Postal. (5 mujeres de distintos continentes, juntas) |
Desde
prisión:
Postal
de Juan García Martín
Puerto
III. 10-XII-14
Queridos
amigos: ¿cómo van esas vidas y saludes?.
La
calle -que no el mundo- está un poco más “amuermada” (se ve que
los “posibilistas” hacen bien su trabajo), pero, como decía
Galdós, en España la “paz” es el intervalo entre dos batallas.
Un
fuerte abrazo a repartir y ¡que 2015 abra mentes, horizontes y
rejas! ¡Y que los comunistas sepamos trabajarlo bien!
Juan
Dibujo. (balanza entre el capitalismo -un empresario obeso y sus millones en un plato- y el pueblo -representado por muchas personas, en el otro-) |
Cartas
de lectorxs:
He
realizado un curso de Cooperación al Desarrollo. La verdad muy
interesante el temario, la última parte habló de los mecanismos de
participación ciudadana y el auge de los movimientos sociales, en
especial 15M y el grupo Podemos...
Sin
más, se nos habló de ello un poco sin ensalzar, se invitó a un
representante de Podemos a hablarnos sobre por qué había surgido
con tanta fuerza y tal. Creo que no es necesario hacer referencia a
la sarta de bobadas que dijo, básicamente uno más que se había
subido al carro. Esto
fue en Valladolid.
A
lo que voy con todo esto es que para finalizar el curso hemos
realizado un trabajo personal sobre uno de los temas que se trataron
durante el mismo, y yo elegí este último punto. Os dejo aquí mi
reflexión final sobre como controla el Estado los movimientos
sociales y en especial sobre el grupo Podemos. Un abrazo.
Todo
país capitalista que se precie quiere tener a sus movimientos
sociales controlados y debidamente apaciguados para que la protesta
social sea mínima, y dar así una falsa impresión de aceptación
social del mismo. Pero cuando por las perpetuas condiciones de
miseria a las que aboca el régimen a su población, la protesta
social aumenta para mantener el estado de cosas existente hasta ese
momento, se ven obligados a crear herramientas para desactivar la
justificada ira popular.
En este marco general, podemos inscribir la creación de movimientos sociales institucionalizados, teniendo su máxima expresión en partidos políticos como Podemos. El objetivo de estos movimientos transformados en partidos, es simple pero muy bien tolerado por las masas: canalizar el descontento en votar una vez cada cuatro años.
¿Por qué que cala muy bien entre las masas? Pues por el sencillo hecho de que durante los últimos 40 años se nos ha estado suministrando una falsa "cultura democrática" que nos dice que es así, votando cada 4 años, la mejor forma (y única) que tenemos de participar en la vida política de nuestro país. Esto es falso, porque siguiendo a esta definición, lo que se entiende es que participamos en elegir a los representantes, pero no en las decisiones o leyes que estos aprueban, que son las que, en última instancia, van a tener influencia sobre nuestras vidas.
Y esta concepción que nos quieren hacer creer, lejos de ser real, no es nada más que un mito, una creencia que al Estado le conviene que tengamos para no poner en peligro su sistema y dominación de clase. Pero es que además, esto, aparte de ser falso, es la gota que colma el vaso del cinismo, pues ellos, precisamente ellos, son los que menos legitimidad y derecho tienen para decirnos a los demás qué es o no la democracia.
La democracia no la han inventado ellos. La democracia existe desde hace mucho, y su definición la podemos encontrar ya en los escritos de los griegos de hace 2500 años.
La Democracia en la que hay que creer dice que es el individuo el que tiene que elegir directamente a sus representantes, y esto por ser ellos quienes van a actuar única y exclusivamente en defensa de mis intereses. Por otra parte, la misma democracia dice que de la misma manera que los representantes pueden ser elegidos, en caso de no hacer bien su labor, pueden ser igualmente revocados o destituidos. Y por último, la definición a la que me estoy ateniendo dice que en caso de no querer abandonar su puesto y usarlo con fines lucrativos, yo tengo el derecho a echarle y ejercer la resistencia en su contra.
Sin embargo, aquellos que siguen en el poder y cuya legitimidad para hacerlo es la que emana de un golpe de Estado que dieron el 18 de julio de 1936, son los que supuestamente me tienen que decir qué es y qué no la Democracia.
Desde mi punto de vista, cuando el sistema observa que el pueblo se levanta en gran masa da una doble respuesta:
- Por una parte reprime ese movimiento con el empleo de las fuerzas del estado. Un ejemplo es la nueva Ley de Seguridad Ciudadana más conocida como “Ley Mordaza” que criminaliza y pena todo acto en pro de la defensa de nuestros derechos mediante la manifestación en todas sus formas.
- Por otra parte da una respuesta política. Con la muerte de Franco, las masas populares reclamaban cada vez con más fuerza sus derechos, por lo que una continuación de la dictadura se hizo inviable y se dio cabida a la llamada “transición democrática” (desde mi punto de vista una falsa ilusión, ya que muchos personajes políticos y organismos se acostaron franquistas y despertaron demócratas). En este clima de descontento generalizado apareció la figura de un joven revolucionario Felipe González, al frente de un partido revestido como alternativa. Su mensaje prometía un cambio radical (que tras su legislatura quedó al descubierto como un cómplice más del estado).
