocación de carteles electorales en otro barrio sevillano, a pesar de que se trataba de un acto legal.

El d
ía antes de las elecciones en Villaconejos (Madrid) dos militantes del PCE que enarbolaban una bandera de su partido del que estaban haciendo propaganda, fueron agredidos por unos 15 militantes de Fuerza Nueva (“Quince militantes de Fuerza Nueva atacan a dos del PCE”, El Correo de Andalucía, 15 de junio de 1977).

Mítines y reuniones de propaganda fueron obstaculizados, cuando no frustrados, no sólo por grupos fascistas sino por los alcaldes, dirigentes locales, policías y gobernadores civiles. Los militantes de izquierda fueron coaccionados, increpados o detenidos por la policía cuando hacían propaganda. No hay más que repasar la prensa de la época, que está llena de noticias de lo que no pueden ser unas elecciones libres:

En Sevilla fueron detenidos dos miembros de la ORT, entre los que se encontraba José Herrera Amores, candidato de esta agrupación, cuando se dirigían a hacer propaganda a un mitin unos días antes de las elecciones (El Correo de Andalucía, 12 de junio de 1977).

Tres candidatos del seudónimo electoral de la ORT por Ávila, Pilar Fernández Arribas, Luis Suárez Machote y Rosario Fernández Sánchez, fueron detenidos por funcionarios de la policía durante la celebración de un mitin. El motivo alegado para su detención fue -según un portavoz de esta coalición- que en el local había una bandera republicana, colocada una vez empezado el mitin sin conocimiento de los mitineros (Diario 16, 13 de junio de 1977).

Citados a declarar en la comisaría dos candidatos que se llamaron republicanos
El País, 7 de junio de 1977
Rogelio Mouzo y José Antonio Piñero, candidatos al Congreso por la Agrupación Electoral de los Trabajadores de Murcia, prestaron declaración en comisaría sobre supuestos ataques a la Monarquía, al declararse republicanos en un mitin celebrado en Cartagena. Con posterioridad, el segundo de ellos, que es representante de la candidatura, fue llamado de nuevo a declarar a comisaría, y prestó declaración en el juzgado, en relación con unos carteles de la Organización Revolucionaria de Trabajadores, que convocaban a un mitin de la Agrupación Electoral de los Trabajadores y en los que figuraba un recuadro con los colores de la bandera republicana. Por el momento no se les ha comunicado procesamiento en relación con estos hechos.

Detenidos diecinueve miembros de Convención Republicana
El País,
29 de Noviembre de 1978

Portada "Solidaridad", boletín del SR, de junio 1977. ¡No Votes!

Memoria Histórica 29 y 30 junio.
Memoria Histórica Internacionalista
Acontecimientos del 29 y 30 junio.

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