Cartel "4ª Jornadas por la Amnistía". (una mujer ondea bandera) |
IV
JORNADAS POR LA AMNISTÍA
Hoy como en el 36
AMNISTÍA Y REPÚBLICA POPULAR
Sábado 14 de Febrero. Madrid
Hoy como en el 36
AMNISTÍA Y REPÚBLICA POPULAR
Sábado 14 de Febrero. Madrid
Por
segundo año consecutivo queremos conmemorar el 79 aniversario del
triunfo y la proclamación de la II República reivindicando a los
presos políticos comunistas y antifascistas que se encuentran en las
cárceles del Estado fascista español. Al mismo tiempo queremos
denunciar la situación de aislamiento y la desatención sanitaria
que sufren en la mayoría de los casos y honrar la memoria de los
caídos en la lucha contra el fascismo.
El 16 de febrero de 1936 treinta mil presos políticos fueron liberados tras la victoria en elecciones del Frente Popular. Muchos de ellos estaban condenados a penas monstruosas de veinticinco y treinta años de prisión que afrontaban con entereza. Por entonces los presos contaban con un vasto y poderoso movimiento antifascista y de solidaridad dispuesto a sacarles de su encierro, encabezado por el Socorro Rojo Internacional. Hoy la cifra de prisioneros es infinitamente inferior, pero la lucha es la misma, el enemigo es el mismo y las condenas son igual de monstruosas. Por supuesto, igual es la entereza con la que las afrontan los revolucionarios. Debemos tomar ejemplo de aquel movimiento solidario y exigir y luchar por la Amnistía de todos los presos políticos. Somos conscientes de la inmensa tarea que eso conlleva, pero no por ello vamos a cejar en el empeño.
Hay que incidir especialmente en la libertad de los presos gravemente enfermos y de aquellos de avanzada edad. Recordemos que en abril del año pasado moría la presa política del PCE(r) Isabel Aparicio Sánchez en la cárcel de Zuera víctima de las pésimas condiciones de vida y la desatención sanitaria. Su compañero, también preso político comunista Manuel Arango Riego, está en riesgo de correr la misma suerte. De igual modo Mª José Baños Andújar, Paco Cela Seoane y Arantza Díaz Villar padecen enfermedades graves y difíciles de tratar en prisión. Por otro lado, Manuel Pérez Martínez (Arenas), Juan García Martín, Victoria Gómez Méndez y Lucio García Blanco están condenados a morir en prisión debido a su avanzada edad y a las largas condenas impuestas. Hay que exigir la inmediata puesta en libertad de todos ellos.
En esa tarea se encuadran estas jornadas. Esperamos una participación masiva en este verdadero acto de reivindicación, solidaridad y lucha por su liberación. Nuestros presos, los presos políticos comunistas y antifascistas, esperan todo nuestro apoyo y solidaridad.
Nuestro es el deber de arrancarles de las cárceles.
¡Amnistía total para todos los presos políticos!
¡Unidad y lucha antifascista!
¡Viva la República popular!
El 16 de febrero de 1936 treinta mil presos políticos fueron liberados tras la victoria en elecciones del Frente Popular. Muchos de ellos estaban condenados a penas monstruosas de veinticinco y treinta años de prisión que afrontaban con entereza. Por entonces los presos contaban con un vasto y poderoso movimiento antifascista y de solidaridad dispuesto a sacarles de su encierro, encabezado por el Socorro Rojo Internacional. Hoy la cifra de prisioneros es infinitamente inferior, pero la lucha es la misma, el enemigo es el mismo y las condenas son igual de monstruosas. Por supuesto, igual es la entereza con la que las afrontan los revolucionarios. Debemos tomar ejemplo de aquel movimiento solidario y exigir y luchar por la Amnistía de todos los presos políticos. Somos conscientes de la inmensa tarea que eso conlleva, pero no por ello vamos a cejar en el empeño.
Hay que incidir especialmente en la libertad de los presos gravemente enfermos y de aquellos de avanzada edad. Recordemos que en abril del año pasado moría la presa política del PCE(r) Isabel Aparicio Sánchez en la cárcel de Zuera víctima de las pésimas condiciones de vida y la desatención sanitaria. Su compañero, también preso político comunista Manuel Arango Riego, está en riesgo de correr la misma suerte. De igual modo Mª José Baños Andújar, Paco Cela Seoane y Arantza Díaz Villar padecen enfermedades graves y difíciles de tratar en prisión. Por otro lado, Manuel Pérez Martínez (Arenas), Juan García Martín, Victoria Gómez Méndez y Lucio García Blanco están condenados a morir en prisión debido a su avanzada edad y a las largas condenas impuestas. Hay que exigir la inmediata puesta en libertad de todos ellos.