Con esta exposición de los hechos pasados, quiero hacer ver como el estado cuando no puede sostener las revueltas sociales mediante sus mecanismos, da una falsa respuesta política, ayer PSOE de Felipe González, hoy Podemos de Pablo Iglesias.
Siempre que se hace referencia a por qué surgió el partido de Podemos, nos remitimos a los movimientos sociales que comenzaron hace tres años en España como respuesta a la pérdida de derechos que sufría la población y su movilización contra el estado. Y es después de todo esto cuando Podemos ha empezado a incidir más y aparecer en los medios de comunicación, dando tanto una imagen radical del partido como imagen positiva.
¿De verdad creemos que si Podemos supone una amenaza real para el sistema iba a tener tanta visibilidad por parte de los medios de comunicación y en la calle? No podemos caer en ese error. Un partido crece así si al sistema le conviene que crezca, y después de todo lo acontecido le convenía mucho porque la situación era insostenible. Básicamente quiero decir que se trata de una respuesta del sistema al descontento generalizado de la población.
¿Qué hubiera pasado si no hubiera aparecido Podemos? España hubiera entrado en una revuelta social insostenible, porque los españoles no sentirían que tienen una respuesta a su descontento y entonces, ante su desesperación (porque llevamos años en los que se suceden perdidas de derecho constantes), les daría igual lo que pudieran perder. Esto el sistema lo sabe, por eso reviste a un partido de radical, de revolucionario, de que lo va a cambiar todo, para que la población (que aún la gran mayoría cree en la democracia y poder del voto) se quede tranquila creyendo que todo es posible.
Gran parte de la población vive sumida en la ignorancia, siguen creyendo que votando cada cuatro años pueden cambiar las cosas, que participan activamente de la política, y sí, lo hacen, pero participan de la política que le conviene al sistema que hagamos.
Llega un momento en el que las personas van adquiriendo conciencia al margen de la (des)información que te ofrece el sistema y se dan cuenta de que dentro del capitalismo, los gobiernos son protagonistas secundarios que están a merced del dinero propiamente dicho. Entonces caes en la cuenta de que no van a permitir cambiar las cosas, porque así es el sistema capitalista, usará todos los mecanismos (lícitos e ilícitos) para que todo permanezca en base a sus intereses.
Tenemos claros ejemplos hoy en día como es el caso de Cuba que desde hace 53 años sufre un bloqueo económico por parte de EEUU (máximo exponente del capitalismo más feroz) porque ha instaurado un sistema socialista en su país.
Con todo esto quiero decir que el capitalismo es un sistema cerrado y feroz, que se alimentará insaciablemente hasta que no tengamos nada. Por lo que considero que mientras siga vigente este sistema, Podemos supone una falsa ilusión (otra más) que de momento calma a la sociedad. Pero no tiene ni la intención ni el poder para cambiar nada, es decir, no puedes ser partícipe del sistema que se supone que deseas erradicar y participar activamente de los mecanismos que éste te ofrece ya que supone una contradicción.
Como última idea, me gustaría invitar a la reflexión sobre qué debemos hacer para cambiar las cosas, qué poder deberíamos tener y qué poder real ejercemos en base a la defensa de nuestros derechos, abarcando tanto un nivel micro como macro de la sociedad. Suponemos la mayoría de la población, por lo que deberíamos ser nosotros quienes decidiésemos nuestro destino y no los intereses del gran capital.
En este marco general, podemos inscribir la creación de movimientos sociales institucionalizados, teniendo su máxima expresión en partidos políticos como Podemos. El objetivo de estos movimientos transformados en partidos, es simple pero muy bien tolerado por las masas: canalizar el descontento en votar una vez cada cuatro años.
¿Por qué que cala muy bien entre las masas? Pues por el sencillo hecho de que durante los últimos 40 años se nos ha estado suministrando una falsa "cultura democrática" que nos dice que es así, votando cada 4 años, la mejor forma (y única) que tenemos de participar en la vida política de nuestro país. Esto es falso, porque siguiendo a esta definición, lo que se entiende es que participamos en elegir a los representantes, pero no en las decisiones o leyes que estos aprueban, que son las que, en última instancia, van a tener influencia sobre nuestras vidas.
Y esta concepción que nos quieren hacer creer, lejos de ser real, no es nada más que un mito, una creencia que al Estado le conviene que tengamos para no poner en peligro su sistema y dominación de clase. Pero es que además, esto, aparte de ser falso, es la gota que colma el vaso del cinismo, pues ellos, precisamente ellos, son los que menos legitimidad y derecho tienen para decirnos a los demás qué es o no la democracia.
La democracia no la han inventado ellos. La democracia existe desde hace mucho, y su definición la podemos encontrar ya en los escritos de los griegos de hace 2500 años.
La Democracia en la que hay que creer dice que es el individuo el que tiene que elegir directamente a sus representantes, y esto por ser ellos quienes van a actuar única y exclusivamente en defensa de mis intereses. Por otra parte, la misma democracia dice que de la misma manera que los representantes pueden ser elegidos, en caso de no hacer bien su labor, pueden ser igualmente revocados o destituidos. Y por último, la definición a la que me estoy ateniendo dice que en caso de no querer abandonar su puesto y usarlo con fines lucrativos, yo tengo el derecho a echarle y ejercer la resistencia en su contra.
Sin embargo, aquellos que siguen en el poder y cuya legitimidad para hacerlo es la que emana de un golpe de Estado que dieron el 18 de julio de 1936, son los que supuestamente me tienen que decir qué es y qué no la Democracia.
Desde mi punto de vista, cuando el sistema observa que el pueblo se levanta en gran masa da una doble respuesta:
- Por una parte reprime ese movimiento con el empleo de las fuerzas del estado. Un ejemplo es la nueva Ley de Seguridad Ciudadana más conocida como “Ley Mordaza” que criminaliza y pena todo acto en pro de la defensa de nuestros derechos mediante la manifestación en todas sus formas.
- Por otra parte da una respuesta política. Con la muerte de Franco, las masas populares reclamaban cada vez con más fuerza sus derechos, por lo que una continuación de la dictadura se hizo inviable y se dio cabida a la llamada “transición democrática” (desde mi punto de vista una falsa ilusión, ya que muchos personajes políticos y organismos se acostaron franquistas y despertaron demócratas). En este clima de descontento generalizado apareció la figura de un joven revolucionario Felipe González, al frente de un partido revestido como alternativa. Su mensaje prometía un cambio radical (que tras su legislatura quedó al descubierto como un cómplice más del estado).
Con esta exposición de los hechos pasados, quiero hacer ver como el estado cuando no puede sostener las revueltas sociales mediante sus mecanismos, da una falsa respuesta política, ayer PSOE de Felipe González, hoy Podemos de Pablo Iglesias.
Siempre que se hace referencia a por qué surgió el partido de Podemos, nos remitimos a los movimientos sociales que comenzaron hace tres años en España como respuesta a la pérdida de derechos que sufría la población y su movilización contra el estado. Y es después de todo esto cuando Podemos ha empezado a incidir más y aparecer en los medios de comunicación, dando tanto una imagen radical del partido como imagen positiva.
¿De verdad creemos que si Podemos supone una amenaza real para el sistema iba a tener tanta visibilidad por parte de los medios de comunicación y en la calle? No podemos caer en ese error. Un partido crece así si al sistema le conviene que crezca, y después de todo lo acontecido le convenía mucho porque la situación era insostenible. Básicamente quiero decir que se trata de una respuesta del sistema al descontento generalizado de la población.
¿Qué hubiera pasado si no hubiera aparecido Podemos? España hubiera entrado en una revuelta social insostenible, porque los españoles no sentirían que tienen una respuesta a su descontento y entonces, ante su desesperación (porque llevamos años en los que se suceden perdidas de derecho constantes), les daría igual lo que pudieran perder. Esto el sistema lo sabe, por eso reviste a un partido de radical, de revolucionario, de que lo va a cambiar todo, para que la población (que aún la gran mayoría cree en la democracia y poder del voto) se quede tranquila creyendo que todo es posible.
Gran parte de la población vive sumida en la ignorancia, siguen creyendo que votando cada cuatro años pueden cambiar las cosas, que participan activamente de la política, y sí, lo hacen, pero participan de la política que le conviene al sistema que hagamos.
Llega un momento en el que las personas van adquiriendo conciencia al margen de la (des)información que te ofrece el sistema y se dan cuenta de que dentro del capitalismo, los gobiernos son protagonistas secundarios que están a merced del dinero propiamente dicho. Entonces caes en la cuenta de que no van a permitir cambiar las cosas, porque así es el sistema capitalista, usará todos los mecanismos (lícitos e ilícitos) para que todo permanezca en base a sus intereses.
Tenemos claros ejemplos hoy en día como es el caso de Cuba que desde hace 53 años sufre un bloqueo económico por parte de EEUU (máximo exponente del capitalismo más feroz) porque ha instaurado un sistema socialista en su país.
Con todo esto quiero decir que el capitalismo es un sistema cerrado y feroz, que se alimentará insaciablemente hasta que no tengamos nada. Por lo que considero que mientras siga vigente este sistema, Podemos supone una falsa ilusión (otra más) que de momento calma a la sociedad. Pero no tiene ni la intención ni el poder para cambiar nada, es decir, no puedes ser partícipe del sistema que se supone que deseas erradicar y participar activamente de los mecanismos que éste te ofrece ya que supone una contradicción.
Como última idea, me gustaría invitar a la reflexión sobre qué debemos hacer para cambiar las cosas, qué poder deberíamos tener y qué poder real ejercemos en base a la defensa de nuestros derechos, abarcando tanto un nivel micro como macro de la sociedad. Suponemos la mayoría de la población, por lo que deberíamos ser nosotros quienes decidiésemos nuestro destino y no los intereses del gran capital.
C.
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