En esa tarea se encuadran estas jornadas. Esperamos una participación masiva en este verdadero acto de reivindicación, solidaridad y lucha por su liberación. Nuestros presos, los presos políticos comunistas y antifascistas, esperan todo nuestro apoyo y solidaridad.
Nuestro es el deber de arrancarles de las cárceles.
¡Amnistía total para todos los presos políticos!
¡Unidad y lucha antifascista!
¡Viva la República popular!
Música:
Confirmados
RPG7, Pablo Hasel, Pipe Díaz, Oliver Botana y Valtonyc
Foto. Marga Andurain. |
Memoria
Histórica:
La
espía múltiple sin principio alguno
Marga
Andurain fue una espía del siglo XX, nacida en Baiona (Estado
francés, Euskal Herria Norte) en 1895. Con quince años abandonó su
casa en compañía de un teniente de húsares y meses después se
casaba con el conde Pierre d'Andurain. Cuando estalló la Primera
Guerra mundial, el matrimonio Andurain estaba de viaje de placer por
Egipto. Durante una velada diplomática en El Cairo, Marga conoció
al oficial inglés T.E. Lawrence, el Lawrence de Arabia de la
leyenda, con el que comenzó una relación que le llevaría hasta el
general Bertie Clayton, jefe para Oriente Medio del MO-4, los
servicios secretos británicos.
Convertida
en agente inglesa, Marga se ganó el amor de Saad-Zaglul-Bajá, jefe
de los nacionalistas egipcios, hasta que los británicos le
detuvieron. Impresionados por sus dotes, los jefes del servicio
secreto inglés enviaron a la agente a Er-Riad, la ciudad del
terrible Ibn-Saud, en donde Marga consiguió la alianza del emir para
Gran Bretaña. Acabada la guerra el conde y la condesa Andurain se
establecieron en Palmira (Siria), un oasis perdido en el desierto, en
un cruce de rutas camelleras. Allí dirigieron el hotel de la Reina
Zenobia, en el que se hospedaron jefes nómadas, comerciantes,
técnicos petroleros y oficiales militares. En 1932 se casó con el
beduino Ben Suliman. Convertida al islam, viajó a La Meca disfrazada
de hombre, con la intención de ser la primera mujer europea en
llegar a la ciudad sagrada. Descubierta, sólo la intervención in
extremis del emir Ibn-Saud le salvó de la muerte. Poco después, su
marido Ben Suliman moriría envenenado. En 1935, Marga se casaba de
nuevo con el conde Andurain, de quien se había divorciado. Semanas
después el conde aparecía muerto en su bañera de la casa de
Palmira con diecisiete puñaladas en el cuerpo. Éste fue el fin de
Marga en Oriente. Volvería a Hendaia, justo cuando la guerra civil.
Durante la guerra, traficó con informaciones que vendió tanto al
Gobierno vasco como al republicano español, a los franquistas,
franceses y alemanes, a la vez que dirigía el contrabando pirenaico
de armas, drogas y diamantes. Al ocupar los nazis Lapurdi, ya durante
la Segunda Guerra mundial, Marga convirtió su mansión en un
prostíbulo de lujo, destinado para los oficiales alemanes. Cuando
intuyó que las tropas de Hitler perderían la guerra, huyó a Argel,
en donde tomó contacto con el Gobierno francés de De Gaulle y los
aliados. Al acabar la guerra, de nuevo una serie de muertes
producidas entre sus allegados volvieron a imprimir a la espía una
reputación cercana a la leyenda hasta el punto que Interpol la
calificaría como "el mejor cerebro criminal de nuestro tiempo".
El 5 de noviembre de 1948 Marga fue hallada muerta en el yate Sapho,
cuando volvía de un viaje a la isla de Lesbos. Un tal Pocini la
había matado a botellazos. Más tarde se supo que el asesino había
sido su amante y se llamaba, en realidad, Hans Abele, un antiguo
agente de la Gestapo.
Tomado
de: Libro de Iñaki Egaña. Mil noticias insólitas.
Cita del 31 de enero. |
Aprender
y luchar, luchar y aprender.
Cita
del 31 de enero
“El
que sabe... pena, duro es el conocimiento”
M.
Darwish, Palestina 1941-2008
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